Tanto reirme y al final….
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ando cerca de los 30 con un fisico de gym y masoterapia que sumado a mi larga cabellera azabache me hacen mas que deseable en cualquier ámbito.
Tengo puesto jerárquico en una empresa y mi cola como senos son motivo de miradas y comentarios que van desde la admiración a la envidia por los diferentes sectores de la empresa.
Soy una mujer muy capaz pero mi nariz "Cleopatra" mi andar de modelo mis piernas hermosas con mis ojos negros permiten que los ascensos logrados fueron sellados en sábanas como justificándose los ineptos.
Cada tanto dejo el auto y lejos de pensar en un taxi me subo en horas picos en colectivos y trenes; podría tener el hombre que quisiera pero esa histeria que no se de donde viene de mezclar con el común para reirme de sus miradas libinidosas frente a alguien para ellos inalcanzables.
Permito cualquier roce pero cuando siento una mano no he tenido reparos en plantarme con fiereza ante quien se atrevió a tocarme.
Se han colocado detrás mío y con la pierna me han indicado que adelante la mía y así el "calce" es mas complaciente.
Siento el calor de sus pantalones y como crecen las vergas rozando mis nalgas así como aprovechan el bamboleo de trenes o colectivos para restregarse mejor contra mi culo y piernas.
he estado hasta rodeada por 3 tipos los cuales con las miradas se han turnado para los roces descarados y susurros a los cuales respondo con miradas fulminantes enfriando la situación.
De polleras no permito un roce tan fuerte como de pantalones, cuando ando con los mismos prácticamente cogemos de vestidos y a veces el colmo de la maldad me lleva en trenes cerca de donde me bajo a ir al vagón de bicicletas donde van los mas ordinarios de ruta de viaje y allí los ojos de esos no tienen disimulo para nada y recibo "halagos" por mis labios ojete y tetas; hay noches que en casa me masturbo pensando en las cosas que me hubieran hecho.
Pasó una vez que en colectivo sentí un roce que obedecía a lo casual que al arrime en sí, de reojo solo noté un pantalón algo gastado con zapatos mal lustrados y empujé mi cola buscando sus bragas.
Cuando lo logré las mismas se apartaron y fastidiosa por mi fracaso en un momento de frenada me apoyé en su cintura quedándome allí y esperando ser correspondida como siempre fué.
Una mano en el hombro me indicaba con una voz aguardentosa si podía correrme un paso adelante, me hice la que no escuchó y me afirme más.
A los pocos segundos quedé apoyada sin reclamos y sentí como si bien no se refregaba no buscaba salir, pero cada tanto se alejaba y yo que estaba mas neurótica que nunca lo provocaba.
En un momento me indico que bajaba y sin saber porque me dispuse a hacerlo yo también; quería sexo.
Los dos en la vereda nos encaramos y ahí noté que andaría por los 60, tiraba a delgado poco pero suficiente cabello y si bien era gastado su traje estaba limpio.
El estúpido me pregunto que quería, si lo confundía con alguien y que lo dejara en paz que no tenía plata.
Te parece que necesito plata?- dije furiosa.
Empezó a caminar y lo seguí sin que nos habláramos, quería enloquecerlo o no se qué.
pero me despertó curiosidad dentro del fastidio, entramos en una vivienda común de unas 10 viviendas tipo chorizo (conventillo) y sin más entre con él en la primera de la derecha.
Era muy humilde pero limpia, un pequeño baño y cocinaba donde dormía; sentí pena por él y cunado quice decir algo me tomó de las nalgas y me mandó la lengua dentro de la boca.
No sé si fue piedad o autodegradación pero decidí entregarme a sus brazos.
Yo la que rechazaba gerentes y jefes me estaba calentando con un viejo pobretón que masajeaba mi lengua con la suya de una manera magistral.
Me levantó las faldas y me arrojó en su cama desvistiéndosno los dos, no pude protestar nada, ni cuando recorrió con su granosa lengua mi cuello para chupetearme las tetas y mientras bajaba al ombligo ponderó el perfume hasta perder su cara entra mis piernas para hacerme la paja con su lengua chupando mis labios vaginales y devorando el clítoris con ardor sin pausa y una devoción que denotaba su ausencia de sexo, lamió mis muslos y me saboreó los dedos de los pies poniéndome de costado para hundirme su lengua carnosa en mi culo y hacerme coito anal con la misma.
Cuando quedé brillando de su baba me puso la pija en la cara para pasarmela por todo el rostro no dejando que la lamiera hasta que lo indicara, se hizo besar el glande mientras me acariciaba las tetas, la besa de a poquito a lo largo hasta que meterme los huevos en la boca mientras sentía como me pajeaba y por primera vez a instancias de su orden le chupé el culo a un hombre.
Asqueroso pero demasiado caliente para poder darme cuenta de los restos de cacas en sus pendejos del orto y ya decidida lo lamí con devoción perdiendo mi cara con maquillajes caros entre sus nalgas.
Me la dió primero por la concha haciéndome levantar las piernas hasta quedar colgadas de sus hombros mientras me decía que aprovechara ya que solo me cogería esa vez y jugó a embocar su baba en mi boca para que cuando dijo estar aburrido de mi cajeta me dió vuelta para hacerme la cola.
Tenía buena pija y manoseaba bien mis senos mientra me culeaba; por un segundo permití algo de miedo por no usar condón pero este viejo por piedad o por asco cogía bien; me acabó en la boca.
Me besó con pasión y me limpie en el baño, me miré al espejo para ver a quien encontraba y me convencí de que quería seguir viéndolo.
Por primera vez fuí al otro día con la misma ropa a mi trabajo, me quedé a dormir en su "casa" y a la madrugada cogimos otra vez.
A los 2 dias fui con un surtido de comida, ropa y zapatos, revisó y aprobó agradeciendo todo preguntando si no tenía unos pesos para darle, le dejé un buen toco a cambio de poder venir el fin de semana completo a quedarme.
No tuvo problemas pero si la condición de que lo orinara en la boca.
para empezar.
Era lo que buscaba, un degenerado de aquellos.
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