A los 11 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo era apenas un niño, tenia 11 años apenas entraría a la adolescencia cuando todo esto ocurrió, a mi nunca me había gustado los niños, ni tampoco tenia tendencias homosexuales ni nada por el estilo, era completamente un niño normal, pero únicamente mentalmente ya que mi cuerpo era sumamente femenino, media aproximadamente 1.55 mts de estatura, muy delgado, con piernas largas y frondosas, trasero grande y un busto un poco grande también para ser varón.
A mi nunca me había gustado mi cuerpo, además de que siempre fui rubio y nunca tuve pelo en mi pelvis ni en mis piernas ni en ninguna otra parte de mi cuerpo, mis cejas era muy delgadas y mi cara muy finita, en la escuela siempre me decían güerita y eso a mi me molestaba mucho. En mi casa siempre estaba solo, puesto que era hijo único de madre soltera y ella viajaba mucho. Mi único compañero era un amigo 3 años mayor que yo, hijo de una comadre de mi mama, culla madre trabajaba con mi mama y siempre estaban fueras de la ciudad.
Nosotros siempre jugábamos juntos, futbol, basquetbol, nintendo y cosas por el estilo, el era muy precoz, en ocasiones se masturbaba en un cuarto viendo alguna revista o cosas por el estilo y siempre que terminaba me hablaba para que viera lo que le salía de su pene, y me preguntaba si yo no me masturbaba, yo siempre le decía que si, pero en realidad nunca lo había hecho así o al menos de esa manera, yo únicamente sabia sobarme , además mi pene era demasiado pequeño para jalármelo con una mano, me resultaba prácticamente imposible.
Siempre jugábamos a diferentes cosas, en una ocasión jugando súper nintendo, comenzamos a jugar retas, de uno contra uno y el que perdía tenia que aceptar un castigo impuesto por el vencedor, como de costumbre, yo casi siempre perdía, y siempre tenia que aceptar absurdos castigos, como el de bajarle la palanca de los fusibles del vecino, parar un taxi y no subirme y cosas así, pero en esa ocasión había una peluca larga, lacia y rubia que su mama o mi mama había dejado en casa y su castigo fue ponerme esa peluca y mantenérmela puesta todo el juego, pues lo tuve que cumplir, esperando ganar una partida para vengarme de aquel ridículo, nuevamente volví a perder y su siguiente castigo fue ponerme un pequeño vestido de color rojo también de nuestras madres
Y así sucesivamente, me coloque una tanguita, un brazier, unas zapatillas, unas medias, y termine completamente maquillado, hasta con una faja puesta, parecía toda una mujercita, yo mismo me sorprendí de lo mucho que parecía una mujer, el estaba muerto de la risa y lo pero fue cuando llego su ultimo castigo, que fue tener que quedarme así vestido toda la noche y dormir así, en realidad, en esa ocasión no paso nada, pero cada vez era mas frecuente que durante un juego sus castigos fueran vestirme como mujer, empecé a notar que cuando esto sucedía el siempre se metía al baño y tardaba mucho en salir, también me di cuenta que su pene se le paraba cuando me estaba viendo, pero creí que solo era mi imaginación. Después de un tiempo, el mismo traía las cosas que quería que me pusiera durante sus castigos, no se si compraba esas cosas o las agarraba del closet de su mama para traérmelas , pero eran cosas cada vez mas sexys, inclusive ligueros, la verdad me veía muy bien con esas cosas, y me empezaba a gustar usarlas.
Un día ya que me encontraba totalmente vestido, su ultimo castigo fue modelar delante de el, pero tenia que ser sensualmente y con los ojos vendados, yo obedecí y mientras lo hacia, el llevo su mano dentro de su pantalón, me pude dar cuenta por que se veía atreves de la venda que me puse en los ojos, no se pero algo dentro de mi me hizo hacerlo lo mejor que pude para que el pudiera terminar, su pene se veía enorme y me exite mucho bailando para el, ni siquiera nos tocamos, pero me sentí sumamente realizado al ver que terminaba con solo verme, después de esa ocasión, volvimos a hacer lo mismo tres veces mas, cada vez me gustaba mas, hasta que en la quinta ocasión que hicimos lo mismo, el ya no pudo resistir la tentación y me pidió que bailara enzima de el, tocándolo con mis manos, el ya se había dado cuenta que yo podía verlo cuando se masturbaba y por eso me lo pidió, le sentí aquella verga tan grande y dura con mis propias manos, que no pude resistir y comencé a acariciársela, me hinque y empecé a darle pequeños besitos con mi boquita pintada de rojo, el me tomo de la cabeza y me obligo a tragármela toda, una y otra vez, ni siquiera cavia completa en mi boca, pero yo hacia mi mejor esfuerzo por complacerlo, jamás imagine que aquello supiera tan delicioso y que se sintiera tan bien tenerla en mi boca, después el me voltio y comenzó a acarisiar su pene entre mis dos nalguitas, me la puchaba entre ellas pero mi ano era muy pequeño y al empezarla a sentir me dolió mucho y astutamente me volteé y se la empecé a chupar de nuevo hasta que se bino dentro de mi boca, aquel liquido que tantas veces ya había visto era muy espeso y de sabor amargo, mas sin embargo me tome hasta la ultima gota de su lechita, al final nos quedamos acostados y el abrazándome de la cintura.
A si sucesivamente seguí tragándomela cada vez que jugábamos , el me comenzó a dar pastillas anticonceptivas de su mama, por que me dijo que con esas me crecería el busto y me vería mejor vestido de mujer, así empecé a tomar hormonas femeninas a mis 11 años, ya para los 12 y medio, mi figura parecía completamente femenina y mis pezones eran muy grandes aun que mi pecho era aun solo mediano, pero con todo lo que me ponía me veía realmente hermosa, el salió de la secundaria, y empezó su preparatoria, y un dia me propuso acompañarlo a una fiesta, pero vestido como mujer, dijo que nadie se daría cuenta, lo pensé por unos minutos y decidí hacerle caso y acompañarlo, paso uno de sus amigos en su auto por nosotros, yo pase 2 o 3 horas arreglándome para que nadie notara que yo era un chamaco de 12 años vestido de mujer, yo jamás había tomado pero ese dia lo hice, de regreso me fui sentía en las piernas de mi amigo, y sentía como aquello se levantaba cada vez mas antes de llegar a l casa, mas sin embargo yo solo quería llegar a acostarme y descansar, me sentía sumamente mareado, todo había sido un éxito, al parecer nadie se había dado cuenta de que yo era un barón, mi amigo me había presentado como su prima que venia de otra ciudad, de hecho muchos chicos me hablaban y me preguntaban mi nombre, teléfono y cosas así, cuando llegamos a casa, yo subí y rápidamente me acosté, mi primo ficticio se acostó a un lado de mi y me abrazo, y de repente comenzó a besarme la nuca y la espalda, pasaba su lengua por mis orejas y me hacia muchas cosquillas, yo me sentía muy excitado cuando hacia eso, jamás me había besado
Empecé a sentir como me repegaba su enorme garrote en mi culo, por en medio de mis nalguitas, le pedí que no lo hiciera por que me dolía mucho, entonces el dijo que ya lo sabia y que estaba preparado, saco un gel lubricante de un cajón y me unto el ano con el y se puso el en su pene, me empino y me la empezó a meter, yo gemía como una perra del dolor, pero el no paraba de metérmela duro, una y otra vez, yo sentía como si estuviera cagando pero sin poder terminar
Después el me dijo que no lo ayudaba que me moviera, y me subí arriba de el , me la volvió a meter con mi culo completamente abierto ya no le fue difícil y me tomo de la cintura jalándome hacia el, muchas veces, me saco los pechos de entre el vestido mientras acariciaba mis pezones y en ocasiones los lamia, y los chupaba, sentía tan rico, el comenzó a gemir como un animal, hasta que por fin termino completamente adentro de mi, yo solo sentía como aquello se deslizaba entre mis piernas y como mi culo se abría y se cerraba , después de esa ocasión me volví su putita personal, deje la escuela a los 15 años y me mude con el, ya tengo pechos, y mi propio pelo largo
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