Cafe literario (II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alejandro.
Una nueva mañana. Empieza un nuevo dia. Se reedita el inevitable rito de descargar su maletin sobre el escritorio, conectar la notebook, revisar rapidamente la correspondencia sobre el escritorio esperando a que su revalorizada ‘amiga’ se encienda.
Mientras ello ocurre, recorre los metros que lo separan de la cafetera para servirse el primero del dia y no puede dejar de recordar lo ocurrido alli ayer por la tarde mientras una sonrisa de satisfaccion se dibuja en su cara.
Decide quitarselo de la cabeza porque el trajin del dia le impone el maximo de su concentracion. Ya llegara la tarde y con ella ‘su’ tiempo, ese que se dedica a si mismo y que ahora ha cobrado una dimension diferente.
Cafe en mano, sentado tras su escritorio, abre el correo y comienza a repasar los nuevos arribados haciendo la diaria seleccion: Tonteras….. a la basura. Interesantes…… para los momentos de tranquilidad. Urgentes… para atender de inmediato. Pero esta vez, se le presenta un desafio. Hay un e-mail que encaja en dos categorias a la vez, es de aquellos que quisiera disfrutar tranquilamente y a la vez necesita hacerlo urgentemente. Es de Moni y el asunto dice: ‘Que me has hecho ??? ‘. Realmente se encontro conmocionado. No esperaba recibir nada de ella, y menos aun tan pronto. Dejo el cafe sobre el escritorio y apunto el mouse para abrirlo.
Dentro solamente se leia: "Que has hecho conmigo? Porque has logrado hacerme sentir asi? Como lo haces? Moni". Nada mas.
Se quedo entre contento e intrigado mirando la pantalla e imposibilitado de pensar en otra cosa que no fueran los vividos recuerdos de aquel encuentro.
A el le habia gustado la experiencia, sin duda alguna. Pero pensaba que, siendo ella quien lo habia provocado, ya tendria experiencia en este tipo de juegos y, si bien noto (o creyo notar) sinceridad en su llegada al extasis, no penso que la afectaria de la misma forma que a el. Al menos era la interpretacion que hacia de su e-mail.
Respiro hondo y largo, como queriendo tirar afuera de si todo aquello que, aunque le gustaba y provocaba una extraña y placentera sensacion, no le permitia arrancar definitivamente con su trabajo.
Las horas pasaron y con su transcurrir llego el esperado momento de ingresar al chat, a solas, tranquilo, sin interrupciones e intentar reencontrar a aquella experiencia que le ocupaba cada uno de los momentos de tranquilidad.
Se habia descubierto, en mas de una oportunidad, durante el transcurso del dia analizando lo que le habia ocurrido. Pensaba en ella y se preguntaba si realmente habia sido verdad todo cuanto le parecio provocar. De ser asi, inevitablemente caia en la otra pregunta: Como es posible que dos personas que no se conocen, a minutos de haber entrado en contacto por el chat, sin siquiera hablarse, hayan podido entenderse y provocarse ese mar de lujuria que, ahora descubria, tambien lo habia invadido.
El siempre habia tenido aquel tipo de relaciones normales, o lo que la mayoria de la gente llamaria normal.
Alguna decena de mujeres habian transitado su cama en las 40 y pico de años que tenia. Algunas como casualmente, estaba aquella de ‘la primera vez’. Estaban tambien sus esposas, la de antes y la de ahora y tambien algun que otro encuentro casual entre ambas. El balance general que hacia de esas experiencias, era positivo. Siempre le habia ido bien. Habia logrado satisfacer a su compañera y ser satisfecho a la vez. Pero a la luz de las sensaciones que se descubriera disfrutando ayer… se daba cuenta que con todas habia faltado algo…habia faltado mmmm… un no se que que no lograba definir.
Tal vez no fuera una sola cosa, pero su cabeza daba vueltas necesitando respuestas y en ese frenesi se decia que lo que se encontro sintiendo ayer fue….. la libertad total. Definitivamente eso. Esa libertad no contenida, no controlada por nada. La de decir y hacer exactamente lo que le dictaban sus instintos. Y encontrar que con ello provocaba la excitacion y el delirio de quien lo acompañaba en esa deliciosa tarea.
Si todo esto fuera cierto…. Si todo esto pudiera sentirse de verdad…. Si no estuviera alimentado por la imposibilidad de concretarlo…Seria la encamada ideal !!! Encontrar a quien complacer con todo cuanto me nazca. Sentir bajo la piel de mis manos como provoco el placer sin limites y descubrir que en esa visceral necesidad de provocar al otro, de hacer explotar al otro en un mar de placer y gozo incontenible, crecia el suyo, se provocaba el suyo, y llegaria al extasis de una forma que jamas lo habia hecho y sentido. Seria genial.
Todo esto pensaba mientras, ya habilitado al chat y dentro del Cafe Literario, veia transcurrir pesadamente los minutos sin que apareceria ella.
Se le agoto la media hora y se regalo de otros 15 minutos por si al final, entraba.
No fue asi, y tratando de dimensionar correctamente la frustracion para no jorobarse la tarde, partio de la oficina.
Pasaron los dias en que intentaba continuar con sus obligaciones habituales mirando como de reojo el mail a la espera de alguna contestacion a las tres lineas que le habia enviado a Moni confesandole que la turbacion y magnitud de aquella vez era compartida y requeria de ser revivida.
Al paso de los problemas y corridas diarias el recuerdo comenzaba a desdibujarse en su cabeza amenazando quedarse en el lugar de los mas preciados. Pasaron uno o dos semanas sin noticias y, cuando ya pensaba que aquella cibernetica Afrodita habia desaparecido tan definitivamente como intempestivamente irrumpio en su vida, recibio un nuevo e-mail: "Bebe, voy a estar esta tarde a las 6 p.m. tuyas en el Cafe . Esperandote. Un beso, Moni".
Un leve temblor de emocion lo invadio. Se sentia como el quinceañero aquel ante los nervios de la cita tan esperada.
No pudo dejar de mirar el reloj el resto del dia, como queriendo comerse las horas que faltaban para el encuentro. Y pasaron, lenta y pesadamente una a una, hasta que al fin, el momento se acercaba.
Hola bebe – Fue el saludo que recibio no bien ingreso a la sala.
Hola Moni, que bueno verte – Contesto. – Que te paso que desapareciste tantos dias ?
Es que, como te conte la otra tarde, estoy aca estudiando pero ademas debo ganarme la vida y trabajo en un estudio de abogados. De vez en cuando debo atender a algunos clientes del interior y tengo que salir de viaje por varios dias. Eso me tuvo fuera y ‘desconectada’. Pero, te confieso, te estuve extrañando.
El, tratando de disimular su ansiedad y como quitandole importancia a la sentida ausencia:
Yo tambien te estuve pensando y me llamaba la atencion que no me respondieras.
Sabes que, te voy a dar el numero de mi celular, asi me podes ubicar y, si tenes ganas alguna vez, me llamas, si? -–Le pregunto provocando su excitacion por la novedad.
Tomo prolijamente y en lugar seguro, nota del numero y continuaron con la charla.
Ella no contaba con mucho tiempo pues debia ingresar unos expedientes en tribunales para lo que tenia un horario muy estricto, pero no habia querido perder la oportunidad de conversar con quien se habia apoderado –segun declaraba- de sus sentidos.
Si vieras como me tenes – exclamo.
Y como te tengo ? Contame – escribio el agradeciendo que la escritura no dejara translucir la emocion que sentia.
Y… con muchas ganas de que me hagas mimitos. Aqui solita y abandonada.
Y donde estas ? En tu casa?
Si bebe. En casa, en mi habitacion, y para ser mas precisa, tirada sobre la cama.
Porque no me contas que tenes puesto, asi me ayudas a visaulizarte mejor – dijo lamentando no tener una de esas camaritas para poder estar viendola.
Como vengo de la calle y hace un calor infernal, me quite los zapatos y el pantalon que llevaba y estoy solo en ‘tanguita’ y con una blusita blanca con botoncitos delante… por ? – pregunto.
Mmmmm…. porque me gustaria estar alli… jugando con vos.
Y pensar que yo tengo tus caramelitos en mis manos…. Si supieras como se me ponen los pezones al leerte !!
Alli vamos de nuevo, penso Enrique. Ya sentia la excitacion adueñarse de su entrepierna. Ya el mundo a su alrededor comenzaba a apagarse, a esfumarse, para concentrarse todo lo que existe en la tierra, en solo ese cuarto donde ella se entregaba a acariciarse en su nombre al ritmo del relato que llegaba por Internet provocando a la vez su excitacion.
Y era como una fiebre, como un descontrol. El solo imaginarla tocandose excitada por sus palabras, soñando que era el quien lo hacia, lo ponia a mil. Y las palabras brotaban de sus dedos sobre el teclado conforme las ideas y sensaciones le inundaban los sentidos.
Mmmm que lindo suena eso… no sabes como me gustaria que fueran mis manos las que te tocan.
Lo son, bebe. Lo son…
Y meterlas bajo tu blusa, y dejarlas que acaricien tus tetas….. exciten tus pezones hasta que se pongan duritos…
Mmmm, si bebe, me gusta. Segui por favor….
Y mientras tanto ir desprendiendo despacito, uno a uno, los botones para descolgarte la blusa por sobre tus hombros y dejar al descubierto esas tetitas que quiero comerme… mmmmm siii, y lamertelas con delicadeza….mordisqueandote los pezones excitados.
Siiii, papi, si. Asi me gusta. Me volves loca… no .. te…. detengassss…..
Mientras con mi otra mano, iria acariciando entre tus piernas, subiendo despacito, despacito…. hasta llegar a tu tanga….
Ayyy…. mira como me tenes de mojada….
Mmm que rico…. no te la sacaria. Solo la apartaria un a un costado para dejar tus labios hinchados al descubierto…
Siiiiii tocameeeeee, tocameeeee……
Y te recorreria con mis dedos separando tus humedos labios hasta llegar a ese botoncito que se endurece y palpita de excitacion..
Si papi, si…. tocame, lamemeeee, comeeeemeeeeee…
Y ya estaban de nuevo descontrolados…. el escupiendo sobre el teclado todo cuanto quisiera estar haciendole. Ella dejandolo hacer, interpretando con sus propias manos la partitura que el paria para ella en la pantalla de su pc.
Y no lo penso. Como ante un impulso, tomo el telefono, marco la salida internacional, la caracteristica de España y el numero del celular que minutos antes ella le habia dado.
Mientras ella reclamaba que no se detuviera, que siguiera escribiendole… a pesar de lo cual, atendio el llamado que repiqueteaba en su movil.
Y fue solo un: ‘Hola mamita’ al que le respondio otro ‘Hola bebe’ para que esas dos voces que jamas se habian sentido continuaran provocando una y respondiendo en gemidos y suspiros la otra.
Y todo fue lamidos, mordidas, afiebradas caricias que el le relataba como al oido para que ella las interpretara mientras suplicaba que siguiera, que no se detuviera, que estaba por explotar como un animal pero que no queria hacerlo sola.
Que ella tambien queria tocarlo, sentir su miembro duro entre las manos. Le suplicaba que se bajara el cierre debajo del escritorio. Que metiera la mano dentro de su pantalon. Que tomara esa pija humeda, dura y tibia en su mano como lo haria ella….
Y el se descubrio irracional por primera vez en su vida….. No pensaba nada … no era la suya…. era la de ella la mano que acariciaba su rojo glande cubierto de liquido preseminal mientras no dejaba de relatarle al telefono las caricias que su lengua estaria haciendo sobre su hinchado clitoris…..
Y la excitacion de ambos los alimentaba mutuamente. Cuanto mas el provocaba su placer, mas intentaba ella que el sintiera esa imaginaria lengua lamiendo su sexo, tragandose esa pija que apuntaba al cielo con toda su boca. Y ya era imposible continuar, ambos jadeaban. Sus palabras eran solo entendidas por ellos y se habia convertido en un lujurioso y gutural lenguaje no comprendido por el ocasional testigo de este incontrolado arrebato de placer, sexo, lujuria y descontrol.
Cada vez mas rapidamente se repetian las caricias, cada ves menos ininteligibles eran sus palabras. Cada vez mas afiebradamente se movia su cuerpo y su mano al compas de los gemidos que llegaban por el auricular. Y presagio le vecindad del climax de ella en el momento que todo su cuerpo comenzo a temblar estallando en su mano todo el placer que le provocaba mientras en el otro extremo de la comunicacion, Moni explotaba ya por segunda vez al mismo tiempo que el, desenfrenadamente, en medio de un fuerte e interminable gemido que provoco en el la necesidad automatica de presionar el sexo chorreante, que tenia en sus manos como exprimiendo hasta la ultima gota para volcarla dentro de ella.
Haciendo un esfuerzo atroz para controlar el ritmo de su respiracion y los nervios que, a flor de piel por la intensidad del encuentro, hacian agitar su cuerpo, recompuso su voz y le pregunto si estaba bien. Si lo habia pasado bien.. Si le habia gustado. A lo que ella respondio con un siiiiii, rotundo del que no le quedaron dudas, porque esta vez, no habia sido solo leer y escribir. Esta vez la habia escuchado acabar con sus palabras y ella habia presentido la leche explotando por entre sus dedos al escucharlo gemir al telefono.
Continuaron hablando unos minutos mas, pero el poco tiempo con que contaba ella se habia agotado ya hacia bastante y su tembloroso y sudoroso cuerpo, necesitaba de la demora complaciente de una buena ducha, aun antes de volver a salir.
Se despidieron rapidamente con la promesa de volverse a ‘encontrar’. Nuevamente ella le agradecio a su ‘bebe’ el que la hubiera llamado y le hubiera provocado una de las mejores dos acabadas de su vida confesandole que la segunda, la debia solo al hecho de escucharlo gemir al telefono e imaginarlo tocandose como lo haria ella.
Chau, chau y … nos vemos.
Se termino la conversacion.
Alli quedo el. Con el pene, humedo y morado del esfuerzo, que comenzaba a denotar la inevitable flacidez entre sus dedos y la mirada perdida, mirando nada. Tratando de entender lo inentendible. No entendiendo lo simple. Intentando poner las cosas en lugares que tal vez no existan porque no todo tiene un porque. Desconociendose por esa momentanea perdida de la racionalidad y el control.
Descubriendo que, precisamente ese deficit, tenia un sabor maravilloso. Eso de permitirse sentir cuando y como le diera la gana y lo que tuviera ganas. Disfrutando de ese libre albedrio que se regalaba para sentir en su piel. Para dejar que su piel sienta y se exprese como tal vez siempre quiso aunque nunca encontro el como y el con quien. Hasta ahora.
Era precisamente ese ahora… lo que se le venia encima. Ese ahora que se agigantaba. Ese ahora que le comenzaba a sonar en los oidos. Ese: Y ahora, que ?. Y despues de esto, que?
Lo dejo para otro dia !!! – se dijo. Puso todo donde deberia estar. Fue al baño a lavarse y marcho en busca de su auto que lo llevaria camino al descanso hoy, mas necesario que nunca.
Nuevamente no recorreria el trayecto solo, una amplia sonrisa seria su compañera.
Fueron pasando los dias y con ellos se acumularon semanas y meses de esta nueva piel que le gustaba sentir.
Nada era premeditado. No habia compromisos ni promesas.
La vida seguia su ritmo normal. Las obligaciones que imponian el trabajo y la familia continuaban ocupando su lugar y reclamando de su tiempo. Pero una parte de ese tiempo le era reclamado cada tanto en una sala de chat y lo entregaba con todo el gusto del mundo cuando, la llegada de un e-mail le proponia una nueva cita. Un nuevo encuentro para entregarse desenfrenadamente a sentir y provocar. A disfrutar de esta nueva dimension que ingresara a su vida. Y le hacia bien. Lo sentia bien.
Entonces fue cuando, en su innegable racionalidad, comenzo a preguntarse si todo esto era tan sentido por el solo hecho de ser alimentado a la distancia y negado por esa misma distancia.
Se encontraba preguntandose como era que habia tenido tantos años de sexo, que creia placentero, sin jamas llegar a sentirlo de esta forma.
Ya habia comprendido que no era la aparicion de una nueva sexualidad o una nueva forma de sentirlo. Simplemente era que su sexualidad habia estado todos estos años controlada, limitada, inhibida.
Ensayo mil y una causas para que asi hubiera sido. La enseñanza, mal adquirida e imperfecta de la calle. El conservadorismo de la crianza en el seno de su familia. Las permanentes, por turno, compañeras de cama que tal vez llevaban dentro la misma o peores inhibiciones. Aquellas amantes ocasionales que no lograron, o no supieron despertar en el esta forma de sentir como lo hizo Monica, aun sin proponerselo.
Le quedaba claro que este Enrique que se entregaba a todo y cada uno de los juegos amatorios que se les iban ocurriendo y los disfrutaba arrancando gemidos de placer a su compañera, habia sido siempre asi. Solo que una parte de este ser sexual que habia descubierto en si, habia estado aletargado, dormido, quiza esperando encontrarse con aquella que, al final, lograra despertarlo.
Todo eso estaba claro. No cabian dudas. Solo restaba responderse a la pregunta original: Se podria sentir todo esto, en toda su dimension en un encuentro verdadero sin computadoras y telefonos de por medio ? O solo se sentia asi precisamente por saberlo imposible de materializar y la necesidad de provocarse al extremo el uno al otro ante la inseguridad de reconocer si efectivamente se lograba llegar hasta el fondo de la otra piel ?
No era de quedarse con las dudas. Sabia los riesgos que correria y de los limites que sus realidades les impondrian. Estaba dispuesto a someterse y aguantar luego el golpe, pero necesitaba la respuesta. Y ella estaba en España. Puso entonces manos a la obra.
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