Como me cogí a un par de hermanos – parte 2
Después de lo que pasó con la hermana es el turno del hermano que resultó ser toda una putita lista para ser penetrada.
Continuaré este relato donde dejé el anterior, me acababa de coger a Mari la niña de 10 años y al ver que su hermano no nos había visto decidí ir a buscarlo y al abrir lentamente la puerta de su cuarto lo vi masturbándose usando una tanga de su mamá y metiéndose un dedo en su culo. Al verlo me excité bastante, pero me había venido tanto dentro de su hermana que ya no tenía suficiente para él, por lo que me decidí a cogérmelo la próxima semana cuando pudiera llenarlo de mi leche. Por suerte, los tres íbamos a la misma escuela solo que en diferente niveles, yo en la prepa, Felipe en la secundaria y Mari en la primaria, lo bueno es que mis recesos y horario de salida eran los mismos que los de Felipe. Para intentar espantarlo un poco y adelantarle lo que iba a suceder el siguiente viernes un día de esa semana viendo que estaba solo decidí acercármele y decirle secretamente:
-Oye, este viernes quiero verte vestido como estabas en tu cuarto
-No se de que hablas- respondió rápidamente pero su cara mostraba una enorme sorpresa y miedo
Con eso ya dicho disfruté los siguientes días su cara de pánico cada vez que me veía, la espera por el viernes se me hizo eterna, al llegar el día mi mente estaba a mil y mi verga más que preparada.
Llegamos mi mamá y yo a la casa de su amiga y como de costumbre me fui a la parte de arriba donde Felipe y Mari miraban la tele, Mari al verme se alegró y me pidió que me sentara con ella, al hacerlo se recargó sobre mi acariciándome el brazo. Sabía que quería verga, pero hoy no estaba para ella, me llamaba más el culito de su hermano. El tiempo pasó lentamente ante la situación, hasta que yo me atreví a decir:
-Por cierto, Felipe, aún quieres que te ayude?
-Qué?- respondió Felipe notablemente confundido
-Si, con lo que te mencioné en la escuela el otro día
-Ah, este- su cara mostró un susto notable -si, este, vamos a mi cuarto, va?
Nos levantamos para irnos, pero antes Mari me acercó y me dijo al oído: «no tardes para que hagamos más cosas» y me dedicó una sonrisa pícara. Eso me encendió bastante y provocó que mi pene empezara a levantarse, pero por desgracia para ella era su hermano quien iba a recibirla.
Al llegar a su cuarto me encaró diciendo sobre qué había visto o qué sabía, yo le dije el espectáculo que hizo usando la tanga de su mamá y se quedó callado. Intento excusarse que no era lo que parecía y que él no era puto o algo así, yo solo me reí un poco así que decidí hacer mi movimiento. Directamente le puse mi mano sobre su trasero el cual aún con el pantalón se sentía suave, él intentó quitarla, pero lo sujeté fuerte apretando con mis dedos su pompa. Puse mi otra mano en su verga la cual sentí que ya estaba dura como piedra, se la acaricié de arriba a abajo y en lugar de alejarse o quitarla lo escuché soltando un gemido muy sexy.
-Deja de hacerte el hombrecito, se ve que quieres probar esto- dije mientras ponía su mano sobre mi verga
-Está… grande- dijo Felipe entre ligeros gemidos
-Pues baja y pruébalo
Lo agarré del hombro y lo empujé hacia abajo para ponerlo a la altura de mi verga, rápidamente me quité el pantalón y bajé mi boxer a lo cual la verga salió rebotando. Felipe se le quedó bien hipnotizado, cabe aclarar que si bien no soy super dotado tengo un tamaño generoso y al parecer la de él no era tan prominente porque no podía creerse el tamaño. Le agarré el cabello para dirigir su boca a mi verga, primero se resistió pero tan pronto su boca tocó la punta empezó a abrir la boca, lo que aproveché para metérsela de golpe, en ese momento siento como comienza a chupar lentamente pasando su lengua por el tronco. Enseguida mi verga se endureció completamente, comencé a moverme para que él supiera como debe chuparlo, algo que aprendió rápidamente por lo que comenzó a chupar energéticamente, incluso me detuve para que el moviera su cabeza por si mismo hasta que empezó a gemir y pude apreciar como su mano bajaba para jalarse la verga. Eso me prendió mucho a lo que decidí apartarlo y decirle:
-Todavía tienes la tanga?
-Si
-Póntela, tienes algo más que ponerte?
-Un vestido- dijo con una cara más excitada
-Ponte eso también, rápido
Se paró y se desnudó rápidamente, pude apreciar su cuerpo blanquito con piernas suaves y delgadas, sus pompas se veían más prominentes y su pene aunque duro se notaba que era algo que no iba a crecer mucho. De su cajón de ropa sacó una tanga roja junto a un brasier del mismo color, luego un vestido corto negro de tirantes, todo se lo puso a las prisas porque en su cara podía ver su calentura. Al terminar aprecié como se veía y aún con su cabello corto podía apreciar una buena putita frente a mi, me le acerqué y le dije que se subiera el vestido, él con pena se lo alzó lentamente dejando ver como la tanga presionaba su verguita, lo acerqué a mi para besarlo mientras llevaba mi mano a su pene para sujetarlo con fuerza, sentía como metía su lengua a mi boca y agarraba mi pene para moverlo, sabía que ya estaba listo para el siguiente paso. Le dije que se pusiera en cuatro al borde de la cama, vi su culo levantarse dejando el vestido cerca de sus pompas, lo levanté para ver como la tanga apretaba entre sus pompas, lo acaricié lentamente me le puse encima para poder sujetar su verguita y jalársela mientras le susurraba al oído lo puta que se veía, sus ligeros gemidos ahogados eran lo único que salía de su boca hasta que lo solté y le dije que me pidiera que se la metiera.
-Si, si por favor, métemela- dijo perdido en una completa excitación
-Si eso quieres
Le hice la tanga a un lado, dejando ver su negro culito, pensé en buscar algo lubricarlo, pero recordé que él ya se metía sus dedos así que no lo dudé y se la metí sin consideración. Soltó un ligero grito de placer al sentirme, eso me sorprendió un poco porque nos podrían escuchar, pero tan pronto sentí lo caliente y apretado de su culito no me importó y comencé a moverme ferozmente mientras tapaba su boca. Felipe estaba tan lleno de placer que no paraba de gemir en mi mano, eso solo provocaba que mi verga creciera para darle más profundo y duro, estaba tan perdido en el placer que noté como mi mano empezaba a llenarse de saliva, yo seguía moviendo mi verga atrás y adelante sin problema parecía que su culito sabía como moverse para adecuarse a mi verga. Me recosté sobre él para seguir dándole profundo y poder besarle el cuello, algo que noté como agradeció al apretar más su culito, pero lo más delicioso fue cuando le dije que se jalara su verga para que sintiera mejor, al hacerlo pude sentir como apretó más parecía que estaba a punto de terminar. Estaba tan concentrado que no escuché cuando se abrió la puerta, por casualidad voltee y pude ver a Mari parada en la entrada viéndonos con cara de incredulidad, me detuve y ella preguntó que estaba pasando, Felipe al escucharla se asustó intentó cubrirse con sus brazos inútilmente e intentó zafarse, algo que no le permití. Yo solo le dije a Mari:
-Me estoy cogiendo a la putita de tu hermano
-No, Mari, no es eso- intentó corregir Felipe
-Cómo de que no?- dije al mismo tiempo que reanudaba el movimiento
Su cara no podía ocultar su satisfacción, todo el placer que recibía de mi verga ensartada en su culo lo veía su misma hermanita que antes él se cogía. Mari preguntó porque su hermano tenía ropa de niña, yo le dije que era porque eso le gustaba y era parte de su lado de putita, ella parecía no saber que hacer al parecer la situación la había extrañado mucho, para seguir cogiéndome a Felipe sin interrupciones, la jalé hacía mi para besarle y quitarle su pantalón junto a su calzón. Le dije que fuera con su hermano y le pusiera su vaginita en la cara, como eso la excitó un poco obedeció sin reparo, Felipe tenía frente de él la vaginita rosadita de su hermana a lo que le dije que empezara a lamer, él tenía dudas pero me detuve para decirle que si no lo hacía yo no iba a continuar, ante tal amenaza comenzó a comerle la vaginita a su hermana con gran voracidad. Mari tuvo que taparse la boca para no dejar salir sus gemidos que aumentaban entre más duro le daba a su hermano, supongo que a ella la situación le parecía muy excitante porque no tardó en venirse, yo llevé mi mano a la verguita de Felipe y se la jalé duro a lo que el respondió terminando en mi mano, la leche que logré agarrar se la embarré en la cara, a pesar de ya haberse venido todavía gemía de placer. Ver a Mari cansada con las piernas abiertas y a Felipe con leche en la cara mientras seguía gimiendo fue demasiado y terminé llenando de leche el culito apretado de Felipe. Sentí como tres grandes chorros llegaban a lo más profundo de él, al sacarlo vi que estaba manchado en mi propia leche así que le dije a Felipe que lo limpiara con su boca, lo cual hizo sin problema. Yo me vestí y le dije a los hermanos que igual lo hicieran, Mari se levantó y agarró su ropa para irse, ambos dejamos a Felipe vestido como putita con leche en su culito y cara.
Al salir me fui a la sala de la parte de arriba para descansar, después de un rato llegó Mari quien solo se recostó sobre mi a lo que yo aproveché para poner mi mano sobre su trasero y disfrutarlo algo que ella disfrutó. Tiempo después salió Felipe quien se sentó en un sillón aparte, pero tan pronto nuestras vistas se encontraron llevé mi mano a mi verga y pude ver su cara de excitación, usó su mano para bajarse el pantalón dejando ver que aún traía la tanga, Mari al verlo le dijo que también era una putita a lo que él solo río y yo sonreí para mis adentros porque ya sabía que esos hermanos serían mis putitas y no podía esperar para seguir usándolos.
Los demás relatos estarán en otras categorías. Si quieren contactarme mi telegram es: @mae012 y mi correo es [email protected]
sigue contando mas aludos buen relato amigo…. 🙂 😉 🙂 😉
Rico y pervertido, continua con esas putitas👍