buscando nuevo cuerpito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por teletubbie.
Aquel hombre le gustaba masturbarse mirando y fantaseando con las chicas de la universidad que trabajaba como conserje, toda esa perversión nacía de su sentimiento de rechazo ya que solo una ves tuvo sexo en su juventud con una novia y por su inexperiencia y el tamaño pequeño de su pene esta le recriminaba que nunca le complació , corrió el rumor a sus amigos, con esa idea en la cabeza de vergüenza nunca tuvo sexo de nuevo, solo se masturbaba, mirando porno, y fantaseando con mujeres a su alrededor, a la edad de 50 años, con un estilo de vida mediocre comenzó a crecer deseos mas morbosos en su interior.
Ya no fantaseaba en tener sexo con esas chicas, sino ser una de ellas, ser una adolecente caliente, adicta al sexo, adicta a pollas grandes, ahí empezó a tener un deseo descontrolado por ser así, en secreto cuando no había nadie en la universidad entraba a limpiar los baños de hombre, se acercaba a oler los urinales, le encantaba ese sucio olor a sexo, a hombre, sacaba su pene ridículamente enano y lo frotaba en los urinales hasta correrse, y tragar su propio semen que quedaba en la porcelana de los urinales, con su sueldo compraba tangas y pantis muy eróticos y los usaba, se depilaba todo su cuerpo, lucia su piel blanca pálida, con minifaldas y pelucas, mientras se introducía dilos de gran tamaño en su ano.
Comenzó a diario a llevar ropa interior de mujer a su trabajo, para al terminar su jornada en la noche, ir a los baños a realizar su depravado ritual de limpieza en ropa interior, mas fue creciendo ese deseo por sentirse una mujer, el siempre observaba a su vecina , una mujer de unos 35 años, con pechos enormes, un rostro perfecto, rubia, la mujer ideal para cualquiera, vivía con su hija una chica de unos 17 años, de familia de dinero muy hermosa y con atributos desarrollados para su edad, el ansiaba con tener ese cuerpo, se ella y ser una pervertida con los hombres.
Cierto día acudió a un centro espiritual, donde se practicaba creencias vudú, y magia oriental negra, con el deseo de que curasen su perversión mediante esos rituales, o le den una solución para cumplir esa perversión de tener un cuerpo mas femenino, en esa ocasión la bruja vudú le indico que no existe ningún medio ni forma por ese lado para lograr eso, pero que había un arte antiguo de cambio de alma, el cual implicaba la muerte de quien quería cambiar de cuerpo, además debía dar la parte del cuerpo que lo caracterizaba para que el cambio pueda consumarse, la persona huésped tenia que comer esa parte de su cuerpo, en este caso sus testículos, el dudaba mucho de eso, pero su perversión creció a tal punto que le gustaba la humillación, y ansiaba con ser castrado mientras tenga ese cuerpo, accedió ese momento y en una cirugía improvisada le quitaron sus bolitas, e iniciaron el ritual, lo único que faltaba era que ella comiese sus partes, y que el muriera para pasar de cuerpo.
Al siguiente día , casino una lasaña con su ingrediente especial, se acerco a la casa vecina, y le ofreció, la señora con una sonrisa le agradeció, ella dejo ese plato ahí en la cocina mientras se fue a trabajar, en ese momento llego su hija del colegio, con hambre, y como era amante de la comida italiana sin pensarlo comió todo el platillo, convirtiéndose así en la nueva huésped, el travesti pervertido, tenia ideas de como quitarse su vida, todo el día paso pensando en darse un tiro, o colgarse, pero tenia mucho miedo de que no funcionara, y mas aun de perder la vida en vano y ya no disfrutar sus depravaciones sexuales, así que tranquilo se vistió de nena, se puso tan puta como nunca, con una minifalda, unas bragas de encaje y un cortes, acomodo su peluca, y fue a seguir con su fantasía de oler y lamer urinales pero esta ves en un baño publico a las afueras de la ciudad, al llegar miro que no había nadie, y entro , su excitación era inmensa aun después de la castración.
Se tocaba su diminuto pene mientras hacia sus cosas, en eso un par de camioneros entran a usar los urinales y miran al degenerado vestido como puta, ellos se excitan de inmediato, y arrinconan al travesti para violarlo, deciden llevarlo cerca de un bosque alejado para que nadie mire ese sexo pervertido, el con temor, trata de escapar, pero ellos comienzan a golpearlo, y obligan a tragarse sus pollas, el poco a poco lo hace con placer, ellos le quitan la ropa interior y proceden a introducir sus penes en ese ano que ya tenia practica, luego de varios minutos de sodomizacion se corren sobre su cara, y le obligan a tomar su leche, ya era de tarde tipo 11 de la noche, uno de los camioneros pasada la excitación le nació un asco por lo que hizo, golpeo al travesti alegando que el lo incito a hacer esas cosas, lo arrojo al suelo, y en la riña, lo golpeo contra una roca en la cabeza provocándole la muerte al travesti como este lo necesitaba.
La chica huésped durmió toda la noche teniendo pesadillas de que estaba a punto de morir, y en efecto su alma abandono su cuerpo y murió en lugar del pervertido, y este reclamo ese cuerpo virginal y deseado por el, como suyo, pero no sabia que como condición especial conservaría su pene, el clítoris de la muchacha creció como un pene , y sus testículos salieron perdiendo todo rastro de su vagina, al despertar el sucio hombre, tocaba el cuerpo por todos lados, no lo podía creer se miraba al espejo y noto ese bulto entre las bragas, y lo único que hizo es sonreír, porque le recordaba su humillación, su perversión, aunque no tuviera vagina sentiría ese placer de tener un pene en el ano, el físico de la chica seguía siendo el mismo , frágil, esbelto con pechos perfectos, caderas grandes , un rostro angelical que el no se lo creía, pero con una diferencia, un pene viejo colgando entre sus piernas, y una mente sucia y pervertida de un viejo degenerado, el continuo con la rutina de la chica normalmente haciéndose pasar por ella, usando su dinero para comprar ropa provocativa, y deseando estar rodeado de hombres con penes enormes como era su fantasía, todos los días se paraba desnuda frente al espejo a masajear su pene mientras se miraba con ojos de perversión, y regaba leche en su ropita intima para usarla así.
Continuara.
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