Aún mas dulce de lo que sabia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mido 1,65; tengo 95 de pecho, pelo ondulado, castaño y largo llegando casi hasta mi culo; tengo caderas anchas y esta es la primera vez que publico un relato sexual por la página y quería contarles –entre las tantas cosas que hemos hecho y explorado- lo que una vez hice con mi novio a distancia:
A tres días de irse de viaje y de no poder vernos por mucho tiempo, se me cruza una idea por la cabeza tras decirle, al probar lo mojada que estaba, lo dulce que sabía.
Esa tarde salí a hacer las comprar un par de cosas y entre ellas unas golosinas para mi hermanita…y una para mí, para más tarde a la hora de dormir.
Se hicieron las 00:00, era jueves y a la mañana tenía colegio. Ya casi no dormía a la hora de ir a la escuela por quedarme con el masturbándome pero con sinceridad e inconsciencia, no me importaba. Mi hermanita de cinco años se quedó dormida hace rato y espere a que mis padre se duerman para entonces, poder buscarnos por Omegle (por comodidad) para poder masturbarnos pero él no sabía que tenía mientras me buscaba.
Estaba en tanga, usando solo una musculosa negra y con un chupetín grande y rojizo en mi boca y cuando me encontró me quedo mirando hasta que le dije: “¿Te muestro lo que tenía pensando, bebe?” me dijo que sí con la cabeza y entonces yo me saque la musculosa de rodillas quedando en tetas y tanga. Estaba caliente y muerta de curiosidad… y él también.
Lo empecé a guiar para que poco a poco se vaya sacando la ropa, como siempre, dirigiéndolo.
Le pedí que me acerque la cámara y que me vea a los ojos entonces comencé a estimularlo con el chupetín sacándolo y metiéndolo, besando al punta, escupiéndolo y luego limpiándolo con la lengua y él aumentaba cada vez su velocidad. Me encantaba. Le pedí que me muestre su cara y su pija y el mordiéndose le labio lo hizo. Le encanta que lo vea a los ojos mientras se masturba y a mí me encanta verlo. Me encanta ver como se muerde el labio, me encanta cuando desvía la mirada y aprieta los ojos, me encanta cuando hace muecas impotentes al levantar sus caderas, me encanta cada expresión, cada mirada, cada mueca echa por y para mí. Él me encanta.
Me estaba mirando y yo miraba de su pija a sus ojos a medida que iba moviendo y apretando el chupetín redondito contra el interior de mis mejillas y lo movía, lo saboreaba y quise más, desde luego: me arrodille, enseñándole mis tetas y vi como resoplaba, como se masturbaba con algo más de aflicción. Pasé el chupetín pegajoso alrededor de mis pezones y luego en ellos de arriba y abajo, siempre dándoles leves golpecitos en ellos antes de separar el chupetín de ellos.
Me lo puse en la boca y luego lo saque para apoyarlo en mi notebook. Agarre una teta de tal modo para que el pezón se me facilite para chupar y también succionar. Me había dejado chupones y estaba muy sensible por ellos pero me encantaba tanto como que me llame <<Sucia>>.
Los apreté, los contraje, lo masturbé con mis tetas y movía su mano imitando la presión de ellos. Había puesto el chupetín entre mis tetas y volví hacer lo mismo ahí mismo vi como salía leche de su pija, pero él no dejaba de tocársela, sin embargo, me pedía más.
Me había acostado, boca arriba, para poder verlo fijamente y el a mi mientras pasaba el chupetín por mi clítoris de arriba abajo y mis ojos se entornaban. El aumentaba la velocidad cada vez que ponía los ojos en blanco. Estaba muy sensible y caliente, la tenía caliente y pegajosa. La movía en círculos, amagaba a metérmela o no y luego volvía a pasarla de un lado a otro frotándome el clítoris con rapidez y fuerza. Me hacía jadear con solo eso y me arqueaba y gemía por lo bajo para que no se despierte nadie. Cuando lo veía, se retorcía, sus caderas se elevaban sentado desde su silla y tiraba su cabeza hacía atrás y de tan solo recordarlo en este momento al relatarles esto, mis caderas se remueven estando sentada provocándome con la dura línea de costura de mi jean.
El hecho de ser virgen, no me detuvo cuando me lo metí adentro y lo volví a sacar en una mueca entre dolor y placer. Le mostré como me lo llevaba a la boca y lo saboreaba luego de hacerlo un par de veces más como también le mostré como me limpiaba con mis dedos mi concha, mi entrada y mi clítoris llevándome los dos dedos a la boca para luego meterlos y sacarlos varias veces como si fuera una pija e ir sumando dedo por dedo e inclusive me pase el pulgar. Dios, el pulgar presionado sobre mi clítoris pasando fuertemente para limpiar el rastro de ese dulce y luego presionarlo sobre mi lengua, limpiando esta vez, la yema del pulgar. Llegué a meterme la mano en la boca y el me guiaba subiendo y bajando la mano extendida hacia su pija, como si estaría empujando mi cabeza. Me fascinaba.
Termine volviéndome a recostar y meterme dos dedos adentro de ida y vuelta rápidamente, pellizcando mis tetas mientras me los metía, pidiéndole que me diga cosas sucias hasta llegar al orgasmo, empujando mis caderas, retorciéndome, mordiendo un dedo para no gritar… y mi cuerpo se revuelva, grito amordazada y cierro mis ojos mientras llego al orgasmo.
Saltó más leche y me llevo a la cama en al cual había caído rendido. Me confesó llegar cuatro veces y admito que muchas no pude verlo ya que mis ojos se cerraban, desviaba la mirada como él lo hace o no llegaba a verlo por la posición en la que me ponía e inclusive, estaba muy concentrada viendo como el chupetín me acariciaba.
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