Servicio social en el asilo
Esta ocasión contaré cómo fue mi experiencia haciendo servicio social en un asilo de ancianos..
Está historia tiene lugar cuando tenía 19 años.
La universidad pide hacer servicio social a todos los alumnos y hay muchas instituciones que aceptan jóvenes para que les ayuden, yo había ido a varios lugares pero estaban llenos, hasta que llegué al asilo donde pregunté si podía hacer mi servicio social, la encargada me dijo que si aceptaban jóvenes pero que por lo regular eran hombres, me dijo que las chicas no solían durar mucho tiempo porque aveces tenían problemas con los abuelitos, pero me dijo que si yo aceptaba podía empezar el siguiente día. Le pregunté qué clase de problemas y me dijo que eran cosas sin importancia, por lo que acepté y al siguiente día, temprano más o menos a las 8 de la mañana me presenté en el asilo nuevamente.
Lo primero que hicieron fue darme un recorrido por las instalaciones, luego me presentaron a los abuelitos, eran 13 abuelitos, todos de observaban saludables a excepción de uno que estaba en silla de ruedas, y todas las abuelitas se veían muy bien, todos me saludaron y fueron muy amables, luego fui a la oficina y me explicaron que podía ayudar a los abuelitos en el área recreativa, era una sala donde y tenían libros, juegos de mesa, televisión y cosas de entretenimiento, también debía llevarles el medicamento que me entregarían en enfermería a las horas indicadas, también podía llevarles café, té o algún bocadillo si me lo pedían.
Yo iba a la universidad de 2:00 a 7:00 de la tarde por lo que me dijeron que debía presentarme todos los días de 8:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, y que si algún día necesitaba podía cambiar mi horario al turno de noche.
Así que comencé mi servicio haciendo lo que se me había indicado todos los abuelitos se portaban muy bien y eran cariñosos, a mi me gustaba mucho ir al asilo. Hasta que un día los abuelitos empezaron a comportarse de manera un poco extraña, empezaron a ser “más cariñosos” aprovechaban cuando estaba cerca de ellos y tocaban mis piernas de forma discreta, yo no le tomaba importancia pero, conforme pasaban los días, sus cariños iban aumentando y eran más descarados, empezaron a tocarme las nalgas, o se acercaban muchísimo tiempo ara que sintiera sus bultos, cosa que empezó a molestarme un poco, pero al mismo tiempo me excitaba, me sentía muy confundida, y decidí platicarlo con la encargada, me dijo que esos eran los problemas que habían tenido las chicas anteriores y que por eso se iban, pero me dijo también que nunca habían hecho nada más, que ella agradecía mi ayuda y esperaba que pudiera continuar apoyando, pero que respetaba si mi decisión era no volver, pero que por favor no hiciera ningún escándalo. Lo estuve pensando toda la tarde y decidí que volvería, al siguiente día hice todo con normalidad, dejé que los abuelitos me manosearan como todos los días, la encargada me dijo que le daba gusto que hubiera regresado.
Conforme los días pasaban los toqueteos de los abuelitos me molestaban menos, hasta que empecé a disfrutarlos, y empecé a acercarme a ellos con más y más confianza, cuando tenía oportunidad les acercaba las nalgas para que fuera más fácil para ellos tocarme, de vez en cuando me ponía faldas para que pudieran tocar mi piel, o blusas con escote para que pudieran ver un poco de mis tetas.
Un día, llegué y uno de los abuelitos seguía en su habitación, me mandaron a llevarle el desayuno, cuando entré al cuarto estaba acostado.
— Buenos días Pedrito, no se siente bien?
— Me siento desganado mi niña, mi hijo no me visita hace tiempo, me das un abrazo?
— Claro que sí. Lo abracé y no perdió tiempo en ponerme las manos en las nalgas y empezar a apretarlas
— Pedrito que hace?
— Mi niña necesito cariño y tú me puedes ayudar. Seguía apretándome las nalgas
— Mmmm me van a regañar Pedrito
— Nadi se va a enterar mi niña, a ver déjame verte las tetitas por favor y me jaló la blusa
— Ay Pedrito no. Pero lo dejé sacarme las tetas
— Que bonitas tetas mi niña me dejas darles besitos? Y se abalanzó sobre ellas antes de que pudiera negarme.
Me quedé quieta y lo dejé lamerme las tetas, tomo mi mano y la puso sobre su verga
— Mira como me puse mi niña hace mucho que no se me ponía así de dura, pero así me la pusiste, que vas a hacer ahora?
— Que quiere que haga Pedrito?
Se quitó el pantalón y se acostó en su cama
— Quítate toda la ropa y súbete, ven quiero que tú solita te ensartes aquí
Me quite toda la ropa y me subí en el puse mis rodillas una a cada lado de su cadera
— Que rica estás mi niña, siéntate clávatela toda
Me senté hasta que la tuve completamente dentro su verga era delgada pero bastante larga. Empezó a apretarme las nalgas para que me moviera de arriba a abajo se sentía muy bien, pero no aguanto mucho, me lleno de leche rápido
— Ya niña ya bájate, ponte la ropa rápido y vete a seguir trabajando.
Me sorprendió un poco como reaccionó después de llenarme de leche, pero le hice caso y continué con mi trabajo.
No sabía lo que me esperaba después…
wow ke rico ehhh