Pedí un aventón y termine cojida
Lo que empezó como un aventón terminó en algo más.
Esperando el colectivo que no venía vi que venía un camión que se estacionó enfrente de mí, estaba conducido por un hombre maduro que me dijo:
“Hola queres que te lleve?”
Había estado horas esperando asique dije que sí. Mientras manejaba sentía que me miraba de reojo, Iba nerviosa. Me acomodé en el asiento, la calle estaba desierta y por donde íbamos había mucha oscuridad. Pasaron unos 10 minutos, seguimos avanzando hasta que se detiene y baja de camión, de pronto se abre la puerta de mi lado y aparece el con un trapo que me hace dormir, me llevo a la parte de atrás del camión, abrió las puertas me tiró adentro y luego entró y cerro, estando boca arriba empezó a apoyarme su verga en mi concha, me empecé a despertar, me paralice no decía nada, comenzó a manosearme, a desabrocharme el pantalón. en ese momento comencé a rogarle que no me hiciera nada. En eso me bajo la calza hasta los tobillos y me metía los dedos por la concha por abajo de mi tanga, yo le rogaba que parara. Con su otra mano tocaba mis pechos y me decía:
– Que buena que estás, como te voy a disfrutar, hoy vas a ser mi putita!
Estaba muy asustada, me tomo de las manos y me inmovilizo, me rompió la remera de un tirón dejando mis tetas al aire que comenzó a chupar mientras me seguía metiendo los dedos en mi concha. Me ato las manos y se bajó y fue a la parte de adelante, sentí moverse el camión y luego de un rato se detuvo y se abrió la puerta de atrás, me agarro y me bajo del camión, me apoyó de espaldas a un árbol, estábamos en un descampado donde suelen parar los camioneros a descansar, se bajo los pantalones y se saco la verga, las pasó por cola mientras yo le imploraba que me dejara en paz y él me decía:
– Prepárate para lo que se viene
Me corrió la tanga, puso su pene en mi vagina y me me penetro de un empujón, me desgarro, la tenía enorme, pegue un grito que llamó la atención de otros camioneros que se acercaron a ver lo que pasaba, gritaba y lloraba por el dolor que sentía, me agarro de los pechos desde atrás con fuerza sintiendo mis pezones en sus dedos y empezo a bombearme con fuerza, me violaba en el medio de la nada y rodeada de otros como él que ya habían pelado sus enormes pijas, me miraban y me decían de todo y esperaban para violarme también. Me dijo el que me estaba cojiendo:
– Al parecer serás la putita de todos, te vamos a destrozar. La tienes bien apretadita y rica, eres una delicia, amo tu conchita.
Nooo!!! Gritaba
Estuvo dándome salvajemente por un buen tiempo, el dolor era insoportable, acabo y salió dentro de mí, quise ponerme de pie pero no podía, mis piernas me dolían al igual que mi concha, no me dieron tiempo a nada que otro se posiciono atras mío y de una me la metió y también me cojio de forma salvaje, así uno por uno fueron pasando por mi concha hasta acabar, luego por mi boca hasta acabar también. Luego me recuestan en el piso, yo aún estaba atada de manos, uno me tomó de ambas piernas con sus manos, me corre la tanga y me introduce su verga en mi vagina y me coje fuertemente haciéndome gemir, me apretaba los pezones con sus dedos, me retorcía del dolor.
Veo que a la putita le está gustando el asunto dijo el q empezó todo.
Me coje hasta acabar y todos vuelven a pasar por mi concha hasta vaciarse. Por horas me violaron, algunos después de hacerlo se iban y venían otros y así sucesivamente, algunos porque llegaban y se encontraban con está situación y otros porque habían sido avisados de lo que ocurría y no se querían perder la oportunidad de enfiestarme. Tenia la mirada perdida, aun seguía en el piso boca arriba. Se acercaron y uno me piso la panza haciéndome gritar aprovechando eso uno me meo dentro de la boca y otros me meaban dentro de la concha hasta vaciarse, no sólo trage semen también pis. Luego me colocaron un trapo en la nariz y me volví a dormir, me desperté en un galpón abandonado y desnuda, apenas tapada con una tela, me dolía todo,lloraba desesperada, estaba muy lejos de casa, había sido violada en manada salvajemente sin piedad, sodomizada, meada. Ahora tenía que pensar como volvería a casa…
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