todo por mi nieta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es la primera vez que escribo aquí y es para contar algo que me paso hace pocos días.
Mi nombre es Beatriz, soy argentina, tengo 40 años, una hija de 28 años y una nieta de 12.
Soy una mujer común, ya que si bien voy tres veces por semana al gimnasio, dos hago pilates y una vez bicicleta conservo mis 71 kilos en mi metro sesenta y tres.
Tengo 110 de pecho, 105 de cola y 71 de cintura, pero continuo calentado vergas y haciendo que estas se paren y me satisfagan.
Siempre fui muy activa sexualmente ya que a los 12 años empecé a calentarme con chicos y antes de los 13 perdí mi virginidad.
Esto hizo que antes de los 14 ya hubiese tenido a mi primer y única hija, la que me salió parecida ya que a sus 14 años y medio tuvo a su hija.
Se imaginan con 28 años ya fui abuela, obvio, así como no quería que mi hija me llamase mamá, y me hacía pasar por su hermana mayor, tampoco quise que mi nieta me llamase abuela aunque acepte que a veces me dijese mamá.
Eso ya paso y hoy no tengo ese problema aunque tanto mi hija como mi nieta me llaman Betty.
Me case a mis 23 años con un hombre mucho mayor que yo quien, por un accidente falleció a los dos meses de casados y si bien no me dejo hijos, ya que era estéril, si me dejo una posición económica lo suficientemente holgada como para no tener que trabajar.
Hecha mi presentación les cuento que el verano pasado mi nieta, que vive en mi casa, junto a mi hija, invito a pasar unos días a un compañerito del colegio y ahí empezó todo.
Un día estábamos en la pileta que tengo en el fondo, y decido ir a buscar algo para tomar preparo unos jugos pero antes de ir al fondo decido pasar por el baño y en él me encuentro a facundo, el compañerito de mi nieta, haciéndose una paja, no me sorprendió el tamaño de su verga, ya que es el común para un chico de 12 años, pero si me llamo la atención como se la movía.
Cuando él vio que entraba luz en el baño abrió sus ojos y al verme no supo que decir, entonces yo, como adulta, le dije no te preocupes pero deja ya de hacer eso y vete a la pileta.
Él se fue, yo orine y fui al fondo llevando los jugos como si nada.
El día transcurrió sin ningún altercado y pude comprobar que facundo no se había encerrado en el baño por mucho tiempo.
A la noche al acostarnos estaba yo un poco caliente por la situación que había presenciado por lo que comencé a tocarme, pero al rato y ya totalmente mojada, decidí ver que estaba haciendo Facundo, por lo cual, e inconscientemente, fui a la habitación que le habíamos preparado, digo inconscientemente porque solo llevaba puesto mi camisón, sin corpiño ni bombacha ya que para dormir no los uso.
Al abrir la puerta de su habitación me percate que estaba durmiendo, entonces me acerque a su cama y comencé a observarlo.
El abrió sus ojos y al verme se asustó, pero yo tocándole el cabello le dije “Tranquilo no pasa nada solo estoy acá porque quiero hablar con vos”, entonces y tratando que mi nieta no repitiese las experiencias mías ni de su madre le empecé a decir que estaba mal que se masturbase pensando en chicas de su edad que no sabían ni siquiera lo que era un pene, que él como hombre debería pensar en mujeres más grandes y que se yo cuantas cosas.
Mientras yo hablaba él no quitaba sus ojos de mis tetas y note como la sabana que lo cubría palpitaba, por lo cual mi vagina comenzó a mojarse aun más de lo que estaba y mis pezones a endurecerse.
En un momento dado le dije “lo que paso quedará entre nosotros si me prometes que te transformaras en el hermano de Camila y cuidaras que nadie se acerque a ella” a lo que él acepto de buena manera.
Decidí entonces irme a mi habitación a masturbarme, por lo cual le doy un beso en su frente, cuando se me ocurrió que podía satisfacer a ese muchacho y ver como se pajeaba, por lo cual le dije” si quieres puedes pajearte pensando en mis tetas que tanto miras“ a lo que me contestó, ruborizándose “perdóneme señora pero es que me las imagino amamantándome, y realmente estoy esperando que se vaya para hacerlo”, “hazlo entonces” le dije y el me respondió “pero es que usted está presente” a lo que le dije “no hay problema, puedes hacerlo tranquilo que no serás el primer hombre que vea pajearse” y antes de que terminase de decirlo ya había llevado su mano a su pene y empezó a pajearse, pero yo le dije “no así no déjame ver como lo haces, así si algo haces mal puedo corregirte” y le corrí la sabana dejando ante mí su polla parada agarrada por su mano.
El continuo pajeándose y yo mojándome al ver como lo hacía, creo que era por el placer de enseñar a ese niño ya que su pene no era ni muy grande ni muy gordo, sobre todo comparándolo con las inmensas vergas que ya me había comido.
En un dado momento veo que facundo pone sus ojos en blanco y comienza a eyacular, un poco de su semen cae en mi camisón y como una zombi llevo mi dedo hacia él y después de tomarlo lo llevo a mi boca, cerrando mis ojos y disfrutando de su sabor; pensé que facundo no me veía, pero cuando abrí mis ojos, vi los suyo, que grandes como platos, me miraban.
Solo atine a decirle “es rica y nutritiva” como no dándole importancia y luego le pregunte si se sentía bien después de haber eyaculado, me dijo que si y entonces me levanté y le dije hasta mañana mientras le daba un beso en su frente, al agacharme para hacerlo veo que su pequeño pene esta nuevamente duro y sin poderme contener llevo mi boca hacia él y comienzo a mamárselo, que placer, poder llevarme un pene completamente a mi boca y sentir el sabor del semen que minutos antes había salido del mismo.
Levanto mis ojos y veo su carita de felicidad y le pregunto si le gustaba, a lo cual me dice que sí y yo le digo “ves esto una niña de tu edad no te lo hará pues no sabe”.
Me sentía una maestra frente a su alumno, y de hecho lo era, ya que le estaba enseñando lo que es el placer, y me moje aún mas, mis pezones estaban a punto de romper mi camisón, de tan duros que estaban, y mi vagina drenaba liquido como si me estuviese orinando, creo que era el morbo de desvirgar a un pequeño lo que más me calentaba, ya que aún cuando me había comido gruesos y largos penes, nunca me había sentido tan caliente como me sentía en ese momento.
No pudiéndome contener mas, me quite el camisón, me acosté a su lado, y abriendo mis piernas, mientras agarraba su violáceo capullo con una mano, con la otra lo hacía girar a él para que quedase sobre mí.
Oriente su pene hacia la entrada de mi vagina, y cuando estaba en la entrada de ella, mirándolo a los ojos le dije “ahora eyacularas pero en una vagina, no en tu mano, recuerda que esto te lo daré siempre, si cuidas que mi nieta no lo haga” a lo que me dijo “sí, yo la cuidare, ella no lo hará con nadie”, tuve que cerrar mis ojos porque casi me mareo cuando siento que, dejándose caer sobre mí, su pene ingresa centímetro a centímetro en mi caliente vagina, me pareció increíble sentir lo que sentí pero era como si ambos estuviésemos hechos para cogernos mutuamente, ya que parecíamos un engranaje perfecto.
Había disfrutado de penes que al ingresar en mi me dieron la sensación de partirme en dos, con éste no lo sentía, pero sentía algo distinto, algo más profundo, que aún hoy no puedo precisar que es, pero que me hacia feliz y me hacia gozar.
Abrí mi boca para dejar escapar un quejido y lleve mi boca hacia la suya, saque mi lengua y la enrede con la suya, jugando con ella, quería tener lo máximo de él y sentirle plenamente.
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