COMO ME INICIE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En una ocasión con un chavo (Carlos gay pasivo, que trabajaba de sobrecargo) con el que tenía relaciones y practicas diversas de juegos sexuales, mayor que yo por 10 años y yo que tenía 15, me invito un sábado a mediodía como a las 14:00 horas a una comida, una reunión con amigos para que yo conociera más el ambiente, propuesta que acepte con agrado; cuando llegamos al convivio, mi sorpresa fue que todos los asistentes (seis) estaban vestidos de niñas.
Al principio, en la reunión yo estaba sacado de onda, me sentía desencajado, nervioso, retraído, impactado puesto que era la primera vez que estaba en una círculo de esa índole; poco a poco y con los tragos que fui ingiriendo, me puse en ambiente, es de resaltar que todas las asistentes se portaban muy propias y muy educadas y encantadoras en el trato, además de que estaban muy bien arregladas, realmente se veían muy lindas y algunas hermosas.
Mi amigo Carlos me comento que estuviera tranquilo, ya que me notaba desubicado y fuera de ambiente, además, me manifestó que a la anfitriona que realmente se veía hermosa le había dicho que yo le gustaba y que le encantaría estar con migo, recalcándome que no había problema, porque a él le agradaba una nena inter (Roberto o Paty bailarín profesional de danza moderna) con la que platicaba; esta situación y dichos me inquietaron de sobremanera.
Al calor de los tragos me empecé a sentir bastante mareado, como dicen a medios chiles y me dieron ganas de ir al baño, pregunte que en donde estaba; Jorge o Diana el anfitrión, (una nena inter de 34 años, bailarín profesional de clásico y folclórico), me dijo, “ven pásale aquí está” y entramos a su recamara que tenía baño, por lo que entre al mismo y cerré la puerta y orine; ella (Diana) cerró la puerta de la habitación y se quedó arreglándose el maquillaje y el peinado en el tocador, al salir yo del baño me pregunto que como se veía y le conteste que muy bien y me empezó a conversar entreteniéndome mientras se arreglaba.
Cuando termino de arreglarse me pregunto, “¿entonces te gusto?” y le dije “sí, te vez muy bien” (realmente estaba muy hermosa, era un tipo muy bien parecido y con un cuerpo excelente) y me respondió “hay que bueno, porque tú me gustas mucho, estas muy guapo y me gustaría platicar más contigo”; únicamente me sonreí y le di las gracias, se acercó a mí y me dijo: “deberás me gustas, eres muy guapo, además me gustaría estar contigo, que me enseñes y poder tocar tu pene y por favor no te molestes, claro si quieres”, por un momento no sabía qué hacer, ni que decir y lo que se me ocurrió comentar “pero hay gente”; sonrió y me agarro la mano invitándome a sentar en la orilla de la cama, diciéndome “no te preocupes, nadie va a entrar”.
Mientras me platicaba me empezó a acariciar la pierna y de manera superficial el pene, yo estaba nervioso pero me dejaba que me agasajara, me abrió la bragueta, metió su mano y emprendió a jugar con mi verga (tiene un buen tamaño 15 cm y grasos 1 ½ pulgada con circuncisión), sacándola y saltó de inmediato mi miembro que a esas alturas ya estaba babeante y su expresión fue “¿uff que bonito?, ¿está muy lindo y mira se empieza a despertar?; yo voy a jugar con esta ricura” y empezó a jugar con él, yo sentía un placer muy agradable, delicioso y empecé a excitarme mucho.
Me dijo que me quitara los pantalones, lo hice, se arrodillo y empezó a mamar mi pene delicioso, primeramente la cabeza que estaba imponente y luego fue tragándosela, poco a poco, ante el goce que me ocasionaba lance gemidos de placer, me lamia y chupaba los testículos y debajo de ellos casi en el ano, lo que me excitó de sobre manera; ella también estaba excitada y se quitó la ropa hasta quedar desnuda y su pene erecto (que era de buen tamaño 16 cm y grosos 2 1/4 de pulgada, más o menos, era grueso y cabezón con circuncisión) me excitaba, por lo que quise también corresponder y lo empuñe y empecé a jugar con él.
Ya desnudos nos acariciamos; también le chupe su verga, la lamí disfrutando lentamente de un líquido viscoso que sabía delicioso. Comencé con mi lengüita por una enorme cabeza rosada y seguí por el tronco para luego intentar tragarme todo ese trozo que me dejaba sin aliento, estábamos hicimos un 69 fabuloso; me invito a que lo penetrara, se abrió de piernas con una gran flexibilidad y las levantó y puso en mis hombros, sus nalgas y culo quedaron expuestos frente a mí que estaba de rodillas, se puso crema en el culito y yo con la cabecita que pugnaba caprichosamente por introducirse en su ano mientras ella apretaba su esfínter para proporcionarme mayor placer.
Sus gemidos se confundían con los míos hasta que sentir que mi verga estaba totalmente adentro y comencé a moverme con una habilidad extraordinaria en un enloquecedor mete y saca, con mis dedos le acariciaba un pezón lo que le excitaba y empezó a gemir con mayor intensidad y me decía, “hay así papito, cógeme papi, cógeme, que quiero tu verga adentro, así mi rey”,
Mis movimientos y embestidas aumentaron a su vez ella se masturbaba, así estuvimos por unos minutos y vino el éxtasis, la explosión y le dije que ya estaban en la puntita y me decía “si vente papi, dame tu lechita, yo también me vengo mi rey” y empecé mi eyaculación vaciándome en su culo y su secreción de semen vino con la mía; al ver como salía proyectada su crema aflorando y derramándose me provocó un gran placer y deleite. Nos quedamos inmóviles por un tiempo y mi pene salió flácido de su culito después de haber vertido la porción de leche caliente que se extendía entre sus muslos.
Cuando terminamos seguimos acostados platicando lo experimentado que realmente había estado muy satisfactorio y fue cuando Diana me expresó que si me gustaría vestir como ella, lo que le dije entre risas que no, ya que nunca me había vestido de niña y nunca se me había ocurrido semejante cosa, se rio y me comento, “ándale, anímate, te vas a ver muy bien, que no te de pena, además no vas a salir, yo te arreglo, también les vas a gustar a todas”, por un instante me quede pensativo y extrañado, pero finalmente accedí.
Me dijo “siéntate aquí sin ver al espejo por favor” y me empezó a arreglar, lo que era muy diestra y rápida en eso, (me puso una crema para limpiarme la cara, me pinto rayas en los ojos, sombras, me enchino y puso pestañas, me arreglo las cejas, maquillaje, me pego una uñas, pinto los labios, etc.) me puse unas tanguita negra con encajes, un liguero negro, unas medias negras tipo red que resaltaban mis muslos, unos postizos en las tetas, un vestido muy entallado, corto a media pierna muy sexy de escote en V al frente y a media espalda de color durazno y una peluca rubia de cabello largo, además de los accesorios (aretes, collar, pulseras y anillos).
Mientras me arreglaba, yo sentía una sensación muy rara, extraña pero agradable y excitante, cuando terminó me dijo “estas muy hermosa, admírate ahora sí en el espejo” y cuando lo hice realmente me sorprendí, me impacte al verme, no podía creerlo, me veía fabulosa, realmente era una niña hermosa, me puso unas zapatillas con unos súper tacones que por cierto no podía tener equilibrio y tampoco podía caminar, el vestido entallado hacia lucir mis nalgas muy apetecibles, las piernas y muslos se me veían torneados, verdaderamente me veía muy buena y bonita.
Se puso su vestido y me dijo “que tal, como te ves” le conteste “no sé, creo que estoy muy buena” se rio y dijo “si, estas preciosa y muy rica, te voy a presentar en sociedad con las demás” me dio risa y señaló “todas van a querer contigo y te voy a cuidar”, me sonreí y como pude medio caminar salimos de la recamara; cuando me vieron salir quedaron sorprendidas (Alberto o Rebeca, Víctor o Susy, César o Gaby y Erik o Andrea) (Paty y Carlos estaban en una recámara), no lo podían creer y me chulearon mucho porque estaba yo físicamente muy bien arreglada y lucia muy atractiva, que si hubiera salido a la calle, me hubieran confundido con mujer y por supuesto me dieron la bienvenida.
Seguimos en la reunión y Gaby y Andrea empezaron a bailar y hacer un espectáculo y a desnudarse; me sentía muy agradable, muy chévere, ya muy integrada (y uso el femenino porque andaba de niña) al grupo, tomando más tragos me puse muy borracha y viendo la danza que estaban realizando Gaby y Andrea me excite mucho; dentro de mí, me descubría que me gustaba ser niña, me sentía muy excitada y también sentía una sensación extraña en ese momento, sentía unas inmensas ganas de abrigar por primera vez una verga dura dentro de mis entrañas, quería que me penetraran, que me cogieran, me follaran, que me abriera mi culito virgen, sí, estaba muy excitada y deseosa de tener esa experiencia por primera vez.
Diana estaba a un lado de mi platicando, nos agarrábamos de la mano y le dije que estaba muy borracha y me sentía muy excitada por lo que veía entre Gaby y Andrea, además, que tenía muchas ganas, que quería estar nuevamente en la cama y fue cuando le pedí que me iniciara, que me desquintara, que me follara, que me diera su verga; me miro sonriente y de manera libidinosa y me dijo “de veras quieres que te estrene,” y le conteste que sí, que era quinto y que jamás me habían metido la verga y quería que ella me estrenara, dijo “claro mi amor, te voy a enseñar y lo vamos hacer muy rico, te va a doler poquito porque es la primera vez pero lo voy hacer con mucho cuidado para no lastimarte y te va a gustar”, le dije que sí, que quería eso, que me enseñara y nos metimos nuevamente a la recamara.
Ya en la privacidad de la alcoba me dijo “te voy a iniciar y a enseñar” y se sonrió, “ven vamos a bailar para empezar a festejar el momento”, yo no me podía sostener con los tacones y me los quite, acepte y empezamos a bailar a manera de preámbulo muy pegados, me besaba entre los oídos y el cuello y me estremecía, nos agarrábamos y acariciábamos, nos besábamos, nos agasajábamos nuestras nalgas; nuestros penes estaban erectos y desafiantes, nos fuimos desnudando poco a poco y ya desnudas nos fuimos al baño para bañarnos y seguir manociandonos mientras nos enjabonábamos en la ducha, por supuesto que nos quitamos el maquillaje antes de entrar a la regadera.
Al salir del baño nos acostamos desnudos y seguimos acariciándonos y besándonos, me empezó a chupar y juguetear con la lengua los pezones, el pecho, estómago hasta que llego a la verga que ya estaba soltando un cálido líquido viscoso mamándola de maravilla, bajo a mis testículos y con su lengua jugueteaba en mi ano, lo que me puso como loco, nunca me habían hecho eso.
Después nos chupamos la verga nuevamente hicimos un 69 y mientras nos mamábamos con mucha delicadeza con su dedo índice empezó a juguetear con mi culito al que le ponía y metía crema, el dedo entraba y salía en el ano poco a poco sin lastimarme a manera de ir preparándolo para lo que iba a venir, para lo que iba a recibir, yo estaba muy excitado y sentía un placer nuca antes experimentado, me gustaba de sobre manera lo que me hacía y mi culito se empezaba a dilatar.
Después me puso unas almohadas en la cadera, me empezó acomodar, me abrió de piernas y las puso hacia mi pecho, mis nalgas y el culo quedaron expuestos, me puso más crema en el culito y en su pene, me dijo que con las manos me ayudara abrir las nalgas y el ano, yo me sentía nervioso, pero abrí el culo, pues me mostraba también ansioso por recibir lo que merecía y empezó con su cabecita a retozar en mi ano, a darme unos piquetes, me preguntaba que si me gustaba, a lo que le contestaba que sí; (yo sentía rico y realmente me gustaba y excitaba lo que me estaba haciendo).
Inmediatamente empuño su verga y la cabeza la apuntó al culo e inicio muy despacito a penetrarme; (con la crema puesta en el ano resbalaría el pene y penetraría mejor), empujo poco y metió la punta de la cabeza y se quedó quieto sin moverse por un instante, pero el pene lo movía, esa metida me dolió y me queje, me dijo “tranquilo aflójate, no lo aprietes, ábrete las nalgas y pujas cuando te diga” a lo que dije “si pero me dolió” y seguía moviendo el pene y calmándome que me relajara, después de un rato me dijo puja y lo hice y volvió a embestir y entro la cabeza y un poquito más (1/3 de verga); yo respingue de inmediato porque me dolió mucho y nomas dije HAAAY, me moví y me zafé, además hasta la borrachera se me bajo.
El me calmaba, me decía que estuviera tranquilo, que me aflojara, que no apretara el culito porque me lastimaba; cuando paso esto, él se puso muy excitado estaba desquiciado y lleno de lujuria, me volvió acomodar pero ahora yo boca abajo y me levantó la cadera y me abrió las piernas quede arrodillado y con el pecho sobre el colchón, mis nalgas y el culo expuestos y el parado atrás de mí y me dijo “vamos otra vez, quieres verdad, te va a gustas, lo quieres dime”; y le dije “si pero me duele mucho”, me dijo “lo voy hacer con mucho cuidado papito y así como estas no te va a doler”, “tranquilo aflójate, relájate, vamos otra vez” y le conteste “está bien pero me duele mucho”,.
Empezó nuevamente, me puso más crema en el ano y enfilando la puntita del pene en mi culo, la restregaba y me dijo puja y lo hice y el empujando con fuerza me fue penetrando poco más de la cabeza, nuevamente respingue y grite “HAAAAY….CABRÓN…HAAAY …” el dolor era tremendo, pero no me pude soltar, me tenía bien sujeto y con fuerza y yo boca abajo con las nalgas levantadas, se quedó quieto sin moverse, me decía “ya, tranquilo, relájate, ya va a pasar el dolor, ya está, no me muevo para no lastimarte, ya está”.
Sí, claro que sí, ya tenía casi la mitad de la verga adentro y la movía a cada latido, yo le sentía como se levantaba dentro de mí, yo le decía que me dolía mucho, que ya no la metiera más, pero después de unos minutos dos o tres fue disminuyendo de intensidad del dolor o yo me fui adaptando a él, pero ya tenía la verga adentro, ya me la estaba comiendo por primera vez.
Más tranquila e inmovilizada con casi media verga adentro me dijo “ya estas mejor papi, relájate, aflójate, el dolor ya está pasando verdad” le dije “no sé, pero me duele mucho, ya no lo metas más, me duele”; el empezó a moverse muy lentamente y penetro la mitad del pene; yo volví a gritar y a retorcerme, me dolía y ardía muchísimo, sentía una cosa enorme que me destrozaba y se abría camino por mis entrañas, él se movía con cadencia y ritmo muy lento, yo jadeaba y me quejaba, decía “haay…., me duele, me duele mucho, haaay, haay, espera ya no, ya no, ya, ya no, no, me duele, haaaay…..”.
Cerraba los ojos y apretaba las mandíbulas, cuando abría los ojos lo veía como poseído de lujuria, gozando el momento de mi entrega, jadeante, sabía que me estaba desquitando, que me estaba desfundando, además, ya tenía el trofeo de mi virginidad anal, se movía lento pero con cadencia continua y a cada embate su verga penetraba más, me decía, “tranquilo, cálmate papito, aflojaste, ya la tienes, goza, ya está pasando el dolo verdad”, empuño mi verga y con los dedos pulgar e índice me frotaba con crema la cabecita y eso me producía muchísimo placer, estaba muy sensible y era una mescla de dolor y placer delicioso.
Con sus embates lentos una y otra vez me penetraba más la verga, ya la tenía toda adentro, la sentía enorme, gruesa y sus testículos rozaban mis nalgas a cada acometida, yo me quejaba y gritaba pero también apreciaba de sobre manera el placer que me producía en el pene con sus dedos, por el culo sentía un dolor tremendo, me decía “rico papi, te gusta, no te lastimo verdad, gózala papacito, ya la tienes, es tuya, disfruta, así la querías” y yo nada más bufaba y me quejaba.
Sus arremetidas aumentaron en ímpetu y ella jugaba más con mi verga y cabeza que la frotaba con sus dedos lo que me provocaba un enorme placer por la sensibilidad que tenía y yo de manera involuntaria cerraba el culo, lo apretaba y adentro tenía un enorme y grueso pene que me envestía una y otra vez; esa mescla de dolor y encanto era tremenda, nunca había experimentado semejante goce y me estaba fascinando la follada que tenía una cadencia, ritmo e intensidad de varios minutos, durante el folleo y próximo al éxtasis empujaba la verga hasta lo más hondo, la tenía toda adentro, ya estaba des quintado y me gustaba.
Yo pujaba, jadeaba y apretaba el culo de manera inconsciente, estábamos empapados de sudor, sofocados, poseídos por la excitación y yo me retorcía, me dolía mucho, gemía, gritaba, apretaba las mandíbulas y los ojos, me quejaba, lo apretaba y le encajaba las uñas en su pierna, lo quería morder pero no podía, me sentía desesperado de dolor y deleite y el clímax estaba en su máximo momento y fue cuando iniciamos nuestra eyaculación simultanea de leche ardiente, yo expulsaba un torrente de semen que salió disparado, por el otro lado, dentro de mi culo que ya estaba hormado, amoldado y adaptado a su verga gruesa y dura me hacia su entrega de semen espeso, cremoso y fogoso que se albergaba dentro de mí.
Quedamos por un momento desfallecidos, inmóviles, al terminar saco su pene flácido de mi ano, yo me incorpore de la posición que me tenía y quede tendido, me empezó a chupar y saborear mi pene también relajado, lo que me hacía encrespar de placer, me acariciaba y nos besábamos jugueteando con las leguas y mordiendo los labios en señal de recompensa mutua y satisfacción, quedando sin aliento en ese lecho de pasión y placer, con mi culo adolorido, deshojado, follado y lleno de semen que escurría entre los muslos. Así fue mi primera vez que me vestí de niña y la entrega de mi virginidad anal, con una penetración y follada dolorosa, pero placentera.
Cómo me hubiera gustado esa entrega: convertido en nenita y follado por el culo. Con dolor y excitación.