Una noche de sexo con un señor cincuentón gordito fornido
La vida da muchos giros y nunca sabes con quién vas a acabar haciéndolo.
“Dónde vamos?” Le interrogué y me respondió que me iba a enseñar algo. En un descampado en medio de la nada paró el coche.
El blanco de su pelo resplandecía más con la luz de la luna. Sólo se oía a los grillos grillar. Estaba todo en paz y armonía. Inclinó su asiento en posición horizontal y me pidió que me acostara junto a él. Lo hice pero al momento yo le desabroché el cinturón y le saqué la polla y el me dejó con el culo al aire.
Nos posicionamos haciendo un 69, pero a él no le interesaba mi polla en absoluto. Quería comerme el culo. Así que mientras yo le hacía una mamada el me comió el ojete y las nalgas.
Se la puse bien dura y me soltó: “ponte encima que te voy a enseñar a follar”. Le baje los pantalones y los slips hasta los tobillos sin quitárselos y le desabroché la camisa.
Llevaba una rebeca de hombre azul marina que hacía contraste con su pelo todo blanco ondulado. No se quitó la rebeca lo que aumentó el morbo. Antes de salir de su casa se había bebido otros cuantos vasos de whisky e iba alegre, excitado.
Me metí el pollón rápido porque mi culo ya lo tenía hecho a su tamaño. Me aferré fuerte al volante y empecé a cabalgar. Él permanecía quieto como si quisiera comprobar el placer que era capaz de darle. Parecía como si me estuviera examinando con su miembro eréctil y magnífico. Mientras cabalgaba, veía como sus huevos colgones rebotaban en el asiento como si fueran canicas en una bolsa de plástico.
Paré, me la saqué, me di la vuelta hacia él y me la introduje de nuevo, cabalgándole esta vez apoyando mis manos en su barriga. Para mi gozo lleve sus manos a su nuca y los brazos, cubiertos por la mangas de la rebeca, parecía que la iban a reventar por el tamaño de sus bíceps.
Yo estaba cabalgando una preciosa polla 17×6 de un macho follador de 1.74 cm y 97 kg duro como una roca de 52 años aparentando casi 60 por su pelo cano todo, casado con tres hijos y habiéndome hecho su nene. La vista era nuevamente espectacular y, como el que estaba jugando, se movía hacia arriba y me la clavaba bien a la vez que yo suspiraba de gusto, él echaba una risotada sarcástica. Sin duda se estaba divirtiendo aunque no con el morbo de anteriores ocasiones. Lo hacía como dejando entrever el afecto que me había tomado en tan poco espacio de tiempo. Era un premio y esta, para mi, era la mejor follada de todas las que me había hecho.
Cuando quitaba las manos de la nuca yo se las corregía y sacaba pecho y barriga encorvándose como un animal cosa que me excitaba aún más. Deje de cabalgar y estuve un rato con su miembro entero dentro sintiendo lo poderoso y grande que era.
Entonces empecé a tocarme y le advertí que me iba a correr. No le importo un ápice y acaricio mis muslos de forma suave pero firme con sus gruesas y fuertes manos. Así era él. Era educado y amable, incluso rayaba lo cortés, pero cuando se ponía serio era pura determinación y firmeza. Cuando follaba utilizaba esa firmeza mientras te ayudaba a subir y a bajar agarrándote las nalgas a la vez que cabalgabas su académica polla dejando claro que allí él era el macho.
Eyaculé espasmódicamente sobre su pecho y sonrió pellizcándome la pierna e hizo algo que demostraba lo bien que se sentía conmigo. Metió el dedo en el mejunje y se lo chupó como si fuera una delicatessen. Eso me envolvió aún más en su embrujo sexual prometiéndome a mi mismo que nunca estaría con nadie más que con él.
Lo demás fue un placentero trámite que llevó a cabo como si de una rutina se tratara. Eso me pareció por su actitud y pensé si utilizaría condón con las mujeres. Me folló tranquilo y besándonos como dos enamorados. Cuánto más nos besábamos más dentro me la clavaba y por supuesto se me puso como una piedra otra vez.
Quería correrme a su vez y el paraba cuando notaba que se iba. De modo intuitivo me sincronicé a su ritmo y en un súmmum climax, con su culo levantado un palmo del asiento y metiéndomela hasta el fondo, nos corrimos a la vez mientras él exclamaba: “te quiero niño”, cayendo desplomado en el asiento y yo a la vez.
Estuvimos unos diez minutos descansando y contemplando el cielo azul oscuro del que destacaban unas pocas estrellas. Me subí encima de su pecho acariciando sus gruesos brazos y su pelo blanco a la vez que intentaba besarlo en la boca. Me lo permitió un par de veces, sin embargo a la tercera vez me quitó la cara impidiendo que mis labios tocaran los suyos. Le pregunté el por qué de aquello y argumentó que eso era cosa de mujeres que no llevaban a buen lugar.
Me dijo que me vistiera pero que antes le limpiara la polla con una breve pero intensa mamada. Cosa que me dedique a hacer lo mejor que sabía para complacerle. Ya me había sodomizado y aún no lo sabía pero sería suyo y lo desearía siempre. Encima me había iniciado en la tareas amatorias y todo indicaba que quedaba un largo aprendizaje por delante. En realidad me estaba enseñando a follar y a hacer sexo, cosa que nunca olvidaría.
Una vez vestido con su camisa de cuadros azul celeste, su pantalón gris clásico y su rebeca azul marina que parecía que iba a reventar; arrancó el coche dejando mudos a los grillos. Me sentí seguro. De repente parecía que tenía un amigo, un amante que me había tomado, y quizás en un futuro próximo hasta un padre que no poseía en casa dada la flemática y distante personalidad de mi padre biológico.
Serio, reservado y con ese mismo aire distante que exhibía mi padre me condujo hasta casa. Antes de salir del coche me acerqué y le di un beso en la mejilla sonoro, soltándole un: “te quiero”.
Era su objeto sexual pero no tarde en empezar a preguntarme si sería el único. Era consciente de que follaba con hembras, algunas eran las mujeres de sus conocidos y amigos…pero por qué iba yo a ser el elegido y bastarse conmigo? Acaso quería una vida tranquila con un solo jovencito pudiendo follar a varios? Fueron meses de inmenso placer sexual y afectivo . Llegue a sentir que su pene formaba parte de mi cuerpo y que éramos sólo uno cuando follábamos. Pero…era mi tío.
Si algún gordo maduro mayor de 50 quiere contactarme escríbanme a: [email protected]
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