Como cambio mi vida a los 13 por un enorme secreto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Zero0o0.
Yo vivo en el estado de Queretaro, en Mexico, y tenia 13 años cuando la casa al lado de la nuestra fue ocupada por una nueva familia.
Acababan de tener a su bebita apenas hacia unos meses, pero como los dos padres trabajaban, decidieron contratar a una niñera de tiempo completo, que se hiciera cargo de ella.
Yo la conocí poco después, su nombre era Roberta y la verdad es que me pareció una chica muy linda y atractiva incluso a mi edad de de pre adolescente.
Tenia un gran trasero Y unos senos medianos pero espectaculares, y su color bronceado resaltaba sus facciones fuertes pero delicadas.
Desde el día en que la conocí, hubo algo que me cautivo en ella, no sabia porque pero desde ese momento siempre estaba intentando estar a su lado.
Ella tenia 18 años, y era de Orizaba, Veracruz.
Sus padres la habían corrido de casa hacia unos años y por eso ella se quedaba en uno de los cuartos de la casa de los vecinos, haciéndose cargo de la pequeña bebe.
En el barrio yo tenia muchos amigos, pero cuando ella salía e intentaba jugar con nosotros, todos se burlaban de ella porque decían que era muy morena o incluso fea, a lo cual ella prefería hacer caso omiso y yo trataba de quedarme tan neutral como podia.
Sin embargo, un día los insultos fueron tan fuertes que la hicieron llorar e irse a su casa, yo la seguí y la console, diciéndole que a mi me parecía muy bonita y que yo la quería mucho, que no hiciera caso a los comentarios de los demas.
Ella me miro muy tiernamente y me abrazo, diciéndome que me quería mucho también, y desde ese día yo me enamore perdidamente de ella.
Perdía la llave de mi casa a propósito al menos una vez a la semana, así tenia que ir a la casa vecina, con Roberta, para que me dejara entrar y así yo pudiera “esperar” a mis papás.
Cada que la veía salir a la tienda por mi ventana, yo sabia corriendo a acompañarla, e íbamos de la mano todo el camino.
Nos hicimos cada vez mas unidos, y por eso a mi me dolía mucho saber que en esa casa la maltrataban, le hablaban muy feo y le pagaban muy poco por todos los cuidados que hacia ella y el quehacer de la casa.
Mi mamá, que también se hizo muy amiga suya, decidió ayudarla y un día le ayudamos a mover todas sus cosas de esa casa a la nuestra.
Mis padres estuvieron de acuerdo en darle asilo hasta que encontrara un nuevo trabajo, y esa noticia fue la mejor para mi.
Aunque ese día mis padres tuvieron que discutir muy fuertemente con los vecinos, yo sostuve su mano muy fuerte todo el tiempo, y eso me hizo el chico mas feliz del mundo.
Sin embargo, y apesar de que yo la amaba de una forma muy pura, no negare que ella fue quien acciono el destape de hormonas que sucede a cierta edad en los chicos.
Su cuerpo me enseño lo que era enloquecer por alguien de un modo sexual, y muchas veces, luego de volver a casa después de jugar con ella, me hacia mis primeras pajas, que dejaban mi cabeza girando de extasis, con Roberta siempre en mi mente, imaginando sus oscuros ojos mirándome mientras yo me tocaba, me excitaba muchísimo la forma en que se vestia, pues le encantaba usar vestidos pegados que resaltaban sus curvas y brassieres con encajes provocadores.
El día en que le ayudamos a mudarse a nuestra casa, yo cargue un par de bolsas que según ella contenían su ropa.
Antes de salir a ver la discusión de mis padres y mis vecinos, no pude evitar notar que en una de esas bolsas se encontraba el vestido que uso el día anterior, lo cual me indico que esa debía ser su ropa sucia.
El morbo se apodero de mi, y comencé a hurgar en la bolsa, sabiendo ya que era lo que yo ansiaba tanto, al igual que mi pene que estaba increíblemente empalmado.
Después de no mucho, di con un par de braguitas con grabados femeninos muy infantiles, rosadas y hechas bola.
Corrí al baño y sin poder aguantar mas, me las lleve a la cara tras extenderlas.
El olor hizo que de mi pene salieran chorros de liquido preseminal.
Podia denotar un fuerte olor, proveniente de su ano, en la parte trasera, lo cual me puso a mil mientras lo olía y me masturbaba ansiosamente.
Sin embargo, contrario a mi espectativa, no había mancha alguna al fondo de las braguitas.
En su lugar, un montón de manchas blancas adornaban el frente de la prenda, y pues yo, al no conocer nada de mujeres en ese momento, supuse que era normal, y olfatee estas manchas blancas.
Al momento en que ese aroma entro en mis fosas nasales, pude sentir todo mi cuerpo temblar, mientras de mi pene salieron chorros y chorros de semen translucido.
No entendí porque el simple olor me había hecho correrme, pero supe que era una maravilla, algo angelical.
Salí del baño tras limpiar mi desorden y deje la prenda donde la encontré antes de seguir ayudando.
Despues de aquel dia, mi vida era el cielo en la tierra.
Roberta pasaba las 24 horas del día a mi lado, jugando y viendo el televisor, haciendo el quehacer y platicando, y yo era mas dichado que nunca por eso.
No soltaba su mano nunca, salvo cuando me escapaba hacia aquella bolsa con todos los tesoros que escondia.
El olor de sus medias, de sus pantalones, bragas y brassieres me dieron los orgasmos mas deliciosos de mi vida hasta ese punto.
Ademas de todo esto, Roberta compartía cuarto con mi hermano menor, de 3 años, el cual estaba separado tan solo por una puerta de mi habitación, así que incluso podíamos hablar hasta muy noche sin temor a que nadie nos dijera nada.
Después de tales platicas yo me masturbaba y me quedaba dormido desnudo, con el morbo de saber que ella estaba tan cerca.
Yo en realidad era muy feliz.
Sin embargo, mientras mi morbo crecía, yo sentí que Roberta se percato de mi gusto por sus prendas.
Mas de una vez llene su ropa de mi semen, y constantemente lamia las manchas blancas en sus bragas, pues el sabor me enloquecia, llenándolas de saliva.
Una vez rasgue una de sus medias, por lo que supe que ya no habría forma de esconderselo.
Esa semana tuve muchísimo miedo, espere a que Roberta se me enfrentara y me reprochara la frescura que debía tomarme el hacer tales cosas.
Sin embargo, ella no dijo nada.
La noche del viernes, sin embargo, fue diferente.
Ella no entro a mi habitación para platicar como usualmente lo hacia, por lo que yo me sentí muy triste.
Me desnude y me masturbe, quedándome dormido sin terminar.
Sin embargo, al poco rato escuche que ella abrió la puerta y la cerraba con seguro, por lo que me desperte.
Me senté en la cama y la mire mientras se sentaba a mi lado.
-Robe… crei que no vendrias hoy a platicar, creo que me dormi- dije tallando los ojos y abrazándola torpemente.
Claro que vine Vice, lo que pasa es que quería hablarte de algo pero no estaba segura como…
Pues dime, sabes que puedes decirme lo que quieras robe… – Dije con miedo en mi voz, sabiendo a la perfección cual seria este asunto a discutir.
Vice, yo se que has movido mi ropa de lugar.
Mi ropa sucia – Aclaró, mientras me respondía el abrazo y acariciaba mi hombro con su suave mano.
Yo sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.
– Y la verdad es que no me molesta.
No creas que vine a regañarte, solo no pensé que me vieras así… Y no se si sea correcto que lo hagas.
Yo en ese instante senti un nudo gigantesco en mi garganta.
Tuve miedo de que Roberta me dijera que le desagradaba por lo que hacia, o que ella no me veía mas que como un hermano menor.
Sospechaba que ambas cosas eran ciertas, pero no quería escucharlo salir de sus dulces labios.
Antes de que pudiera yo decir algo, sin embargo, ella prosiguió:
Pero yo hubiera querido a tu edad que la gente me enseñara las cosas en vez de escondermelas.
Si haces esto a escondidas es porque sabes que la gente no aceptaría que te dieras placer de la forma en que necesitas, y eso no es lo que quiero para ti.
Quiero que mantengas tuyos esos momentos de placer, y que dejes de tener miedo a ser descubierto por ellos… Quiero…
Con esto, su mano bajo directo hacia mi pene.
PERO SI ME HABIA DORMIDO DESNUDO!!!
Claro, pero yo de la confusion ni me había percatado de ello, que toda esa conversación y el abrazo, las caricias habían sucedido mientras yo estaba desnudo.
Me di cuenta de esto cuando su mano rodeo mi pene, completamente erecto y lanzando chorros de liquido, y comenzó a masturbarme lentamente.
Yo reaccione mirándola a los ojos, lo cual hizo que casi me vinera.
Mi Vice… Tu también me gustas papito, aunque seamos tan diferentes aun… ya no me aguanto, y te quiero ayudar – me susurro, para luego besarme y seguir con mi paja.
Yo crei que me iba a desmayar, mi cabeza giraba en vueltas y vueltas y creo que mi cuerpo iba a explotar, empezando por mi pene.
La bese lo mejor que mi inexperiencia pudo, de forma muy pasional, llegando incluso a usar nuestras lenguas, chocándolas la una contra la otra, y ella varias veces succiono la mía, para luego separarnos y sonreírnos al ver los hilillos de baba que se separaban de nuestros labios.
Robe… Me vengo… – dije timidamente, por lo cual ella quito su mano rapidamente.
Yo quede confundido, pero ese sentimiento fue reemplazado por aun mas deseo cuando ella se quito su camisón y su brassier, y saco sus hermosos pechos.
Quieres chuparlos corazón? Puedes tocarlos lo que quieres bebé – Dijo mientras ponía sus senos a la altura de mi cara.
Yo, muerto de la excitacion, lamí sus pechos, chupe de sus pezones como si fuera un crío en busca de alimento y las acaricie y apreté con mucho amor.
Ella comenzó a gemir y yo crei que me vendría en cualquier momento.
Entonces Roberta, notando mi cara llena de extasis, se agacho y metio mi pene en su boca.
Mis ojos se cerraron mientras hacia una mueca de placer, gimiendo y sujetado su cabeza con mis pequeñas manos, mientras ella lamia mi pene de 15 centimetros, que temblaba y se hinchaba con cada movimiento que ella me causaba usando su lengua.
Acaricio mis bolas con ternura mientras me dejaba sentir el fondo de su garganta, y yo supe que ya no podía aguantar mas.
Sostuve su cabeza con fuerza y la mantuve contra mi pelvis, mientras sentir como me corria.
Casi se ahoga, pues senti salir 1, 2, 3….
10 chorros de semen a la vez!! Algo que nunca había hecho, pero que se sintió como nunca.
La sensación fue tan increíble que no pude hacer mas que recostarme, con la cabeza dándome vueltas y mis piernas temblando incontrolablemente.
Me quede así por unos minutos, mientras escuche como Roberta tragaba mi semen como si fuera un gran buche de liquido.
Sin embargo, yo no sabia que la vida llena de placer que me esperaba apenas comenzaba.
Roberta siguió lamiendo mis labios, dejándome un sabor muy familiar en la boca que hizo que mi juvenil pene se pusiera duro de nuevo.
Ella sonrió mientras escuche como bajaba el cierre de su pantalón, y sus prendas cayendo al piso.
Lo que paso después cambio para siempre mi vida.
Un olor extremadamente fuerte delicioso llego a mi, y yo me sentí que me volvía loco.
Quise seguir ese olor hasta la fuente de tan deliciosa esencia y me erguí.
La boca se me quedo en la forma de una “O” perfecta.
Corazon, es hora de que te diga que no soy lo que tu crees… y te explique unas cosa.
Luego de que te enseñe a sentir placer de verdad.
– Dijo Roberta con cierta pena en su voz.
Frente a mi, un miembro de al menos 20 centímetros de largo por4 de ancho se erguía a la altura de mi cara, oscuro, peludo y lleno de sendas venas atreves de su tronco, escupiendo constantes chorros de espeso liquido pre seminal, y que despedia un increiblemente fuerte olor, uno muy familiar y delicioso.
Senti un extrañamente ajeno cosquilleo en mi ano mientras mi cabeza se acercaba a este monumento de carne cada vez mas.
En la segunda parte de mi relato continuare con mi historia y el largo viaje que me trajo a ser quien soy ahora… no olviden comentar sugerencias y decirme si les gusta mi relato o no, que de cualquier manera es 100% cierto
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