Sofía Ardiente Volcancito, Cap. 11.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Bien mi estimados amigos y (as) de esta bella y distinguida comunidad, que me hacen el favor de seguir mis relatos, que con mucha pasión y gusto confeccioné, para esta chica a la que admiro mucho, por su forma de ser, su noble comportamiento a esta tierna edad que tiene y sobre todo su responsabilidad con la que se maneja al igual que sus “hermanitas”, que hacen un trío muy compenetrado entre ellas, para mí son “Las Chicas Súper Poderosas”, por tiernas, dulces y avasalladoramente hermosas por donde se les vea; paso a dar escritura a este capítulo el cual, con este llegaba a su final de la manera siguiente:
Cómo han de recordar, del capítulo anterior de la experiencia vivida por Sofía, la cual fue penetrada por vez primera analmente, por don José, de una manera muy suave, pero a la vez bastante intensa para su edad, misma que durante el día siguiente se quejaba de dolor clásico, de haber sido profanado su anito, los dolores no cesaban durante el día siguiente del evento, la chiquilla estaba infamada de su vientre, teniendo que llamarme don José a donde me encuentro ahora, en el viejo continente, platicándome el suceso de lo que había pasado con Sofía, para ver que podía hacer desde aquí, pues le di indicaciones precisas de lo que tenía que hacer y comprar en una farmacia ciertos medicamentos y demás, le pedí hablar con Sofía, para que me explicara lo que sentía, la cual platicamos vía telefónica de esta manera:
So.
–
–
–
Hola pa’, snif, que hacen allá, snif, snif, pa’ fíjate que papi José me lastimo mi colita ayer y me duele mucho, snif, snif, y tengo inflamada mi pancita, tengo hasta calentura, snif, snif.
Sg.
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–
–
A ver sofí que pasó cuéntame bien, ¡qué te dejaste hacer!, ya vez que eres muy chillona, pero ahora siento que si lloras de verdad, platícamelo todo.
So.
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–
–
Ay pa’ pues mi papi José, me metió su pene en mi colita y me lastimo mucho, anoche después de que llegamos de dejarlos en el aeropuerto.
Sg.
–
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–
Ok, a ver dime donde te duele, o te arde, ¿pero puedes ir al baño a hacer de la popó?
So.
–
–
–
Sí puedo pa’, pero me duele mucho, para hacer y tengo inflamadito el hoyito de la caca, y me arde para limpiarme y no aguanto sentarme, sólo me acuesto boca-abajo y me duele mi pancita mucho.
Sg.
–
–
–
Ok, ¿te sale sangre cuando pujas para defecar?, ¿Cuándo pujas te duele el vientre o sea la pancita? Dices que te sientes caliente de la frente, tomate la temperatura y mientras hablamos, y me dices los grados.
So.
–
–
–
Sí pa´, ya me puse el termómetro, es que yo no quería, pero papi José me empezó a picarme por atrás y pues yo sentía bonito, ¡pero cuando me lo fue metiendo sentía muy feo! y le dije que parara, pero no me hizo caso, ¡cuando sentí ya me lo había metido todo!
Sg.
–
–
–
Bueno temperatura no tienes, estas caliente yo creo porque estabas acostada y tapada, y el dolor te hace sentir caliente, aun así te vas a tomar un antibiótico para prevenir alguna infección, ya le dije a José que fuera a comprar a la farmacia algunas medicamentos, para el dolor y una crema para desinflamar ese anito, ok.
So.
–
–
–
Sí pa’, yo me tomo lo que digas, pero cúrame de este dolor de cola, snif, snif, ya no soporto, hasta el calzón me molesta uy, ¿pa’ y Sandra le pasó igual que a mí?, cuéntame.
Sg.
–
–
–
No hija ella fue algo distinto a ti, muy suave todo, ella se dio sola, pero ella está bien, no le pasó lo de a ti, es más, ayer anduvo en caballo de paseo por unas llanuras aquí, y ni se quejó para nada, ella está bien.
So.
–
–
–
Ay pa´ que bueno tu si sabes tratar a nosotras las nenitas, ¿verdad?
Sg.
–
–
–
Pues sí, ya ella te platicará su aventura conmigo, bien te tomas los medicamentos, cómo le indique a José, tomas baños de asiento o en la tina con agua fría cada 4 horas y te llamó mañana, para que me digas como vas, no te espantes, ¡es normal en algunas chicas lo que te pasó, cuídate!, pi, pi, pi, pi, pi.
Ya de regreso don José con los medicamentos recetados le dio al instante cómo se lo indico Sg.
, pasados los minutos la metió a la tina del baño y la sentó en unas toallas llenando de agua fría esa tina de baño, la dejó un buen tiempo ahí, mientras le daba otro medicamento, posterior a todo esto, la levantó la secó muy delicadamente y en brazos la llevó a la cama, para ponerle esa crema en su inflamado anito que ya comenzaba a bajar de lo hinchado, al que le puso generosamente ese medicamento, y la dejó boca-abajo desnudita, sólo la cubrió con un edredón y se salió dejándola descansar y que durmiera, regresando cuatro horas más tarde, para su baño de asiento con agua helada, el mismo procedimiento los medicamentos previos su baño y su crema en su anito, pero observó don José que ese anito ya estaba imperceptiblemente desinflamado, ya Sofía toleraba la manipulación de pasarle la crema en la colita, ya no se quejaba y hasta sonreía de los manoseos que le daba don José.
Al día siguiente hablo Sg.
, con don José, preguntando como iba Sofía, si ya se había desinflamado y quitado el dolor parcialmente, y entre la plática de ellos, Sg.
, le pidió fuera a dar una vuelta a su casa, ya que no se podía comunicar con Aleida, y estaba preocupado, ya que no le contestaba ni el celular, ni el teléfono de casa, ni mensajes a su correo, en eso salió de inmediato a ver qué pasaba en esa casa y encontró a Aleida y a Tania jugando dentro de la pequeña piscina de la quinta SG, las saludó y se comunicó de inmediato, para decir que todo estaba bien, que no tenían el celular ahí, ya que estaban en la alberca jugando y no escucharon sonar el teléfono, ya que tenían música, ya una vez comunicado, Aleida se salió de la alberca y Tania se quedó dentro, todavía jugando sola, para sorpresa Aleida salió desnudita completamente y se metió a la estancia previa a la sala, mientras don José se dio a seguirla, ella inclinada se secaba, sus pies, sus pantorrillas y don José al ver esa posición y las antójables nalgas de Aleida, de inmediato se acercó y la tomó por atrás, para darle una friccionada a esos glúteos duros que tiene, por sus ejercicios de aerobics a los que asiste diariamente, Aleida se dejaba hacer y don José bien erecto se daba a penetrar con todo y tela de su pantalón su miembro entre los cachetes traseros de Aleida, quien ya se había excitado por los movimientos coitales que le daba en su trasero don José, en eso estaban, cuando sin percibir y sentir, Tania apareció y se quedó en el umbral de la puerta de cristal sin que ellos se dieran cuanta que eran observados por la pequeña, quien al ver esas acciones se dio a pasarse sus manos por sus incipientes e imperceptibles pechos que ni siquiera asomaban un breve nacimiento aún, bajaba su manita a su abdomen planito y se masajeaba, hasta que esa manita se posó encima de su monte de venus infantil, y se manipulaba de una forma muy lenta y la mirada perdida, pero observando ese baile coital, sin penetración alguna, sólo eran frotadas muy intensas, un dedito de ella, encontró la rayita imberbe y Tania se lo pasaba muy delicadamente, hasta que encontró el botoncito de placer de ella misma, pasados unos escasos minutos, un gritito se escuchó detrás de la pareja de la danza de encoxamiento, al voltear don José vio a Tania que tenía una lluvia dorada que salía en espasmos, hasta las piernitas delgadas le temblaban, sus ojos en blanco anunciaban un goce propio de la nenita, Aleida la tomó de la espalda, la abrazó y don José la cargó llevándola dentro a la sala a recostarla después de que terminó de vaciar su orina, por lo que se quedó dormida.
Vio su reloj de bolsillo José, y le dijo a Aleida que regresaría más tarde, ya que le tocaban los medicamentos a su princesa Sofía, y su baño de agua helada en sus pompis, pero que platicara con Tania de lo que le había sucedido y que vendría por la tarde a estar con ellas, para comer pizzas y otras cosas, pero que quería el platicar con Tania, ya que la vio en un estado muy excitante, le dio un beso intenso a Aleida y se acercó a darle un piquito en la boca a Tania quien ni cuenta se dio de ese detalle, ya que continuaba semi-inconsciente o dormida por lo sucedido minutos antes.
De regreso a casa don José fue de inmediato a ver a su princesita a quien le dio el medicamento, la llevo a la ducha, para su baño de asiento, la dejo reposando unos minutos, para después retirarla, secarla perfectamente, cual bebé sacada de su bañera y cargada delicadamente, para ponerla en la cama y aplicarle la crema en el lugar indicado, pero ya su princesa Sofía, ya no se le veía rastros de inflamación alguna, la manipulación al verter y untar la crema en su anito ya no causaba estrago alguno en ella, quien se dejaba hacer y pasar las manos de su papi José, quien la mimaba y le decía muchas cosas tiernas en ese momento de medicación, le pidió que se vistiera ya que iban a salir a la casa de pa’ galeno, ya que les había prometido a Aleida y a Tania que comerían pizza por la tarde y quería pasar la tarde con las tres entreteniéndose con ellas, con unos juegos de mesa.
Ya una vez en camino Sofía y don José, pasaron a comprar las mencionadas pizzas y demás alimentos de complementos, helado y las gaseosas, para todas y él, ya Sofía había dejado atrás esas molestias anales, ni se acordaba, iba contenta ya que antes de llegar a la casa de S-g, también pasaron a hacer la liquidación de la compra del vehículo que le entregarían a don José, tres días después, para su princesita, por lo que más feliz andaba esa diva en pequeño, ya que ella lo escogió a su gusto, color y aditamentos extras, sin presumir la adquisición un gol GT-2016, color rojo encendido con interiores de piel y quemacocos, una belleza de auto, para una belleza de princesa, bueno me salí de lo importante, sólo era por mencionar lo mucho que quiere ese hombre a esa niña-mujer.
Llegando a casa de S-g, ya esperaban Aleida y Tania esos alimentos, los cuales degustaron los cuatro, entre risas, bromas y platicas, para posterior a esto, don José se fue a sentar a un mueble individual de la sala a ver tv, mientras las tres chicas levantaban la mesa, en eso estaban cuando la pequeña Tania fue a ofrecerle un café a don José en donde él estaba viendo sus noticias vespertinas por cable, mismo que aceptó de las manitas tiernas de Tania, quien llevaba puesta una faldita a media pierna y una blusita entallada, con zapatos de taconcito un poco altos escolares y sus calcetas blancas caladas, la nenita se veía una auténtica “lolita”, en eso le dio un sorbete a su exprés, la observo de pies a cabeza y se dio un largo, pero morboso diálogo entre ellos así:
J.
–
–
–
Oye Tania eres muy hermosa y que bonitos ojos tienes, ¿no te gustaría jugar un poco conmigo?
Ta.
–
–
–
Mm, ¿a qué?, sí quiere nos metemos a la alberca y jugamos a la pelota dentro, ¡ya que hace mucho calor!
J.
–
–
–
Uy sí, sería bueno, pero no tengo bañador aquí, sólo que veas si S-g, tiene alguno en su recamara, y me lo pongo y entramos, ¿quieres?
Ta.
–
–
–
Sí, deje ver, ya que está cerrada su recamara con llave, le pregunto a Aleida, a lo mejor ella sabe dónde están, ¡espere, no tardo!
J.
–
–
–
Bueno, pero no tardes eh, ya que estoy “caliente” y quiero entrar al agua contigo, ¡apúrate!
Ta.
–
–
–
Sí mire aquí hay tres que estaban en donde hace rato me hice pipí, ¿se acuerda?
J.
–
–
–
Cómo no me voy a acordar, si hasta me mojaste mi playera, ya que te cargué, para traerte aquí en la sala, ya que te medio desmayaste, platícame, ¿qué sentiste al hacer eso?, ¿ya tenías rato atrás de Aleida y de mí?
Ta.
–
–
–
Pues, no mucho, pero los vi que usted le puso su “pilin” entre las nalgas a Aleida y pues, comencé a sentir algo raro en mi cuerpo, ¡sentía que mi corazón se salía por mis orejas!, y sin querer mis manitas buscaban mi cuerpo y pues sentí ganas de orinar y no me aguante y me hice ahí paradita viéndolos.
J.
–
–
–
Ah, ¿pero te gustó lo que hiciste?, o ¿ya lo habías hecho antes?, ya que noté que estabas como nerviosa, ¿ya te has tocado, como te vi hace rato?
Ta.
–
–
–
Ah, ¡sí apenas hace dos días con Aleida, jugando en la cama a las cosquis! las dos ella me alzó y nos caímos, pero una de sus manos quedo entre mis piernas y me hacía más cosquis ahí abajito y pues me gustó, pero sentía raro como hoy.
J.
–
–
–
Y nada más esa vez jugaron así, o fueron más veces que estuvieron de traviesas, ¿platícamelo todo Tania?
Ta.
–
–
–
Bueno sí, le digo, pero me da pena, ¿déjeme ver si van a salir Aleida y Sofía?, ya que escuché que van a ver lo de los vestidos para la graduación de la escuela con la costurera.
J.
–
–
–
Ok, ve a ver, no tardes, mientras me pongo aquí el bañador, ¿pero me cuentas todo, eh?
Ta.
–
–
–
¡Ya se van!, que le dijera, que van a ver lo de los vestidos y van a comprar unas cosas al centro, que regresan en tres horas más o menos, y que se van en la motocicleta de Aleida, ¡que aquí espere a Sofía!
J.
–
–
–
Bien gracias por decirme, bueno ya escuche la máquina de la moto que encendió, y ya cerró la cochera, de aquí del monitor veo que ya se fueron, ¡a ver ven, siéntate en mis piernas y platícame!
Ta.
–
–
–
Sí, ¿dónde quiere que me siente?, encima de su pierna o de las dos, ah, ya sé de caballito ¿puedo?
J.
–
–
–
Claro Tania, móntate en mis piernas y, ¡mientras me cuentas yo te hago el “upa, upa” del caballito!
Ta.
–
–
–
Sii, me gusta ese juego, ¡mi padrino así me hacía muchas veces!, antes que llegará mi mami del trabajo, ¡pero a veces me juntaba mucho a él!, y terminaba jugando encima de mí y me pegaba su pilin mucho en medio de mis piernitas, hasta que se orinaba dentro de su ropa.
J.
–
–
–
¿Cómo que tu padrino te hacia eso?, mejor cuéntame eso que dices y lo de Aleida contigo, lo dejamos para después, ok
Ta.
–
–
–
Bueno sí, lo que pasaba que mi mami llegaba tarde de trabajar y él llegaba 3 o 4 horas antes que ella y al principio jugábamos cosas de adivinanzas, juegos de palabras, hasta a las muñecas que las desvestía y luego me hacía vestirlas de nuevo y a mis barbis les pasaba la lengua en las partes de en medio de sus piernas y se las tallaba en su pilin hasta que se notaba que manchaba sus pantalones y me decía uff, ¡ya me orine de jugar con ellas!
J.
–
–
–
Mm, ¿y qué hacías tú?, al ver eso, que le hacía a tus muñecas, ¿sentías algo raro o te daban ganitas de hacer pipí?
Ta.
–
–
–
Pues al principio me daba risa, de ver lo que le hacía a mis muñecas, y más me daba, cuando salía corriendo al baño a limpiarse de esa chis que botaba, hasta que una vez me dijo que ya le había chocado cogerse a mis barbis, ¡qué quería que yo fuera una de ellas! y jugar como lo veía hacer con mis muñecas.
J.
–
–
–
A qué hombre tan malo, entonces veías lo que les hacía a tus muñequitas muchas veces, ¿verdad?, ¿pero sentías algo aquí, en tu cosita?, o cosquis en tu pancita.
Ta.
–
–
–
Sí, sentía muchas ganas de hacer pipí, ¿pero no era?, ya que iba al baño y sentía una babita que me mojaba mi rajadita y manchaba mis calzoncitos y ¡la sentía con juguitos más espesos que mi pipí!
J.
–
–
–
Y él sabía lo que te pasaba, de lo que me cuentas, ¿te tocaba tu cosita con la mano, con los dedos?, o nunca se dio cuenta de esa cositas que me platicas.
Ta.
–
–
–
No, cuando jugaba con mis muñecas así, nunca me tocaba, sólo me daba caballito cuando no podía orinarse en sus pantalones, pero era mágico ya que me montaba pegado a él y ya sentía que botaba el chis, ya que me presionaba mucho en mi cosita su pilin.
J.
–
–
–
¿Y tú te sentías hacerte pipí en ese momento?, o después que se iba a limpiar él al baño y tú te quedabas esperando para ir también, después de él.
Ta.
–
–
–
Ah pues sí me mojaba, cuando me montaba mi padrino en sus piernas, sentía bonito, algo raro que me daba cosquis y me latía el corazón muy rápido.
J.
–
–
–
Pero eso era todo o hubo más cosas que te hizo “tu padrino”, ya me cansaste de mis piernas, te voy a subir un poquito más arriba, ¿quieres?
Ta.
–
–
–
Bueno, ¡acomódeme dónde no le canse!, pues sí una ocasión me quitó mis calzoncitos y él se bajó su pantalón y el calzón y me montó encima de su pilin, que lo tenía bien parado y me lo pasaba muchas veces en la rajita y me presionaba hacia abajo, muchas veces, y me desgarro el espacio entre mi cola y mi cosita, por eso S-g, me operó aquí en su casa, Aleida, Sofía y Sandra lo ayudaron, ya que no quiso mi mami que esto se supiera, ya que lo iban a meter a la cárcel y es que mi padrino es amante de mi mami.
J.
–
–
–
Orale Tania, que cosas, pero no te penetro con su pilin el hoyito donde haces pipí, ¿o, si?
Ta.
–
–
–
Noo, ¡no pudo!, sólo me lastimó ese lugar que le dije y ahí me echó sus meados olorosos a cloro, ¡guácala!, de acordarme me da asco ese olor, uff.
J.
–
–
–
Ah, bueno y sientes algo de estar encima de mí, ¡como estas ahora, encima de mi pilin!, ya que desde hace ratito siento que te mueves muy despacito.
Ta.
–
–
–
Ah, sí siento bonito de platicarle lo que me pasó, pero me da cosquis su pilin en mi cola, se le siente bien gordito, ya hasta me acomodé mejor encima de él, ¿me deja moverme un poquito encima de usted?
J.
–
–
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Desde luego que sí, aunque puedes hacerme magia, como a tu padrino y me puedes hacer botar el chis oloroso a cloro, cómo dices, jejeje, ¿no te molestaría eso?
Ta.
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Ah, pues ¿a poco a usted le huele igual que a mi padrino su chis?, ¡bueno si le hago magia!, pero se orina en el bañador y así no me da asco, ¿sale?
J.
–
–
–
Oye Tania, no te gustaría probar mi chis con tu lengüita, no es malo, ya vez cómo está Aleida de maciza de su cuerpo y sus nalgas duras y sus senos bien hermosos, ¿no te gustaría estar así como ella?, ella se toma mi chis de vez en cuando, ¿quieres probarlos?, no saben a cloro, son entre dulces y saladitos y cremosos, parecen yogurt natural.
Ta.
–
–
–
¿A, poco a eso saben esos chises de ustedes los hombres?, ¿no me engaña, verdad?, a mí me gusta mucho el yogurt de ese de la vaquita con granola y miel, haber sáquese su pilin, voy a intentarlo, ah pero antes voy al refrigerador a traer un poco, por si no me gusta su sabor, me tomo el del vaso, ¡espere!
J.
–
–
–
Jejeje, ¡sí ve por el bote completo, te lo vas a tomar todo, ya veraz!
Ta.
–
–
–
Sí ya está, ¡hay como medio litro!, ¡a ver enséñeme cómo le hago con la lengua en su pilin!, ahhh don José ¡que pilin tan grande tiene y grueso!, nooo, mi padrino no lo tiene así, es más chico, delgado y prieto, uff, me da hasta miedo de verlo, pero si dice que me voy a poner cómo Aleida de frondosa, pues sí le doy mi boquita, mmmm, mmmm aummmm
J.
–
–
–
Ahh, sí dale despacio lengua en la puntita y poco a poco lo vas metiendo a tu boca, lo que puedas, ¡no muerdas!, sólo los labios y la lengua se deben usar, para que suelte yogurt natural, tu dale sin miedo, ahh, ahhh, sigue, sigue, dale lengüita, pero estás en el piso, ven te cargo con la cabeza hacia abajo y tus piernitas las enroscas en mi cuello, aquí sentados en el mueble, ahhh, vente arriba Tania.
Ta.
–
–
–
Sii, ¡pero súbame usted a donde dice!, pero no me vaya a soltar eh, ¡me agarra fuerte!
J.
–
–
–
Cómo crees que te suelte, ¡te voy a soltar mucho y mejor yogurt!, ¿ya veraz, que ricos saben?, hasta vas a pedir más, dale nena lengua, mucha lengüita, ahhh, ahhhh, síii, ¡levanta las manos del piso! y agárrame el pilin con tus dos manos y muévelo de arriba hacia abajo, mientras lengüeteas la cabecita, ahh, ahhhhhhhh, sigue, ahhhh, mmm, que bonito calzoncito, ¿me dejas ver que guarda debajo de él?
Ta.
–
–
–
Ahmmm, ahmmm, ¿pero ya estoy mojadita de mi pipí?, ahmmm, ahmmm, ¿quiere verme mi cosita, verdad?, ahmmm, ahmmm, ¡pues sí míreme dentro!, ahmmm, ahmmm, mmm
J.
–
–
–
Mm, que rica cosita güerita, y bien mojadita mmm, hasta me dan ganas de darle yo también mucha lengüita, mmm, ¿ya te ha dado besitos tu padrino en ese rinconcito?, mmm, mmm
Ta.
–
–
–
Nooo, nunca sólo me la vio muchas veces, pero nunca me la besó, ahmmm, ¿por qué?, ¿acaso quiere besarme mi cosita?, ahmmm, ahhmmmm, ¿si quiere dele unos besitos?, mientras le sacó su yogurt, ahh, ahhhhhh, ¿Qué me hace, don José?, ahhh, ahhhh, ahhh
¡Esos no son besitos!, ahh, ahhhhhhh, ¡esa es su lengua!, ayy, que bien siento, ahhh, ahhh
J.
–
–
–
Sí también le voy a dar lengüita a tu culito rosadito, siente mi lengua en el hoyito de atrás, amm, ammmm, slurp, slurp, mmm, ¿te gusta eso que te hago?, amm, ammmm, mmmm,
Ta.
–
–
–
Síii, siiii, ahh, nunca había sentido esto que me hace, ahhh, ahhh, siento que voy a orinarme, ahhh, ahhhh, ¡bájeme voy al baño!, ahh, ahhh, ahh, ya no aguanto me hagoooo
J.
–
–
–
No mi niña, ¡tú me orinas la cara y la boca con tus orines!, ahh, ahhh, suéltalos, suéltalos, ahhh, ahhh, acaba en mi boca, ahhh, ahhhh, ahhhhh, dámelos, dámelosss, ahhh, ahhhh
Ta.
–
–
–
Ayyy, ayyyy, ¡¡¡me salen, me salen!!!, ayyy, ayyyy, ayyyyy aaummmmmmmmmmmmm, me estoy orinandooooooooooo, ayyyyyy, ahhhhh, no puedo detener mi pipiiiiiiiiiii, ahhhhhhh
J.
–
–
–
Siiii, que ricos pipis bien calientitos, ahhh, que rico me mojaste la cara, hasta me tome unos chorritos directos de tu cosita, ahhh, ahhhh, que ricos te saben nena, ahhh, vente vamos a terminar a la estancia de la alberca, ahí te daré mi yogurt, ¡sígueme!
Ta.
–
–
–
Uy, ¡cárgueme, me tiemblan las piernas!, pero sí vamos allá para que me quite la falda y el calzón, ¡ni se diga acabé echa una sopa!, uff a usted le mojé todo de mis pipis, ¡vamos!
J.
–
–
–
Ven Tania siéntate en esta mesa de ping pong, y te ayudo a sacarte la ropa, desabróchate tu faldita y yo te la saco, mmm, eso es levanta la cadera, ya también el calzón de una vez, para que no estés incomoda, recuéstate en la mesa, ya le puse una toalla, para que no sientas lo frío de la madera, ¡eso es! Y con esta otra toalla te seco lo mojado de tus piernitas y,,,,,,,,,???
Ta.
–
–
–
–
Ay don José qué pena, nunca había hecho estas cosas, ahh, ya estoy seca, ya la toalla absorbió mis pipis, ¡ya me conoció mi pequeña intimidad!, qué pena don José, pero no vaya a contarle a Aleida de mí, porfis, me va a dar más pena, ¡yo no digo nada de esto!
J.
–
–
–
A ver nena, ¡abre esas piernitas!, ¿para presentarle mi pilin a tu cosita? y que se den unos besitos, ábrete, ahhh, ahhhhh, que caliente se siente tu rayita, ahhh, ahhhh, ahhhhhhhh
Ta.
–
–
–
¿A poco se besan nuestras cosas? Pero su pilin es muy grande, mire parece un hongo su cabezota, ahhh, ahhhh, uyyy, ¿qué me hace, que me haceee?, ahhh, ahhhh, sientooo, cosquis, siiii, muchas cosquis en mi cosita, ahhhh, deme más, deme masssss, ahhhhhhhhh
J.
–
–
–
Ahhh, espera, espera, voy al carro por un lubricante, para que sientas más bonito, no te muevas de aquí, ahh, ahhh, ahora regreso, ahhh, mientras tócate como en la mañana, a ver si alcanzas a orinarte otra vez, ahhhh, date deditos en este lugar, ¡siente, aquí!
Ta.
–
–
–
Síii, ¡no se tarde, me estaba gustando lo que me hacía!, ahhh, ahhhhh, uff, mis deditos y mi botoncito, ahh, mientras llega don José me doy solita, ahhh, ahhhh, que ricoooooooo
J.
–
–
–
Ya regresé Tania, mira este lubricante es calientito, te lo pondré un poco en tu rayita y tú te lo esparces bien con los deditos, mientras yo me pongo un poco en la cabecita de mi pilin, para que qué le de muchos besitos a tu cosita, mmm, ¿quieres?
Ta.
–
–
–
Sí, sii, que su pilin bese mi cosita mucho, ahh, que calientito se siente ese aceitito, ahhh, se resbala bien, ahhh, ahhhh, ¡ya póngase a darle besitos con su pilin a mí cosita!, ahhh, ahhhhhhh, ¡¡¡mire así, me entra un poquito mi dedito largo!!!, ahh, que rico siento ahhhhh
J.
–
–
–
Sí, ya voy, ya voy, ahhh, ¡a ver que sientes!, ahhh, ahhhhhhh, que rica te sientes aceitadita de la chapita, ahhh, ahhhh, ¿te gusta así? Que te de “brochita” en la rayita, mmmm, mmm
Ta.
–
–
–
Siiii, ssiiiíi, siga, sigaaa, ahhh, que bien siento así, ahhhhh, ¿Qué me hace don José?, ahhh, no me vaya a empujar su cosote por favor, ahhh, ¡así sólo en la entradita!, ahhh, ahhhhh
J.
–
–
–
Ahhh, Tania, ahhh, estás muy calientita de ese rinconcito, ahhh, ahhhh, ¿sientes como besa mi pilin, tu cosita jugosa?, ahhh, ahhhhhhhh, tu déjate hacer, mmm, voy a empujar un poco en ella, debes aguantar ahhhh, te haré muy despacito, pero me vas diciendo si quieres que pare o siga más, me dices, mmmm, ya va abriéndote ¿sientes?
Ta.
–
–
–
Ayyy, síii, ayyy, siento que me abre mucho, ayyy, ¡otro poquito más!, ahh, ayyy, ayyyy, mas, masss, uyyy, no mucho, nooo, ya, yaa, yaaa, hasta ahí, ya quédese quieto ahí, ahhhh
J.
–
–
–
Ahhh, síi, estas muy cerrada Tania, ahh, ahhh, ¡pero ya entre un poquito entre tus labiecitos!, ahhh, ¿te duele?, ahhh, ahhhhhh, ¡dime!, ahhh, yo aquí parado entre tus piernas veo hasta donde te entra, ahhh, ¡¡¡pero hoy no te penetraré más!!!, sólo hasta ahí, ahhhhh
Ta.
–
–
–
Ahhh, siii, siiii, que bien siento don José, ahhh, ahhhh, ¿a poco me cabría su pilin en mi cosita?, lo veo muy grueso y largo, ahhhh, ahhhh, ¿no creo que me entre, ni su cabezota?
J.
–
–
–
Sí te entra Tania, sólo que hay que saber hacértelo, ahhh, hay que iniciarte de a poco y veraz que si entra, pero más grande de edad, ahora no, sólo “jueguitos calientes”, cómo hoy, hasta que te entre bien la cabeza, y lo toleres, pero mientras así, ahhh, ahhhh, ahhhhhhh
Ta.
–
–
–
Si, don José, ahhh, ahhhhh, lo que usted diga, ahhhh, ¿pero, y su yogurt me lo dará?, en mi boquita o ¿dónde?
J.
–
–
–
Sí, el yogurt, ahhh, ahhhhh, ¡te lo echaré en tu pancita!, ay van, ahhhhhhh, ahhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhh, tómalos todos en tu cuerpito, ahhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhh
Ta.
–
–
–
Ayyy, ¿don José, qué es eso? Ayyy, me tira esa cosa babosa en mis pechos ayyy, en mi pancita, ayyy, ayyyy, hasta a mí nariz le llegaron sus gotas, ahhh, ahhh, que calientes se sienten encima de mí, ahhhh, uff, ¡quítemelos!, ayy, qué asco, ayy, huelen a puro cloro
J.
–
–
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Sí huelen así por la excitación que me diste, pero úntatelos en el cuerpo y en los pechitos, y dejas que se sequen en el sol, para que se acostumbre tu olfato al aroma de hombre, ahh
La llevó José al pasto que circunda la alberca y la tendió al sol, hasta que el esperma vertido en el diminuto cuerpecito de Tania, se secó por completo y la hizo vestirse así, le dijo que no se bañara, hasta al otro día, ya que quería, que la descubriera Aleida por la noche, cuando duermen, de esos aromas ya conocidos por ella y que son los de él, para ver su reacción, y cómo iba a actuar esa chica Aleida, ante ese descubrimiento olfativo de ella.
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– C O N T I N U A R Á.
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Amigos lectores, no puedo terminar la trama, ni darla por concluida con este capítulo, sigue la secuencia, para otro episodio más, espero no aburrirlos por la lectura, pero surgen cosas calientes y morbosas que debo plasmar, a petición de la autora Sofía y de la escritora Ariel Aleida, por lo que se ha decidido darle otra secuencia más, para un buen final, que ya próximamente, sí será el último, para concluir este relato extenso, erótico, morboso y lleno de mucha ansiedad por descubrir el final, esperen el 12, mis respetos a todos.
Cómo siempre les comento a los amigos y compañeros de la comunidad, y a los que lleven el gusto en hacer comentarios alusivos a este capítulo, saga y relato en general, mi perfil queda abierto para los que tengan ganas de hacerlo, indico que las contestaciones relacionadas a la trama, por el momento son contestadas por la autora la lindísima Sofía y por la bella sirena del golfo de México Ariel Aleida, los comentarios a mi persona los hago yo, desde el viejo continente, donde me encuentro en estos momentos, por motivos de mi profesión médica, saludos a todos, regresaré a la brevedad con el gran final, hasta pronto.
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