Una Segunda Oportunidad. parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me despierto dolorido, es como si hubiese corrido una maratón, pero no es una sensación ingrata, muy por el contrario, me siento relajado y lleno de vitalidad.
Magdalena tiene la mitad de su cuerpo sobre mí, sus piernas desnudas enredadas en las mías, imágenes de la noche anterior vienen a mi mente y lo que era un principio de erección matutina, se transforma en una polla dura, lista para un hundirse en un coño dispuesto.
Y que mejor si en el coño estrecho de la chiquilla que duerme junto a mí.
Mi mano recorre la piel suave y tersa de su muslo, subo hasta llegar a la curva de su culo y su cintura, su cuerpo aún bajo las sabanas me parece hermoso y bien proporcionado, ella se remueve y comienza despertarse, se estira a mi lado, y sus tetas rosan la piel velluda de mi pecho, yo sigo con mi recorrido, maravillándome con lo perfecta que es a mi tacto, no recuerdo haber tenido alguien así a mi lado, su olor es único y excitante, su tetas son dos pequeños montículos, que se adaptan a mis manos, la beso perezosamente en la parte de su cuerpo que tengo a mi alcance.
Sus hombros, su cuello, ella se remueve a mi lado estirándose y emitiendo sonidos que se asemejan a los maullidos de una gatita y mi polla se remueve inquieta y ansiosa.
Magdalena se separa de mí y me sonríe, dice que soñó toda la noche conmigo.
toma mi mano y la guía a su coño, abre sus piernas dejándome el espacio suficiente para que maniobre entre ellas, le digo que es hermosa, que su coño es suave y prieto, que quiero hundirme en ella, lleva su mano a mi verga y comienza con movimientos poco coordinados a meneármela, dice que soy grande, que nunca había visto una verga tan grande como la mía, sus palabras quizás son mentira, pero inflaman mi ego, me besa y yo la beso, mi lengua se introduce en su boca y juega con la suya, ella muerde mi labio inferior y lo tira, provocando movimientos involuntarios en mi verga, estoy caliente, quiero tumbarla en la cama, subirme sobre ella y follarla, hasta que mis huevos exploten, llenarla con mi semen caliente, y que este le escurra por sus muslos blancos.
Restriego mis dedos en su clítoris, ella se queja cada vez más fuerte, separo sus labios vaginales y la penetro con uno de mis dedos, la masturbo quiero que esté lista para mí.
Me subo sobre ella, mi cuerpo es demasiado grande comparado con el de magdalena, la aplasto.
Beso su rostro pequeño de muñeca, su cuello, bajo por sus tetas, mordiéndolas, amasándolas y jugando con ellas, pero no me detengo ahí, sigo bajando más al sur, llego a su vientre, lo beso, sigo más abajo admirando por primera su vez su coño, sus piernas están abiertas y su vulva expuesta, nunca fui un apasionado de practicar sexo oral, con a mi esposa se lo hice un par de veces cuando partimos, la relación pero después a ella le incomodaba, y cuando ya no pasaba nada entre nosotros, solo me involucre con putas y cuando pagas por sexo, por lo general te lo practican a ti y no al revés, nunca me vi motivado la lamer el coño de una puta, por lo que no recuerdo cuando fue la última vez que lo hice, pero el ver el coño rosado y húmedo de magdalena hace que salive, quiero probarla, lamerla y follarla con mi lengua.
Ella me mira expectante, como esperando ver que hago, me sonríe con una mezcla de malicia y timidez, como retándome, la recorro con mis dedos, es suave como el terciopelo, tiene una pequeña mata de bellos que no llega a su culo, y que se agrupa en su mayoría en su monte de venus, sus labios vaginales son delgados y su vulva es rosada, como un melocotón maduro y jugoso, listo para comerlo, me recuesto en la cama y siento que estoy a punto de disfrutar el mejor festín de mi vida.
Con mi lengua recorro desde su ano hasta su clítoris, provocando que ella se remueva en la cama.
Soltando risitas nerviosas, le digo que se esté quieta, que quiero probarla, pero ella no obedece, por lo que la sujeto de las caderas fijando su culo en la cama, su sabor no es como nada que hubiese probado antes e inmediatamente me vuelvo adicto a él y a su olor de hembra, sabe a frambuesas, con un toque acido, hay rastros secos de mi semen, pero no me importa.
Mi lengua la lame, la saboreó y disfruto, por momentos succiono sus jugos con mi boca grande, ella se queja, su vientre doblado, su espalda encorvada, para que sus brazos alcancen mi cabeza, con sus manos se sujeta de ella, y me encita a seguir, no le doy tregua, con una de mis manos provoco su clítoris, mientras mi lengua la penetra, me la estoy follando, quiero que se corra en mi boca.
Me siento viril, mas hombre que nunca, le doy duro hasta que ella se pone rígida, clava su culo en la cama, cae para atrás, grita fuerte, su coño se cierra en espasmos, apretando mi lengua, bebo sus jugos como si se tratase de ambrosia.
…
Hace 30 años atrás, era joven y disfrutaba del sexo y de la vida, ahora mientras observo a Magdalena desmadejada en la cama, me pregunto dónde quedo ese hombre, donde ha estado todos estos años y por qué coño deje de disfrutar y me resigne simplemente a vivir el día a día, me digo que no me importa si esto está bien o mal, esta chiquilla es lo que necesito y es lo que me hace sentir vivo.
Meneo mi verga hasta que esta lista, magdalena tiene los ojos cerrados y aun respira agitada, yo estoy listo para obtener lo mío, tomo sus piernas y las doblo dejándolas a la altura de cintura, su culo se levanta de la cama y su coño está totalmente abierto y expuesto para mí, puedo admirar lo rosado, húmedo e hinchado que esta, comienzo a pasar mi verga por su vagina, sin penetrarla lubricándola.
Cuando creo que suficiente comienzo a penetrarla, pero mi polla es grande y en esta posición no entra totalmente, por lo que soy suave, quiero se adapte a mí, aun sin soltar sus piernas, saco mi polla, solo para volver a entrar en su vaina estrecha, mis huevos me duelen por la anticipación, aprieto mi vientre para ver como mi polla entra en su coño húmedo, ella me aprieta y me succiona, sus manos están jugando sus tetas, apretándolas y tirando de sus pezones como lo hago yo, nuestros quejidos llenan la habitación, no somos silenciosos, me dejo llevar.
Le doy cada vez más duro y fuerte, sin contemplaciones.
la cama cruje y choca en la pared, quiero partirla, sueltos piernas y la atraigo más a mí, la tomo de la cintura y le doy lo más duro que puedo, sus tetas se mueven al vaivén de mis embestidas, ella ya no se queja, grita y yo bufo, resuello como un animal, estoy sudando, mi huevos me duelen por tanto aguantar mi corrida, no tengo fuerzas, mi culo se mueve por instinto, me dejo caer sobre ella, su cabeza esta mi cuello y sus piernas abiertas, casi a la altura de mis hombros , la beso como puedo, magdalena se pone rígida y su paredes vaginales me aprietan, se está corriendo, me pongo como loco, y le doy aún más fuerte, mi corazón está a mil, siento que en algún momento se me va a escapar del pecho, pero no me importa, no mientras Magdalena este con las piernas abierta, ella me muerde el hombro con fuerza y ya no aguanto mas y me corro, nunca en todos mis años me había corrido de esta manera.
Es un espasmo tras otro, es como si no tuviese fin… estoy agotado, podría morir en este instante.
y moriría feliz.
…
Nos despertamos después de una de la tarde y se supone que debemos estar a las tres en la convención.
Por lo que optamos por darnos un baño rápido, y esa es mi intención, o por lo menos lo era hasta ver el cuerpo desnudo de Magdalena en la ducha.
El hotel en el que nos alojamos, no es el mejor de la ciudad, por lo que los cuartos no son 5 estrellas, el baño no es muy amplio, al igual que la ducha, que es un espacio abierto, cubierto de baldosas, no tiene puertas, solo una pared de ladrillos que la separa del resto del baño.
Magdalena no ve llegar, ella esta dándome la espalda, despreocupada, enjabonándose el pelo, el agua le recorre el cuerpo, y quiero lamer cada gota de su cuerpo.
La simple visión de ella bajo el agua me vuelve a encender, su espalda es limpia y sin imperfecciones y al llegar a su culo tiene una inclinación, que hace que este sea respingón, sus nalgas desafían la gravedad, son dos pequeños montículos esculpido a mano, y sus piernas son torneadas y firmes, no tiene mucha cintura, solo la adecuada para hacerme desearla más.
Ella se agacha a recoger algo que le cayó, y me una imagen perfecta de su coño, esto duro y quiero follarla de nuevo, no suelo recuperarme con tanta facilidad, soy un hombre entrados en años, y aunque nunca he necesitado de ayuda para mantener una erección, lograr tener la polla dura por tercera vez, en menos de 24 horas es una hazaña de la que me siento orgullo y la que pretendo disfrutar.
Me masturbo mientras la observo, Verla bañarse es todo un espectáculo, con el agua corriendo por su cuerpo, se ve más hermosa y más pequeña que antes, me hecho jabón en las manos y me acerco a su cuerpo húmedo, cuando pongo mis manos en su espalda para jabonarla, ella se sorprende, pero solo sonríe y sigue en los suyo, su silencio lo tomo como una invitación, para continuar con mi acecho, su piel es suave, más de lo que recordaba, bajo por su espalda hasta llegar a su culo, lo amaso y recorro, disfrutando de la sensación, ella ha terminado con su pelo, por lo que se acerca a mi cuerpo y se afirma en mí, se deja hacer, juega con sus tetas mientras se esparce jabón en ellas, creo que sabe lo que me produce, a veces siento que ella es una pequeña chiquilla perversa, que disfruta incitando a un viejo como yo.
La empujo hasta el taburete que hay en la esquina de la ducha, para que ella quede un escalón más arriba, y así pode alcanzar su coño con mi polla, la tomo por la cintura y acerco su culo a mi verga, me refriego en ella, follandola sin verdaderamente hacerlo.
Estoy caliente y listo para una nueva ronda de sexo.
Me siento con la vitalidad de un chiquillo.
Mis dedos hurgan entre su escasa mata de bellos púbicos, quiero meterme entre sus finos y rosados labios vaginales y jugar con su clítoris, la quiero húmeda y lista para mí.
Pero ella pone su mano sobre la mía, deteniéndome.
Me dice que yo soy muy grande y que esta dolorida por la veces anteriores.
La muerdo en el cuello y le digo que es una chiquilla mala, por dejarme con las ganas, pero ella es una buena chica.
Se gira, se pone en puntillas y me besa, toma mi verga entre sus manos meneándola, es imposible no dejarse llevar por las sensaciones placenteras que su mano pequeña provoca.
Se hinca en el suelo y me la chupa.
Es inexperta, ahora que la calentura no es abrumadora, como la noche anterior y que tengo el tiempo, no solo disfrutar la sensación, sino para ver los detalles, lo noto, puedo ver que ella no es una experta, lo intenta, pero le falta.
Quiero ser yo quien le enseñe, quiero moldearla a mis necesidades y gustos.
Me mira y se ve jodidamente inocente y perversa con mi polla en su boca.
Pongo mis manos a los costados de su cabeza, manteniéndola estable y soy yo quien folla su boca, mi verga no cabe toda, y la punta toca constantemente su garganta, provocándole arcadas, pero aguanta y no deja de mamarme, me cuesta mantener la calma y por momentos no puedo evitar ser duro.
Ella resiste y mantiene bajo control las arcadas, la saliva escurre por su rostro y sus ojos están rojos, sujeto su rostro hasta que no aguanto más y me corro en su boca, la retengo con firmeza, ella intenta salir de mi agarre, pero no la dejo, por lo que no le queda de otra que tragarse toda mi leche, cuando me he descargado totalmente la tomo de las axilas y la levanto, Magdalena escupe lo que no alcanzo a tragarse y yo la beso y la lamo, sin importarme que su boca este llena de mi semen.
….
Me visto semi formal para la convención, es un evento de clausura por lo que es más que nada, es para sociabilizar y concretar negocios, no quiero volver al pueblo esta noche, no quiero volver a ser el viejo aburrido que soy, no quiero que esto acabe, por lo que he decidido llevar a magdalena al casino, para que nos divirtamos e reservado la mejor suite para que nos quedemos juntos, quiero tener más de ella antes de regresar.
Cuando la veo con jenns y una gabardina ancha, no puedo dejar de notar que se ve más niña de lo que es, le digo que se ponga algo más formal o no la dejaran entrar al casino, pero ella me dice que es lo único que tiene.
No le creo por lo que reviso la pequeña maleta que ha traído, pero me sorprende ver que su ropa es todo del mismo estilo, nunca había reparado antes en ello.
Estoy enojado y reclamo en contra de mi hijo, Sé que ella no tiene dinero para comprarse sus cosas, pero supone que Arturo debió suplir sus necesidades, le doy dinero mensualmente para ello, pero evidentemente no ha sido así.
Ella me mira apenada, sus ojos marrones están llenos de lágrimas y tiene un puchero en su linda boca rosa, le digo que no se preocupe que de ahora en adelante yo supliré sus necesidades, que es eso lo que hombre hace con su mujer, me sonríe y me abraza, y me dice que es verdad que ahora ella es mi mujer.
Me gusta oír eso.
…
No estamos más de una hora en la convención, en ese lugar nadie se extraña que Magdalena me acompañe a todos lados, todos son conocidos y saben la relación que nos une, la mayoría son socios y estuvieron en su matrimonio con mi hijo, cierro los negocios que quería cerrar, hago los enlace que necesito y me disculpo diciendo que me espera un viaje de largo a casa y que es mejor partir cuanto antes.
Magdalena no da más de dicha cuando la llevo al centro comercial más grande la ciudad, le digo que como ahora como yo cuidare de ella, es mejor que empiece hacerlo cuanto antes, le doy libertad para que compre todo lo que le hace falta.
No escatimo en gastos, no soy un hombre con recursos limitados, he trabajado toda mi vida y herede una cantidad considerable de mis padres, no me duele gastar en ella, no cuando eso hace feliz a mi nena.
Cuando tenemos todo lo necesario ella me pide que la lleve a la peluquería, satisfago sus caprichos, me gusta hacerlo, la dejo en ese lugar y yo me voy a comprar algunas cosas que me hacen falta, paso a la farmacia y compro algunas cosas, cuando estoy en ello, frente veo una tienda de lencería, en el mostrador hay maniquíes vestidos con pequeñas piezas de encaje, me imagino a mi chica en ella y pienso que se vería deliciosa en un conjunto negro con rojo y me digo porque no comprárselo, después de todo seré yo quien disfrute sacándole esa pequeña pieza de encaje, no lo pienso más y entro en la tienda, la vendedora me mira raro, más cuando le pido las piezas que quiero, pero no importa, gasto un dineral en prendas minúsculas y encaje, estoy con la polla dura de solo imaginar a Magdalena con ellas puestas.
…
Dos horas más tarde Magdalena recibo un mensaje diciéndome que esta lista, que vaya por ella, cuando la veo casi no la reconozco, se ha alisado el pelo y se lo aclaro por lo que está más pelirroja, se ha hecho chasquilla, se ve hermosa, y agradezco a quien sea, por permitir follarme a ese hermoso espécimen.
Cuando voy a pagar la cajera me pregunta si me gusta como quedo mi hija, y Magdalena se ríe y le dice que yo no soy su padre, que soy abuelo.
Y me pregunta si le gusta como quedo con una sonrisa traviesa.
…
A las siete vamos al hotel, es uno 5 estrellas, está entre los mejores de la ciudad, y es el mismo donde se emplaza el casino, Magdalena está sorprendida con lo grande y amplia que es nuestra habitación, es una suite matrimonial con sala de estar incluida, con una cama grande doselada, cuando la veo se me vienen cientos de ideas, de cómo sacar el mayor provecho de ella.
La vista es espectacular, nos da un panorama completo de las montañas nevadas que rodean la ciudad.
En la sala de estar hay un mini bar, y en la mesa unos bocadillos de recibimiento, me sirvo un tequila y disfruto de la vista, cuando Magdalena termina de revisar cada metro de nuestra habitación, se sienta sobre mis piernas y bebe de mi vaso.
Le pregunto si le gusto el cuarto, ella dice que le encanta, sobre todo la vista.
Pregunta porque nunca nos habíamos quedado aquí antes, le respondo que antes veníamos por trabajos y que ahora es por placer.
Ella se ríe, y me besa.
Todo es tan cotidiano, que parece que lleváramos años juntos, me siento cómodo con ella, todo es simple y relajado.
Le entrego la bolsa con la lencería, al principio no entiende de que se trata pero cuando la abre y saca la primera tanga negra, se ríe, dice que soy un pervertido, le respondo que está en lo cierto, que soy un pervertido sin remedio, pero que muero de ganas por verla en una de esas pequeñas piezas de encaje.
Antes de encerarse en el baño para alistarse, dice que esta noche me sorprenderá, le digo que estoy ansioso por que lo haga.
Cuando una hora más tarde aun no sale del baño estoy impaciente, muero de hambre y la reservación esta lista.
Cuando por fin sale del baño, decir que me deja con la boca abierta es poca cosa, si antes con su ropa ancha y sencilla, era linda, ahora enfundada, en un vestido corto de noche, es deslumbrante, una ninfa, lleva unos tacos negros que le alargan sus piernas delgadas, dudo si realmente llevarla al casino o tirarla sobre la cama y follarla como un enajenado.
Se ve más hermosa de lo que es, y disfruto de la visión que ella me da, la tela del vestido se ajusta a su cuerpo y aunque no tiene muchas tetas, su culo se ve perfecto, lleva el pelo suelto y esta maquillada, sus labios están más rojos y quiero besarla, meter mi lengua y saborearla.
Pero me abstengo ella quiere salir, pero antes de hacerlo, le doy un anti inflamatorio, no quiero que esta noche le duela el coño, porque pienso disfrutar cada centímetro de su cuerpo y no quiero que nada se interponga, también le ofrezco la pastilla del día después, no quiero que se sienta presionada, ella es aún una niña para tener un bebe, si bien secretamente me gustaría tener un hijo, no quiero que se sienta presionada, quiero que tenga opciones.
Pero ella no acepta, me dice que lo que dijo anoche fue en serio, que realmente quiere embarazarse y que quiere yo lo haga, me pregunta si yo estoy seguro, y le digo que lo único que quiero es preñarla con un hijo mío.
Ella pega a su cuerpo al mío y me besa.
…
Vamos al casino, jugamos un rato en las mesa y en las maquinas, ella toma mi mano, y a veces yo la sujeto por la cintura, pero no somos muy demostrativo después de todo nuestra diferencia etaria llama la atención, pero no puedo dejar de mirar cada curva de su cuerpo, en ocasiones ella pega su culo a mi pelvis, es todo casual, me rosa o me toca por aquí o por allá, es como una mariposa pululando a mi alrededor, me empalmo con facilidad, cuando hemos perdido una cantidad considerable de dinero llevo a magdalena comer, pido mariscos dicen que son afrodisiaco, por lo que me pueden servir para esta noche, ella pide una hamburguesa con papas fritas.
Conversamos de muchas cosas, me pregunta de mi vida, de mi matrimonio y yo le pregunto a ella, me cuenta que su intención nunca fue embarazarse y casarse con Arturo, que ella solo quería tener sexo, que era la única de sus compañera que no había estado con un hombre, en resumidas cuentas quería dejar de ser virgen, que lo único que tenía seguro era que no quería hacerlo con niñato, sino con alguien que supiera, y que si bien Arturo le gustaba, no estaba enamorada de él, que las primeras veces le dolió y que con él nunca lo había pasado también como conmigo.
Yo le digo que ella me hace sentir vivo otra vez.
Después la llevo a ver una obra de teatro que está de moda, ella está feliz, dice que nunca ha estado en un teatro de verdad.
El salón es amplio y con butacas forradas en cuero, es un lugar muy cómodo, pero no hay mucho público, nos sentamos atrás.
La obra es bastante entretenida, pero son mucho más cautivantes las piernas de la chiquilla que tengo a mi lado.
Magdalena sube la división de la butaca y se apega a mí, paso mi mano por hombro, acercándola aún más, su cuerpo es demasiado pequeño en comparación con el mío.
Ella pone su mano en mi pecho y juega un botón de mi camisa, y desde ese momento ya no puedo concentrarme en la obra de teatro, ella sigue jugando con mis botones, pero no lo desabrocha, no puedo estarme quieto y hago lo que llevo toda la noche deseando hacer toco su pierna, subiendo un poco su vestido, pero sin llegar demasiado lejos.
El salón esta oscuro, de pronto ella pone su mano en mi polla, sobre el pantalón y la acaricia, me mira y me pregunta si quiero hacerle el amor, en mi mente pienso que lo que quiero hacerle no tiene nada que ver con el amor, pero le digo que sí, y mi polla lo confirma esta dura y ansiosa, mi mano sube un poco más y mi chica separa un poco sus piernas para que suba, y es lo que hago, al llegar noto la tela de encaje y con solo tocarla me calienta, ella levanta un poco su culo para que pueda correrla, y al hacerlo noto algo extraño, su coño está más suave que antes, y es porque no está su mata de bellos, ella nota mi extrañeza y me dice que se depilo completa en la peluquería, que esa es la sorpresa que me tiene.
Estoy como loco, la beso, sin importarme que alguien pueda ver, le meto un dedo en el coño, ella está húmeda, y es lo máximo que puedo soportar, la tomo de la mano y la saco de ese lugar, ella se ríe, y me dice que no alcanzamos a ver el final de la obra, le digo que no me importa.
Cuando por fin estamos en el ascensor no me aguanto más y la beso, no de manera brusca, sino suave, recorro su cuerpo con mis manos hasta llegar a su culo, lo amaso y la atraigo a mí, le muestro duro que estoy, bajo el vestido dejando uno de su hombros descubierto, la beso la lamo y succiono, es dulce, cuando el ascensor detiene me separo, dos personas entran y solo observan sin decir nada.
Cuando estamos en nuestra habitación ella me dice que le duelen los pies, que no está acostumbrada a usar tacones, yo le digo que se ve jodidamente sexy en ellos, que quiero follarla con ellos puestos, la beso y la lamo en su boca, rostro y cuello, mis manos se van a sus piernas y comienza a subir su vestido, ella me detiene y me dice que tiene una sorpresa para mí, da dos pasos y estando de espalda me dice que le ayude desabrochándole el vestido, lo hago, no lleva sostén, su espalda es blanca y no tiene imperfecciones, bajo lentamente hasta llegar al inicio de su culo.
Deja caer el vestido, quedando a mí vista una imagen perfecta de su culo en hilo dental negro, es pequeño, duro y paradito, es hermoso, sus piernas son delgadas y largas y lleva ligas que en la parte superior tienen un moño color rosa chicle.
Cuando se gira tiene una mirada de niña traviesa, me vuelve loco, mi polla se mueve expectante y ansiosa por lo que viene, quiero enterrarme en su coño y darle duro, sin tregua toda la noche.
La vista es simplemente perfecta, aun no puedo creer mi buena fortuna, es increíble que esta chiquilla hermosa me deje estar entre sus piernas, voy hacia ella y la traigo a mí, la beso con rudeza meto mi lengua en su boca, sus manos se van a mi cinturón y lo desabrochan, tira mis pantalones con dificultad hacia bajo liberando mi polla de confinamiento, se agacha, me toma con una de sus manos y se la mete en la boca, me chupa humedeciéndome, para después dejarme libre y lamerme por toda mi longitud, lo disfruto, su boca mamándome es una sensación placentera, termino de desvestirme y como puedo me saco los pantalones y zapatos, ella no suelta mi polla, siento que me quiero correr, y con lo cansado que estoy sé que no resistiré un segundo asalto.
hago que se levante y soy yo quien se agacha quiero lamer su coño, la huelo por sobre la tela de la lencería, succionando el olor que desprende su entre pierna, la llevo hasta la cama y la empujo me acomodo y beso sus pies pequeños, lamiendo cada uno de sus dedos, subo por piernas la beso y la muerdo, mientras ella se deja hacer, lamo sus muslos y beso su tanga diminuta y húmeda, la corro para saborear sus pliegues rosas, pero noto algo extraño, magdalena se ríe, le saco la tanga y lo que veo me sorprende y me calienta a la vez, su coño esta depilado, y sin ningún rastro de bello púbico, puedo apreciar sus labios vaginales desnudos, lampiños, se ven rosados y brillantes por la humedad, su coño parece el de una niña y eso me excita más, ella se me dice que esa es su sorpresa, que lo hizo hoy en la peluquería, que pensó que me gustaría, le digo que me encanta, que nunc había estado con una chiquilla con el coño depilado, que parece una muñeca, que me calienta.
…
La lamo con más ganas que nunca, se siente suave y húmeda, resbaladiza su coño se ve más pequeño, me subo a la cama y la atraigo hacia mí, paso mi polla por su coño húmedo y poco a poco me adentro en ella, me gusta ver como mi polla, la abre y la estira, me sujeto de sus piernas para darme impulso y se a meto rápido y duro, ella se queja y yo también estoy en el puto cielo.
No quiero correrme aun, por lo que cuando siento ese calor en mis bolas, me salgo y le digo que se ponga en cuatro, ella me obedece, su culo es hermoso, me vuelvo agachar y esta vez la mamo desde atrás, abro sus nalgas y paso mi lengua, hasta llegar a su ano.
he practicado el sexo anal, pero hace mucho tiempo atrás y no me gustó mucho, debe ser porque a la chica que se lo metí en el culo me dejo lleno de mierda, pero ahora viendo el ano rosado y sin pelo de Magdalena me incita a probar nuevamente quiero abrírselo con mi polla, detengo mi lengua ahí, la lamo e intento penetrarla, ella se incomoda y me pregunta que hago, le digo la verdad, que quiero romperle el culo, ella se corre y me dice que no, que nunca lo ha hecho por ahí, que la vez que lo intento le dolió mucho, intento convencerla pero se niega, no me queda de otra que aceptar su negación, pero me prometo a mí mismo que la convenceré para que me deje hacérselo.
La vuelvo a poner en cuatro y me gano detrás de ella y me hundo en su coño, esta posición me hace sentir mucho más placer, es como si mi polla pudiese entrar más profundo en su interior, se lo hago lento disfrutando del momento y la sensación, estoy en éxtasis, su culo es magnífico, pequeño y duro, le abro las nalgas y veo su ano arrugado y me imagino que la estoy follando por el culo, le doy más duro, la atraigo hacia a mí y le lamo el hombro, le digo que su culo es perfecto, que estoy más caliente que nunca, que ella es mi hembra, que quiero romperle su culito apretado, ella me dice que también quiere hacerlo por el culo, pero que le da miedo, le digo que confié en mí, que la preparare y que cuando se lo meta por ahí, gritara más que nunca.
La empujo a la cama nuevamente ella cae, y sé queda recostada, su culo esta levantado y sus nalgas pequeñas se abren solas, dejándome ver su ano rosado y sin pelos, llevo uno de mis dedos a mi boca y lo ensalivo, para después presionar en su entrada trasera, esta apretada y cuando ella me nota se pone rígida, le digo que le gustara, que se deje hacer, que hoy no le romperé le culo pero que comenzare a prepararla para que cuando por fin lo haga no le duele y disfrute, se relaja, y mi dedo puede entrar en su canal estrecho.
Mi dedo es apretado por sus nervios y sé que cuando mi polla este ahí lo gozare, el solo imaginarme ese hecho me manda a las nubes, siento como mi bolas se ponen rígidas, sé que me acerco, continuo con mi embestidas suaves, sin sacar mi dedo, intento dilatar su ano, pero solo logro a medias, no se abre mucho, ella se queja y supongo que le gusta lo que le hago, porque en ningún momento me dice que me detenga, sus manos aprietan la colcha y sus gemidos son ahogados por la ropa de cama, cuando estoy al borde, la sujeto de sus caderas y la embisto como si la vida se me fuera en ello, ella cae a la cama cansada y como puedo me subo sobre ella, busco una almohada y la pongo bajo su vientre, levantando su culo, abro sus piernas y la monto, estoy cansado y mis piernas en cualquier momento dejaran de responder, pero no puedo detenerme quiero correrme en su coño, le digo que sus manos abra sus nalgas para mí y ella sumisa obedece, su culo es hermoso, pequeño y duro, abierta y a mi disposición, soy un tipo con suerte , me digo, mientras observo como mi verga entra y sale de su coño dilatado, estoy en éxtasis y me corro con un rugido animal.
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