Sofía Ardiente Volcancito, Cap. 8.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Hola a todos disculpen la tardanza por no relatar este capítulo, ya que por causas meras de mi profesión, me fue imposible darle la continuidad debida y pues regreso con más morbo, intensidad y erotismo en esta, la cual será la antepenúltima parte de este relato explosivo a la mente de ustedes mis amables lectores y amigos de la comunidad.
Cómo recordaran partes del capítulo anterior, de esa noche de fin de semana que vivieron don José y sus nenas al regreso de las albercas y el alquiler de los disfraces, por lo que esa noche se convirtió en fantasía de ver a sus chiquillas, como él quería, con los atuendos de sus personajes favoritos de él, los cuales fueron de “Blanca Nieves, Ariel y Pocahontas”, y haberlas posicionado con los cuidados debidos a las tres chiqui-mujercitas en terrenos sexuales, ya que por ser menorcitas las trata con mucha precaución, pero las hace disfrutar de buenos encuentros candentes, hasta dejarlas agotadas y satisfechas, así como él igual queda extasiado y rodeado en su cama King zize de tanta pre-adolescencia, las cuales se acomodan durmiendo y rodeando a su papi José, obvio Sofía la mayorcita abrazada a su pecho, Sandrita por un lado abrazándole de una pierna y Aleida acostada boca abajo, parando esos globos de carne que es su envidiable trasero y que dejan completamente hipnotizado a ese hombre, mismo que le da sus buenas acariciadas cuando duerme ella.
A la mañana siguiente de muy temprano se levanta Aleida, quien presurosamente se dispone a elaborar el desayuno para los cuatro participantes de esos encuentros de la noche anterior, ya debidamente bañada e higienizada íntimamente, se da a preparar el opíparo desayuno que degustarían todos, como en familia, para después Sandrita despedirse ya que tendría que salir a ver a su médico que la esperaba y Sofía junto con don José saldrían a ver un vehículo que adquirirá para su “muñeca volcán” ya que así en la intimidad le dice siempre y Aleida se quedaría a estudiar para los exámenes de fin de curso, pero no se esperaba la llegada de Sandrita un par de horas después quien desde el exterior de la casa tocaba el claxon ya que traía la camioneta de su protector, para invitarla a dar un paseo y platicar fuera de esa casa, por lo que decidieron ir a un café, para intercambiar cosas propias de ellas y demás, por lo que se dio un diálogo, entre ellas muy íntimo y privado de la manera siguiente:
Sa.
–
–
–
¿Cómo ves Aleida, que ya papi José le va a comprar carro a Sofía?
Al.
–
–
–
Sí ya me di cuenta, que anda Sofía muy contenta, hasta me dijo que quiere uno deportivo.
Sa.
–
–
–
¿Bueno yo creo que se lo merece, no crees?, ya ves cómo quiere a papi, y además a ti Aleida, te compro la motocicleta que pidió por internet y está muy bonita y es de las grandes.
Al.
–
–
–
Sí, eso sí no digo nada, pero me dan celos de Sofía, ya ves que casi no me deja estar con papi, nada más ella quiere abarcarlo en todo, ¡hasta en la cama, uff!
Sa.
–
–
–
Bueno pues déjala, así a ti no te utiliza tanto, y estas siempre bien, bueno a propósito como te sentiste de anoche, vi que te quejabas mucho, ¿te lastimó o tú te lastimaste con su pene?
Al.
–
–
–
Ah, un poco, me anda molestando, pero se me pasará, tengo que acostúmbreme a estar con él, cómo es posible que Sofía le aguante bien a papi, su hombría y yo no.
Sa.
–
–
–
Sí, pero ella, ya vez que la empezó a trabajar muy chica, bueno igual que tú desde los 11 años, pero te lo hizo bien a los 13, y ¿ahora qué te pasa?
Al.
–
–
–
Pues no sé, pero a ti también veo que te lastima Sandra o ¿es que eres muy gritona?
Sa.
–
–
–
Ah, sí soy gritona, pero es que me duele, me lastima mucho, lo hace con cuidado, pero llega el momento que ya no puedo, me abre mucho, si vieras que pa’ g.
.
.
.
.
, uff, es muy tierno me lo hace muy suave, con decirte que me hace llegar dos veces seguidas y él está cómo si nada.
Al.
–
–
–
Haber platica, cómo te hace, ¡me vas a excitar eh!, pero cuéntamelo todo Sandra.
Sa.
–
–
–
Bueno lo que pasa, que los fines de semana, ya ves que me quedó en su casa, me lleva a cenar, a comprar lo que necesito para la semana y ya de ahí nos vamos a su casa y se toma sus whiskies que le preparo, escuchamos algo de música y me recuesto en sus piernas, en el sofá y el me acaricia muy suave, hasta que me excita y yo tomo la iniciativa con él.
Al.
–
–
–
Oye que padre eso, ¿pero que te coge, así no’ más en la sala?
Sa.
–
–
–
No tonta yo lo empiezo a besar le gusta que le pasé la lengua en su cuello, y que lo toque y le esté acariciando encima del pantalón, hasta que siento que ya lo tiene duro y ya me lleva a la recamara cargando y apaga la luz y nos acostamos y hay empieza todo lo bueno.
Al.
–
–
–
Uy que rico eso Sandra, ¡¡¡ya me estoy humedeciendo de oírte!!! , sigue manita, dime con detalles no seas cabrona, ¡mira como me tienes!
Sa-
–
–
Bueno mira, ya dentro de la cama, el saca un lubricante que pide a un amigo médico de Italia, que es muy calientito y se desvanece al contacto de mi partecita y me la deja bien babosita y es cuando el empieza a penetrarme, eso sí muy cuidadoso, ¡es más ni me duele!, cuando me empieza a penetrar.
Al.
–
–
–
Ahh, que Sandrita, con razón dices que lo quieres mucho a pa’ g.
.
.
.
.
, ¿pero que nada más te lo mete y se queda dentro o que te hace?, dímelo.
Sa.
–
–
–
Pues los dos nos lo hacemos, ya que me excita mucho tenerlo dentro de mí, el me lo saca y me lo vuelve a meter muchas veces, pero muy suave y yo le roto mis caderas, y por un buen rato estamos así, hasta que termino en un orgasmito, ya que a él le gusta que me haga antes.
Al.
–
–
–
¿Y ya ahí queda todo?, o siguen haciéndolo.
Sa.
–
–
–
No luego que terminé de ese orgasmo, me levanta a que le pare mi cola y me penetra desde atrás un buen rato, hasta que vuelvo a orgasmear, ya que así me vengo más rápido, pero no me lastima para nada, y eso que tengo muy chiquita mi partecita.
Al.
–
–
–
Ah, pero ¿lo tiene como papi José?, de grande y grueso o es más chico su pene de pa’ g.
.
.
.
.
, ya que dices que no te lastima nada.
Sa.
–
–
–
Ay Aleida ya me estoy calentado también de decirte estás cosas, pero sí, también pa’ g.
.
.
.
.
, lo tiene de buen tamaño, e igual de ancho, y muy suave, aunque cuando lo tiene rígido esta cómo hueso, bien duro.
Al.
–
–
–
Ay manita, haber cuando me invitas un fin de semana, a quedarme allá con tu pa’ g.
.
.
.
.
, haber sí me hace cositas como a ti, o dile que quiero estar con ustedes jugando, ¿sí?
Sa.
–
–
–
Bueno.
¡sí quieres!, pero antes piensa que le vas a decir a papi José de que te vas a ir a quedar conmigo allá, ya vez que es bien celoso contigo y con Sofía, ¡piensa y me dices!
Al.
–
–
–
Sí, le diré que vamos a una fiesta cerca de la casa de pa’ g.
.
.
.
.
, y que me voy a quedar contigo allá, y pues Sofía no va, ya vez que a ella no la deja salir, sólo con él.
Sa.
–
–
–
Bueno Aleida, ya vámonos te paso a dejar en la camioneta y me voy, estoy bien caliente, a ver si pa’ g.
.
.
.
.
, no está como anoche cansado de tantas pacientes que vio el viernes y me hace rico, ya ando muriendo de ganitas, ¡vámonos!
Al.
–
–
–
Sí tú te vas a desquitar con tu pa’ g.
.
.
.
.
, ¡pero yo qué onda!, si estoy haciendo agüita, hasta siento que me brinca mi pepita.
Ya en camino de regreso a la casa de don José, Sandrita quien manejaba y Aleida de copiloto, en un semáforo Aleida estiro su mano pasándola bajo la faldita de Sandra y se dio a darle una caricia a ese conejito por encima de su panty, quien antes de dar el siga igual la mano de Sandra fue a dar bajo las mismas circunstancias bajo de la de Aleida, la cual aparte de propinarle una buena sobadita encima de su bikini, y antes de que prendiera el verde, le dio un pellizco a la carnita alzada que manoseó por unos instantes, amén del brinco que dio la receptora de esa caricia, y a carcajadas ambas niñas se miraban con cierta lasciva, ya que las caricias habían hecho efecto en las dos, cerca de un boulevard y en una calle poco transitada se estacionó Sandra detrás de un tráiler que estaba estacionado también y cómo si fueran manipuladas esas manos se dieron a propinarse unas caricias en sus delicados sexos, que manaban esa viscosidad que es un elixir de diosas en pequeño, se dieron unos buenos besos, como si fueran hombre y mujer y las manos de ambas recorrían cada centímetro de piel, hasta detenerse en el punto de la intimidad de cada una, para ir metiendo las manos entre piel y prenda y darse unas buenas caricias que terminaban en gemiditos muy intensos los cuales por tener las ventanillas abiertas fueron escuchados por un hombre, el cual se encontraba dentro del tractor descansando y por el retrovisor del mismo vio, que los grititos semi-infantiles provenían de la camioneta estacionada atrás de su convoy, por lo que sigilosamente se acercó casi en cuclillas y se asomó por la ventanilla del copiloto y observó que las niñas estaban en una fiesta de jueguitos calientes.
¡¡¡ Mira nada más, que están haciendo chamacas calientes !!!, cómo es posible que habiendo tanto macho se hagan esas cosas solitas, no, eso no puede ser, a ver tú, dirigiéndose a Sandra, ¡enséñame esa mano!, mira cómo la tienes de mojada de los meaos de está, a ver tú dirigiéndose a Aleida, levántate la falda y muestra la concha, a ver, si estás mojada, noo, eso no puede ser, ¡a ver salte y te pasas para atrás! y tu flaca, pásame las llaves de la camioneta, y cuidado con gritar o pedir ayuda, te quedas quietecita sentadita y pon música, para despistar y cómo que te pones a bailar sentada, ah, pásame tu celular, luego te lo doy, y tu chaparra, súbete atrás que te voy a quitar lo caliente, y cuidado gritas, a ver deja quitarte esos calzoncitos uy que bonitos chones, ¡sí son de niña!, mira nada más, uff ni pelos tienes, ¿cuántos años tienes?, ay señor dice Aleida, tengo 14 y mi hermanita tiene 15, somos niñas aún, no nos haga nada, sólo jugábamos; ah, y que jueguitos son esos, de andarse tocando sus papayas, ¡no eso no puede ser!, mira sí nada más de haberlas oído, se me paró la verga y de verlas como están de niñas estoy bien caliente, a ver tu flaca ¡quítate los calzones y enséñame tu panocha!, rápido, ah, qué bonita papayita bien chiquita, no pues sí, que son niñas, haber pásame tu calzón flaca y el tuyo chaparra, esperen aquí, voy a lavarme el pito, para metérselos por putitas y zorritas calientes, y nada de que salgo corriendo, se quedan aquí, quietecitas tu flaca ponte a bailar en el asiento y tu chaparra, quédate atrás, no tardo.
El hombre ese se fue a asear casi frente de ellas, sacando un galón de agua del tractor un jabón y en plena acera se dio una buena lavada de pene y vellos púbicos, sacó una franela y se secó, para enseguida aventar lo usado por la ventana de su unidad y se fue en busca de esas chiquillas que asustadas, nerviosas y al ras del llanto, ya esperaban quietas lo inevitable, en eso llego con ellas y abrió la puerta trasera y ahí estaba como una estatua sentadita Aleida la cual al verlo de frente le dijo que no le hiciera nada, pero él la tomó de los cabellos y le metió el pene en la boca, por primera vez Aleida degustaba de un pene metido en su cavidad bucal, el tipo la sujetaba con fuerza y profanaba ferozmente esa boquita virgen por un buen rato, mientras sus manos y dedos daban una penetrada al orificio delantero de Aleida, quien por las insanas caricias termino en los dedos y mano de ese hombre en dos ocasiones y así mismo; en espasmos y jadeos de ese sujeto acabó dentro de esas cálida y dulce boquita de niña, haciéndola tragar hasta la última gota de semen oloroso y abundante que la hicieron vomitar en el acto, para seguir y de una ordenó a Sandra a pasar al lugar que había dejado Aleida, y la misma operación de felación en la boquita tierna y duce de Sandrita, quien la mantenía sujeta de la cola de caballo de su cabello y le daba con furia, mientras sus manos iban a parar a la colita parada que por la posición estaba levantando esa chiquilla, al que le fue introduciendo lentamente su dedo medio hasta que llegó al fondo de ese anito inviolado, lo sacaba y lo metía con rapidez para después sacarlo y meterlo en ese estrecho orificio vaginal el cual por sus jugos anteriores estaba lubricado y no hubo mucha resistencia al ser penetrado con ese dedo grueso y rasposo de trabajo rudo, hasta que acabó en otra tremenda eyaculada en esa boquita de labios de cerezas, para quedar exhausto a un lado sentado junto a ella, quien se limpiaba los restos de semen, con la manga de su blusa.
En eso se escucha la voz de ese hombre decir, bien mis putizorras, ya quedé satisfecho, ya se van a poder ir, pero con la condición de que esto no lo pueden andar contando a nadie, voy a tomar el número de placas, y de la tarjeta de circulación su domicilio y sí hacen escándalo por esto, las busco aquí y entonces sí me van a conocer quien es Max el guerrero del asfalto, jejeje, pero ten flaca tus llaves, conduce con cuidado y si nos vemos por ahí ni me conocen ni yo las conozco, ¡estamos!, a ten tu celular, uy que bonito está es un iPhone de los nuevos, me gustaría quedármelo, pero no soy ratero, toma nena, pásame tu número, el día que corra para acá para el puerto, te llamo y te traes a la chaparra también y la vamos a pasar de lujo los tres, ah pero sus calzones se quedan conmigo, este de la chaparra es el más bonito de muñequitos de Disney y el tuyo es un bikinito rosita de moñito al frente ahh y huelen rico sus pepitas, bueno a ver yo no las cogí ni les chupe sus bizcochos, pónganse tantito para llevarme sus saborcitos en mi boca y en mi nariz, ahhh, que rica sabes chaparra, slurp, slurp, ahhh, mmmmmm, que rica sabes, ahhh, ahhhhhh, mmmmm, que rico mojas mamitaaa, me estas poniendo duro otra vez, ahhh, pero no, estás muy tiernita para mí, ahhh, ya estuvo que rica estas chaparra, a ver tu flaca ábrete las patas y dame la cuca, mmmmm que lindo hueles también eh, ahhh, ahhhhhhhh, mm, que aroma más tierno, te pareces a mi ahijadita a la que le chupo su conchita cuando viaja conmigo, ahhhh, slurp, slurp, slurp, mmmm, rica casi no hueles, mami, que te la lavas a cada rato, mmm, pero mojas menos que la chaparra, ahhh, ahhhh, mmm, bueno mis niñas, ya se hizo tarde, ya váyanse, las quiero ver a mi regreso, les llamo a ese celular, no cambien el número eh, sino voy a su casa, aquí llevo la dirección, a propósito como se llaman yo me llamo Max, y ustedes, ¿flaca cómo se llama la chaparra?, Aleida ¿y tu chaparra como se llama la flaca? Sandra, ok, nos vemos pronto, se van con cuidado.
Ya en camino a la casa de don José ambas calladas no daban crédito a lo sucedido, horas antes, hasta que rompió el silencio Aleida y pues dijo:
Al.
–
–
–
¡¡¡A’ su Sandra qué onda, que oso!!!, ¿si se entera mi papi José, de esto?, ¡no puede ser!, nos fue barato, con ese señor, otro nos hubiera lastimado, se portó bien, ¿verdad?
Sa.
–
–
–
Sí, viéndolo así, si se portó decente ese mugroso, uy nunca me habían metido nada por atrás y ese hombre me metió el dedo en la colita uy me viene doliendo, ¡como que quiero hacer caca!
Al.
–
–
–
Debe de ser yo nada más veía como te violaba el culito con su dedote, a mí, nada más me hizo que se lo mamara y me metió su dedo en mi cosita, pero me hizo acabar dos veces así, y tu ¿acabaste también?
Sa.
–
–
–
Ay no sé, pero me hizo sentir algo distinto en la colita, ¿creo que sí me vine o me orine?, ya que me empezó a temblar el cuerpo, cuando me estaba echando su leche en la boca, yo sentí que chisgueteaba, pero no moje el asiento para nada, ¿no sé qué pasó?
Al.
–
–
–
Oye y sí te llaga a hablar al celular, ¿Qué harás?, ya ves que nos amenazó de venir aquí a la casa de pa’ g.
.
.
.
.
Sa.
–
Ay manita no sé qué valla a pasar, pero lo pensaré, pero sí se llega a dar algo porqué llame, tú iras conmigo, ya que me da miedo ese hombre, no sea que ahora sí me vaya a violar, ya ves que lo tiene grande.
Al.
–
–
–
Si manita iremos las dos juntas, eso sí, lo citamos en un lugar donde haya gente, nada de ir a solas con él, no sea, ¡que ahora sí nos la valla a meter!, lo bueno que no pasó a mayores lo de hoy, uff, no digas nada a nadie, ok.
Así pasaron las semanas y una tarde de sábado sonó el celular de Sandrita lo cual vio un número desconocido que no estaba en sus contactos, y pensó que era el de ese hombre, el cual contestó y esa voz inconfundible de ese sujeto se hizo escuchar, así:
Max.
–
–
–
– – – – -Hola nena, ¿ya sabes quién habla?, soy tu amigo el del tráiler, ¿te acuerdas de mí?, estoy aquí en el puerto, y salgo mañana, para otra ciudad y quiero verte hoy con la chaparrita Aleida, las espero en el mismo lugar hoy a las 8 de la noche, no me fallen.
Sa.
–
–
–
– – – – -Ah, hola señor, yo creí que había perdido nuestro número de celular, uy no creo poder salir no está mi pa’ y ¡tengo que pedir permiso para salir!, pero será para la otra vuelta que dé, así para decirle a Aleida, que esté pendiente, para encontrarnos, ¿le parece?
Max.
–
–
–
– – – – -No mi niña hoy es hoy, sino voy por ti a tu casa, y voy con el tráiler y entro por ti a tu casa con este mounstro de camión, ¡así que aquí las espero!, sí dan las 8:30 y no han llegado ¡voy por ustedes!
Sa.
–
–
–
– – – – -No señor, no sea así, somos muy chicas para andar por esos lugares, mejor sí quiere nos vemos en el centro en el café de la p.
.
.
.
.
.
.
, pero allá no, si se entera mi pa’, puedo tener problemas, ¡no vaya a venir por favor!
Max.
–
–
–
– – – – -Qué centro, ni que la chin.
.
.
.
, nos vemos aquí, es más les traje unos trapos para que me los modelen en mi tractor, así que no gaste a lo buey por ustedes, aquí las espero, mi par de zorritas.
Sa.
–
–
–
– – – – -Pero señor, entienda Aleida no está conmigo ella vive en otra casa y no la dejan salir, sólo que sea por una urgencia, ¡comprenda!
Max.
–
–
–
– – – – -Bueno, a ver cómo le haces, pero las quiero a las dos a la 8 y no se hable más, ¡aquí las espero o voy por ustedes!
Ya con los nervios en punta se dispuso a llamar a Aleida a su celular, para decirle lo que había hablado con ese hombre, y quedaron de verse ellas para ir a una “fiesta inesperada”, sólo así consiguió sacar a Aleida de la casa de don José, y se fueron al encuentro con ese hombre, el cual llegaron en un taxi, las vio y se acercó a abrirles las puerta y se saludaron amigablemente, para indicarles subir al tractor del tráiler, para estar más cómodos, y así lo hicieron esas chiquillas nerviosas por el momento y de lo que tal vez iba a suceder, en eso sacó ese hombre del camarote una bolsa en la cual contenía una prendas atrevidas para las dos y las hizo que se las mostraran puestas a Aleida le trajo un minivestido de esos ajustados una tanga negra brillosa y un top muy sugestivo y unas zapatillas tipo taibolera, a Sandra le trajo un conjunto de colegiala completo corto, apenas le tapaba sus nalguitas y zapatillas altas, una por una pasó al camarote a vestirse cómo él les ordenaba, y sacó una bolsa femenina con labiales, coloretes para ruborizar las mejillas, y lo demás relacionado para dibujar una prostituta, las vio y se quedó asombrado de cómo se veían esa nínfulas eran el cromo de la prostitución infantil, se veían espectacularmente para el pecado, pidió un taxi por su celular y se las llevó así vestidas a un bar en las afueras del puerto, entraron juntos los tres e inmediatamente los ojos de muchos clientes de ese bar, observaban a esa menudas mujercitas, pidieron ambas chicas unos cocos preparados y él una cerveza, se escuchaba la música tropical y chunchaca resonar en ese lugar, cuando se acerca un tipo bastante tomado y se dirige a Aleida, diciéndole que quiere bailar con ella, pero la chiquilla se espantó de ver a ese mozalbete, y no accedió a su pretensión, y se retiró de ella, en eso viene una mujer y le dice a las dos chicas que si ¿tienen permiso para fichar?, ya que son nuevas y el hombre salto y le dijo que ellas venían con él y que pronto se irían, sólo se tomarían lo que habían pedido y se marchaban, pero ojos atrevidos observaban esas esculturas de manera morbosa, ya que Aleida con su pronunciadas nalgas era la atracción visual, ya que se le dibujaba un culito precioso, carnudo y bien proporcionado y Sandra por lo mismo su faldita escolar se levantaba y mostraba sus glúteos de una manera excitante.
Ya cómo las dos horas de estar en ese bar de mala muerte, un taxi llegó por los tres e inmediatamente dio la indicación de trasladarlos a un motel, ya que era aún temprano, para que regresaran a su casa, por lo de la supuesta “fiesta”, y se dio lo que se tenía que dar, ya que entrando a la habitación ambas muñecas se sentaron al borde de la cama, a esperar lo imaginado, a ver mis putitas Sandrita y Aleida ustedes me van a hacer bonito, yo las dirigiré una por una, ¿quién quiere primero pasar a entretenerme con sus cuerpitos de muñecas?, bueno si no se deciden yo escojo eh, pasando unos minutos las chiquillas nada más se miraban a los ojos, ¡como diciendo pasa tú!, pero ninguna se decidía, hasta que tomó la iniciativa Max, y dijo: ven para acá Aleida, te voy a dar carnita cruda en tu concha, ya que te ves muy excitante así vestida, ¡¡¡mira nada más que rico culo me voy a comer, ahh, que suavecito y duro está!!!, súbete a la camita mamita, que te voy a hacer feliz y tu Sandra, también vente y de una vez los tres nos divertimos y también ahh, que rica cola levantadita, pero de las dos el mejor culo es el de la chaparra, ahh, a ver chaparra, quítate la tanga, ahh, mira nada más sí ya estás bien mojada de la pepa, ahh, ven que te mamo la cuca, ahh, ahhhh, mmmmm, que rica panocha sin pelos, es panocha de niña, ahhh, ahhhhh, tu Sandra súbete de a caballito y te mueves encima de mí, ahhh, ahhhhh, síii, las dos juntas para mí, ahhhh, y se desató una tormenta de palabras obscenas que jamás hayan escuchado esas niñas, pero que las hacían excitar de esta manera:
Max.
–
–
–
Ahhh, que ricas mis viejas, ahhh, ahhhhh, mueve el culo Aleida, ahhh, en mi cara, menea la concha y abre la pepita con tus dedos y me la pones a besar en mi boca, ahhh, mmmm, que rica panocha, sin pelos, ahhh, y que ricos te vacías, mami, ahhh, dame jugos, ahhhhh
Al.
–
–
–
Síii, siiii, tómeselos, todos ahhhh, ahhhhh, uyyy, me está metiendo la lengua mucho ahhh, ahhhhh, más despacio, ahhhh, ¡no ve que es chiquita mi cosita!, ahhhh, ahhhh, ahhhhhh
Max.
–
–
–
Sí ya te vi que la tienes igual que mi ahijadita de chiquita, ahhh, ahhhh, pero mojas mucho mi culona, ahhh, sígueme dando tus jugos, ahhh, que ricos saben mmmm, y tu Sandra muévete encima de mi verga, ahhh, muévete, con la concha encima, ahhh, que rica se siente en mi pito ahh, calientita, muévela de atrás para adelante, ahhh, ahhhh, eso, esoo
Sa.
–
–
–
Ay señor no levante mucho su pene, me rosa mi partecita mucho, ahh, ahhhh, lo tiene muy rígido ahhh, me hace lastimar señor, no se mueva mucho, ahhh, ahhhh, ahhhhhhhh
Max.
–
–
–
Pues siente lo que te vas a meter en esa chepa, que hoy se va a ir con una buenas moqueadas, ahhh, sigueee, sigueee, ahhh, Aleida álzate de mi cara que le voy a dar lengua al culito ahhh, ahhhh, uy mami, que chiquito hoyito, mmmm, que rico huele a perfumito de toallas de bebé, ahhh, mmmm, te lo voy a partir, ahhh, sigueee, sigueee, menéate, ahh
Al.
–
–
–
Ya señor Max, que me hace cosquillitas en mi colita, ahh, ahhh, pare, paree, paree, noo, nooo, señor, me hagoooooooo, me hagooooooooo, ohhhhhhh, ohhhhhhh, mmmmm
Max.
–
–
–
Sí mi niña que rica meada me tiraste en la cara ahhh, mmm y que dulces son tus miaditos, ahh, mmm, sigue, sigue, ahhhh, ¡ya bájate y cámbiate y que venga Sandra a poner su panocha como tú!
Sa.
–
–
–
Ahh, sii, siiii, ¿me va a dar lengüita también?, ahhh, síii, siiiiiiiii, siga, sigaa, sigaaa, ahhhhhh, ahhhhhhh, que rico me chupa señor, ahhhh, ahhhh, me va a hacer orinar como Aleida, ahh, no aguantaré, ahhh, me viene, me vieneee, ayyyy, ayyyyyyyyyyy, uff, yaaaaa, yaaaaaaaaaaaaa pare, paree, ya nooo.
Ya nooo, ayyy, ayyyyyy, mmmjj, ah, ahhh, ahhhhh
Max.
–
–
–
Pinche mocosa pareces culebra, mira nada más como me mojaste de miaditos, mmm, que ricos y calientes, ahhh, sigue sigue, y tu Aleida no dejes de moverte encima de mi verga, ahhh, la siento bien carnuda y caliente, ahhh, ahhhhhhh, te la voy a comer, ahhhh, ahhhh
Al.
–
–
–
Ahhh, noo, por favor nooo, me va a lastimar estoy muy cerradita, nooo, ahhhh, ahhhh, así, nada más encima de usted, ahhh, deje que le haga encimita de su tronco, ahhh, ahhhhhh
Max.
–
–
–
A ver se me acuestan y abren sus piernas, les voy a meter el nabo en sus pepas, ahh, ahhh
Que cerradita estás Sandra, ahhhh, no pues no voy a entrar, ahhh, a ver tu Aleida, ahhh, ahh , mmmjjjj, mmjjjj, no pues están muy chicas de sus hoyitos, ahhh, ahh, pero voltense y paren esos culos ahhhh, ahhhhh, ahhhhhhh, me voy a estrenar esos hoyos de sus culitos
Al.
–
–
–
Ahh, noo, noooo, eso noooo, soy virgen de ahiiii, nooooo, noooooooooo, no lo meta nooo, pare, paree, pareeee, ahhhh, me duele, ayyy, ayyyyyyyyy, soy niña ayyyy, ayyyyyyyyyyyyyy
Max.
–
–
–
Ahhh, si ya vi estas muy cerrada, ahhhh, a ver tu Sandra para la cola que voy a probar, ese culito, ahhhh, deja que te lo presente, ahhh, ahhhh, mmmmjj, mmmmjjjj, ¿que sientes?
Sa.
–
–
–
Ayyyyy, ayyyyyyyyyyy, noo, noooo, es más grueso que su dedote, ayyyy, me lastimaaaa, ayy
Déjelo quieto ayyy, nada más eso, no más, no entre masssss, ayyyyy, ayyyyy, ya, ya nooo ¡quieto! ayyy, ayyyy, que no ve que soy chica para ese pene tan ancho, ayyyy, pare, paree
Max.
–
–
–
Ahhhh, pinches chamacas están de lujo les voy a dar lechita encima de sus chichis, a las dos acuéstense, ahhh, ahhhhhhhhhhh, tomen, tomennnn, aaauuuummmmmmmmmm, auuuuuummmmmmmmmmm, tengan leche de machooo, ahhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh
Después de la tormenta viene la calma, ambas se asearon en ese motel, con el jabón típico de ese lugar con aroma a damisela se pusieron esos atuendos y así abandonaron ese lugar, para dirigirse al tráiler y cambiarse de nuevo, cómo habían llegado, con sus ropas normales, ambas se despidieron de ese hombre, quien les agradeció la noche, amenazándolas con volver pronto, ya que estaba insatisfecho por no haberlas penetrado cómo él quería, pero vendría con tiempo suficiente, para hacerles muchas más cosas depravadas, y que estuvieran pendientes del celular, para esto le pidió el número de Aleida al cual se comunicaría en caso de que el de Sandra no contestará, se despidieron y ese hombre las subió a un taxi, pidiéndole al conductor las llevara directamente al domicilio que ellas les indicaran.
–
–
–
–
–
C O N T I N U A R Á.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Comentarios del capítulo y relato en general, por favor háganlo a mi perfil, las actoras estarán pendientes de darles las contestaciones a cada uno de los mensajes de ustedes:
me despido momentáneamente de mi comunidad soy Sexigaleno, ya que viajaré cómo el año pasado a mi congreso de gineco-obstetricia al país de Italia, desde allá me conectaré y terminaré los dos capítulos que faltan de esta saga de mi estimada Sofía, saludos a todos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!