VENDI MI CULO A UN VIEJO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy madre soltera, tengo 27 años y un niño de 8 años, su padre no vive con nosotros, fue uno de esos que les gusta culiar, pero no asume responsabilidades, luego de que le dije estar embarazada, no supe mas de el, tuve que dejar mis estudios y dedicarme a trabajar como vendedora en una tienda de calzados, con una paga mísera, que apenas nos alcanza para cubrir los gastos mas necesarios.
Soy una chica de piel morena, estatura media, de senos medianos, con unas pompas bastante llamativas y un coño de labios bien carnosos, por lo que me sucedió con el padre de mi hijo, no he querido relacionarme con nadie mas, he salido con chicos, pero al llegar al momento del sexo, me retiro y no vuelvo a determinarles, un día al llegar del trabajo conseguí a mi hijo con mucha temperatura, se sentía muy mal, me apresuré a llevarlo al médico y el diagnostico fue una colitis ulcerosa, el medico me tranquilizó indicándome que con un tratamiento adecuado mejoraría, pero al darme las indicaciones, se trataba de varios medicamentos.
Salí de ahí y me dirigí a comprar los remedios para mi hijo, con la sorpresa de que todos eran muy costosos y no podía cubrirlos. El día siguiente hable con el dueño de la tienda, un hombre de mas de 55 años, extremadamente delgado y con apenas unos pocos cabellos totalmente blancos.
– Buenos Tardes Sr. Jonás, necesito pedirle un inmenso favor- dije algo apenada por el favor que debía pedir
– Buenos tardes Angelita, dígame ¿en que puedo servirle?
– Mi hijo está enfermo y necesito comprarle unas medicinas, no puedo esperar hasta el día de pago y no tengo el dinero suficiente, quería saber si es posible que usted, o la tienda, me hagan ese préstamo, se lo cancelaré sin falta el día de pago
– Angela, tu sabes que por políticas de la tienda, no se da mas de 3 vales a los empleados durante el mes, y tu lamentablemente ya los has pedido todos!
– Si, lo sé, por eso le estoy pidiendo un préstamo, no un vale, un préstamo personal o de la tienda, que no afecte la política de la misma.
– ¡No sé por que es que siempre estas pidiendo dinero!- dijo como algo molesto- al cobrar pagas todo y vuelves a quedar sin un centavo!
– Estoy sola Sr. Jonás, y apenas logro cubrir los gastos de mi hijo y míos
– Lo siento Angela, pero esta vez no puedo ayudarte- dijo dándome la espalda
– Sr. Jonás, ¡créame que es urgente!, por favor, ayúdeme, se trata de la salud de mi hijo- el viejo volteo a mirarme, me observó descaradamente deteniendo su mirada en mis pequeños senos y luego bajando hasta mirar sin reparos el triangulo de mi vagina en mi jeans
– Con tan buen cuerpo y ¿no tienes la manera de conseguir ese dinero?- me dijo ya descaradamente
– Mi dinero lo consigo con mi trabajo- contesté algo molesta
– Pues, ¡estás perdiendo tu tiempo!, muy digna, muy decente, muy trabajadora ¡y no tienes ni como sanar a tu hijo!
– Bueno, gracias de todas maneras Sr. Jonás, ya veré como solucionar este asunto- dije dirigiéndome a la puerta de salida
– ¡Yo podría ayudarte!- dijo tras de mi, me gire rápidamente pensando que al viejo se le había ablandado el corazón
– ¿En serio?, ¿me va a ayudar?
– Si, ¡si tu quieres!, yo te ayudo a ti y tu me ayudas a mi
– ¿Como así?
– Sabes que los hombres casados además de caer en la rutina, no siempre somos satisfechos del todo, nuestras esposas se niegan a hacer ciertas cosas en la cama
– Creo que no me interesa su propuesta Sr. Jonás- dije intentando salir
– ¡Espera!, escucha y luego decide, nada te cuesta escuchar lo que te propongo- no se por que me senté frente a su escritorio y seguí escuchando- muy bien, tu eres una chica muy bonita y tienes un cuerpo espectacular, bueno, te falta un poco de senos, pero esas pompas y ese triangulo abultado que se marca en tu pantalón, deben compensar la falta de busto, me gustas mucho desde que entraste a trabajar aquí, yo puedo darte el dinero que necesites y algo mas, si tu estas dispuesta a hacer lo que mi esposa no hace
– Yo no busco venderme- dije en tono bajo, pero indignada
– Pero buscas curar a tu hijo, eso es mas importante que conservar esa actitud de mujer decente, ¿no crees?, solo será una noche, mi esposa y mis hijos se van el fin de semana a Cartagena, solo tendrías que pasar la noche del sábado conmigo y el domingo te daría el dinero que necesitas, hoy es jueves, tienes esta noche y mañana para pensarlo, mañana a esta hora estaré esperando tu respuesta
– No necesito pensarlo, de una vez mi respuesta es ¡no!
– Entonces que tengas suerte Angela, no puedo ayudarte- dijo esto y distrajo su mirada en algunos papeles sobre el escritorio, permanecí unos segundos mas, sintiéndome impotente frente a su propuesta y ahora a su forma de ignorarme como un ser sin importancia alguna, me levante y salí dando un portazo
Esa noche agote todos los recursos intentando conseguir el dinero, mi hijo seguía sintiéndose mal y necesitaba resolver esa situación, pero todo fue en vano, no logre conseguir el dinero necesario, no logré dormir en toda la noche pensando que hacer, el día siguiente me fui a trabajar completamente desvelada y mucho mas preocupada, no lograba concentrarme, solo pensaba en mi hijo, en que hacer para poder sanarlo, a las 4pm en punto ya sabia que hacer, no tenia otra salida, me dirigí a la oficina del Sr. Jonás
– ¿puedo hablar con usted?- al verme entrar una sonrisa se dibujo en su rostro
– ¡Claro Angelita, pasa!, en que puedo AYUDARTE- dijo enfatizando muy bien la palabra
– Haré lo que me está pidiendo
– ¡Muy buena decisión Angela!, estas entendiendo que a veces para surgir hay que usar mas que la cabeza
– No tengo otra opción
– Tranquila, no será tan malo, la vas a pasar muy bien y de paso resolverás tu problema
– ¿Que tengo que hacer?
– Nada extraordinario, pasar la noche conmigo, completamente desnuda, cumplir mis caprichitos y te prometo que no penetraré tu vagina mas que con mis dedos, o algún juguetito de los que mi esposa no acepta, pero mi pene no entrará en ella
– ¿entonces?- pregunte extrañada-¿solo quiere que lo deje jugar conmigo?
– No, precisamente, te dije que deberías hacer lo que mi esposa no acepta, así que solo penetrare tu ano, y haré lo contigo lo que ella no me permite
– Sr. Jonás, no me lo haga mas difícil, ¡por favor!, nunca he sido penetrada de esa manera
– Tanto mejor, ¡así serás doblemente remunerada!, te espero mañana a las 7pm en el café de la esquina y como sabía que aceptarías, compré esto para ti- dijo estirando una bolsa pequeña y poniéndola en mis manos- úsalo mañana cuando vengas a encontrarte conmigo- dijo esto y dio por terminada la conversación, salí de la oficina peor de lo que entré, ese hombre quería desflorar mi culito virgen y si quería sanar a mi hijo, ¡tendría que dejar que lo hiciera!.
El día siguiente trabaje hasta medio día y me fui a casa, me acosté a intentar dormir un poco y me costo mucho, pero al fin logre quedarme dormida, a las 5pm sonó la alarma de mi teléfono móvil, me desperté y sentía que el corazón me iba a salir del cuerpo, sin pensar entré a la ducha, use el agua fría para despertarme y salí a buscar la bolsita que me había entregado el viejo el día anterior, saque lo que contenía y no pude evitar llenarme de indignación, era una tanga tan diminuta que apenas llevaba un hilo muy delgado en la parte de atrás y el frente era tan pequeño que mi coñito se lo comería todo al ponérmelo, y el sujetador apenas constaba de dos triángulos que miserablemente cubrían mis pezones, aun así me coloque la ropa intima y efectivamente estaba casi desnuda, el hilo se perdía entre mis nalgas y el triangulo delantero dejaba brotar parte de mis labios gruesos y carnosos, en ese momento agradecí estar siempre rasurada en esa zona, o el espectáculo hubiese sido aun mas deprimente, termine de vestirme y salí al encuentro con el viejo Jonás, llegue al lugar 10 minutos antes de la hora pautada, quería correr, salir de ese lugar, pero mi hijo lo necesitaba y no podía echarme para atrás.
El viejo llegó a la hora en punto, subí a su auto y de inmediato lo puso en marcha
– pensé que te vestirías mas sexy – me reprocho
– eso no estaba en el trato
– ¡claro que sí!, debiste intuirlo cuando viste la ropa intima que compre para ti, te quería mas sexy, mas provocativa, ¡no con ese jeans que te pones todo el tiempo!, vamos a tomar algo antes de ir a el lugar, así que solucionaremos eso de tu ropa- se detuvo frente a un centro comercial y me hizo recorrer todas las tiendas hasta dar con un vestido muy corto y de escote muy pronunciado en color negro, me hizo probármelo y así salimos de la tienda, me sentía como una puta, ¡vestida como la puta mas puta de todas!, al llegar al parqueadero en el sótano, él camino hacia mi puerta y suavemente me empujo hacia ella dejando mis pompas hacia el
– Déjame probar si abajo traes lo que te ordené ponerte – metió su mano debajo del vestido y con su dedo tanteo mi raja del culo palpando el hilo y bajando lentamente su dedo por el, me sentía morir de vergüenza, ¡me estaba manoseando en pleno parqueadero!, al terminar su tanteo halo mi hilo hacia arriba fuerte, metiéndolo mas aun en mi raja y haciéndolo entrar en mi coño- súbete- me dijo abriendo la puerta y sin dejarme acomodar el hilo que sentía me lastimaba.
Entramos a un bar y nos sentamos algo lejos de todas las demás mesas, pidió un par de tragos y esperó que los trajeran
– siempre tuve la fantasía de tener una puta a mi merced
– ¡pero yo no soy una puta!- repliqué
– Hoy si, hoy eres una puta, estas aquí por dinero y eso hacen las putas, así que quiero que te comportes como tal, ¡nada de remilgos ni de decencias!- no entendí a que se refería hasta que sentí su mano posarse en mi muslo, empezó a apretarlo y sobarlo morbosamente, subiendo poco a poco mi falda y acercando su mano a mi entrepierna
– Estamos en público- dije algo incomoda
– ¿Y que?, ¿acaso crees que la gente que te ve sentada aquí con esa ropa y con un viejo de mi edad, cree que estas orando?, ¡todos sabes que te voy a culiar esta noche! Jajajaja, así que deja ya de hacerte la inocente y abre esas piernas, tengo mucho tiempo queriendo tocar ese chocho- me sentí humillada, pero a fin de cuentas a eso habia ido, así que separé un poco las piernas y me preparé a recibir la mano de ese viejo en mi coño, la puso completa sobre el, apretándolo como para medir su tamaño, la mesa nos cubría, pero yo sentía que todos miraban mi coñito mientras el lo manoseaba- ¡uyyyyy!, ¡hacia mucho que no tocaba un chocho tan grande!, lo tienes bien gordote- su dedo empezó a subir y bajar por la raja de mi coño, separando mis labios y apretando de vez en cuando mi clítoris, hacia mucho tiempo que nadie tocaba mi coñito de esa manera, así que sin querer empezó a humedecerse, el al notarlo empezó a darme mas rápido, logrando excitarme, sin darme cuenta abrí mas aun mis piernas, como pidiéndole que no parara de hacerlo, el viejo aprovecho para meter dos de sus dedos, cosa que me incomodo un poco pero que acepte igual sin dejar de abrirme para recibirlos, durante un rato sentí como retorcía sus dedos dentro de mi coño, parando de hacerlo cada vez que se acercaba el mesero, pero sin sacarlos de mi rajita, así estuvo hasta que no aguante mas y me corrí en su mano, mojando sus dedos por completo, mi coño chupaba sus dedos con fuerza y el seguía penetrándome duramente con ellos, al sentir mi humedad saco sus dedos y los puso en mi boca, haciéndome lamerlos hasta dejarlos muy limpios
– Ya es hora de irnos, creo que ya entendiste cual es tu papel- me dio algo de vergüenza que dijera eso, me acababa de decir que me había portado como una puta en esa mesa, pagó y nos levantamos, salimos al parqueadero y nos pusimos en marcha hacia un motel, al llegar frente a la puerta me dio la llave electrónica para que abriera y mientras lo hacia, se colocó detrás de mi, volviendo a meter su mano debajo de mi falda, yo me quedé inmóvil, saque la tarjeta de la cerradura y lo deje hacer, sentí como sus dedos separaban un poco mis nalgas y apartaban el hilo, un frió recorrió mi espalda, estaba buscando mi huequito, al encontrarlo, puso su dedo y lo empujó un poquito, dejando entrar su puntita forzadamente
– Ahhh!- me quejé muy bajito para evitar llamar la atención
– Jajajaja, si que lo tienes bien cerradito, ¡voy a darme un gustazo!, termina de abrir- dijo sacando su dedo de mi huequito, abrí la puerta y entramos, no esperó ni un segundo para tomarme desde atrás y empezar a sobar mis tetas por sobre el vestido, apretándolas y masajeándolas fuerte- ¡estás divina!, quítate el vestido, quiero ver la ropa intima que te compré- obedecí y me quite el vestido, la tanga estaba toda fuera de lugar, mi coño se veía completo, ya que estaba de lado y el hilo de atrás pasaba por encima de una de mis nalgas- ¡tienes ese chocho tan grande que no te cabe en la tanga!- quise acomodarlo, pero me detuvo- no, déjalo así, se ve divino tu chocho apretado por la tanga- se acercó a mi y comenzó a estrujar el hilo por mi coñito y la raja de mi culo, lo hacia tan fuerte que me lastimaba, halaba hasta meterlo entre mis dos labios y solo aflojaba al oírme quejar
– Ahhhh!, me lastima
– Tranquila, no se te va a caer por un simple jalón!- aflojaba y volvía a halar haciéndome gemir de dolor cada vez que lo incrustaba en mis rajitas- solo quiero ver de que tamaño se puede poner ese chocho si lo hago hinchar un poquito- estrujo mi tanga hasta notar que efectivamente mi coño se hinchaba un poco, soltó y se separó un poco para mirarlo- bájate la tanga- obedecí y comencé a bajarla- ¡hasta ahí!- dijo al tenerla a la altura de mis muslos, el sabia lo que hacía, quería hacerme sentir humillada y así me sentía con la tanga solo hasta donde como una puta pudiera mostrarle mi coño hinchado, se había brotado y los labios parecían dos gruesos trozos de carne a punto de desprenderse de mi cuerpo, me tomó del brazo y me puso frente al espejo, me sorprendí al ver mi coño tan inflamado
– Ábretelo- me ordenó, lo hice, mas por curiosidad de saber como estaba por dentro que por complacerlo, mi clítoris estaba hinchado y mi raja completamente empapada- tócalo, quiero que te masturbes frente al espejo, quiero verte y que te veas haciéndolo
– ¡No quiero!- dije intentando salir de frente al espejo
– ¡Tócalo!!!!- dijo haciéndome parar de nuevo frente a el, tímidamente volví a separar mis labios y con mi dedo busque mi botoncito, sentía mucha vergüenza de tenerlo a el detrás de mi, mirando al espejo como mi dedo tocaba mi clítoris, pero a la vez esa vergüenza me excitaba, empecé suavemente y poco a poco fui haciéndolo mejor, apretando mi botoncito y acariciando mi raja cada vez mas fuerte
– Ahh, ahh,ahh- no podía evitar gemir de placer
– ¿Te gusta?, así es, bien puta, mete tus dedos, vamos, uno a uno, ¡hasta que tengas cuatro dentro de ese chocho de puta que tienes!- sus palabras lejos de molestarme me excitaban mas, me estaba llamando puta, tratándome como tal y yo lo estaba gozando, mientras yo me complacía con mis dedos, el acarició mi coño mojando sus dedos en mi raja, sentí que me corría al tener 4 dedos míos dándome en el coño y sus dedos sobando mi raja- ¡no te corras!- me ordenó- ¡esto apenas empieza!- deje de mover mis dedos pero sin sacarlos de mi raja y el sacó su mano, sentí alejar mi orgasmo y reinicié el mete saca de mis dedos, estaba muy concentrada en lo rico que se sentía cuando sentí un dolor agudo en mi culo
– ¡Ayyyyyy!- su dedo me estaba penetrando y esta vez no solo su puntita, sino todo el dedo y de una sola vez- ¡sácalo, sácalo!- imploré, deteniendo mis dedos
– ¡Sigue dándote, no te pares!- ordenó
– Yo sigo, pero por favor, ¡saca tu dedo de mi culo!
– ¡Que te masturbes te dije!- su dedo empezaba a girar dentro de mi culo, mi mano volvió a mi coño intentando volver a penetrarla, pero no podía dejar de mover mi culo intentando escapar de aquel dedo que me perforaba- ¡mastúrbate!- grito el viejo sacando su dedo e introduciendo dos la próxima vez
– Ayyyy, ya para por favor, me duele- empecé a masturbarme pensando que si obedecía no metería otro dedo en mi culo, intente concentrarme en mi coño, sin poder dejar de moverme y quejarme en cada embestida de sus dedos, pero empujo mi cuerpo sobre la mesa frente al espejo haciéndome parar mas mis nalgas, yo empecé a meter mis dedos mas fuerte dentro de mi hinchado coño, como intentando que esto lo detuviera, pero no fue así, metió un tercer dedo y siguió culiandome con ellos
– Ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, por favor, para, para, no aguanto, ¡duele!- de pronto paro y se agacho detrás de mi abriendo mis nalgas y chupando mi culo con mucha maestría, mis gemidos cambiaron de dolor a placer, me encantaba sentir como lo chupaba y comencé a moverme pero no para escapar, sino para sentir esa lengua mas dentro de mi, mis manos volvieron a masturbarme y en un instante estaba corriéndome parada ahí frente al espejo, el viejo lamió mis jugos, tragándolos todos, yo sentía que mis piernas flaqueaban, deje descansar mi cuerpo sobre la mesa en la misma posición en que el me había colocado, el aprovecho mi postura para volver a introducir sus dedos, esta vez el dolor fue un poco menos, yo no tenia fuerzas para negarme, solo acepte sus dedos en mi culo, con quejidos apenas audibles, giraban dentro de mi como intentando abrirlo mas, cerré los ojos y respiré profundo para aguantar el dolor , pero de pronto sentí que algo mas grueso empujaba en mi huequito
– Ahhhhhhhhh!- me tenia tomada por la cadera inmovilizándome, y su verga se hundía en mi culo haciéndome sentir como si lo partieran en dos, las lagrimas salieron de mis ojos, el dolor era agudo, pero no volví a suplicar que lo sacara, para eso me llevó ahí, para desflorar mi culo y era lo que estaba haciendo, al tenerlo todo dentro de mi, comenzó a meterlo y sacarlo primero suave y luego mas fuerte, afincándose en cada penetrada, ahora además del dolor, sentía una ganas inmensas de defecar , mi piel se erizaba, comencé a temer que saliera algo de dentro de mi, pero no, a medida que lo iba metiendo mi huequito iba distendiendo y era menos doloroso, aunque no dejaba de arder por la desfloración, así estuvo bombeando, chocando sus testículos en mis nalgas hasta que su leche empezó a salir y a llenar mis intestinos, nuevamente sentí deseos de defecar, al terminar se quedo inmóvil dentro de mi hasta que su verga volvió a su tamaño normal y lo saco dejando mi culo chorreando su leche, me incorporé y fui al baño a limpiarme, al salir, el me esperaba con un enema
– Esto te dejará limpia para la próxima penetración- me hizo colocar a cuatro patas sobre la cama, metió la cánula en mi maltratado culo y a pesar de mis quejas dejo salir el liquido llenando mis intestinos, sentía que iba a explotar, cuando al fin lo sacó, corrí de nuevo al baño, esa noche fue muy larga, penetró mi culo hasta dejarlo casi insensible, acabando dentro de el o sacándolo para acabar en mi boca, la mañana siguiente al despertar de el par de horas que me dejo descansar me ordenó acostarme boca abajo y separar mis nalgas, introdujo un nuevo enema, según el para dejarme el culo muy limpio y luego de terminar con el proceso del enema, asearnos y vestirnos, me hizo un cheque por el triple de la cantidad que necesitaba para los medicamentos de mi hijo y salimos del motel. Mi hijo está sano, y mi jefe me dio un ascenso, ahora soy encargada de la tienda, gano un poco mas y mi culo está a su dispocisión cada vez que quiere gozarlo, mis problemas económicos se han terminado, de verdad surgí usando el culo en vez de la cabeza.
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