RELATO ERÓTICO – Soy nuevo en el barrio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Reconocía el barrio luego del medio día. Hacia poco que me había mudado allí.
Era una zona rural. Algunas casa eran muy lindas y otras no tanto. Hasta había algunas que databan de 100 años atrás.
En el patio de una de esas estaba un Sr., de quizás mas de 60 años, bebiendo caña.
Buenas dije, buenas Don dijo (Esa costumbre del Don!!. UD. es el nuevo vecino? Venga a tomar conmigo.
Bueno – Dije – gracias y entré, era una tranquera bien de campo. Me hizo sentar a su lado y me paso un vaso con caña. Lo note algo ebrio pero aun estaba en sus cabales.
Yo estaba vestido con un short muy cortito y una remera tan larga como el short. Al sentarme se me levantó y mostré todos mis muslos, blancos, depilados muy femeninos, regordetes. El no pudo evitar admirármelos y yo me percaté de que a cada rato me echaba miradas libidinosas y muy ansiosas. Me gustó y lentamente, como al descuido, fui subiendo más y más mis short hasta mostrar parte de la cola y cadera.
El tipo estaba rojo, quizás por la bebida o lo que veía o por las dos cosas.
Hablamos de todo, a pesar de que el tipo me miraba como el “lobo feroz” a cada rato.
Cuando ya habíamos “bajado” mas de una botella me contó que hacia mucho tiempo que no tenia sexo, que estaba solo y necesitaba a alguien con el.
– No te aguantas más? – Pregunte
– No, hace ya varios años – dijo
– Debes haber juntado muchas ganas!!!
– Ni te lo imaginas! – dijo.
Ya era la tardecita y el sol estaba bajando rápido y le dije
– Me parece que debo irme así Ud. hace sus cosas.
– NO! Saltó, quédate a comer
– Demasiada euforia en la invitación, yo estaba seguro que después vendría la parte en que se me tiraba encima.
– No es molestia? Pregunté.
– NO! Que va! – Dijo
– Quédate y la pasaremos lindo!
– (Uyy pensé, este se me tira con todo!!!- La tendrá grande?)
Me quedé y saco de la heladera algunos fiambres y más caña y me dijo, dale mientras yo me baño.
– Bueno, Le dije
Cuando salio del baño lo hizo rodeado por una toalla grande que casi lo tapaba entero. Se sentó a mi lado y levantó la toalla hasta mostrar parte del miembro. Ahora era yo quien miraba a cada rato. Lo poco que se veía parecía la trompa de un elefante!
Yo aguante pero el no. Me pasó una mano por los muslos diciéndome
– Me gustan, me dejas besarlos?
– Aja – Le dije.
Y así, sin otro preámbulo, se armo la fiesta.
Me los beso y pareció que le dió un ataque de locura. Me abrazó por debajo de los brazo, me levanto, y apresuradamente me apoyó contra la mesa, me arrancó el short, me abrió la cola y me enterró el pene, que sentí tan grueso que me puse a gritar despavorido pensando que me iba a rajar al medio. A el no le importó y empujó y empujó hasta que logró introducirme la cabezota con una especie de “flop” y me brotaron las entrañas rodeándoselo. Yo sentía que se me abría la cadera, me estaba dislocando!. Me dolían las articulaciones porque se me habían separado los muslos y ya no pude estar parado, pero el me sostenía mientras seguía empujando y empujando, apretándome contra él. Tenía muchísima fuerza esa bestia y su pijón me entraba lentamente, abriéndome como si yo fuera de manteca, separándome los muslos cada vez más. Yo estaba colgando de su miembro y las piernas me bailaban como si fueran de trapo, ya ni las podía dominar tan separadas que estaban. De a ratos me venían unos terribles mareos y estuve a punto de desmayarme mas de una vez. Yo sentía que entraba y más y más en mi cuerpo. Su miembro parecía interminablemente largo además de exageradamente grueso. Entre vahído y vahído pensé
-Vos querías algo grande eh? – Acá lo tienes ahora y te está abriendo entero!
Me tomó de los lados de la cadera y me apretó contra el con toda su fuerza y mis esfínteres dejaron de ofrecer resistencia. Me dilaté totalmente y entre en un estado de semi conciencia, totalmente entregado y relajado, colgando de el. Me pareció sentirlo en el estómago. Me dolía todo, la cola, las piernas el estómago y el recién empezaba!
Entró entero en mí. Su pelvis se apoyó contra mis nalgas con mucha presión porque el seguía empujando y apretándome como desesperado. Me toqué los costado y ohhh! Tenía la cadera anchísima, como si me las hubiera operado. Toque mi cola y también estaba ancha y abierta hacia los cuatro lados y me sobresalían las carnes. El jadeaba y trataba de entrar más y más pero ya había hecho tope contra mis glúteos. Cuando dejó de empujar y se retiro un poquito sentí como un vacío en el estómago, era que me estaba arrastrando consigo las entrañas
Me tiró sobre la mesa y se me arrojó encima y apoyándose en las dos manos me empezó a galopar. Me entraba y salía, con cierta dificultad. Primero lentamente, pero después con tanta velocidad y fuerza que me tenía constantemente temblando. Y me cogió y cogió y cogió, yo creo que por más de dos horas. Yo ya no sentía la cola pero si sentía algo muy grande que me hinchaba y descuartizaba muy adentro, cuando entraba se me abrían los muslos y cuando salía se me cerraban de nuevo y me provocaba ese vacío en todo mi cuerpo. Al rato sentí que se envaró, se le puso rígido todo el cuerpo y el pene se le endureció de tal manera que casi me levanta, y se le hinchó más y más hasta que lanzó como un aullido y al grito de: ME ACABO! ME ACABO! ME ACABO! me inyectó una crema espesa y caliente que se me desparramó en todo el organismo impregnándome de esperma hasta la última célula. Fue tanto y tanto el líquido que me metió que se escapaba por mis bordes porque yo ya estaba repleto de todos sus jugos previos y ahora su semen.
Ahí quedo, muy enterrado en mí, temblando y drenando, mientras su pene se sacudía con poderosos estertores dejando dentro de mí todos sus elixires. Lentamente fue dejando de tener contracciones y se quedó un rato apretándome. Cuando lo quiso sacar, no pudo, porque se le había hinchado de tal manera y tan adentro que se había “abotonado”. Tiro y tiro hasta que despacito fue extrayéndolo de mis profundidades, llevándose con el mis tripas, las que me quedaron colgando y chorreando. Cuando el vio eso se abalanzó y se metió en la boca todo lo que salía de mi cuerpo y chupando fuertemente fue sacándome el semen que el mismo me había inoculado.
Yo seguía como en brumas, en otro mundo, casi desvanecido, sin fuerzas y sumamente dilatado. Aún tenía abierta la cadera y separados los muslos. Terminó de chuparme y al darse cuenta de mi estado me alzó y tendió en la cama, me dio un beso en la cola y fue para el comedor.
Paso media hora y yo ya tenía todas mis “parte” en su lugar. Agotado y sin fuerzas pero estaba bien.
Recordando todo lo que me hizo hacia un rato me excité.
Lo llamé y cuando vino le pregunté si podía hacerlo nuevamente pero ahora acostado en la cama.
– Seguro que quieres? Me pregunto, como asombrado
– Espérame, ya vengo…
Al rato volvió. Apenas se me acercó la abrí el pantalón y le saque el pene. Quería tocarlo, tenerlo. Si que era grande, pesado, tenía mas de 22 cm quizás 25! Y de grueso orillaba los 18! Apenas lo toque comenzó a largar jugos. Me senté y se lo chupe fuertemente abriendo desmesuradamente la boca. El jugo estaba saladito y largaba cada vez más.
Lo chupe y chupe y cuando pensé que se correría me tire en la cama y descaradamente, le entregué la cola bien abierta y levantada para que me penetrara. Lo hizo sin ningún miramiento, me penetró muy rápido y muy adentro, abriéndome otra vez la cadera y separándome los muslos. Me sobreexcité y me desmayé. Comencé a ver todo nublado y lejano. Lo único que sentía con claridad era eso inmenso que tenia adentro, que me llenaba todo el cuerpo de carne mientras entraba y salía de mí. Cada vez que se me metía muy adentro se me escapaba un chorro de semen, una vez tras otra, sin parar. Me estuvo galopando un rato muy largo, mientras yo no podía salir de mi estado de aletargado y lo único que sentía era que se me expandía la cadera, una y otra vez. Yo quería más y más.
– No acabes le decía, no acabes por favor, esto es tan lindo!!!.
Ya sus jugos me desbordaban mojando toda la cama y en eso gritó, Ahhh!! OTRA VEZ!!! ME VIENE!!! y se apretó con más fuerza, me ensanchó terriblemente el cuerpo y me inundó con semen mientras su miembro se sacudía y temblaba dentro de mí haciéndome trepidar entero. Yo lanzaba semen cada vez que el eyaculaba y me expandía las entrañas. Me fui inflando mas y mas a medida que el expulsaba su semen, hasta que sus jugos empezaron a salir a chorros de mi cola. Mis orgasmos me recorrían el cuerpo, cuando el me inyectaba, yo me contraía entero y así estuvimos como 15 minutos. Y cuando me la sacó de allá adentro, continué contrayéndome y lanzando esperma por un largo rato, sin voluntad ni fuerzas para moverme. Y me fui durmiendo lentamente…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!