Ángela
El Reencuentro .
Al otro día, sábado por la tarde, estacioné el auto en la plaza. Me bajé y di una vuelta caminando, sería muy sospechoso estar sentado en el auto mucho rato.
Me senté en un escaño a mirar unos niños jugar.
Miré mi reloj, iban a ser las 8 de la tarde y había llegado como a las 7.
Caminé otro poco, no me dijo que iba a venir, tampoco me dijo la hora y no tengo cómo avisarle que estoy aquí.
Si me voy, probablemente no la vea nunca más. Voy a esperar 10 minutos más y me voy. Ya son las 8 y media, no va a salir a las 9 de la noche, no creo, además que esperar dos horas es mucho.
Cuando la veo venir, tenía un modo muy particular de caminar, era grácil y tierna. Traía puesto un vestido de color naranja suave, casi melocotón, a media pierna y muy suelto.
– Hola – dijo
Ahora, de día se veía más hermosa, tenía una piel suave de sólo mirarla, un color de piel blanca tirando para rosada.
– Hola – dije casi sin voz.
Había escuchado hablar del » amor a primera vista » pero nunca lo creí, como puede alguien de una persona sin conocerla? Solo con mirarla?
– Vamos a algún lado – me dijo y se puso a caminar sin mirarme.
– Ahí está el auto – le indiqué.
Se dirigió al auto y yo detrás, tenía un lindo trasero, redondito y paradito.
Al llegar al auto me adelanté y le habrí la puerta. Al subirse pude ver sus piernas más allá de lo que el vestido permitía.
Me di la vuelta y me subí al auto.
– Salgamos de aquí – de aquí.
Eché a andar el motor y me dirigí a ninguna parte, sólo manejaba sin saber a dónde ir.
– A dónde me llevas ? –
– No sé, ni siquiera sé dónde estoy – dije con una sonrisa.
– Dobla por aquí, a la izquierda –
Eran unas calles que conocía pero por las que pasó muy poco.
– Una compañera vive por aquí, una vez vine a su cumpleaños. Me gusta el barrio, es tranquilo –
Efectivamente es un barrio tranquilo, vive gente de un nivel medio. Casi nadie anda en la calle, la gente sale y entra en auto de sus casas.
Me estacioné, me saqué el cinturón de seguridad y me di vuelta hacia ella.
– Anoche te vi tan hermosa, pero ahora que te veo bien, eres más hermosa aún –
– Ya, deja de mirarme que me pones nerviosa –
– Si, entiendo, perdona. Háblame de ti –
– Que quieres que te diga? –
– No, sé, tienes novio? –
– No, si tuviera no estaría aquí contigo –
La conversación cada vez fue más fluida a medida que había más confianza.
– Vamos, anda a dejarme, es muy tarde –
– Pero es temprano todavía –
– Pedí permiso por un rato y si no llego temprano no me dan más permiso –
La fui a dejar y me fui a mi casa pensando lo hermosa que era. Sus lindas piernas, no tiene mucho busto, pero lo que tiene me gusta. También me gusta su pelo, sus ojos, sus labios que invitan a besarlos.
Creo que estoy enamorado…
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