UNA NIñA CULONCITA 1
A continuación, les relataré mis anécdotas que desde hace algunos años tuve, ya que a la edad de 7 añitos empecé a tener mis primeros contactos sexuales con hombres adultos los cuales se aprovechaban de mi inocencia y me cogían como querían..
UNA NIñA CULONCITA
por GrandPa
A continuación, les relataré mis anécdotas que desde hace algunos años tuve, ya que a la edad de 7 añitos empecé a tener mis primeros contactos sexuales con hombres adultos los cuales se aprovechaban de mi inocencia y me cogían como querían.
Les describo: medía 1.30cm, delgadita, morenita canela típica latina de piel bronceada, unas piernitas que estaban muy bien formadas y torneadas, tenía un cuerpecito muy bien según mis fotos infantiles.
Pero tenía una característica única y que pocas niñas tienen a esa edad; un traserito muy grande para mi edad, mis nalguitas parecen dos globos y siempre han estado súper bien formados, lo que era causa de erecciones y malos pensamientos de viejos degenerados que aprovechaban de mi en cuanto podían.
Cuando tenía apenas 7 añitos cursaba el segundo grado de primaria.
Mi primer suceso se dio cuando yo iba a la escuela primaria en donde trabajaba un señor de unos 50 años aproximadamente; recuerdo que él era el conserje y era un señor delgado, algo canoso y tenía bigote.
Todo comenzó, una vez que estábamos en educación física, yo llevaba un short que por mis grandes nalgas me quedaba muy pegadito a mi cuerpo mostrando también mis hermosas piernas y recuerdo que este señor estaba barriendo los patios en ese momento y en cuanto me vio me empezó a sonreír, como yo era una niña muy alegre también le sonreí, pero sin ninguna intención ya que para esa edad uno no piensa mal.
También recuerdo vagamente que varios de los maestros presentes en ese día no dejaban de mirarme incluyendo mi maestro de educación física y se secreteaban entre ellos.
Ya en ese mismo día en la hora de la salida se me acerco y se presento ante mi y me dijo:
─ Hola preciosa, te quiero regalar una paleta porque eres la princesita más hermosa que jamás haya visto en esta escuela.
En ese momento me sentí alagada y acepté el regalo. Se despidió de mi y días después nuevamente empezó a regalarme cosas y a decirme cosas halagadoras, yo inocente empecé a confiar en ese señor.
Con la confianza ganada, también se acercó a mi madre, una madre soltera que solo veía por mí y mis 2 hermanitas más pequeñas. También se ganó la confianza de ella y mi madre acepto el acercamiento de él hacia mí. Este señor vivía en la escuela, era un hombre divorciado y sus hijos ya eran mayores y hasta nietos tenía.
Pues resulta que con la confianza ya ganada y después de algunas semanas le pidió permiso a mi madre para que después de la salida de la escuela le permitiera quedarme un rato más porque yo le recordaba a una nieta y ella casi no lo visitaba y que a mí me quería como si yo lo fuese. Mi madre aceptó, no lo sé, tal vez porque ella quería buscarme un lado paternal y ella no me lo podía dar, no lo sé.
Yo gustosa me sentía querida y acepte, y a partir de ese momento había días en que me quedaba a acompañarle hasta 2 horas después de clases y él me iba a dejar a mi casa, la confianza que obtuvo fue tan grande que después mi mamá ya me decía que debería visitar a mi tío también los fines de semana.
Resulta que un sábado fue a la casa y le dijo a mi mamá que me llevaría a un parque y que, si quería acompañarnos, ella le dijo que no podía porque tenía que cuidar a mis hermanitas y prefería que yo me divirtiera, pero no sabíamos que mi mamá había cometido un error, ya que este hombre era un pedófilo en potencia.
Al otro día salimos como a las 7:00 de la mañana, pero mi mama cometió otro error en vestirme muy bonita y coqueta con un vestido de tirantes color verde claro que me llegaba hasta las rodillas, cabello suelto y me maquillo. Al verme mi tío Alberto me dijo:
— Hola Marcelita, hoy te ves muy bonita.
Yo solo le respondí algo apenada.
— Muchas gracias tío Alberto.
Y salimos de mi casa, pero él cambio los planes y me llevo sin saberlo a un balneario a una hora de ahí, yo no llevaba ningún traje de baño y me dijo que ahí me compraría uno. En el camino no dejaba de mirarme todo mi cuerpo y sobre todo mis piernas y me decía cosas bonitas.
Al llegar al lugar rento una cabaña para cambiarnos y guardar nuestras pertenencias, él lo tenía todo planeado, me dijo:
─ Vamos por tu traje mi amor.
Me llevo a una tienda de trajes de baño y una vez ahí la empleada que parecía conocerlo le paso varios trajes que él escogía y que yo tenía que probármelos; él me decía:
─ Mi amor, quiero vértelos puestos, haber cual se te ve más bonito.
Al probarme varios se decidió por un trajecito de color amarillo fluorescente de una sola pieza de una tela muy delgadita, me dijo:
─ Ese te queda precioso, no te lo lleves puesto, en la cabaña te lo pones.
Cuando llegamos a la cabaña, me metí al cuarto para cambiarme, después de algún tiempo supe que me estuvo grabando en su cámara de video ya que me dijo:
─ Quítate la ropita y mientras te espero afuera y me vas pasando tu ropita, al final te paso el traje cuando ya estés lista.
La situación es que me dejo después de haberme quitado la ropa muy pausadamente a solicitud de él como otros 25 minutos esperando ya que según dijo:
─ Marcelita ahora vuelvo, olvide nuestros trajes en la tienda, pero no te tapes porque te hará mal, espérame aquí y en lo que llego haz los ejercicios que estabas haciendo el día que nos conocimos, eleva tus bracitos al cielo y después toca con ellos las puntas de tus pies.
Cosa que hice y lo espere desnuda casi como 40 minutos.
Cuando llego a la cabaña me paso mi trajecito nuevo y cuando salí no dejaba de mirarme; lo mismo sucedió tiempo después con varios hombres que se encontraban en las albercas, los cuales no dejaban de mirarme con morbo y algunos me violaban con la mirada, ya que el traje hacía relucir mejor mis enormes nalgas y mis piernitas torneadas.
Cuando íbamos en el camino me pregunto:
─ ¿Sabes nadar Marcelita?
─ No, le contesté.
─ Yo te voy a enseñar mi amor, vente, vamos a un lugar donde tengamos espacio.
Nos fuimos a una alberca lejana donde casi no había gente, yo parecía su pequeña hija sin ninguna sospecha y cuando llegamos a la alberca nos metimos al agua donde según él me enseñaría a nadar y allí empezó todo.
No me tocaba groseramente, fue muy sutil, supo hacer su trabajo, primero me tocaba mis piernitas, y a medida que me iba enseñando a nadar me tocaba mi cuerpecito con delicadeza.
Una vez tuvo más confianza cuando yo me tenía que agarrar de él me abrazaba y tomaba con sus palmas todo mi culito grande, yo no lo notaba morboso. Después me dijo:
─ Vamos a jugar.
Por lo que dentro del agua jugábamos a aventarnos, a corretearnos y cuando yo estaba de espaldas él me abrazaba y me pegaba todo su cuerpo de adulto al mío de niña y ahí empecé a sentir su vergota de hombre mayor toda dura en mi colita, pero yo no lo veía mal, yo sentía que era algo normal y que los hombres así siempre la tenían.
Después de un tiempo no sé porque, pero mi sexualidad comenzó a despertar; me gustaba sentir su vergota de señor sin saber porque, yo ya lo quería y lo sentía como alguien cercano a mí.
Paso el tiempo y sus tocamientos eran más repetitivos y descarados, él me decía:
─ Eres mi consentida, te quiero mucho, te voy a dar muchas caricias porque deseo demostrarte lo mucho que te quiero.
─ Yo solo dije: yo también te quiero tío Alberto.
Y lo abrazaba, después con sus manos me tocaban con lujo de detalle por debajo del agua mis perfectas nalgas, me metía las manos por debajo de mi traje de baño y me agarraba de ahí acariciando mi anito, después me volteaba y sentía como me ponía su vergota en medio de mi culito y me lo restregaba suavemente dentro de mis cachetes que hacían un gran surco.
Yo sentía como su verga se ponía más tiesa y le palpitaba, estaba dura como un hueso, sentía como me lo movía lentamente y me lo palpitaba en mi ano y a través de todo mi enorme culito, yo creo se había sacado su verga porque se sentía muy rico y me la restregaba suavemente mientras que en el agua se escuchaba como se movía de un lado a otro, después me dijo:
─ Eres muy bonita y tienes un cuerpo muy bonito, ¿en el futuro no te gustaría ser famosa?
─ Le dije que sí.
Entonces estratégicamente me dijo:
─ Yo estudie fotografía, te voy a tomar una película para que después la enviemos a una agencia para que seas modelo.
Yo ignorante de todo y alegre porque le parecía que tenía un cuerpo de modelo acepte.
Me dijo:
─ Si quieres modelar podemos hacerlo hoy mismo y empezamos a grabar.
─ Si quiero tío Alberto.
─ Ok mi amor vamos a la cabaña para que grabemos tu primera película.
Entonces nos salimos de la piscina, pero él antes de salir del agua se tapo con su toalla evitando que yo no lo viera como estaba, pero era imposible, estaba paradísima y muy dura.
CONTINUARA…
Buen relato espero la continuación
Telegram 😈🥵
Pasa Telegram vergon
Me gusta el relato. Quiero leer la siguiente parte.
Excelente inicio 🔥🔥🔥 promete muchísimo este relato Ufffffff!!! En espera por la continuación de esta historia <3
Un relato clásico, lo he leído en varias páginas. Debe tener más de 15 años. Si no mal recuerdo… ¿Lo creó abuelito?
Entonces esto es viejo y no tiene continuación???
Por favor la segunda parte