Algo rudo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SICARDIS.
Caminaba, pensativo, meditabundo, distraído… en ése momento, una voz interna me llama, levanto mi cara y lo miro a los ojos.
Pensé que era tarde, aún así giré mi cabeza para mirarlo ¡qué nalgotas! a lo mucho mide 1.68 y es delgado, pero eses nalgas me cautivaron. Lo seguí, estaba absorto en su culo delicioso enfundado en un pantalón blanco.
Lo conocí, se llama… no sé, no recuerdo, me invitó una nieve, acepté aunque hacía mucho frío ¿de cuál quieres? me preguntó y solamente atiné decirle "un beso de Ángel", su mirada cambió por completo y muy pícaro me besó, posó su mano derecha en mi bragueta y su lengua invadió lujuriosamente mi boca.
Nos sentamos en una banca, su pantalón dibujaba un delicioso bulto, su mano hurgaba en el mío, salimos rápidamente, nos fuimos a un hotel barato, entramos, nos besamos, restregamos nuestros bultos, me desnudó, lo desnudé; su bóxer blanco pintaba una deliciosa verga ¡enorme!, se sorprendió al verme… mi pantaleta fue algo que no esperaba… de color rosa y encaje blanco, me miró extrañado hizo un gesto de desaprobación y comento "tan varonil y tan nena".
Él se veía más nena que yo y sin embargo resultó activo ¿cómo puede ser? Me pregunté, es casi una niña, camina como niña, habla como niña, se mueve como niña, pero tiene un pitote enorme 18 cm grueso con circuncisión y es activo… ¿me quedaría con las ganas de comerme sus nalgas?
Más que decepcionado me quitó la pantaleta, se volvió a sorprender (uso toalla sanitaria me hacen sentir más femenina y caliente), puso cara de asco y me dijo "ni modo maricón, yo quería verga pero eres pito chico" (me mide apenas 15 cm erecto) y continuó… "además eres travesti… ¡vale verga!, ni creas que me vas a coger, con estas nalgotas ni lo voy a sentir, así que voltéate".
Me obligo a darle la espalda, me abrió las nalgas, escupió en mi culo y comenzó a restregar su falo en mi ano, sin más me lo metió de un golpe, me quejé pero tapó mi boca metiéndome uno de sus calcetines "no chilles" me dijo y comenzó a violarme, literalmente golpeaba mis nalgas y rasguñaba mi espalda mientras me insultaba, "eres una puta ramera" "maricón de mierda" "puto pito chico yo quería hombre y tú lo pareces, pero resultaste más marica que yo".
Lo dejé que eyaculara, me llenó el culo de semen, me la sacó y en cuanto lo tuve de frente lo temé de los huevos, se los apreté violentamente y le dije: “marica tú… pendejo, a mí no me insultas y te quedas así… si soy pito chico y travesti, pero ahora conocerás lo que es un hombre”… lo acerqué a mí y lo besé mordiéndole los labios hasta sangrarlo, le di un golpe fuerte en los huevos, se dobló me pidió que ya lo dejara, pero no, era mi turno, así que aproveché que estaba en posición fetal en el suelo y me agaché a lamerle el ano, se lo dejé bien mojado mientras él seguía quejándose, para evitar que se levantara lo volví a apretar de los huevos dejándolo más adolorido; lo levanté, se puso apenas de rodillas y aproveche para meterle mi verguita en su culo, por supuesto que se quejó, la tengo chiquita pero si se siente, comencé a bombearlo y a acariciarle los testículos, se le pasó el dolor y tuvo una erección, mientras lo bombeaba lo estuve masturbando eyaculó una vez más y yo seguí penetrándolo, mi verguita entraba y salía de su culo, lo sacaba por completo y se lo volvía a meter de un solo golpe, en tanto él se quejaba, dejé que se secara mi saliva en su ano y seguí un rato más bombeándolo hasta que comenzó a quejarse de que le ardía el ano.
Eyaculé abundantemente y cuando saqué mi verguita de su anito, estaba lleno de sangre y semen, se levantó, intentó insultarme, pero se quedó sin palabras al ver mi pene lleno de sangre, no dijo nada más intentó vestirse, pero no lo dejé, aventé su ropa por la ventana, quiso golpearme, pero no pudo, soy más alto y fuerte que él; le asesté un golpe que lo mandó al suelo, me vestí lentamente, me puse mi panty, cambié mi toalla por una nueva que traía guardada en mi chamarra, me puse el pantalón y mi verga nuevamente estaba erecta, me senté en su pecho y me masturbé en su cara hasta venirme de nuevo, se comió mi semen, saboreó cada mililitro de mi néctar… entonces me pidió perdón “lo siento” dijo…
“Yo lo siento más”, argüí… terminé de vestirme y salí de ése lugar.
Jamás supe de él nuevamente, pero aún me pierdo en el momento de ese sexo salvaje que tuvimos y sin tocarme eyaculo recordando como su verga me partía en dos.
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