sasha 2
conociendo una forma de trabajar.
historia no es mia, solo la estoy tomando de base para mis siguientes relatos, mi intencion no es acaparar, solo que la historia me gusto mucho y quiero continuarla con otro punto de vista, creditos al creador de la primera parte
Sasha 2
Conociendo a Sandra y a mi primer cliente
Sandra y yo ingresamos a la casa y nos dirigimos al baño; en donde nos dimos una ducha en la que cada una enjabono el cuerpo de la otra. De esta forma pude observar por primera vez en mi vida a una transexual desnuda y a una verga humana. Al principio me sentía algo cohibida, pero mi vecina me alentó a que le tocara su miembro viril sin miedo.
Mientras lo hacía; mi vecina me contó que tenía 30 años y que se prostituía desde los 13 años. También me relato como fue que decidió transformarse en lo que era a los 15 años. Su verga había recobrado vida mientras me relataba su vida ya que yo no había podido dejar de sobarla y ya media 20 cm de largo por 6 cm de diámetro.
Con un tono serio y autoritario; Sandra me ordeno darme la vuelta y apoyarme en la pared de la ducha. Yo le obedecí sin protestar y segundos después con un fuerte empujón me encontré nuevamente penetrada por mi cola; lo que me hizo gritar con fuerza. Dado que yo solo medía 1.15 metros y Sandra medía 1.85 metros al quedar empalada por su verga también quede suspendida en el aire; sosteniéndome solo de la pared y la verga dentro de mi adolorida cola.
La mujer transexual me penetraba con tanta violencia que hasta podía sentir su garrote en mi estómago. Sandra además de realizar el típico mete y saca; mordía mi cuello y mis orejas mientras que con sus manos parecía querer exprimirme los pezones. Todo esto me excitaba tanto que tuve un orgasmo mucho más intenso a los vividos minutos antes y que me hizo desmayarme.
Para cuando recobré la conciencia ya era de noche y lo hice recostada en mi cama. Según mi reloj despertador faltaba poco para que mi madre volviera de su trabajo y no había rastros en la casa de lo sucedido esa tarde ni de la vecina transexual, lo que en cierta forma me alegro, pero también me entristeció un poco. Las únicas evidencias de lo acontecido, estaban en mi maltratado cuerpo infantil que poseía los rasguños de Rocco en mi cintura; un par de pequeños moretones en la base de mi cuello; mis pezones adoloridos e irritados y claro esta; mi cola muy adolorida.
Me puse un camisón que me llegaba a las rodillas y volví a acostarme. Tal vez por el dolor o el cansancio que tenía, me dormí nuevamente y no escuche cuando mi madre llego de trabajar. Tampoco escuché cuando mi progenitora se marchó al día siguiente y solo me desperté ante el insistente sonido del timbre de la puerta. Al abrir la puerta quede sorprendida ya que del otro lado se encontraba Sandra.
– Hola perrita… ¿estás sola? – dijo mi vecina traspasando el umbral de la puerta y cerrándola detrás de ella con rapidez.
– Ho-Hola… – respondí yo – Mi mama se fue a trabajar temprano – agregué.
– Bien, bien… ¿ya desayunaste nena? – pregunto la mujer mientras se movía por la casa como si fuera la dueña.
– No… ¿qué hora es? – respondí preguntado yo.
– Jejeje… son las seis y media de la mañana – dijo la vecina mientras abría la mochila que traía con ella y sacaba una bolsa con biscochos de una panadería y la colocaba en la mesa del comedor – ¿Cómo está tu culito?… ¿te duele? – Interrogo la vecina mientras se dirigía hacia la cocina.
– Si… un poco – respondí yo.
– Jejeje… ya te vas a acostumbrar – dijo burlonamente la mujer.
– Anoche me cogieron 5 machos por la cola, pero ninguno la tenía tan grande como yo. Jejeje – agrego la vecina.
– ¿Estuviste con 5 hombres? – dije yo algo sorprendida.
– Así es… toma… para que veas que no te miento – respondió sacando de la mochila unas pequeñas bolsas plásticas con líquido en su interior y que después sabría que eran preservativos con semen.
Mientras desayunábamos charlamos sobre sus experiencias sexuales y mientras lo había fue sacando de la mochila una gran colección de juguetes sexuales. Esto en cierta forma a mí me estaba excitando y Sandra me hizo aproximarme a ella. Cuando lo hice me saco el camisón para después besarme. La boca de Sandra tenía un sabor distinto al del día anterior; era una mezcla de café, tabaco y algo más que supe distinguir, pero que me agradaba.
Las manos de la transexual comenzaron a acariciar todo mi cuerpo; pero con especial énfasis en mis nalgas y en mis pezones. Esto me éxito y no pude evitar gemir en varias ocasiones. Entre susurros; Sandra me dijo que a ella no le gustaba tener sexo con mujeres y menos penetrarlas por la vagina, pero que yo era la excepción a eso y que con mucho gusto me desvirgaría la vagina. Esto me hizo gemir más fuerte aun ya que, me imaginaba que sería algo mucho mejor a lo del día anterior.
Sandra tomo uno de los juguetes que había dejado sobre la mesa y lo coloco en mi boca para que lo lamiera y succionara. Este juguete era un plug anal pequeño de unos 10 cm de largo. Después de unos minutos de tener en mi boca ese artefacto de goma; la transexual me lo retiro para introducírmelo de un solo golpe en mi cola. Yo no pude evitar dar un pequeño quejido al ser penetrada bruscamente por ese aparato, lo que hizo que Sandra sonriera maléficamente.
Aunque me resultaba incómodo y molesto tener el plug dentro de mi cola; nos dirigimos hasta mi dormitorio tomadas de la mano. Allí; Sandra se desnudó para mí, haciendo un sensual baile mientras yo permanecía sentada en mi cama. Estaba hipnotizada por la bella mujer transexual, su baile y principalmente por su verga.
Lentamente; Sandra se fue aproximando a mí y cuando solo estaba a unos pocos centímetros de mí, extendió su mano y acaricio levemente mi rostro. Introdujo uno de sus dedos en mi boca por unos segundos e hizo que abriera mi boca. A continuación, introdujo en su totalidad su flácida verga en mi cavidad bucal y rápidamente comenzó a crecer allí adentro. Con sus manos sobre mi cabeza; Sandra marco un ritmo lento de sacar y meter su verga en mi boca y aunque el garrote de la transexual tenía un sabor algo agrio y salado a la vez no me desagradaba.
Con su miembro viril erguido completamente; Sandra me ordeno recostarme en la cama para después de escupir una gran cantidad de su saliva en mi vulva comenzar a frotar su verga en mis labios vaginales. Esto me hizo gemir un poco y Sandra sonrió preguntándome si me gustaba. Yo le respondí afirmativamente y la transexual comenzó a aplicar cada vez más presión en mi vulva; lo que hizo que dejara de gemir y me quejara por la molestia, pero Sandra continuo con su trabajo y yo podía sentir que su verga se iba introduciendo en mi vagina y me producía más dolor.
Para cuando casi la totalidad de la verga de Sandra se encontraba dentro de mi infantil vagina; yo no podía parar de lloriquear y le pedí a la transexual que dejara de penetrarme, pero ella continúo sacando y metiendo su barra de carne en mí. Pronto dejé de quejarme y comencé a gemir cada vez más fuerte.
Durante algo más de media hora, estuvimos así y cuando mi cuerpo comenzó a temblar y convulsionar fruto de mi orgasmo; Sandra retiro su verga de mi vagina y me hizo darme vuelta en la cama. De esta forma; quito el plug de mi cola e introdujo su verga en mis intestinos haciéndome dar un breve y fuerte grito por la forma violenta en que lo hizo. Pocos minutos después; la transexual me anuncio que estaba descargando su semen en mi interior. Nos quedamos recostadas en la cama y Sandra se durmió profundamente poco después. Yo, aunque me sentía algo adolorida estaba feliz por la experiencia que había tenido y también me dormí.
Cuando me volví a despertar; ya era casi el mediodía y en mi cama ya no se encontraba mi pareja transexual, pero había unas pequeñas manchas de sangre y semen en las sabanas producto de mi desfloración. Me dirigí a la cocina y allí me encontré a Sandra aun desnuda y preparando una rica comida. Al terminar el almuerzo; Sandra me ordeno que le chupara la verga y obedientemente me arrodillé ante ella y comencé a realizar lo que me había solicitado cuando unos minutos después, sonó su teléfono móvil.
No había prestado atención a lo que hablaba Sandra por teléfono y poco después me interrumpió en mi labor. Unos segundos más tarde finalizo la llamada y con una sonrisa pícara me condujo a mi cuarto. Allí; revolvió entre mis ropas y me ordeno que me pusiera una de mis polleras escocesas del colegio y su correspondiente camisa blanca sin darme motivos para ello. Después de eso; tomo de su cartera un pequeño estuche y me maquillo, pintándome los labios con un rojo intenso y algo de maquillaje en mi rostro. Para finalizar; me hizo dos colas de caballo con mi largo y rubio cabello.
Me observe por unos minutos frente al espejo; mi pollera solo alcanzaba a cubrir mis nalgas, la camisa anudada en mi pecho y abierta dejaba ver mis pezones infantiles. En cierta forma; esta transformación me gustaba y no podía dejar de mirarme al espejo. Sandra; mientras tanto se vistió con algo de rapidez y cuando escucho una insistente bocina automotriz fuera de la casa me tomo de la mano y me guio hasta salir de la casa.
Afuera había un automóvil con los vidrios negros y al que nos subimos rápidamente. El conductor saludo a la transexual y a mí también para después poner rumbo hacia un motel en las afueras de la ciudad. Yo tenía algo de miedo, pero de alguna forma sabía que Sandra no me lastimaría y que gozaría mucho en esta nueva experiencia.
La habitación del motel era enorme y además de poseer una cama enorme, tenía dos televisores en los que rápidamente el hombre que nos llevó sintonizo películas pornográficas para después comenzar a desnudarse. El hombre se llamaba Hugo, tenía 70 años, era algo calvo y algo obeso. Además, poseía unos ojos color verdes y una tupida barba candado. También era viudo y poseía mucho dinero. Pero lo que más me llamo la atención era que en su piel había varios tatuajes y en su verga había varios piercings.
– Cuando me dijiste que me tenías una sorpresa no me imaginaba esto – le dijo Hugo a Sandra refiriéndose a mi presencia.
– Si no te gusta; nos vamos – respondió Sandra ya casi desnuda.
– Es una nena… ¿cuántos años tienes? – me pregunto Hugo acercándose a mí.
– Tengo 9 años señor – respondí con algo de temor y sin poder quitar mi vista de su verga.
– 9… pensé que tenías mucho menos – dijo Hugo haciéndome parar sobre la cama.
– Y ya no le quedan agujeros vírgenes – dijo Sandra aproximándose a nosotros.
– ¿Así?… – dijo algo intrigado el hombre.
– Ayer se desvirgo el culo con su perro y después se lo termine de romper yo – dijo la transexual blandiendo su verga que comenzaba a crecer.
– Y hoy a la mañana le rompí la concha y me la chupo – agrego Sandra sonriendo.
El hombre exigió que le contáramos lo sucedido en mi debut sexual y mientras lo hacíamos, su verga comenzó a crecer hasta que llego a tener el mismo tamaño que la de Sandra. Mientras la transexual le relataba mi historia; Hugo me masajeo las nalgas y para cuando llego al momento de mi desvirgación vaginal me hizo colocar en cuatro patas sobre la cama y me empezó a lamer la cola. Esta situación me éxito y comencé a gemir.
Al cabo de unos minutos sentía dos lenguas que se peleaban por lamer mi rosado agujero trasero y como los dedos de Sandra y de Hugo entraban y salían de allí haciendo que se dilatara. Poco después, fui penetrada analmente por la verga de la transexual y el hombre me ordeno que le succionara su miembro; lo cual hice con mucho esmero.
Unos minutos más tarde; le succione la verga a Sandra mientras era penetrada por mi ano con el garrote del hombre. Poco después tuve mi orgasmo y Sandra descargo su semen dentro de mi boca; lo que hizo que me ahogara y comenzara a toser, escupiendo parte de ese néctar blanco en los grandes pechos de la transexual. Sandra me hizo recolectar su semen con mi boca y mientras lo hacía, Hugo lanzo su néctar directamente en mi rostro.
Permanecimos los tres recostados en la cama por unos minutos para recobrar fuerzas y fue Sandra la que volvió a iniciar el juego. El transexual tomo de su mochila un largo consolador rojo con doble cabeza y de más de 40 centímetros de largo. Hugo al verlo inmediatamente se colocó en posición de perrito sabiendo lo que seguiría a continuación. Sandra se colocó de la misma forma, pero detrás del hombre y en sentido opuesto para después ordenarme que les lamiera a ambos sus traseros.
Por varios minutos estuve intercalando lamidas en los anos de Sandra y de Hugo; quienes gemían antes los embates de mi lengua. Sandra me indico que colocara los extremos del consolador directamente sobre sus anos y unos segundos después, fui testigo de cómo la transexual y el hombre se empalaban con el instrumento de goma al unísono. Poco después y sin que me lo ordenara nadie me recosté boca arriba entre las dos personas y comencé a succionar sus vergas hasta que se irguieron y minutos más tarde descargaron nuevamente su semen en mi rostro. Hugo, al ver mi rostro cubierto de esperma no pudo contenerse y me beso fogosamente. Sandra se nos unió también y entre los dos prácticamente me limpiaron el rostro.
La barba de candado de Hugo me hizo cosquillas en un principio cuando este comenzó a lamerme la entrepierna; pero poco después estaba gimiendo y dando pequeños quejidos como una endemoniada ya que Sandra torturaba mis pezones pellizcándolos, mordiéndolos y estirándolos lo más que podía.
Hugo me penetro suavemente la vagina y aun así pude sentir en mi útero el frio piercing que poseía en la punta de su verga; también podía sentir en mis labios vaginales al resto de los piercing que tenía en su zona genital. Esto fue tan sublime para mí, que tuve un intenso y casi agotador orgasmo. Poco después; me encontré montada sobre el hombre y lo cabalgaba con esmero mientras succionaba la verga de Sandra.
No recuerdo cuanto tiempo pasó hasta que Hugo inundo mi útero infantil con su esperma y la verga del hombre fue reemplazada por la del transexual; quien al cabo de unos minutos más tarde también me deposito su néctar blanco y cremoso mientras convulsionaba en un tercer orgasmo intenso.
Estaba como en trance y no recuerdo cuando salimos de aquel motel ni en qué momento llegamos hasta la puerta de mi casa. Allí; Sandra me dio un tierno beso en los labios y me entrego una gran cantidad de dinero diciéndome:
– Esto es por tu primer día de trabajo… no te lo gastes todo linda putita.
Fue así como me inicie sexualmente a los 9 años; primero analmente con mi perro Rocco y después por el resto de mis agujeros con mi vecina transexual. Y gracias a ella comencé mi carrera como prostituta. Mi madre hasta el día de hoy sigue creyendo que soy una niña quinceañera muy estudiosa y educada cuando en realidad soy una adicta al sexo y que gano más dinero que ella. En cuanto al dinero que gano; al principio lo guardaba muy bien, pero después y como para justificar algunas de mis prendas le hacía creer a mi madre que enseñaba a compañeros míos lo que no habían entendido en clase.
Fin primera parte.
nota: a partir de aqui continuare escribiendo para los estimados lectores
Buen relato sigue contando… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Hola espero la continuación con muchas ganas muy buen relato 10 d 10