Pequeña y Caliente I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Pequeña y caliente. . .I
Comento a los amables lectores de esta comunidad, que este relato es real y no es producto de una fantasía, la protagonista central de esta zaga de cinco capítulos es un individuo como todos nosotros, sólo que ella es femenina, con debilidades desde su niñez producto del despertar tempranamente a la sexualidad, las cuales se las comento, como a mí me las fue describiendo, esto llevó más de un año en poder plasmar y sobre todo que ella se decidiera a que un servidor de ustedes y con su autorización escribiera yo, a su nombre y quedará en los anales de esta página de SST, y para el deleite de todos los que gusten de leer un erotismo bastante picante, yo como escritor de ella y desde el inicio tuve la necesidad de hacerme mis favores manuales, ya que me excitaba al escucharla, por los detalles muy bien dichos de su boca, los cuales quedaron grabados en varias cintas de casete de grabadora de reportero; pues no los aburro más y adelante lean y espero sus buenos y malos comentarios, los aprecia su amigo de todos de esta comunidad sexigaleno.
Hola a todos los que les gusta leer historias eróticas o más bien diría yo calientes, voy a comenzar por describirme soy trigueña de ojos oscuros, mi acento es tipo costeño, mido 1.60 de altura, eso sí dicen que estoy muy buena.
Ya que por vivir en tierra caliente me desarrollé desde mis 12 o 13 años echando curvas por donde deben de estar como hasta hoy que tengo 34 años eso sí muy bien disfrutados hasta este día que escribo para ustedes.
Bueno para no extenderme en mi presentación me llamo Cristina mejor conocida como “la pulga” en mi pequeño pueblo llamado Piedras Negras ubicado en el Estado de Veracruz, bueno mi relato o historia comienza así:
Según recuerdo yo desde mis 7 años comenzaba a sentir algo raro en mi cuerpecito flacucho plano, me daban ganas de “algo” pero no sabía que era obviamente a esta edad que iba yo a saber, vivía al lado de mi madre y una hermana que es más chica que yo, pero tuve la necesidad de irme a vivir con distintos tíos en otros lugares cercanos a mi pueblo, ya que mi madre no podía mantenernos, como debió ser a mi edad y fui descubriendo en ese tiempo “cosas” que marcaron mi vida en el aspecto sexual.
Viví a lado de primos que por las noches tenían grandes faenas sexuales con sus mujeres a las que conocí y pues me dedicaba a espiarles y escuchaba como pequeños gritos de las mujeres ya que dormíamos casi todos juntos en una pieza grande separada sólo por unas cortinas de tela y todo lo veía como se encimaban, pero no sabía que hacían hasta que una ocasión le pregunte a uno de ellos el por qué gritaba su mujer en las noches qué, ¿qué le hacía? y me respondió pues le meto esto y me señalo a su bragueta del pantalón, y pues me quede pensando ¿qué cosa es?, a mi edad no conocía ese bulto que me señalo y así pasaban los días.
Hasta que una tarde que fui a traer agua a un pozo cercano escuche ruidos entre unos arbustos y era otro de mis primos que se estaba estirando algo de entre sus piernas y le colgaban como unas bolas llenas de pelos y me quede observando oculta sin que se diera cuenta de mi presencia y después de un ratito lo vi haciendo muecas y algo le empezó a salir de esa cosa que se jalaba que no eran orines, era como una cosa blancuzca, viscosa y espesa y estaba como agitado y sudoroso, me escondí bien para que no me viera y cuando se fue, salí de mi escondite y fui curiosamente a ver que había botado de esa cosa negra que se jalaba y pues encima de una piedra había algo espeso que toqué con mis dedos y la curiosidad me entro y lo olí, pero me pareció algo así como a cloro.
Pasaban los días y más me entraban ganas de “algo” que no sabía que era, me bañaba y me aseaba muy bien mi pequeña y lampiña cuquita, pero notaba que algo le salía que no era chis, era algo babosito transparente que deslizaba con mi dedo por toda mi rayita y me hacía sentir unas cosquillitas muy distintas a las normales bueno hasta me daban ganas de orinarme en mis pantaletitas de niña.
Así pasaron los años hasta la edad 10, recuerdo que conocí a un hombre de otro pueblo en una de mis tantas salidas al monte que hacía yo, ya sea por agua o ir por los animales de corral que se escapaban, me topé con ese hombre en la soledad del monte y me saludó, hola paisanita que haces por aquí, al cual salude de igual manera y comenzamos una plática sin importancia pues él andaba en busca de comprar animales para la reventa en la ciudad, en eso me preguntó que sí por aquí vendían refrescos ya que traía mucha sed, pero le dije que no, ya que por aquí sólo hay agua de pozo y lo lleve hasta donde había uno y le dije que de ahí podía tomar la que necesitara para calmar su sed, lo hizo y continuamos platicando en la intimidad del monte, me senté en el huacal del pozo deteniéndome del arco del mismo para no caerme dentro, en eso me dice este señor y tocándome una pierna, no te vayas a caer para adentro, en ese momento que me tocó sentí como unos toquecitos en mi cuquita lampiña, el dejo su mano arriba de mi rodilla y continuamos hablando. . .
Pero yo sentía algo raro al tener su mano ya más arriba y la movía de arriba hacia abajo constantemente, eso hacía que me sintiera incomoda pero me gustaba, después de tanta platica se puso frente de mí, me tomó por los hombros y me dijo algo nervioso, bueno así lo note, que si le hacía un favorcito y que me daría un dinerito para que lo gastara como yo quisiera, y bueno a esa edad no sabía ¿a qué favorcito se refería?, saco su cartera y me extendió un billete de 20.00 y me lo puso en la mano a esa edad ese billete para mí era como si me hubiera sacado la lotería, el cual tomé y ahí sentadita en el huacal del pozo, este señor se me ubico entre mis piernitas flacas y me jalo de mi caderita hacía él, estando el parado y yo sentada abierta de mis piernitas, me repegaba a él, y poco a poco sentía algo que me restregaba que estaba duro, pero me gustaba yo notaba que el señor se agitaba como si le faltara el aire para respirar, en eso metió su cabeza entre mi cuello y me daba lengüetazos y yo sentía cosquillitas le decía, no señor no me chupe mi pescuezo me da muchas cosquillitas, pero él me daba lengüita hasta que me bajo los tirantes del vestido y me comenzó a lamer mis tetitas planas, ha pero eso sí bien repegado a mi cuquita la cual sentía muy bonito sus restregones, en eso bajo una de sus manos y desabrocho su cinturón bajándose un poco su pantalón con su calzón y extendió esa cosa como la que le vi a mi primo, pero la de este señor se veía más negra, gruesa y larga y me la tallaba en mi cuquita con mis calzoncitos puestos, yo sentía algo rarito pero me dejaba hacer ya que me estaba gustando me lamía todo mi pecho sin chichis, en eso me dice que si ya había comido “palo”, y le digo que no, qué ¿qué era eso de palo? y me dice que le diera el billete que me había dado y me da otro, pero ahora era de a 50.00, lo tomé y se volvió a ubicar entre mis piernas las cuales ya las tenía abiertas e hizo a un lado el puente de mi calzón y me empezó a restregar de manera directa y a mi pequeña cuquita su palo largo y gordo, me levanto las piernitas a sus hombros y pues me sentía mojada de algo que le brotaba de la cabezota de su palo que me restregaba encimita y a lo largo de mi rajadita, en eso me dice. . .
Nena voy a tratar de meter esto aquí, pero creo que no te va a entrar la tienes como el ojal de camisa muy chiquita, pero lo intentaré, en eso sentía como presionaba su palo en mi entradita, yo sólo me dejaba y veía como lo intentaba sin lograrlo, bueno se bajó a chuparme mi rayita y la abrió con sus dedotes, le metió la lengua un buen rato, yo sentía ganas de hacerme chis, en eso le digo, señor pare por favor pare, paree, me estoy miando, pero él me dijo, hazte en mi boca y sin querer sentí orinarme, pero no era orin, sino que dice este señor que rico te veniste pinchi mocosa, pero no sabía que era esa cosa de venirse y se tragaba a la vez todo lo que me salía de mi rajadita yo sentía que todo me daba vueltas, me sentía mareada, pero a la vez sentía muy bonito me temblaban mis piernitas y mi cuerpo, en eso se levantó y nuevamente me levanto mis piernas y guío con su mano esa carne gruesa a la entradita de mi cuquita y ahora sí, sentí como empezó a deslizarse su cabezota muy despacito, en eso ahh, ahhh, ahhhh, me la estaba metiendo y ayyyyyyyy, ayyyyyyyyy, ahhhhhhhh, me había clavado sólo la cabeza, porque yo lo vi, ¡sí era sólo la cabeza! que entró en mi tierna partecita, que me ardía por la apertura de ese invasor, en eso me dice, nenita ya te entró, ¿te dolió?, y yo le dije un poquito en un tono agitado, pero siento bonito déjemelo ahí metidito un rato aahh ahhh, ayyyy, uyyy me está rompiendo, pare por favor, con cuidado ayyyyy, ahhh . . .
Sentía como él se balanceaba de atrás para adelante, sin meterlo más adentro, sólo la cabezota estaba bien metidita y atoradita en mi rajita, veía desproporcionado como de 5” de ancho estaban atorados en mi aproximadamente 1” pulgadita de mi pequeñita cuquita, uyyy decía yo, que rico es el palo ahhhhhhhhh, ahhhhh, me quejaba cuando él se movía, bueno recuerdo que me tuvo ensartadita con su cabezota como media hora o más yo me oriné como 4 veces, ya que él me decía, pinchi mocosa te estás vaciando, ya me tienes mojado hasta los huevos y así estábamos hasta que él, pasado un buen ratito metido en mi, me abrazo más hacía él y sentía que le brincaba su palo dentro de mis labiecitos de mi cuquita y ahhhhhhhh, sentía que me estaba otra vez orinando y el también , hasta que dijo, pinchi escuincla no te lo quise meter todo , porque te hubiera mandado al hospital, pero me vine como nunca y sí, cuando lo trataba de sacar del hoyito de mi pepita con cuidado yo sentía como que yo lo jalaba hacía adentro de mi y el jalaba al contrario para salirse, y se salía un liquidillo blancuzco y me mojaba mi cola, en eso se destrabó de mí y sonó como una botella de sidra cuando se descorcha y bastante babosidad de él me escurrió cuando me bajé del huacal del pozo, sacó un pañuelo de esos que por aquí le llamamos paliacate y me limpio toda y el hizo lo mismo, me quitó mi calzón que terminó lleno de sus líquidos y los míos y me dijo estos me los llevo de recuerdo y me dio el otro billete de 20.00 ahora ya tenía 70.00 para mí, y me dice que si nos podríamos ver la semana próxima. . .
Esperen el siguiente capítulo y remítanme sus buenos o malos comentarios, para publicar el siguiente, que está más excitante y caliente que este, saludos a todos.
Continuará próximamente.
Pequeña y Caliente II
un relato secillo pero interesante