una vieja con marcha 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de haberme ido de la casa de Maruja, no podía creer que me había cogido a una mujer varios, muchos años mas que yo.
Iba pensando en eso hasta que llegué a casa y me puse a hacer cosas y me olvidé de ella.
Pasaron varios días y no veía a Maruja, pase alguna que otra vez por su casa pero tampoco la veía, no quería llamar a la puerta por lo que pudiera pasar.
hasta que el sábado la vi empujando la silla de su marido, nos saludamos con dos besos en la mejilla y las clásicas preguntas de como estas y todo eso, nos sentamos a la mesa del bar, pedimos unas bebidas, el marido parecía una vela, se iba apagando de a poco.
Me contó que su marido había trabajado en las minas de carbón, y que había contraído una enfermedad en los pulmones que lo estaba terminando, que hacía años estaba así, pero que ahora iba a peor.
Al hombre se lo veía como ausente, daba lástima verlo así, sufrir tanto, daba una pena tremenda.
"Como estas Eduardo, te haz acordado de mi?", me dijo sonriendo, "no sos de esas mujeres que se olvidan fácilmente, y vos me recordaste?", le dije, bebiendo un trago de cerveza, "como para olvidarte con la follada que me haz dado, y como me dejaste el ano de abierto", me dijo, riendo y pegando su boca contra mi oído, como para que su marido no la escuche.
Seguimos hablando de de todo un poco, la gente pasaba y los saludaba, mirándome extrañados, ya que a ella la conoce todo el pueblo y a mi casi nadie.
"Tienes algo que hacer?", me dijo Maruja, "no, realmente nada, te acompaño a tu casa de nuevo?", le dije, sonriendo y guiñándole un ojo.
Se le ilumino la cara, sonriendo, "va a ser todo un placer recibirte en casa de nuevo", me dijo, sonriendo de una manera tan especial, que se sentía lo contenta que estaba.
Íbamos caminando, hablando, por cortesía iba empujando yo la silla de ruedas con el marido, la gente nos miraba, nos saludaban, hasta que llegamos a su casa.
Volví a sentir esa sensación de entrar en el túnel del tiempo, fui al salón, esperando que venga Maruja de acostar a su marido.
"Hoy me toca soñar de nuevo?", me dijo, pasando sus brazos por mi cuello y besando mi labios, "no quieres cerrar la puerta?", le dije, respondiendo su beso y acariciando sus nalgas por sobre la ropa, "no, ya cerré la puerta del dormitorio, te ha gustado mi culo por lo que veo?", me decía, sin dejar de besar mis labios, "quiero que te desnudes toda", le dije, pasando mi lengua por sus labios, "cariño, soy una vieja, no te voy a gustar desnuda", me decía sin dejar de besarnos, "deja que te vea toda desnuda, desnúdate para mi", le pedí, soltando sus nalgas.
Maruja dio dos pasos para atrás y se empezó a desabotonar la camisa, me miraba a medida que se la iba quitando, se quitó los zapatos, el sujetador, dejando dos enormes tetas caídas sueltas, se agachó y se quito los calcetines a media pierna, nos mirábamos, mientras ella paso su mano a la parte de atrás de su falda, dejando que caiga hasta sus pies, dejando al descubierto unas piernas que yo ya conocía, flácidas, con varices, su barriga caía flácida sobre el borde de su braga faja, que se empezó a quitar, bajando lentamente, dejando que le vea como le empezaban a aflorar los bellos púbicos, hasta que se la termino de sacar, se paró recta, dejando que vea su completa desnudez, su concha peluda, se dio la vuelta dejando que le vea el culo, de nalgas flácidas, caídas, "y que dices de esta vieja, no estoy nada buena desnuda", me dijo, con una sonrisa triste en sus labios, parándose frente mío, con los brazos a los lados del cuerpo.
Yo la miraba, no dije nada, simplemente me baje el pantalón, dejando mi pija dura al alcance de sus manos, mientras las mías iban a sus tetas, "cariño, como estas", me dijo, dejando que le acaricie las tetas y ella agarrando mi pija, "vez que eres hermosa, mira como estoy", le dije, dejando que me acaricie la pija y yo le estrujaba las tetas, "que dura tienes la polla", me dijo, sentándose en el sillón del salón de su casa y la empezó a chupar, yo le seguía acariciando sus enormes y flácidas tetas, sintiendo como me lamía la pija dentro de su boca, "siéntate a mi lado cariño", me dijo, sacando mi pija de su boca, dejando que me siente y Maruja se subió sobre mi, acomodando mi pija contra su concha, sentándose lentamente, "siente como me entra tu polla cariño, sientes como me llenas el coño?", me decía, moviendo su cuerpo, haciendo que mi pija entre toda en su concha, gimiendo cuando la tuvo toda dentro, besando mi boca, moviendo su cintura, "sientes como me follas, como se mueve tu polla dentro de mi coño?", me decía con la voz ronca de la excitación, yo le empiezo a acariciar las nalgas, buscaba su ojete con mi dedo, "nunca me imaginé, desnuda y con la polla de otro hombre que no fuera mi marido toda dentro de mi coño, a mi edad estar así follando, desnuda, disfrutando del placer de tu polla", me decía, besando sin cesar mi boca, dejando que le pase el dedo por todo el contorno de su ano, "ya me la vas a meter por ahí también cariño, pero deja que disfrute un poco mas de tu polla en mi coño", me decía, gimiendo, tirando su torso para atrás, dejando que le chupe sus tetas, sentía como a medida que se movía con mi pija adentro de su concha, me acariciaba las piernas con sus pies, "creo que sin querer, soy tu amigo especial", le dije, moviendo mis caderas y disfrutando, porque no decirlo de como me estaba cogiendo a Maruja, sentía mi pija bien adentro de su concha, me gustaba como esa señora madura se entregaba al placer de ser cogida, al placer de disfrutar del sexo como cualquier mujer, "como quieres ponerte?", le dije, acariciando sus nalgas y chupando sus tetas, "ponerme para que?", me dijo, sin dejar de mover su cintura, "para meterte la pija por el culo", le respondí, chupando fuerte sus pezones, pasando mi dedo por su ojete, "como quieras cariño, quieres que me siente sobre tu polla, así como estoy, pero dándote la espalda?", me dijo, gimiendo, con la voz entre cortada de como estaba disfrutando, "me encantaría que te sientes arriba de mi pija, así mientras te cojo el culo, no dejo de jugar con tus tetas y tu concha", le dije, mordiendo sus enormes tetas, que se movían para un lado y para otro a medida que nosotros nos movíamos,
"deja que me baje de encima tuyo, así me doy la vuelta", me dijo, levantando una pierna y sacando mi pija de su concha, me beso los labios, agacho su cuerpo y le dio unas lamidas y unas chupadas a mi pija antes de darme la espalda, veo como se pasa los dedos por su lengua y se agacha un poco y se pasa esos mismos dedos por su ojete, se abre bien las nalgas y deja que acomode mi pija contra el ojete y se va dejando sentar, lentamente, gimiendo ahora de como mi pija le entraba en el culo, de como su ojete se abría a medida que mi pija le entraba en el culo, "otra vez bien dentro de mi culo cariño", me dijo, sentándose bien sobre mi pija, haciendo que le entre toda, relajando su cuerpo y empezando a moverse, "ahora me follas el culo cariño", me dijo, moviendo su culo en círculos, con toda mi pija dentro de su culo, una de mis manos acariciaba sus tetas y con la otra le metía los dedos en la concha, "te gusta follarme, disfrutas follando a esta vieja?", me decía, gimiendo de placer y moviendo su culo, "me encanta cogerte", le dije, mordiendo su nuca, haciendo que gima fuerte y esconda el cuello mientras mis manos no dejaban de manosear el cuerpo de Maruja, "se siente tan bien tu polla dentro de mi culo, como lo follas, como me haces disfrutar", decía sin dejar de moverse.
"Maruja, ponete en cuatro patas, quiero seguir cogiendo tu culo así, así te lo lleno de leche", le dije, metiendo dos de mis dedos en su concha, haciendo que gima fuerte, "me pongo en cuatro patas si quieres, pero no quiero que te corras dentro de mi culo", me dijo, dejando que la ayude a ponerse en pie y sacando mi pija de su culo.
Cuando se puso en cuatro patas le dije que se abra las nalgas y le veía el ojete, me volvía loco ver lo abierto que lo tiene, le acomodo la pija contra el ojete de nuevo y se la meto toda, de una, haciendo que de un fuerte gemido de placer, "cariño, que abierto he de tener el ano, que la haz metido toda de una sola vez", me dijo moviendo su culo contra mi pelvis, sin dejar de abrir sus nalgas, dejando que le coja ahora el culo en cuatro patas, "donde quieres la leche?", le dije, metiendo y sacando mi pija de su ojete, "en la boca cariño, me dio vergüenza decírtelo la otra vez, pero quiero que te corras en mi boca, me quiero tragar tu leche", me dijo, volteando su cabeza y me quedó mirando mientras yo seguía cogiendo su culo, agarrado fuerte de sus caderas, metiendo y sacando mi pija fuerte de su ojete, "si Maruja, vení, sentáte, en el sillón", le dije, sacando mi pija de su culo, dejando que se siente y le meto la pija en la boca, sintiendo como la chupaba, como movía su cabeza para adelante y para atrás, metiendo y sacando mi pija de su boca, se la metía hasta la garganta, veía como disfrutaba chupando mi pija, como me chupaba la cabeza sola de mi pija, como pasaba su lengua por la boquita de mi pija, que bien me estaba chupando la pija, hasta que la verdad no aguanté mas y me empecé a acabar dentro de su boca, a medida que salían los chorros de leche, Maruja chupaba mas y mas fuerte, me estaba sacando hasta la última gota de leche con su boca, le oía tragar mientras la seguía chupando, sentía su lengua lamer toda mi pija, me dejo con las piernas temblando.
"Haaaa, que delicia de leche", me dijo, sacando mi pija de su boca y dándole unos besos a la cabeza.
"Nunca me imagine que te gustara tragar la leche", le dije, sentándome a su lado, la abracé, ella se pegó bien contra mi, acomodo sus piernas debajo de ella misma, y pegó su cabeza contra mi pecho.
"Mi esposo me enseño cuando todavía estaba bien, con él aprendí todo, y lo que mas me gustaba era que se corra en mi boca y tragar su leche", me dijo, mirando mi cara, y sonriendo con un dejo de tristeza, "me follaba todos los días, me hacía disfrutar tanto con su polla, así como tú, por el culo, por el coño, me ahogaba cuando se corría en mi boca, me sentía tan satisfecha, hasta que esa maldita enfermedad lo dejo, cada vez peor, ya no me follaba, lo veía como cada vez estaba peor, me fui acostumbrando a no follar, pasaron los años, hasta que apareciste tu y me follaste y me haz echo recordar de los maravillosos momentos que pasaba con mi esposo", me decía, quedando como dormida contra mi pecho, desnuda, mimosa, una mujer, toda una mujer.
Uuuuuf que morbo
Me encanta el relato