Señor y muchacha
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Una joven de apenas 18 años, buena familia, buena estudiante, nunca salía de noche menos ese dia, sus amigos y amigas eran bebedores habituales. Habían bebido mucho esa noche, a Laura todo le daba vueltas en esa discoteca. No sabía donde estaba su novio y buscándolo se había perdido de sus amigos. Se comenzó a marear y vio la puerta de salida de la discoteca, necesitaba tomar el aire. Anduvo sin rumbo buscando alguien conocido, el mareo iba en aumento. Se sentó en un portal. No se podía levantar. Una arcada le vino de repente y comenzó a vomitar. Apenas pudo evitar el vomitar y manchar su vestido…
Antonio paseaba como cada noche por esa calle, los fines de semana odiaba esa juventud que solo sabían emborracharse, a sus 64 años era un hombre muy serio y no comprendía esas cosas. Era un hombre solitario, de carácter arisco. Había enviudado hacía 6 años y desde ese dia se hizo muy antisocial. En la puerta de esa discoteca era prácticamente imposible andar por la cantidad de gente que había fuera. Todo eran gritos, cánticos, alcohol…A medida que se fue alejando el tumulto era menor. Al girar en la esquina hacia su casa la vio. Era una jovencita de apenas 18 años, calculó. Estaba muy borracha, vio que había vomitado en el portal e incluso su vestido.
– Niña, deberías irte para casa
– No soy ninguna niña….- le dijo esa joven casi sin poder entenderle por culpa del alcohol- tengo novio…
– Y no está contigo tu novio?
– Lo perdí…
– Pues debes irte para casa, no puedes quedarte ahí, estás muy mal
– No por favor…Mis padres están de viaje y no quiero estar sola
Antonio no sabía que hacer. Hacía mucho tiempo que no sentía ese sentimiento de compasión. Miró a la muchacha y pensó que podría ser su nieta y debía ayudarla.Se agachó y la ayudó a levantarse. Decidió que la llevaría a casa a darle un café y que se duchara en agua fría para ver si espabilaba. Ya en casa pudo comprobar que aquella muchacha estaba muy manchada de vómito. La llevó al baño y le dijo que se diera una ducha, que el cogería la ropa y se la lavaría y secaría. La dejó en el baño sola mientras le preparaba un café. Cuando volvió a ver si estaba se la encontró allí sentada tal como la había dejado él..
– Debes darte una ducha
– No puedo…al moverme me caigo – esa muchacha miró a Antonio y le dió las gracias- gracias por ayudarme, es usted muy bueno
– No soy bueno, es lo que tengo que hacer, venga …te ayudaré
Antonio sin pensarlo mucho buscó como se quitaba ese vestido, vio una cremallera y la bajó. Deslizó los tirantes por los hombros de esa muchacha. No pudo evitar mirar hacia su sujetador y sus pechos. Se puso nervioso. Hacía mucho tiempo que no veía a una mujer asi. La ayudó a deslizar el vestido por las piernas. Vió sus braguitas. hasta las braguitas estaban manchadas de vómito. Sin pensarlo dos veces le desabrochó el sujetador y le quitó la braguita. Antonio intentaba no mirar. La ayudó a meterse bajo la ducha…
– Ahora duchate tu, venga…
Antonio esperaba mirando para otro lado. Aquella muchacha estaba inmóvil bajo el agua, no se movía. Antonio se dio cuenta que o lo hacía él o no terminarían nunca. Cogió gel de baño y comenzó a ducharla. Al ducharla no pudo evitar mirar a esa muchacha desnuda. Era una joven preciosa. Sus pechos eran pequeños pero eran perfectos. Al enjabonarlos sintió avergonzado como tenía una erección muy fuerte. Se sorprendió al sentir en sus manos,como aquellos pezones se agrandaban en sus manos. Una parte de su mente le decía que prolongara ese baño el máximo tiempo posible, otra parte de su mente le decía que aquello no estaba bien y se apurara.
Enjabonó su estómago y pubis. Al introducir la mano entre los muslos de aquella niña se sorprendió al sentir que sus manos no notaban el roce de ningún vello, era un tacto totalmente suave. Su erección se hizo muy intensa. Aquella rajita era carnosa, suave, tierna…desprendía mucho calor contra su mano. Un gemido lo hizo volver en sí. Deseaba seguir acariciando el sexo de aquella muchacha pero sentía que se estaría aprovechando de ella y de su borrachera. La quitó el jabón y la secó con mucho cuidado. La metió en su cama con mucha delicadeza y ella se durmió. Antonio aprovechó para lavarle la ropa y en la secadora secársela. Mientras dormía él la observaba. No recordaba haber visto nunca una muchacha o mujer tan bella.
Se quedó observándola largo rato. Antonio se fue al baño a darse una ducha. Mientras se duchaba, Laura se comenzó a despertar. Se sintió desconcertada, no sabía dónde estaba, aquella casa no le resultaba conocida. Recordó vagamente haber estado vomitando en un portal…Recordó un señor que la ayudó. Se avergonzó al recordar que ese hombre la había duchado…Estaba desnuda en esa cama. Desde la cama vio a ese hombre pasar por delante de la puerta desnudo, se estaba secando. Al intentar levantarse tiró al suelo su ropa limpia que Antonio había puesto sobre la cama. Ese hombre se giró y asomó su cabeza por la puerta.
– Has despertado, bella durmiente?- el vio su cara de vergüenza, de miedo- tranquila, no te haré daño. He tenido que lavar tu ropa que estaba vomitada
Laura seguía mareada,al intentar levantarse casi se cae y Antonio con una toalla por la cintura se apresuró a agarrarla. Llegó justo a tiempo de sujetarla y ella se desplomó sobre la cama encima de él. Ella se echó a llorar pidiéndole perdón. Estaba desconsolada y él se conmovió con aquella muchacha. La tranquilizó acariciando su cabello. Poco a poco fueron conscientes que estaban abrazados y lo único que separaba sus cuerpos era la toalla de Antonio. Ella se avergonzó mucho al sentir sus pechos desnudos sobre el pecho de aquel señor. Podía sentir el cosquilleo que el vello de aquel hombre le producía en sus pezones. Se quedaron en silencio.
Laura apoyó su cara en el pecho de Antonio y cerró los ojos. Antonio sentía la respiración entrecortada de aquella muchacha en su pecho, Podía notar perfectamente los pechos desnudos de la joven, incluso sentía que estaban muy endurecidos. Se puso muy nervioso, ella notaría en su cara su corazón tan acelerado. Estaba sintiendo el calor del vientre de aquella joven en su sexo tapado por la toalla. No podía evitar que su cuerpo reaccionara. Hacía mucho tiempo que no estaba con una mujer y pensaba que nunca con alguien tan preciosa. Laura comenzó a sentir contra su vientre aquella presión que le estaba haciendo temblar. Sentía que ese hombre estaba comenzando a sentir una erección. Pensaba que debía separarse de ese señor. Pensaba en su novio…Pero su cuerpo no era capaz de apartarse. Bajo la toalla notaba que aquel bulto aumentaba de tamaño y presionaba su vagina. Sentía el pene de aquel hombre justo bajo su sexo. Se estremeció al sentir que de su rajita resbalaban gotas de flujo hacia la toalla. No se decían nada…solo sus respiraciones rompían el silencio de esa habitación…. Laura se abrazó fuerte a ese señor y ni siquiera era consciente que sus caderas comenzaban a moverse muy ligeramente buscando el roce contra ese bulto cálido.El sonido de sus respiraciones se vio acompañado por el ruido del roce de su vagina contra la toalla abultada. Laura respiraba contra el pecho de ese señor. Cada vez se movía más contra él. Antonio respiraba fuerte, estaba muy excitado….
– Si lo deseas , aparta la toalla cariño….- le dijo entre susurros al oído de la muchacha
Pensó que no lo había escuchado, Laura seguía moviéndose contra la toalla. Sentía que estaba gimiendo contra su pecho. Después de un rato sintió que la muchacha bajó la mano y maravillado sintió que la joven apartaba la toalla. Laura lo miró muy avergonzada y él la apoyó de nuevo en su pecho. Sintió como la muchacha dejaba caer sus caderas sobre las suyas y notó con inmenso placer como la vagina desnuda se apoyaba en su sexo excitado. Laura se estremeció de placer. El sexo de ese señor no tenía nada que ver con el de su novio. Lo sentía mucho más grueso, grande, hinchado. Su contacto la hacía temblar todo el cuerpo. Antonio al sentir aquel contacto pensó que nunca sintiera una vagina como aquella. Era extremadamente suave, cálida, carnosa…y estaba literalmente empapada de flujos. Ella se frotaba contra él y gemía excitada.
Era como si se estuvieran masturbando uno al otro con sus sexos. La niña aumentaba los movimientos, estaba descontrolada. Antonio sentía su pecho lleno de saliva de Laura que gemía con la boca abierta. La muchacha comenzó a estremecerse, a convulsionar. Se estaba corriendo sobre él. Antonio llevó sus manos a las nalgas de la muchacha y la apretó con él. Sintió de pronto ese líquido salir a borbotones del sexo de esa muchacha contra su pene. Estaba orgasmando en sus brazos…No podía controlar su cuerpo, al hacer movimientos más largos Antonio sintió que su pene estaba frotando peligrosamente entre los labios de esa rajita.
Ella no se detuvo cuando su pene comenzó a resbalar dentro de ella. Sintió aquella vagina estrecha abrazarse a su pene como un guante. Aquella muchacha ardía en su interior. Antonio gimió excitado. La muchacha se movía descontrolada. Laura levantó sus pechos del de él y Antonio los miró fascinado. Los acaricició con deseo y llevó su boca a aquellos pezones endurecidos. Al chuparlos, la muchacha comenzó a correrse de nuevo y a moverse muy rápido. Lo iba a hacer correrse como no se parara. Un nuevo orgasmo atrapó el cuerpo de esa joven y su vagina comenzó a vibrar y a apretarse a su pene. Su orgasmo era inevitable. Laura sintió aquel sexo de hombre muy tenso y por los gemidos de ese señor,supo que se iba a correr y le besó la boca. El beso de esa boca de muchacha excitada lo hizo correrse abundantemente , sintió vaciarse totalmente en ella…
Laura lo abrazó avergonzada pero a la vez feliz de haber sentido lo que era hacer el amor con un hombre de verdad. Se abrazó a Antonio y apoyó su cara en su pecho…
– Tranquilo,tomo la pildora hace 4 meses…- llevó su mano al sexo de Antonio y acariciándolo le dijo…- me gustaría sentirlo más días…
Antonio se ruborizó, estaba feliz pero avergonzado al sentir que aquella muchacha conseguiría de él lo que quisiera….
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