Adiós a mi amante perfecto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por zoila1700.
Por favor, si te masturbaste y tuviste un rico orgasmo, lo menos que puedes hacer por mí es comentar…
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¡Aún no puedo creer que me esté atreviendo a escribir todo esto…!
A mis 15 años, tenía a mi hermoso amante-trapeador-perfecto. Con su palo interminable, la inacabada ansiedad por querer metérmelo más adentro cada vez no me dejaba pensar. Para ser sincera, era un peligro y no recomiendo a nadie que lo haga pero yo me sentía capaz de controlar a la bestia. La puta gritaba por ser cogida cada vez que me encontraba sol@ en mi casa y ahí estaba él; tan largo, tan duro… pero sobretodo… ¡tan mío!
Simplemente al recordarlo ya se me antojó hacerlo una vez más, porque siempre fue así, “solo una vez más”, y la adicción iba en aumento. Me lo metía ya sea empinada sobre la cama y las sábanas blancas, también parada frente al espejo como ya relaté, y ocasionalmente en la ducha. De hecho, al final era en la ducha donde lo hacía más.
Wow, era toda una delicia tener aquel palote para mí solita. Mi culo palpitaba en secreto cada vez que lo miraba y nadie en la familia se daba cuenta de lo que yo hacía. Era la sensación de engañarlos a todos con él. Y digo él pues ya le había agarrado bastante cariño. Las continuas cogidas que me daba con él parecían no llegar a tener fin.
En mi realidad sabía, y me gustaba saber que ningún hombre en la tierra podría jamás llegar a tener el palo así de largo.
Volver al trapeador mi amante fue todo un triunfo de la insaciable puta que me gobierna cuando me encuentro sola en la casa, la imperial alma de perra que habita en mí rasguñaba mi mente, gemía por el palo, ladraba por salir y me poseía.
Me gustaba mirarlo discretamente cuando había gente cerca y completar el engaño. Algunas veces, delante de la gente, iba, lo agarraba según como si fuera un simple trapeador pero mis nalgas se comprimían en secreto con unas infinitas ganas de tenerlo dentro de mí. Lo movía para cualquier otro lado como si estuviera estorbando .
Pero, mi secreto era este: Al cerrar mis dedos en torno a su dureza, recordaba las penetraciones de las cuales yo era la única beneficiada. ¡La única! (Nota que mientras lo escribo escribí erróneamente dos veces la “púnica” en vez de única). Vaya que mi mente me traiciona y es que el placer recibido por él era inagotable. “El,” siempre lo llamaba “él”; pensaba en él, me divertía con él, le decía que yo era su puta solo para él, me lo metía todo, lo masturbaba, le compraba condones, se los ponía y lo masturbaba, ¡hay! Y quiero repetirlo una vez más: me lo metía a él. ¡A él! Me ponía como perra para él, me venía con él, me consolaba con él, y solo pensaba en él.
Hasta que un día…
Lo engañé. Una vez y para siempre. Adiós a mi amante perfecto, adiós a “él”, que se volvió así de rápido un simple
trapeador.
Sé que esto genera suspenso. Así que no voy a ser lenta ni rápida al describir como le fui infiel. Lo que pasó fue que…
Me estaba bañado, nadie en la casa. Me dieron ganas de masturbarme sin la ayuda del trapeador, es que, por causas del destino llevaba días que no lo usaba. Mi pene estaba completamente erecto cuando me la estaba jalando, ocasionalmente tocaba mis hermosas nalgas y recordaba mujeres que había visto en el día.
Total, mientras pensaba en mujeres con lindas tetas y hermosas nalgas. La puta se atrevió de nuevo. Me estaba dando la ducha, y ahí mismo encontré a mi nuevo y muy satisfactorio amante.
Lo primero que miré fue la punta redondeada de mi querido trapeador pero esta vez en un objeto más corto (pero no por eso menos excitante; sino todo lo contrario) como 30 0 40 cm de largo, no sé bien de medidas pero algo así; y en la parte de abajo, me recordaba a las ventosas que tienen algunos hermosos dildos para adherirse a superficies lisas como paredes y espejos. Por aquél entonces yo no tenía medios ni forma para apoderarme de uno de ellos, pero a esta puta no le hacía falta algo tan elaborado, ella quería algo pronto, algo inmediato y bien parado. Ya había probado el palo del trapeador y éste se veía igual de efectivo, con la ventaja de la portabilidad y menor peligro de ser completamente empalada. Así que, me lancé de inmediato a poner mis manos sobre éste nuevo objeto. ¡Tanto tiempo había estado ahí! Y yo tan tonta que me pasaba sin verlo.
Me acerqué despacito, de veras que muy despacito, como con miedo pero a la vez con hambre de tenerlo dentro de mi culo. Di solo unos cuantos pasos hasta este nuevo amante, me palpitaba ya saben que parte de mí, me toqué las nalgas completamente desnuda y las movía hacia dentro y hacia afuera conforme iba avanzando hacia este lujurioso amante inanimado. Al estar más cerca mis manos agarraron fuerte a mis nalgas, como diciéndoles : “Espérate que a este si te lo vas a meter todo”, ahora mis movimientos entre mis manos y mis nalgas eran para arriba y para abajo, mis nalgas estaban deseosas de mirar como aquél palo se podría introducir en mí. (Palabras entre paréntesis y entrecomillas como dedicatoria para los dos lindos y primeros machos que comentaron mi historia inicial (gusti128 y aaaassss), a ellos les confieso primero esto que ahora todos pueden leer y el entrecomillado es largo y llega hasta el final, aquí voy :“En ése momento si me sentí como una verdadera puta infiel callejera, les confieso que dicho palo se veía bastante antojable, mis nalgas casi temblaban conforme me acercaba a él, sentí como toda la lujuria de la puta que soy se volcaba en un solo objetivo: ¡Metérmelo todo! ¡Siiii, todo! Aunque la verdad era demasiado largo y sabía que no podría llegar a resistir tremenda empalada sin resultar lastimada. Pero me atreví hasta donde pude… lo agarré y así sin condón pero le puse bastante shampoo de cabello, también me metí con ayuda de mis dedos una buena parte del shampoo como lubricante entre mi culo y mis lindas y nalgas.
Abrí de nuevo la llave de la regadera y miré como una lluvia hermosa que ayudaría a la penetración. Me puse en cuatro patas como perra en celo, coloqué la base de mi nuevo amante en la parte baja de la pared y con mi mano izquierda (pues soy zurda) me metí despacito la puntita para que entrara; y después, con toda la fuerza y ganas que tenía… me metí todo el puto maldito y tremendo palo hasta donde mi culo violado por la misma puta de mí fue capaz, fue una metidota incomparable, abrí la boca a todo lo que dio mientras me violaba a mí misma a costa de este nuevo amante. Solté un fuerte gemido, que, para ser sincera, sonó bastante ardiente y femenino. La primera metida siempre es para mí la más importante. Debe ser lenta al principio pero super-contundente después, mi pene no se paró ante la metida, ni falta que hacía, mi culo estaba recibiendo todo lo que la puta de mi (Zoila, para los dos amigos que comentaron)deseaba, me dio un poco de miedo pero; las ganas debían ser saciadas de inmediato.
El agua caía sobre mi espalda mientras yo imaginaba inocentemente que chorros de semen caían en forma de lluvia sobre mi espalda. Me estuve dando bien fuerte así empinada como perra mientras me daba placer con la base de mi amente en la pared y el palo bastante vertical hacia mí . Luego, me lo saqué e intenté masturbarme pero mi pene no quería saber nada, el culo de puta seguía palpitando deseosa de más palo, imaginé infinidad de cosas con mujeres para ver si me venía intentando que se me pusiera duro; pero nada, así que me decidí a seguir dándome placer por la vía anal. Le puse más shampoo y las metidas que me di… hicieron que me viniera analmente, ya se imaginarán cómo, y sí, era bastante lo que me sacaba pero el agua se llevaba el secreto. Mi venida anal (mi violada) ayudó a que me sintiera mucho más lubricada y muchísimo más puta. Me estuve dando por otros 10 o 20 minutos y sentía ganas de desmayarme ahí mismo de placer, mi pene dejó de existir y mi culo se adueñó de toda la satisfacción recibida. Quedé agotada de tanto sexo salvaje con mi nuevo amante y con una sensación de culpa por haber engañado a mi primer amante perfecto… pero no me importó. ¡Yo me lo metí! ¡Yo me lo cogí y éste me hizo venirme dulce, satisfactoria y analmente! Eso era todo lo que importaba. El trapeador jamás (por tenerla tan larga) podría darme la seguridad que este nuevo miembro me brindaba. Así seguí por un tiempo con él, dándome placer empinada como zorra. Jamás me metí otro que no fuera el de mi propia casa pero debo admitir que sí me daban bastantes ganas. No sería igual, no habría el secreto ni la familiaridad… y así fue como le dije adiós a mi amante perfecto”.
Han pasado años desde aquella vez pero, ocasionalmente vuelvo a él, a disfrutar nuestro secreto y su palo siempre erecto, éste disfruta el placer de penetrar a la CD que siempre seré.
P:D Cuando lea los comentarios, iré al baño, le pondré un condón, shampoo /ya tengo lubricantes y dildo pero para hacer honor al mis palabras lo haré, y me lo meteré bien rico mientras lea lo que me dicen, soy tímida pero eso… de metérmela bien adentro mientras los lea… sí se los puedo prometer.
Atte: Zoila
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