SORAYA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era rubio rellenito pero no gordo de ojos claros y bien armado de cola, un primo me había llevado a mi debut sexual con una profesional y ahí todo; pero en mi interior había otra curiosidad o necesidad.
A casa 3 veces por semana venía un regordete changarín para hacer diferentes actividades de limpieza de patio y pintura cosa que era desde hacía varios años por ende se merecía la confianza de mis padres y era como el cuidador niñero de la casa quedando ambos solos.
El andaba por los 50 y era soltero, morocho cabello desprolijo y siempre sudado pero no maloliente.
, me puse a preguntarle sobre mujeres y sexo; se incomodó diciendo que ese tema debía hablar con mi padre y con toda mi inocencia le dije que ya sabía bastante pero que pasaba si no me gustaban las mujeres o saber algo más.
que había algo en mí que no entendía.
Estábamos en el fondo de la casa y me acarició el cabello con cierta dulzura asegurando que era muy lindo y si quería saber si me gustaban los hombres.
No sé contesté mirando el piso y sintiendo su mano rasposa en mi mejilla.
me propuso ir adentro y en el living corriendo las cortinas me desnudó tirándome al piso, el empezó a desvestirse y me dijo que solo harían lo que yo quisiera; si me arrepentía pararía todo.
Me acarició las piernas besando suavemente mis hombros asegurando que era un muñeco tan lindo, soñado y deseable.
se me empezó a parar la pija y él con dulzura tomó mi mano para llevarla a su pene semi erecto y mientras me susurraba al oído entre otras cosas murmuró que eso que le pasaba por mi calidad de mujer tan linda y dulce.
Me aseguró que varios quisieran estar en su lugar, me puso boca arriba y el se posó sobre mí quedando pija con pija frotándose y buscaba mi boca para invadirla con su lengua pero solo le permití hasta los labios mientras el no paraba de refregarse y sollozar dándome las gracias y besando todo mi rostro hasta que sentí un tibio gel en mi panza.
Lo miré sorprendido y me pidió disculpas pero que le gustaba mucho y se había acabado.
Ahí perdí todo asco y fuí yo quien lo rodeo con mi brazo su cuello y abrí la boca para recibir su lengua dentro de mi boca.
Y él me tomó con furia sintiendo como hervían nuestros pechos, casi ahogados en nuestra saliva me rogó mi culo, y dándome vuelta lo ensalivó poniéndome tipo cucharita y empezó mi primera penetración, me levantaba la pierna y me pedía que me relajara que le apretaba mucho la verga con mis tensas nalgas, sentí su lengua en mi cuello y giré el rostro ofreciendo mi boca la cual chupó hasta acabar.
Me soltó despacito.
la sacó jadeando y repitiendo mi amor, mi amor y me abrazó fuerte desde atrás y sentí que le empezaba a pertenecer y hasta un leve olor a caca que obvio salía de mi culo; me cagaste la verga y eso me encantó.
eras virgencita.
había días que teníamos que coger de parados por el peligro de un posible retorno de mis padres, empecé a soltarme y fuí yo quien le pidió chuparle la pija , saborear su leche (amarga y salada) solía ponerme slip y meterlos en mis nalgas y eso lo ponía reloquísimo, ardiente y bien chanchito, me babeaba todo me sentaba en la falda de frente me rompía el culo y masajeandosno las lenguas hasta acabar y musitaba Soraya.
sorayita, ese nombre me había puesto.
más de una vez me chupó la pija e hizo acabar haciéndome la paja.
Armamos con mucho cuidado una ida a su casa , estaba alejada del barrio pero discreta en cuanto al entorno.
Allí estarían 2 amigos de él que me querían conocer, algo miedoso pero excitado decidí ir y no fallarle como le decía él.
Al ir llegando ví en el patio los 2 carros de cirugeo que serian de sus amigos; cuando entré se hizo un silencio tenso y el más zarpado sonrió mirando a mi hombre diciendo; es verdad Sorayita es divina, que rica nena.
El otro solo me miró en silencio.
no había sobrado tiempo y de una me llevó al dormitorio, era muy humilde pero limpio; se sentó en la cama acariciando y bajando mis pantalones, me sentó en su falda y sonriendo dijo a ver si besas tan bien como dice Aquiles, eran besos desaforados de hombre hambriento de sexo, no paraba de tocarme y no soltaba mi lengua, con los pantalones a medio bajar me cogió en 4, me bombeaba con furia y respiraba agitadamente al susurro de Sorayita, que culo que boca y casi instantáneamente me llenó el culo de leche, se despidió con un furibundo beso pidiendome me lavara la cola que ya venía Oscar.
Cuando entró me miraba en silencio, yo desnudo recostado en la cama con una pierna levemente alzada para cubrir mi miembro le sugerí que si no quería no haríamos nada creyendo que no le gustaba.
Fue un beso tan apasionado que mezclaba ardor y dulzura.
sentí su energía de pasión, no era la calentura de mi novio y la necesidad de coger del segundo.
besaba con los ojos cerrados y me acariciaba con ternura, fue el primero en chuparme el culo, separo mis nalgas, ponderó mi rosado agujero y hundió su cara entre mis nalgas metiendo su lengua dentro del ano, no sé que tiempo estuvo, pero le hizo hasta que le rogué que me cojiera que quería ser de él .
por favor le dije dándome vuelta y sin querer debuté en una pose que aún no había probado.
levante las piernas abriéndolas ampliamente y el me entró como si lo hiciera en el clásico misionero, mi amor musitaba que linda que calentona que hembra sos demasiada mujer para uno solo.
y acabó sacando su pija sin retirar su mirada de mi culo viendo como chorreaba su leche.
Me miró con ternura y mordiendo su labio inferior se declaro admirador mío.
Tuve ese amante y mi macho oficial el cual me poseía como siempre pero muchas veces mientras me cojía o se hacía chupar en mi cabeza estaba Oscar a quien podía ver poco y nada.
En una cita que hicimos a lo loco por estar pasados de calentura me cogió en unos matorrales cerca de la autopista, fue riesgoso pero estábamos por demás necesitados uno del otro.
un día mi novio iniciador me llevó a conocer a alguien, fuimos a la parte lateral de un edificio de oficinas, subimos unos 10 pisos por el ascensor de servicio y al llegar casi al toque nos esperaba un señor de buen vestir de unos 50 regordete blanco de bigotes, me miró de arriba abajo sentenciando ; es una ricura que linda pendeja que tenés volvé en un rato.
Me metió dentro de una buena oficina donde estábamos solos por obviedad de horarios y diciendo que era el jefe de ese piso empezó a sacarse la corbata, desabrochó su bragueta sacando un buena pija.
me tomó de las mejillas y dijo que decían que yo besaba y chupaba muy bien, que había pagado muy bien y que en otra oportunidad disfrutaría mi hermoso culo.
Y hundió su lengua en mi boca haciéndome tomar su baba y yo pensaba en Oscar.
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