Querida Encarna
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Gallego74.
Fue un encuentro que comenzo lleno de miedos, tu me veias muy joven a pesar de mis 28 años, yo te veia demasiado mujer para mi con tus 40, si realmente creo que los dos estabamos atemorizados ante nuestro encuentro. Mucho habiamos fantaseado antes pero no es lo mismo ante un teclado que en persona.
Te reconoci nada mas entraste en la cafeteria del hotel. Podias haber sido cualquiera pero tus gruesos labios pintados en color rojo, junto con un pecho generoso y un culo que arranco una mirada a casi todos los varones que habia en el lugar, las uñas de rojo por supuesto, como te gusta ese color. En ese momento me entro panico, casi me echo a correr, ahora doy gracias por haber aguantado.
Dudando me acerque a ti y te invite a la mesa. Te acuerdas la conversacion intrascendente que teniamos, que si el tiempo, que tal el viaje, hasta que armandome de valor te invite a la habitacion. Cortesmente te cedi el paso al salir de la cafeteria hacia el vestibulo, algo que parecio alagarte pues me recompensaste con una sonrisa, yo aunque este mal el decirlo aproveche la circunstancia para ver mas de cerca tu culo, ya te habia visto en alguna foto que intercambiamos a traves del messenger, pero nada que ver con la maravilla que ahora tenia delante, creo que me viste a traves de un espejo de recepcion, si asi fue aun ahora no lo se.
Despues de pedir la llave nos dirigimos al ascensor donde una vez en marcha ya no pude resistir mas y suavemente apoye mi mano en tu culo acariciandolo firmemente, caricia que aunque te sorprendio fue bien recibida y se prolongo durante todo el trayecto en ascensor. Me gusto tu forma de reaccionar, siempre como la señora que eres, nunca perdiste la compostura, incluso con mi mano en tu culo apretandote las nalgas.
El ultimo tramo hasta la habitacion se me hizo eterno, queria abrazarte, sentir tu pecho pegado al mio, poder deslizar mis manos por tu espalda bajando esa cremallera que oculta tu cuerpo, un cuerpo que pronto haria mio. ¿Te acuerdas?. Salimos del ascensor, tu delante yo pegado a ti, estabas seria, demasiado quizas, por un momento crei que te ibas a echar atras, realmente lo temi, pero una ultima mirada a tus ojos mientras pasaba la tarjeta por el lector de la puerta me tranquilizo, era miedo lo que habia en tus ojos, si, pero tambien deseo, y excitacion, la misma que habia marcado tus pezones a traves de la tela del vestido, abriendo la puerta entramos cogidos de la mano, quizas una escena demasiado pueril para lo que alli iba a acontecer en breve.
Al cerrar la puerta de la habitacion ambos nos quedamos de pie en el centro de la misma, de nuevo ese extraño panico nos atenazaba. Lentamente me quite la chaqueta y dejandola en el respaldo de una silla, me acerque a ti. ¡Que momento!, aunque no lo creas estaba aterrado, tenia miedo a estropearlo todo antes de empezar, a no llegar al nivel que tu te merecias, a….. no se, mi cabeza estaba a mil, de nuevo tu sonrisa salvadora, me tranquilizo y me dio animos para continuar y ahora si, con mis miedos dominados, me acerque mas y te retire el bolso de tus manos lo deje junto a mi chaqueta y me puse frente a ti, mis manos en tus hombros bajaron por tus brazos y se acercaron a tus caderas, me aferre a ellas y te atraje hacia mi, de nuevo note tus pechos contra el mio, tus pezones se clavaron en mi, duros como piedras, yo tambien estaba muy excitado y seguro que tambien notaste mi polla dura en tu cadera, tras una ultima mirada mis labios se juntaron con los tuyos y nuestras lenguas se entrelazaron en un beso lleno de pasion contenida.
Este beso parecio ser el pistoletazo de salida hacia una carrera de desenfreno y lujuria. Mis manos recorrian tu cuerpo, las tuyas exploraban el mio, lentamente baje la cremallera de tu vestido mientras tu desabrochabas los botones de mi camisa, senti como tus manos recorrian mi pecho, pellizcabas mis pezones mientras tu vestido caia al suelo.
Me hacias gemir, pero te separe, no parecias entender hasta que una sonrisa cruzo de nuevo tu rostro, queria verte detenidamente, lo entendiste e incluso te giraste separandote un poco mas de mi, esplendida.
Tus pechos aparecian enmarcados en un sosten de encaje negro, parecian mas grandes aun de lo que me imaginaba. Un liguero sostenia tus medias y aumentaba mi deseo, por ultimo unas braguitas a juego que escondian tu sexo de mi, aunque seria por poco tiempo.
Me acerque de nuevo a ti, con decision, te cogi de la mano y te lleve a la cama, tu me dejaste hacer, parece que te gustaba que yo mandase que dominara la situacion, dejandote de pie al borde de la cama te pedi que acabaras de desnudarme, tus manos recorrieron de nuevo mi pecho, y tus dientes tiraron suavemente de mis pezones, mientras desabrochabas mi cinturon, el boton del pantalon tampoco se te resistio, por ultimo la cremallera cedio ante ti y mi pantalon cayo al suelo.
Fuiste tu la que se separo ahora un poco para mirarme, parecio gustarte lo que veias por que enseguida volviste a continuar lo que habias comenzado, de nuevo nos besamos, esta vez con furia, con excitacion, yo permaneci con las manos a lo largo del cuerpo, queria dejarte llevar la iniciativa, me gustaba verte tan excitada no queria que nada te distrajera, note tu mano bajar por mi vientre hasta acariciar mi polla por encima del boxer, un gemido de aprobacion alimento mi ego, uuuffff, tu mano se deslizo por dentro del boxer y note como acariciaste mi polla mojada por la excitacion, la recorriste de arriba abajo hasta amarrarme lo huevos y tirarme ligeramente de ellos.
Ahora si que no podia parar, mis manos recorrieron tu espalda provocandote un escalofrio, note tu estremecimiento, te bese de nuevo y mis labios buscaron tu cuello, mientras mis torpes manos intentaban sin mucho exito liberar tus pechos, lo consegui, y por fin los vi, inmensos a mis ojos, con sus pezones duros pidiendome a gritos que les prestase mas atencion, como puedo negarme, al notar mi boca sobre ellos, mi dientes, mi lengua gemiste, fue un gemido apagado estabas abrazada a mi y lo hiciste en mi oido.
Continue bajando y muy pronto estuve de rodillas ante ti, bajando tus braguitas para poder disfrutar de tu sexo, levantaste la pierna y te libere de ellas, aparecio ante mi tu coño mojado, sonrosado, recortadito el vello, abri tus piernas y hundi mi cara en el, tus gemidos fueron mas fuertes y anunciaban un inminente orgasmo que me afane en buscar, mis dedos entraban y salian de ti mientras mi lengua chupeteaba tu clitoris dandole golpecitos y succionandolo, tus manos revolvian mi pelo y aumentaban la presion de mi cara sobre tu coño al llegar al climax, continue un poco mas, chupando, para despues levantarme y besarte de nuevo llenandote la boca de tus jugos que aceptaste con placer, interrumpi nuestro beso con una suave presion de mis manos sobre los hombros, tu obediente te deslizaste a lo largo de mi cuerpo hasta mi entrepierna, y bajandome los boxer cogiste mi polla con la mano comenzando a masturbarme mientras fijabas una mirada traviesa en mis ojos y manteniendola hacias desaparecer mi polla en tu boca, no sabes lo que me costo no correrme en ese momento, afortunadamente lo consegui.
Continuaste durante unos maravillosos instantes en los que tuve que cerrar los ojos por que la sola vision de tus labios rojos alrededor de mi polla podrian provocar mi orgasmo, finalmente tirando de tus hombros dejaste, creo que con desgana, mi polla. Tumbandote en la cama me puse de rodillas entre tus piernas y colocandolas sobre mis hombros golpee con mi polla tu hinchado clitoris, tu gemiste de nuevo, ahora mas fuerte, querias que te penetrara y asi me lo dijiste, pero te hice sufrir un poco queria que me lo pidieras, otra vez, y otra, parecia gustarte el juego.
Colocando la punta de la polla en tu coño, te penetre, lentamente pero sin parar, hasta el fondo, acompañaste la penetracion con un gemido sordo, tus caderas se acompasaban con el ritmo de mis embestidas, y en poco tiempo alcanzaste un nuevo orgasmo, te volviste loca me tumbaste sobre la cama y me cabalgaste en busca de tu placer, vi tus pechos subir y bajar al ritmo de tu galope, me agarre a tus nalgas tu te inclinaste hacia mi y con la boca busque tus pezones, tus gemidos delataban que pronto alcanzarias un nuevo orgasmo, yo tampoco duraria mucho mas, tus gemidos te delataban de nuevo, quedaste sobre mi tumbada con la polla dentro, estabas cansada por el esfuerzo pero yo aun no habia terminado.
Te coloque a cuatro patas sobre la cama y comence a follarte asi, te di alguna palmada en las nalgas, se que te gusta, y aunque protestaste un poco al principio enseguida cogiste el ritmo que marcaba con mis envestidas, no iba a aguantar mucho mas, pero… mucho habia soñado con ese culo para ahora dejarlo ir asi, retirandome de tu interior pase la mano por tu coño y moje tu ano con los jugos que de el salian, tu te tensaste al notar la maniobra, tranquila te susurre al oido, ya se que tu anterior experiencia fue mala pero prometo hacerte gozar y te pedi que confiases en mi, algo mas calmada continue con mi labor introduje un dedo luego dos y comence a rotarlos en tu interior, seguias tensa y te acaricie la espalda, finalmente conseguiste relajarte, quitandome el condon escupi en mi mano y lubrifique la polla, acercandola a tu ano y presione sobre ti, nuevamente te tensaste y acompañe mi penetracion con palabras y caricias hasta que el glande entro en tu interior en medio de un gruñido por tu parte, deje unos minutos para que te acostumbrases y comence un ritmico mete saca, suave, acompañado de un masaje en tu clitoris, incremente mi ritmo, tu intercalabas gemidos entre los gruñidos iniciales y comenzaste a mover tus caderas acompasandolas a mis envestidas, de repente solo gemias, yo te envestia casi salvajemente, agarrado de tus caderas veia tus pechos balancearse, note como tus gemidos se hacian mas intensos y nos corrimos a la vez.
Me tumbe sobre tu espalda mientras recobrabamos el aliento, los dos sudorosos, mojados por la intensidad de la batalla, pero contentos. Asi te recuerdo y estos recuerdos me atormentan cada dia, cada hora , cada instante. ¿Como olvidar esos momentos que me diste?, ¿como olvidar tus gemidos de placer, tu cuerpo temblando bajo el mio, el sabor de tus pezones en mi boca?, ¿como olvidar esa vision de tus labios rojos alrededor de mi polla, la cara del recepcionista cuando bajamos felices, sonriendo con la mirada, agarrados por la cintura cuando entramos temerosos, casi sin dirigirnos la palabra?, ¿cuando…..?, ¿como olvidar todo eso querida Encarna?. ¿Tu has sido capaz de hacerlo?, yo no.
Estos recuerdos me acompañan y me atormentan cada dia, dime que tu no lo sientes, no lo necesitas, dime que no quieres repetirlo, dimelo y aqui lo dejare. Seras solo un recuerdo. Pero si no es asi, si como a mi nuestro encuentro te atormenta y no ha servido para calmar tu interior, si no mas bien todo lo contrario para llenarlo de esperanza por volver a vernos y desesperanza por cada dia que pasa sin conseguirlo, de alegria por el placer dado y recibido y de tristeza por saber que solo podemos alcanzar ese placer estando los dos juntos.
Te imagino con tu marido, me atormento imaginandolo encima tuya, gozandote. Te quiero para mi, con tus aires de señora y con tu corazon de puta.
Atormentadamente tuyo
Antonio
Autor: Gallego74
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