Una Noche con El Abuelo
Una linda muñequita pasara la noche con el abuelo, sin saber que será utilizada para satisfacer los deseos de su abuelo.
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, eran las 7 p.m., era una tarde fría de Diciembre.
Un automóvil Toyota Corolla rojo transitaba por las calles, en su interior, la pequeña Kimberly estaba sentada en la parte de atrás del auto mientras su madre conducía.
Kimmy como le decía cariñosamente su madre, miraba por la ventana, contemplando las luces navideñas que comenzaban a poner en las casas, le encantaba esta época del año, todo era mas bonito. Pero lo que mas le gustaba era ir de visita con el Abuelo.
Kimmy, era una preciosa muñequita de 5 años, delgadita y planita, sus caderas aun infantiles tenia un trasero pequeño pero bien formado como el de su madre. Su cabello era largo y rubio, su rostro era hermoso con dos ojos verdes y con una linda sonrisa inocente. Ella media 1 metro con 3 centímetros según le había dicho su mamá. Esa tarde ella vestía un lindo conjunto invernal, unos leggins color rosa, un suéter blanco con botones y unos tenis de Barbie, y llevaba el cabello suelto.
Tras 5 minutos de viaje, llegaron con el abuelo, a una gran casa en un vecindario de clase media. Apenas se detuvo el auto, Kimmy bajo rápidamente y corrió a la puerta y comenzó a tocar el timbre.
-Espera hija -Dijo la mamá de Kimmy
Ella era una mujer de 30 años y 1.54 metros de alto, al igual que su hija era rubia y de ojos verdes, era muy atractiva con unas caderas anchas y trasero redondo y grande bien formado, pechos grandes, aunque estaba algo descuidaba pues tenia una pequeña barriga y ligeras ojeras bajo los ojos.
Kimmy continuaba tocando insistentemente el timbre, hasta que la puerta se abrió y salió un sujeto enorme, era un hombre alto de aproximadamente 1.90 metros de alto, robusto con una gran barriga y tenia un poblada barba de color blanco, sumado al gorro navideño que llevaba puesto, lo hacia parecer a Santa Claus.
-Abuelo!!! -Grito Kimmy emocionada saltando a los brazos de hombre
-Bienvenida cachorrita! -Respondió el hombre rodeándola con sus brazos enormes y dándole un beso en la mejilla
-Tu barba hace cosquillas! Jijiji -Dijo la niña entre risas
-Buenas tardes -Dijo La mamá de Kimmy acercándose a la puerta
-Buenas tardes linda -Regreso el saludo el abuelo
-Te dejo a la niña unas horas, vendré por ella mañana temprano. Ya que salga del trabajo -Dijo la mujer
-Claro, no te preocupes, yo la cuido, nos divertiremos mucho, verdad cachorrita -Dijo el abuelo dándole un segundo beso en la mejilla muy cerca de los labios a Kimmy
-Bueno, no le des muchos dulces – Sentencio la mamá de Kimmy antes de despedirse de su hija e irse.
…
A Kimmy le encantaba la casa de abuelo, era grande y llena de cosas, dentro estaba cálido y un rico aroma a chocolate inundaba el ambiente
-Que concinas abuelo? -Pregunto Kimmy
-Estoy haciendo unas galletas para ti cachorrita -Respondió el hombre mientras aun tenia a la niña en sus brazos y cerraba la puerta.
-Me encantan tus galletas abuelo, vamos a comerlas!
-Espera, aun no terminan de hornearse… Mientras esperamos, que quieres hacer?
-Hay que ver películas chistosas! -Respondió la niña
-Ok, ok -Dijo el Abuelo y se dirigieron al cuarto de televisión.
Como todo hombre de su edad. El abuelo no era fan de la tecnología, pues su tv era de tubo y tenia un viejo reproductor de VHS.
El abuelo sentó a la niña en el sofá mientras buscaba una cinta de VHS en una caja, donde había decenas de mas cintas VHS.
Revolvió por unos minutos hasta que dio con la que buscaba, una cinta de color negro, que tenia un etiqueta manuscrita que decía «Colegialas cachondas y traviesas vol. 3».
Puso la cinta en el reproductor VHS y le dio al botón de reproducir, la pantalla estaba en negro, y tardaría unos minutos en empezar la película.
El abuelo se puso cómodo en su sillón reclinable. Kimmy no tardo en brincar al regazo de el. A ella le encantaba sentarse en las piernas del abuelo, era muy cómodas.
De pronto se escucho música ambiental, de ese tipo de música que siempre aparecía en las películas pornográficas de los 90’s.
-Abuelo ya va a empezar la película! -Dijo Kimmy emocionada
-Lo se cachorrita, también estoy aquí -Dijo el abuelo mientras rodeaba a la niña entre sus brazos
En la pantalla apareció un salón de clases, estando un hombre bastante atractivo sentado en un escritorio, y aparecía en cuadro una mujer Rubia muy voluptuosa vistiendo un uniforme de colegiala demasiado revelador, una falda corta que dejaba ver a simple vista una tanga de color blanco, y una blusa demasiado escotada y ajustada que parecía que ante cualquier movimiento uno de los pechos se saldría.
Los actores de la película hablaban sobre unas cosas que Kimmy no entendía, pero le parecía chistoso la forma en que las decían.
Pronto los actores pasaron a la acción, el hombre le arranco la blusa a la mujer dejando expuestos sus enormes pechos.
-Waaa! Son grandes, como los de mi mami -Dijo Kimmy sorprendida
-Si que lo son -Coincidió el abuelo mientras metía su mano bajo el suéter de Kimmy y le acariciaba la barriga
A Kimmy le dio un escalofrió sentir la mano del abuelo tocándole la pancita, era tan grande que casi le cubría toda la barriga con la palma y tan cálida que era reconfortante sentir sus caricias.
Los actores continuaba con lo suyo, la mujer estaba acostada sobre el escritorio mientras el hombre le mamaba con rudeza uno de los pechos.
-jijiji, que bobo ese señor, parece un bebe jiji -Comento Kimmy divertida entre risas
-Verdad que si -Dijo el abuelo mientras deslizaba su mano hacia la entrepierna de Kimmy.
Lentamente los dedos del abuelo se escabulleron debajo de los leggins y braguitas de Kimmy hasta llegar al monte venus, el cual era tan suave, terso y libre de vellos.
Kimmy estaba tan concentrada en la película que no se había dado cuenta donde estaba la mano del abuelo.
Los actores continuaron con su escena, el hombre ya se había desnudado y había no dejado al descubierto su enorme pene erecto, el cual era devorado por la actriz, haciendo una felación bastante sucia y candente.
Kimmy le causaba gracia los sonidos húmedos que hacia el pene al entrar y salir de la boca de la actriz. El abuelo deslizo aun mas sus dedos hasta llegar a los labios vaginales de Kimmy.
Comenzó a juguetear con sus dedos, abrir y separar los labios, acariciar el clítoris diminuto de Kimmy, fue entonces que ella noto la mano de su abuelo.
-Abuelo, cuidado con mi botón de la risa -Dijo Kimmy entre risas
-Cual botón? Este botón cachorrita? -Respondió el Abuelo tocando el clítoris de Kimmy
-Si ese! -Dijo Kimmy riendo aun mas y sacudiendo su cuerpo.
Los actores ya había pasado a la acción, el hombre penetraba a la mujer con fuerza mientras la besaba apasionadamente.
Kimmy le parecía muy chistoso los movimientos que hacían los actores, parecía como si estuvieran luchando, como en la lucha libre que pasaban en televisión.
La niña no dejaba de divertirse y reír. En parte por la película y por que el abuelo no dejaba de presiona y jugar con su botón de la risa.
Poco a poco las risas de Kimmy fueron apagándose, las sensaciones provenientes del botón de la risa ya no la hacían reír, se sentía diferente, su cuerpecito comenzaba a sentir calor, también comenzó a notar cosas que hacia momento no.
Fue consciente de que estaba sentada sobre algo duro que no estaba ahí antes. Por alguna razón que ella no entendía, era reconfortante.
Pronto Kimmy pareció derretirse en el regazo del Abuelo, sentía sensaciones bonitas recorriendo su cuerpo. Sin darse cuenta estaba ruborizada.
Los actores continuaban en lo suyo, cambiando de posición a unas cada vez mas sucias y explicitas.
Kimmy había dejado de prestar atención a la película, debido a las sensaciones que recorrían su cuerpecito, la manera en la que el Abuelo la tocaba le gustaba. Pronto la respiración de la niña se volvió pesada y pausada, su carita estaba roja como un tomate y el cejo fruncido… Fue entonces que sonó una campana en la cocina.
-Ya están listas las galletas -Dijo el abuelo sacando su mano de los leggins de la niña y quitándosela del regazo
-Yeeiii, si vamos a comer galletas! -Dijo emocionada
-Solo espera un momento cachorrita, iré a sacarlas del horno y ponerle el ingrediente secreto -Dijo el abuelo guiñando con el ojo y salió del cuarto de tele.
Kimmy continuo viendo la película chistosa, los actores continuaban en lo suyo, hasta que después de un rato, el actor comenzaba a orinar a la mujer, dejándole la cara y pechos con pipi blanco.
Kimmy se preguntaba por que el señor orinaba a la mujer, su mente infantil no podía entender por que pasaba eso. Fue entonces que la voz del Abuelo llamándola la distrajo de ese pensamiento.
-Kimmy, cachorrita, ya están lista las galletas -Grito el abuelo desde la cocina
Kimmy de un salto bajo del sillón y corrió hacia la cocina, donde encontró al abuelo subiendo el cierre de su pantalón.
Las galletas eran de chispas de chocolate y estaba cubiertas con el ingrediente secreto del abuelo, un fluido blanco y espeso, que curiosamente se parecía al pipi blanco de la película chistosa.
Kimmy tomo una de las galletas y la devoro de dos mordiscos, incluso chupo la punta de sus dedos donde había un poco de ingrediente secreto del abuelo
-Me encantan tus galletas abuelo, son muy ricas -Dijo la niña relamiéndose los labios y tomando otra galleta
-Come todas las que quieras cachorrita… nomas no le digas a tu mami, me dijo que no te diera muchas golosinas -Dijo el abuelo mientras tomaba café
-Oghkgei -Respondió la niña con la boca llena
-Quieres un poco de leche? -Pregunto el abuelo
-Sipi! -Respondió la niña antes de tomar otra galleta.
El abuelo saco un litro de leche y sirvió un poco en un vaso de plástico de color rosado con imágenes de las princesas de Disney. El lo había comprado para Kimmy.
Lo puso en el horno microondas para calentar un poco la leche. Kimmy estaba distraída comiendo galletas, así que el abuelo abrió la alacena y saco un pequeño gotero y puso unas cuantas gotas en la leche antes de revolverla y ofrecérsela a Kimmy.
La niña bebió de una la mitad de la leche y continuo comiendo galletas. Y tras unos minutos, poco a poco los movimientos de Kimmy se hicieron lentos, ella parecía estar sumida en un estupor, sus ojos parecían haberse relajado, sus parpados parecían colgarse y comenzó a hablar arrastrando las palabras, parecía como si estuviera ebria.
-Abhuelho! -Dijo Kimmy pudiendo apenas hablar
-Si, que paso cachorrita? -Pregunto el abuelo
-mmm…mhe shientho rarah -Dijo la niña
-Debe ser por que ya tienes sueño cachorrita, vamos a acostarte -Dijo abuelo tomando a Kimmy en brazos y llevándola a su habitación.
La habitación de abuelo era grande. Con una enorme cama Kingsize, como se esperaría en un hombre tan alto. El abuelo deposito a la niña con cuidado sobre la cama.
Kimmy intento incorporarse, pero parecía que se le habían ido todas las fuerzas, parecía como si estuviera aplastada bajo algo muy pesado e invisible.
El abuelo, le quito los tenis y los calcetines, seguido del suéter y la blusa rosa que vestía debajo, por ultimo le quito los leggins, dejándola solo con sus bragas puestas. Las cuales era de color blanco con dibujos de corazones multicolor.
-Quieres un beso de las buenas noches cachorrita? -Pregunto el abuelo
-Seeehhhh -Respondió Kimmy seguido de algo mas que no se entendió
El hombre inclino para darle un beso en la frente, le dio uno mas pequeño en la nariz y por ultimo acerco sus labios a la Boca de la niña y comenzó a besarla de manera sucia.
El abuelo metió su lengua en la boca de Kimmy la cual parecía no ser consiente de lo que pasaba o simplemente no podía impedir que al intruso en la boca.
La lengua del abuelo recorría el interior de la boca de Kimmy, desde sus pequeños dientes hasta la pequeña lengua. El abuelo parecía como si le estuviera succionando el alma a la niña. El sin duda disfrutaba al darle ese beso sucio a la niña, se notaba en su creciente erección.
Tras unos largos minutos, el abuelo separo su labios de los de la niña. El hombre se relamía los labios como un gato obeso enorme, sin duda le gustaba el sabor de la saliva de la niña, la cual tenia un cierto gusto a chocolate.
De nuevo el abuelo ataco, esta vez acerco su cara al cuello de Kimmy y comenzó olerlo, como estuviera esnifando unas líneas de cocaína. El aroma que desprendía la niña era embriagador, el abuelo no hubiera podido explicarlo, era una combinación de aroma de bebé, floral y algo dulce. Esto hacia que la erección del hombre ya comenzara a molestar.
Después ataco el pecho de la niña, el cual era plano, como el de cualquier niña de 5 años, solo los pezones sin desarrollo de la niña es perceptibles, eran un par de puntitos rosados, aun así el abuelo comienzo a besarlos, lamerlos y chuparlos como si quisiera extraer leche materna de ellos, algo imposible pero esto no hacia mas que excitar cada vez mas al abuelo.
Kimmy solo balbuceaba cosas sin sentido mientras el abuelo se deleitaba con sus pezones diminutos.
El abuelo eventualmente dejo en paz los senos de la niña y bajo al abdomen, y comenzó a besar y hacer pedorretas en la barriguita de ella, lo cual provocaba risas en la niña, aunque mas que risas parecía como si gritara de manera muy aguda.
Y por ultimo, el abuelo llego a la entre pierna de la niña, la cual era protegida por unas pantis blancas con dibujos de corazones de colores, las cuales el hombre retiro con facilidad
Para encontrarse con un monte venus esponjoso, abultado y suave, como si fuera un malvavisco, separo las piernas de la niña, y visualizo la vulva, tan pequeña y hermosa.
Los labios mayores eran gorditos y escondían los labios menores y vagina de la nena, como si fuera un flor que aun no se abre para revelar sus hermosos pétalos. El clítoris se asomaba tímidamente, cubierto por el pequeño capuchón de piel.
El abuelo acerco su boca y le dio un besos lleno de dulzura en la vulva, seguido de mas besos, que poco a poco se volvieron mas intensos, la lengua del hombre no tardo en unirse a la acción lamiendo los labios mayores que eran muy suaves, y unos minutos después se escabullo entre ellos para llegar a la vagina de la niña.
El abuelo estaba disfrutando del sabor de la vagina de Kimmy, tenia un gusto salado y a orina, pero esto no hacia mas que excitarlo todavía mas, pues a este punto su pene erecto le dolía al estar atrapado en su ropa interior.
La lengua del abuelo se movía arriba y abajo y por momentos intentaba meterla lo mas profundo en aquel agujerito, incluso podía sentir el himen de Kimmy en la punta de su lengua.
Kimmy se mantenía inmóvil, solo su abdomen se movía mientras respiraba. El abuelo no sabia si la niña sentía lo que le estaba haciendo en la vagina.
El abuelo se había tomado su tiempo en la vagina, pero estaba dejando sin atención el clítoris de la niña. Así que dejo la vagina en paz y movió su lengua hacia el botoncito de la risa de la nena.
Con la punta de la lengua describió círculos sobre el clítoris, el cual no tardo en despejarse de su capuchón y mostrarse, para recibir caricias de la lengua del abuelo.
Esto provoco que la respiración de la niña se hiciera entrecortada y profunda, como si fuera a llorar en cualquier momento, así mismo comenzó a balbucear algunas palabras:
-A…uelo Boto…. Risa… -Fue lo único entendible que salió de la boca de la nena.
El abuelo seguía jugando con el botoncito de la niña continua do con los círculos, moviendo la lengua arriba y abajo. Y no tardaron en aparecer unos intrusos.
Kimmy al parecer con mucho esfuerzo había llevado una de sus manitas hacia donde el abuelo estaba lamiendo. Tal vez para proteger su botón de la risa o tal vez para saber que le sucedía.
El abuelo comenzó a alternar, lamia el clítoris de Kimmy y los dedos de la mano que intentaban cubrir el botón de la risa.
El tratamiento de la lengua sobre el clítoris de Kimmy se hizo mas intenso, la respiración de la niña parecía haber aumentado. Hasta que las piernas de la niña comenzaron a temblar y sacudirse, vocalizo lo que parecía un gruñido, y de su uretra salió un pequeño chorro de orina, el cual fue a parar a la boca del abuelo, el cual lo bebió con gusto.
El abuelo no sabría decir si la niña había tenido un orgasmo… el cuerpo de la niña estaba tembloroso como si estuviera frio, así que la dejo descansar mientras el se desvestía.
El abuelo estaba desnudo, su cuerpo robusto estaba cubierto de vello corporal de color blanco, sobre todo en el pecho, lo cual lo hacia parecer un oso polar.
El abuelo cambio de posición a la niña, colocándola boca abajo, y puso varias almohadas bajo el abdomen de ella, de esa manera el trasero de Kimmy quedaba levantado y sus nalguitas ligeramente separadas
El abuelo saco de la mesita de la noche un frasco de aceite corporal el cual coloco generosamente en las nalgas de la niña, al hombre le gustaba el trasero de Kimmy, era pequeño, pero sus nalguitas era muy bonitas y redonditas, daba gusto tocárselas, el abuelo amasaba ese lindo trasero como si fuera un gato a punto de acostarse.
Minutos mas tarde separo las nalgas de Kimmy dejando a la vista el ano de ella, eran tan pequeño y de color rosado, sin poder contenerse mas, saco un segundo frasco.
Este era lubricante, coloco un poco en su meñique derecho e intento meterlo en el ano de Kimmy. El culito de la niña ofrecía resistencia hacia el invasor que intentaba penetrarlo.
Pero tras un poco de paciencia, el abuelo logro meter la primer falange, lentamente su dedo fue avanzando hasta estar completamente dentro de Kimmy.
Ese agujerito apretaba demasiado, era muy estrecho y pequeño, el abuelo ya no podía mas, no pensaba con claridad, solo sentía un deseo irrefrenable por la niña.
Así que tras unos minutos saco su dedo, tomo mas lubricante y lo embadurno en su pene, el cual era de aproximadamente 16 cm de largo y 13 cm de circunferencia.
Coloco la punta del pene en el ano de Kimmy, la tomo con firmeza de su cadera infantil y comenzó a hacer presión, su único pensamiento era cogerse a la nena.
El culito de Kimmy ofrecía resistencia ante el trozo de carne que el abuelo quería meterle, y de seguir así el ano de ella cedería tarde o temprano. El cuerpo de niña temblaba, incluso vocalizaba gemidos de dolor, pues ella sentía como si la fueran a partir en dos.
El abuelo estaba tan excitado que no se daba cuenta de que estaba lastimando a Kimmy. Fue hasta que un par de palabras entre muchos balbuceos que vocalizo la niña que hizo entrar en razón al abuelo:
-Abuelo…. Duele…
Al escuchar esas palabras el abuelo se dio cuenta que estaba siendo muy bruto y animal con Kimmy, así que rápidamente dejo de intentar sodomizar a la niña. Separo las nalgas de la nena, el ano estaba irritado y lastimado, si el hubiera continuado hubiese herido de gravedad a la niña, y un escalofrió le recorrió la espalda de solo pensarlo.
El abuelo aun excitado decidió implementar otra táctica menos agresiva. Así que cambio de posición a la niña, la recostó boca arriba en la orilla de la cama, de tal manera que las piernitas de ella quedaban colgada. Le puso abundante aceite corporal a la nena en los muslos, monte venus, vulva y abdomen, se hinco frente a ella y agarro las piernas de la niña y las apoyo contra su pecho peludo.
Coloco su pene erecto entre las piernas de Kimmy, de tal manera que el pene quedaba aprisionado entre las piernas y vulva de la niña y descansaba sobre el abdomen de ella.
Lentamente el abuelo comenzó a mover sus caderas, como si estuviera penetrando a la niña, cuando lo que realmente solo frotaba su miembro con la niña. La piel de la niña era muy suave y calidad, el aceite corporal actuando como lubricante acentuaba la suavidad de Kimmy.
El abuelo comenzó a moverse cada vez mas rápido, incluso sujeto con firmeza las piernas de Kimmy para que los muslos de ella apretaran mas el pene.
El abuelo podía ser todo los rudo que quisiera, pues gracias a la lubricación del aceite evitaba irritar la piel de Kimmy. Ella se movía como muñeca de trapo ante las embestidas que recibía.
Así mismo Kimmy la respiración se volvió a agitar y vocalizaba gemidos y pujidos, pues el pene del abuelo no solo rosaba con sus piernas, también con su clítoris provocando sensaciones agradables que recorrían su cuerpecito.
Los parpados de la niña pesaban mas que nunca, le era imposible abrir sus ojos, solo le quedaba sentir y escuchar al abuelo, el cual comenzó decir cosas sucias y vulgares.
-Te gusta cachorrita?, te gusta mi verga… Eres mi perra… Mi puta!, algún día te voy a coger y te romperé tu lindo culito…
El abuelo estaba mas excitado que nunca, sentía que de un momento a otro llegaría al clímax… pero ante cada embestida que daba comenzó a notar que la entrepierna de Kimmy se mojaba mas y mas, pero esto no lo detuvo al contrario, comenzó a moverse con mas intensidad, estimulando aun mas el clítoris de la niña.
Y tras unos minutos, la humedad en la niña era demasiada y olor inconfundible a orina era perceptible, Kimmy se había orinado, debido a la sobre estimulación de su clítoris y vulva, era como si ella hubiese tenido un squirt debido a un orgasmo.
Esto fue aun mas excitante para el abuelo, le gustaba pensar que la niña se había corrido de placer, fue entonces que el también llego a su limite y mientras aun rosaba su pene entre las piernas de Kimmy, comenzó a eyacular, soltando su lefa a chorros, los cuales fueron a parar al abdomen y pecho de la nena.
Kimmy yacía completamente dormida y el abuelo agotado, acomodo a la niña en una posición cómoda y el se recostó a un lado para recuperar el alimento. El pene del hombre perdía rigidez, al Abuelo le hubiese gustado continuar, pero ya no estaba joven, y mientras por su mente pasaban miles de ideas sobre lo que acaba de hacer con Kimmy… El se quedo dormido.
…
El sol comenzaba a salir y sus rayos dorados acariciaban la tierra y se colaban por las ventanas, era una mañana fría, la pequeña Kimmy acababa de despertar.
Ella estaba acostada, arropada con una manta y el abuelo boca arriba dormía profundamente a su lado. No era la primera vez que despertaba a un lado del abuelo.
Ágilmente se escabullo entre las mantas hasta posicionarse sobre el abuelo, sintió cosquillas en su cuerpecito debido al vello corporal del hombre, para ella era como subirse al lomo de un oso.
Kimmy acerco su cara a la del Abuelo y comenzó a besársela, primero las mejilla, después la nariz y la frente, despertando al hombre.
El abuelo abrió los ojos y vio la cara de Kimmy a escasos centímetros de la suya, ella le sonreía y lo miraba con amor.
-Buenos días cachorrita -Dijo el hombre mientras rodeaba a la niña con sus brazos.
-Buenos días abuelo! -Respondió Kimmy y le dio un beso en la mejilla.
-Como dormiste? -Pregunto el abuelo
-Bien… Cuando nos dormirnos?… No me acuerdo… -Dijo la niña con expresión confundida
-Te quedaste dormida anoche, mientras comías galletas -Mintió el abuelo
-Aaaa bueno -Dijo Kimmy satisfecha por la respuesta y se acurruco con El abuelo, apoya do su cabeza en el pecho de el y jugando con vellos del mismo con su mano
El abuelo acariciaba la espalda de la niña, desde las escapulas hasta donde iniciaban la nalguitas de Kimmy. Ambos se sentían tan cómodos bajo las mantas.
El abuelo miro el reloj que estaba sobre la mesita de noche y este marcaba las 08:04 a.m.
-Kimmy, cachorrita, no tarda en llegar tu mami, hay darte un baño antes de que llegue
-Okei -Dijo la niña levantándose ágilmente
Ella aun estaba desnuda, con manchas de semen seco en su abdomen y pecho, y se dirigió al baño.
Unos minutos después Kimmy estaba sentada en la bañera, jugando con 3 patos de hule mientras el abuelo le tallaba la cabeza con un shampoo con aroma a fresas.
-Quack quack -imitaba Kimmy el sonido de los patos mientras el abuelo le tallaba el abdomen y pecho
El abuelo además de limpiar a la niña también se aseguraba de disfrutar del tacto de la piel tan suave de Kimmy por ultima vez ese día, sus manos recorrían todo el cuerpo de la nena.
Cuando uno de sus dedos se escabullo entre las nalgas de la niña para limpiar el canal que las separaba, Kimmy dio un pequeño brinco y dijo
-Aunch! Abuelo me dolió… por que me duele mi colita? -Pregunto Kimmy extrañada
-Aaah! Es que anoche te caíste de la cama -Mintió descaradamente el abuelo.
El abuelo termino de bañar a la niña, la seco bien u le puso un poco de crema analgésica en el culito.
Minutos mas tarde Kimmy ya estaba vestida y al cabo de un raro, el timbre de la casa del abuelo sonó.
Era la madre de Kimmy que venia por ella. Kimmy fue corriendo para abrazar a su mama
-Mamiiii! -Dijo Kimmy chillando de alegría
-Mi amor, como amaneciste? -Pregunto la mama de Kimmy
-Muy bien
-comiste muchos dulces? -Le pregunto en tono acusador
-Nopi mami! Jijijiji -Respondió Kimmy delatándose al reírse
-Bueno… Ve al auto mi amor, debo hablar con tu abuelo
La niña solo asintió, se despidió del abuelo con un beso en la mejilla y fue corriendo al auto de su madre, se subió a la parte de atrás y se quedo observando a su mami y abuelo desde la ventana.
-hubo algún problema? -Pregunto la madre de Kimmy
-No, ninguno -Respondió el abuelo
-Excelente… entonces…
-Claro, aquí tienes -Dijo el abuelo mientras le daba un sobre a la mama de Kimmy
Ella lo tomo y lo abrió, dio un vistazo y rápidamente conto el dinero del interior
-Ahí esta lo que acordamos, mas un extra para que le compres algo a la niña -Dijo el abuelo
-Muy bien… Vas a querer que te traiga a Kimmy la próxima semana -Preguntó la madre de Kimmy
-Ya sabes que si
-Bueno, entonces hasta la próxima semana… Papi! -Dijo la mama de Kimmy guiñándole un ojo al Abuelo
-Ooh! Si fueras mi hija, te hubiera dado una buena educación -Dijo el abuelo lascivamente mientras señalaba su entrepierna
La mama de Kimmy le sonrió coquetamente y se dio la media vuelta, subió a su auto. Comenzó a conducir lentamente dejando atrás la casa del abuelo.
Kimmy se despedía de el agitando su manita hasta que el abuelo y si casa ya no fueron visibles.
-De que hablaste con el abuelo, mami -Pregunto Kimmy
-Le estaba pidiendo que te cuidara la próxima semana
-Y que dijo? -Pregunto Kimmy emocionada
-Dijo que si
-Yeiiii! Me encanta quedarme con el abuelo -Dijo Kimmy jubilosamente
-Tu abuelo me dio un poco de dinero para ti… vamos al centro comercial!
-Siii! Quiero una muñeca -Dijo Kimmy casi gritando sin poder contener su felicidad
Kimmy estaba muy feliz no solo había visto películas chistosas con el abuelo, había comido muchas galletas, le comprarían una muñeca y lo mejor de todo la próxima semana volvería a ir a la casa del abuelo.
Kimmy miraba por la ventana, pronto sus pensamientos se desviaron, algunas casas en el camino aun tenían las luces navideñas prendidas, a ella le encantaba esta época del año, todo era mas bonito… Pero sin duda lo que mas le gustaba era ir a casa del Abuelo.
Fin
Z-Master
Que bueno es el abuelo y suertudo