Una buena sorpresa.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Preto.
Tenia como unos 13 años de edad.Vivia en un pueblo chico, cerca de la frontera de Argentina y Bolívia.
Estatura mediana, carita de chico imberbe todabia, un cuerpo bien alimentado y cabellos negros. No habian muchas novedades en aquel lugar y yo comenzaba a despertar para el sexo. Ya habia aprendido a pajearme y me hacia memorables pajas, con requinte. Todo lo que veia en algun aujero, era como si estubiera viendo una chucha o un culo, donde podria meter mi palo. Era arrecho por demas. De tanto pajearme, andaba siempre con sueño y ojeras pronunciadas. Nunca vi mi hermano mayor, de la manera que yo andaba. Por el lugar, todos nos conociamos, los vecinos y nos acompañaban en el crecimiento y la historia de nuestras vidas. Mi polla ya era grande, me llegaba en el umbligo y bien gruesita. Vivia yo con el palo duro, recaliente. Algunas veces, tenia ganas de entrar en el gallinero de mi madre y culiar una de las gallinas. Pero tenia miedo que mi madre o álguien me pillara. Mi hermano mayor que ya era un muchachote de unos veinte años, iba al campo con su camioneta y volvia con unas ovejas y cabras que despues las vendia, principalmente en el fin de año. Una vez trajo una cabra bien grande que tenia una panocha bien desenvolvida y que yo imaginaba que era parecida con la de una mujer, pues, yo nunca habia visto personalmente una mujer desnuda. Un dia quise culiar la cabra, pero ella no se dejaba agarrar, huia de un lugar para otro y balaba, haciendo mucha bulla, y álguien podria verme.
Asi que me quedé con las ganas de cojerla y me hice una paja de las buenas. Las personas , vecinas, acostumbraban poner sillas en la vereda, al final de la tarde e sentar e conversar, o simplemente ver los otros pasar y se saludaban. En la otra vereda, del frente de la casa de mis padres, habia una tiendita que vendia tejidos y la dueña era una senhora de mas de 50 años, ya tenia unos bigotitos y era bastante séria. Pero, a veces cuando yo andaba por cerca de ella, me llamaba para sentarme para conversar. Un dia de carnaval me dijo que ella y la sobrina que vivia con ella, iban a un baile que seria por ahi cerca y me pregunto si queria acompañarlas. Le dije que si, pues me gustaban las fiestas. Combinó conmigo que íbamos a encontrarnos en su casa a las ocho de la noche y que de ahi iriamos con su sobrina al baile. A la hora marcada, bien arregladito me fui a la casa de ella y me hizo entrar. Me dijo que la sobrina ya se habia ido en la frente y que despues nosotros íbamos. Asi, quedamos conversando, me invito a tomar una taza de vino tinto, yo acepté, porque en el lugar, chicos y grandes tomábamos un poco de vino con soda en la hora del almuerzo o la cena, pero lo tomamos puro. Ella se levanto de la silla y entró en un dormitório que estaba con la puerta abierta y se acostó en una cama de soltero que habia ahi. Me llamo y me dijo si yo no queria descansar un poco antes de ir a la fiesta. Le dije que si. Me acosté al lado de élla, la cama era estrecha. Me dijo que me quedara mas cerca de ella. Me acerqué mas. Con la proximidad de los cuerpos, senti un calor y mi palo comenzó a endurecer.
Ella comenzó a tocarme, mi cabeza giraba a mil por hora, pues yo nunca me habia acostado con una mujer. Era mi primera vez. No me recuerdo bien si ella habrió mi pantalón o yo lo habri, pero mi palo duro saltó para afuera y ella comenzó a acariciarlo. Para mi fué como un sueño.No creia que estaban agarrando mi palo duro y acariciandolo. Tambien no me recuerdo como fué que, si ella me hizo subir encima de ella o fui yo que por intinto, subi. Yo sé que saco la bombacha y yo con el pene duro en mi mano, fui buscando el hoyo para meterlo. Parecia que la panocha de ella estaba seca y no entraba el pene. Asi que escupi en mi mano, como lo hacia cuando me pajeaba, mojé el pene y se lo metí de una vez. Estaba desesperado, queria culiar. Comenzé a moverme rápidamente y meter lo mas profundo que podia. Pero ella no levantaba las piernas para que el palo pudiera entrar mas hondo. La vi cerrar los ojos y aprovechar la cojida. Agarraba sus nalgas, pero me parecian un poco arrugadas y no consistentes. Pero de cualquier forma, tentaba meter mi dedo en su culo y ella no dejaba, se lo sacaba. Asi, entre metidas y sacadas, sentí como si fuera un curto circuito recorriendo mi cuerpo, las ganas de eyacular y llenar de leche aquella panocha.
Ella gemia despacito.Cerré los ojos, no queria vel la cara de ella, porque me parecia de mucho mas edad que yo y comenzé a imaginar que me estaba cojiendo a una chica linda. La cabeza de mi pene estaba sensible demas, inchada, la sentia mas grande que lo de costumbre, cualquer movimiento parecia que iba a orinar los huevos por el pene. Cuando no aguenté mas, solté la leche de manera intensa, fuerte, como nunca habia sentido y el placer fué tan violento, era la primera vez que gozaba dentro de uma mujer, que mi cabeza parecia girar a toda velocidad. Me quedé algunos minutos encima de ella, en silencio, como que quisiera adormecer.
Sentia una felicidad enorme, me sentia un macho completo. Mismo asi, mi cuerpo chico, menor que el de la mujer, con la pija clavada en la vagina de la hembra que estaba abajo mio, me parecia que era el de un gigante. Durante mas o menos un año, ella me recibió en sua casa, por las noches, cuando mi família se iba a dormir, yo me levanta despacito en la punta de los pies y las alpargatas en la mano y ni calzoncillos vestia, solamente un short y mi palo ya medio duro, me dirigia a la casa de mi amante mayor. No se si mis padres sabian lo que yo hacia. Creo que si, pero nunca me dijieron nada. Al año siguiente me fui a otra ciudad a estudiar y perdi mis culiadas para volver a pajearme. Esa fue la mejor escuela de la vida que tube. Siempre me recuerdo y el pene se pone duro y arrecho, fueron cojidas muy intensas, en la edad que los homonios saltan por la piel como ranas en el charco. Espero que les haya gustado.
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