ADRIANA 69
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
ADRIANA 69 , PRIMERA PARTE
Hola amiga(o) s nuevamente con Uds. Después de algunos meses, soy Adriana 69, lo de 69 es porque me encanta la pose del 69, no sé si me recordaran por mi anterior historia de: “Me inicie con la Policía Municipal”, bueno tal como les comente al final de la historia prometí contarles como se inicio esto del travestismo en mi vida. La historia se remonta a cuando tenía 10 años, vivía en una casa grande de dos pisos, yo estaba con mi familia en el primero y en el segundo Vivian una pareja de niños, la mujer de 10 años y el hombre de11, los padres de mis vecinos trabajaban gran parte del día y se quedaban al cuidado de la abuelita que dormía todo el día en su sillón.
Como todos Uds. han jugado al papa y la mama o al médico y la enfermera, nosotros también lo hicimos, primeramente nos metíamos en la cama de los papas y me echaba encima de ella, después lo hicimos sin pantalón y sin trusa, yo me contentaba con poner mi pene entre sus piernas o entre sus glúteos y así permanecíamos algunos minutos, la sensación era placentera para ambos, creo que lo disfrutábamos ya que lo hacíamos casi todos los días tanto yo como su hermano lo hacíamos con ella, uno de esos días no recuerdo porque ella se enojo y se fue y nos dejo solos en la cama, mi amigo me dijo déjala que se vaya y hagámoslo entre nosotros, sin pensarlo mucho le dije bueno y la pregunta fue ¿ quien comienza ? , comencé yo ,sentí algo diferente pero al mismo tiempo muy agradable, después de unos 3 o 4 minutos nos dimos la vuelta, esta vez mi amigo separo mis nalgas y me puso su pequeño pene erecto de unos 6 centímetros, eso sí muy duro, logre ver su glande ya que era circuncidado, logro ponerlo exactamente sobre el orificio de mi ano y luego se hecho sobre mí, les aseguro que la sensación que sentí fue única, no sabía cómo definirla ni asimilarla, solo les digo que fue riquísima, extraordinaria, yo no quería que se levantara, le pedí que se moviera empujando su penen eso aumento el placer, estuvimos así como 10 minutos , entonces volvió su hermana y tuvimos que separarnos para que no nos viera. Nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente. Esa noche no podía dormir recordando el placer que sentí, el placer que puede dar al tener algo en el culo, contaba las horas para que fuera el día siguiente.
A la siguiente mañana espere a que fueran sus padres y subí a buscar a mi amigo, me llevo de frente al cuarto y nos metimos en la cama, creo que a él también le gusto mucho, esta vez yo también hice lo mismo de ponerle el pene en el ano , se movió mucho frotándolo hasta que me dijo ahora tu, esta vez yo mismo separe mis glúteos y le presente el culo ya no echado en la cama sino de rodillas , sin saber me puse como una perrita , esta vez sentí su glande frotar el ano, el placer fue mayor, me movía como puta hasta que sentí una rara sensación en los testículos y el pene ,algo así como un orgasmo, al principio me asuste pero luego lo disfrute mucho.
Lo repetimos una vez más dos días después y esta fue la última ya su hermana nos había estado espiando y nos chantajeo para que le hiciéramos lo mismo, sino les avisaría a nuestros padres. Tuvimos que tirarnos a la hermana unas tres veces y todo termino ya que se nos acabaron las vacaciones escolares y ya era muy difícil estar solos.
Pasaron así unos 5 años, mis amigos se mudaron de ciudad y no los volví a ver hasta unos 10 años después que nos vinieron a visitar, esta vez no hablamos de lo sucedido, como haciendo un trato sin palabras de que aquello era un secreto entre los tres. A los 15 años tuve mi primera enamorada y a los 17 mi primera relación sexual con una mujer en un prostíbulo al que acudí con los amigos. Mi vida heterosexual fue normal hasta los 19 años en que estudiaba en la universidad y no pude acompañar a mis padres a la playa en las vacaciones y me quede solo en casa, mi madre me dio varios encargos entre ellos retirar la ropa lavada de los tendederos y asear la casa. Esa primera tarde al regresar de la universidad fui a recoger la ropa de los tendederos, habían colgados unos babi dolos, unas trusas rojas muy pequeñas y también sujetadores o sostenes para las tetas.
Mi madre era una mujer muy guapa de buena figura y de 38 años en ese momento, así que usaba ropa interior muy provocativa, al tenerla ropa entre mis manos y en contacto con mi pecho desnudo ya era verano, sentí una gran excitación y unas ganas locas de vestirme de mujer, fui al cuarto de mi madre y frente al espejo me vestí de hembra, que placer, recordé el mismo placer de la primera vez que me pusieron un pene en el culo, solo quienes lo han hecho pueden entender lo que sentimos nosotras al vestirnos de mujer, en ese momento entendí que yo tenía a una mujer dentro de mí, y que debería dejarla salir.
Esa noche me transforme, trusa, sostén, minifalda y una blusa pequeña, además maquillaje y lápiz labial, era toda una hembrita, con decirle que sin tocarme la pinga me vine de tanta excitación. La noche recién comenzaba quería mas placer así que busque algo que pareciera una pinga para metérmela al culo, buscando encontré la clásica vela, una no tan gruesa pero si larga de unos 20 cm. Aproveche la misma leche que había eyaculado para lubricar la vela , la puse parada sobre una botella y me senté sobre ella , fue hermoso como sentía que entraba en mi culo , como perdía mi virginidad con una vela blanca como mi virginidad , me mande dos pajas seguidas con la vela adentro, por lo menos tenía 15 cm dentro del culo. Fue una noche espectacular, guarde la ropa, me bañe y me fui a dormir.
Esto lo repetí tres veces más, solo que me prepare con mas objetos para metérmelos al culo, entre ellos les contare que use: zanahorias, velas más gruesas, una salchicha grande, uvas y un plátano de seda, lo que pude encontrar en el refrigerador.
A partir de ese momento mi vida cambio, cuando regresaron mis padres ya no pude vestirme de mujer pero seguí pajendome con los objetos más variados y raros dentro de mi culo, con decirle que un día haciendo estadísticas logre hacer una relación de 130 objetos que conocieron mi culito, cosas que van desde un palito de fósforos hasta una pinga de madera que yo mismo talle con mucho amor. No se rían del palito de fósforos, para sentirlo cuando entra y que te de placer tienes que estar súper arrecha y tener los cinco sentidos en el ano. Me metí todas las verduras alargadas que se puedan imaginar, aparatos consoladores con o sin vibradores, collares de bolas, palos de escoba, el mango de raquetas de tenis, botellas de cuello largo, hasta una pinga de toro de aquellas que venden en los mercados para hacer caldos para los enfermos, la vi colgada no muy gruesa, de unos 20 cm, la compre, la lave y la metí en un condón, era la primera vez que me metía algo real, algo de carne, fue maravilloso.
Bueno hasta aquí les cuento mis inicios hasta estudiante, en un próximo capítulo les contare mis primeros encuentros con hombres de carne y hueso ya como profesional y viviendo sola.
Besitos
Su amiga Adriana 69
Correo electrónico: correosecreto9@gmail.com
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