Me gustan las Webcamers
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pudo ser cualquier año, con cualquier edad, lo que si es seguro es que fue una tarde de aburrimiento en casa cuando descubrí que el darse placer a uno mismo no era cuestión únicamente de hombres.
Hoy por hoy y después de unos cuantos años de practicar sexo con webcamers, aunque siempre virtual, me pone, me excita, me provoca sensaciones que con el sexo real no tienes, ni mejores ni peores, simplemente diferentes.
En este tiempo, conoci a varias, alguna incluso especial y una muy, muy especial, pasando a ser a veces, incluso amiga, hablando de temas personales mientras conectamos para otras cosas. Jeje
El caso es que esta chica, la primera vez que hablamos me quedé tan colgado de ella que casi ni hablamos, me dedique a observar como trabajaba y ponía cachondos a sus visitantes, además de a mi, cosa que nunca le dije, sino todo lo contrario, ella veía que yo estaba conectado, sabia que la estaba mirando, pero cas vez que me preguntaba algo le hacía saber que no me interesaba, lo cual, curiosamente, la ponía más cachonda, nos reímos, fuimos cómplices de sus juegos con otros visitantes, hasta que se colgaba la conexión por el límite de tiempo excedido, pero me gusto tanto el juego que volvía a conectar.
El caso era que el jueguecito me estaba excitado a mi también, no pude remediar bajarme los pantalones del pijama que llevaba y con mi mano ir acariciando mi polla, ella en su cama, acariciando su cuerpo, empezo con unas braguitas blancas transparentes y un top blanco, los cuales evidentemente fueron desapareciendo poco a poco con los juegos para sus visitantes y mis miradas. Era maravilloso el espectáculo, sus manos recorrian su piel suavemente según algunas peticiones, no todas, al final estaba haciendo lo que ella quería y le apetecía, con mi mirada cómplice y mis comentarios graciosos. Alguna vez que otra me decía, no te rías que me haces reír a mi y se van a dar cuenta. Jajaja pero seguíamos, ella con sus caricis y yo a escondidas con las mias. Alguno le fue pidiendo más y más, primero fue el top lo que desapareció, sentada en su cama dejo que los tirantes resbalaran por sus hombros, la tela fina y suave hacía ver, a pesar de la tenue luz, que sus pezones se estaban endureciendo con el juego, puso sus manos a cada lado de su cadera y poco a poco fue subiendo la tela que los cubría, fue mala, muy mala y paro su juego justo cuando estaban a punto de salirse los pezones, así los dejo un rato para deleite de todos los que la mirábamos.
Yo lo estaba pasando mal, me debatía entre el no hacer nada y solo hablar con ella y la excitacion que me estaba provocando sus juegos con los demás, ella no era para nada consciente de que mi polla estaba muy dura ya, que goteaba ese lubricante natural que nos sale a los hombres y que intentaba disimular a duras penas todo ello. De vez en cuando ella, conocedora de lo que su cuerpo provoca, me preguntaba, pero yo seguía sin dar una pista de mi excitacion.
Se puso de rodillas, siempre encima de su cama, ya con las sábanas desechas de sus movimientos, al igual que con su top, empezó a jugar con sus braguitas, estiraba los laterales elásticos y los soltaba, lo que hacía sonar un ruido maravilloso en nuestros oídos, con el juego cas vez se le notaban más los labios de su precioso coñito, depilado, suave, sobre el que destacaba ese tatoo con letras.
Cada movimiento que hacía era como si lo hiciera a cámara lenta para mis ojos, se sentaba en la cama y abría las piernas sensualmente, se ponía de espaldas mostrango el culo más bonito que jamás vi, jugaba con sus braguitas metiéndoselas dejando únicamente que le taparan los labios, rozaba con sus dedos cada uno de los centímetros de su piel, apretaba los labios como si quisiera meterlos atravesando la tela de las braguitas, cada uno de sus juegos nos excitaba más y más. Finalmente, se dio la vuelta mirando a cámara, sentada nuevamente, recostó su espalda, colocó su cabeza en la almohada, levantó sus piernas en un perfecto ángulo de 90 grados, agarro sus braguitas por los lados de la cadera y poco a poco fueron recorriendo sus piernas hasta desaparecer por sus pies, no recuerdo donde las dejo, me quede absorto mirando aquella maravillosa vista, perdido ente sus piernas y perdido en sus labios carnosos.
Ella me insistía, ¿sigues sin ver nada que te guste?
Volvió a incorporarse, sentada, con las piernas abiertas, mira do fijamente te a cámara fue pasado sus manos desde las piernas, por su cadera, su torso, su ombligo, cruzando sus brazos, fue retirando el top de sus pechos, siempre despacio, siempre sensual, siempre mirando a cámara con esos ojos que ipnotizan. Empezó entonces a pellizcar sus pezones, una de sus manos fue subiendo por su piel hasta la boca, metió dos dedos en ella, los unto bien de saliva y los volvió a acercar a sus pezones, esta vez para humedecerlos haciendo círculos a su alrededor.
¿sigues sin ver nada que te guste?
Sus manos se juntaron entre sus pechos, fueron recorriendo su cuerpo vertiginosamente hacia abajo, cuando llegaron a su pubis se separaron hacia sus muslos, pero esas manos querían volver y lo hicieron, recorrieron sus muslos nuevamente, pero esta vez siguiendo el camino a su entrepierna. Una mano siguió hasta un pecho, agarrandolo firmemente, la otra se acercó a sus labios vajinales, separó los dedos, dos por un lado y dos por el otro, apretando los labios suavemente, subiendo y bajando los dedos rozando su piel, por fin uno de ellos se acercó al clitoris y lo comenzó a estimular, suave con movimientos circulares a su alrededor, se adivinaba algo de excitacion al brillar ligeramente por los fluidos vajinales, sus labios poco a poco fueron abriendose por la excitacion ya que uno de sus dedos se colaba entremedias de ellos y al poco volvía a su clitoris.
¿sigues sin ver nada que te guste?
Una y otra vez me preguntaba sin obtener respuesta por mi parte, hasta que nos quedamos solos, todos los visitantes se corrieron con sus juegos, yo estaba que no podía más, cuando do me dijo, ¿sabes que me pone más de ti? Que a pesar de mis juegos, a pesar del rato que llevo jugando, a pesar de lo excitada que me tienes y lo sabes, estas siendo duro de excitar o por lo menos lo aparentas.
A lo que respondí que solo me interesaba como persona y no como cuerpo y hasta hoy… día en el que además de disfrutar de su cuerpo, lo más importante es que también de su amistad.
Un beso a mi querida amiga.
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