COMO ME INICIE (CUATA PARTE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kartovich.
Yo en esta ocasión vestía una mini falda color negro muy entallada y una blusa ombliguera en algodón de manga larga, también negra, con un escote muy discreto al frente redondo y en la espalda se ceñía con una pinza en pliegue que la dejaba casi al descubierto, me puse una pantimedias de red que se hacía pantaletas y unos tacones negros, accesorios muy vistosos y llamativos, el bolso negro y una peluca de cabello natural color negro hasta los hombros.
Salimos las cuatro y como de costumbre nos fuimos caminando, en el trayecto acordamos que estaríamos separadas en parejas y no colindantes, llegamos al bar, nos acomodamos Diana y yo en una mesa; Andrea y Gaby en otra y a ver cómo nos iba, el bar estaba muy concurrido; al sentaros y pedir nuestra bebida, en la mesa contigua estaban dos jóvenes muy afeminados y nos empezaron hacer plática muy amena, en breve se pasaron con nosotras, invitándonos otra bebida la que aceptamos.
Realmente eran un par de gay muy simpáticos, tiernos y nos estábamos divirtiendo muchísimo, Diana les dijo que éramos travesti y soltaron la carcajada y uno (Lalo de 35 años, el otro Paco de 29 años) dijo lo sospechaba y se refirió a Diana, señalándole que estaba sensacional de lo bien arreglada y era difícil reconocerla, pero que observaba ciertos rasgos masculinos en sus manos y luego se refirió a mí y dijo “tú eres una niña preciosa y estas que hechas tiros y por más que te observe eres una mujercita por donde te vea, pero tu voz te traiciona, si bien la modulas muy bien, se te salen algunos gallos” y soltamos la carcajada los cuatro.
Seguimos en una charla muy divertida y Lalo se refirió a Diana diciéndole “que le gustaba y qué rol jugaba”, Diana le dijo “tú también me gusta, soy inter, Melany esta con Paco y también es inter, por lo tanto, creo que estamos completos y podemos irnos a mi casa para hacer lo que nos gusta”. Paco y Lalo gustosos aceptaron afirmando que eran pasivos y preguntaron que a donde estaba la casa, Diana señalo “nos vamos caminando y sí tienes auto déjalo en donde está”.
En la casa de Diana, Lalo comento que todo lo femenino le fascinaba, pero que no se atrevía a vestirse de mujer y menos de salir a la calle, Diana le contesto “si te decides lo haces y te va a gustar, yo te invito a vestirte y yo te arreglo, ven, aquí hay toda la ropa que gustes” y se metió a su recamara cerrando la puerta, yo me quede en la sala con Paco y lo invite a bailar como preámbulo para darnos placer, Paco me señalo que bailaba muy bien y le dije “Diana me enseña”, me pregunto mi edad y le dije que iba a cumplir 17, se sorprendió y me dijo “eres menor de edad”, le conteste “si y vamos a tener sexo muy completo, que no quieres”, le agarre la mano y nos fuimos a la recamara.
En la alcoba me quite los tacones y nos sentamos en la orilla de la cama y lo empecé a besar, el me correspondió con gran pasión, pues se encendió de inmediato, con su mano inicio a explorar mis piernas y a meterla entre la falda, para descubrir mi pene que estaba entrampado por la pantimedia, yo toque su pantalón para palpar su miembro y descubrí que no estaba erecto y que era pequeño, le mencione que nos desnudáramos y así lo ismos, mientras yo lo hacía muy lentamente él no me quitaba la vista y estaba muy excitado, primero me quite la falda, la blusa con los implantes y enseguida las pantimedias y así mi pene salto de la prisión ocasionada por la licra y lo vio erecto y por último la peluca, quedando únicamente maquillada.
Ya desnudos le bese y agarro mi miembro que ya estaba erecto y enseñaba su liquido cálido y viscos; Paco con gran deleite se lo llevo a la boca y lo succionaba, retozaba su lengua en la cabeza y tronco, me besaba y lamia los testículos, lo que me puso muy excitada por el deleite que eso me ocasionaba, me indico que quería ser penetrado y se puso de lado levantando una pierna, le puse crema en el ano y en mi pene, procediendo con la penetración, la cual de un puyazo penetro por completo, haciendo de Paco gimiera y parecía un volcán en erupción, mis embates de meter y sacar eran con cadencia y vigor.
Así estuvimos por un rato hasta que sentí el clímax avisándole mi inmediata eyaculación y fue cuando me dijo que no lo hiciera que quería recibirlos en su boca, se zafó de la penetración y moviéndose se abalanzo hacia mi pene el cual estaba sucio con escremento y lo chupo desesperadamente, recibiendo un reguero de espermas que lo ahogaban y se atragantaba, hasta que mi pene quedo totalmente flácido y limpio. Esto me causó molestia pues lo considere muy asqueroso.
Estuvimos un rato en la habitación, yo ya no lo volví a besar, me daba asco por sucio y asqueroso, me quite el maquillaje, nos bañamos y cambiamos (yo ahora si de niño) y salimos, en la sala estaban Andrea y Gaby acompañadas por un galán (Ricardo de 40 años) que habían conocido en el bar, las saludamos y yo hablé por teléfono a mi casa para reportarme que ya iba para haya, Diana y Lalo salieron de la habitación y la sorpresa es que Lalo estaba muy bien arreglada de niña fue presentado en sociedad, yo me despedía, serían como las 12:15 de la noche cuando salí; por lo que se, les amaneció en tremenda orgia.
VIII.- Como a los diez u once meses de andar con Rosalba, (yo ya tenía 17 años) un miércoles que estuve con ella casi al salir de su casa, me comentó que el siguiente sábado habría una fiesta y quería que yo fuera con Jorge o Diana, él me hablaría para ponernos de acuerdo, puesto que ella ya había hablado con él para que nos fuéramos juntos, porque ella tenía un compromiso e iría con una amiga, señalo que era una fiesta de una persona muy importante dentro del medio del arte, la danza e intelectuales y mucha gente de la televisión, teatro, danza y disqueras; que tenía que ir muy arreglado, le dije que “sí, que estaba bien” aunque me pareció extraño lo de haber hablado con Jorge y que fuera con él.
Llegue a mi casa y Jorge me hablo como a las 10 de la noche, me comentó lo de la fiesta del sábado, mencionándome que si podía estar en su casa como a las 12 del día, porque era una comida en el Pedregal de San Ángel y que realmente la fiesta podía acabas el domingo en la noche, por eso quería que nos fuéramos temprano para estar un buen rato y regresar como a las 11 de la noche a más tardar, le dije que “estaba bien, que si iría” (Diana y yo ya teníamos tiempo de andar y nos entendíamos muy bien, pues me enseñaba muchas cosas, bailar, arreglarme, hablar y modales de mujer, además, éramos socias de aventuras cuando íbamos al bar de zorras putas, pero nunca le había comentado que andaba con Rosalba)
El sábado llegue a las 12 del día a casa de Jorge, muy bien arreglado como me había recomendado Rosalba porque era una fiesta importante, al verme Jorge o Diana se sorprendió y me dijo “huy que guapo bienes, pero hay que arreglarnos muy hermosas y cachondas, te tengo un vestido fabuloso”, eso me sorprendió y respondí “como, que hay que ir de niñas”, me contestó, “si por eso te dije que vinieras a esta hora para tener tiempo de arreglarnos súper”, yo me quede extrañado y conteste, “pero es una fiesta”, Diana se rio y me dijo “si mi amor es una fiesta, ya sé que Rosalba te dijo que muy bien arreglado, también sé que todos los miércoles te la coges, porque es el día que ella puede y no está la pinche vieja de la Graciela que es su amante, además es muy celosa esa mujer y Rosalba también sabe que tú y yo andamos y que nos vestimos y hemos andado zorreando en el bar y además ella quiere verte de niña, por eso te dijo que fueras muy bien arreglado y que fueras con migo”.
Eso me dejo helado y entre mi pensé “bonita pendejada, todos están enterados de todo y el único pendejo que no sabe nada soy yo”, y le dije “entonces hay que ir de niña a esa fiesta”, me contestó “si, cada año se hace y acudimos mucha gente del medio y vamos como somos y vas a conocer mucha gente rara, pero que pesa mucho en el medio artístico, vas a ver a muchos famosos, del cine, televisión, teatro, danza, pintores y escritores y no te asombres de lo que veas, en fin, hay muchas extravagancias y nosotras somos una de esas extravagancias”.
En eso llego a la casa Andrea y Gaby, saludaron y nos enseñaron los vestidos que se iban a poner; iniciamos los arreglos físicos; las tres eran muy diestras en la cuestión del arreglo y maquillaje y todos esos detalles, Andrea me dijo “te voy arreglar las piernas, brazos, manos y los pies”, me depilo brazos, piernas y pantorrillas (aunque soy bastante lampiño), me rasure las axilas, me puso las uñas postizas en las manos y me pinto las uñas de los pies, Diana me empezó a arreglar la cara y a maquillarme como siempre y en esta ocasión verdaderamente de concurso, me decía “me fascina arreglarte porque tu tipo y esos ojos queda con todo, rubia, morena, trigueña, como quieras” y bueno, nos fuimos cambiando y transformando de una manera muy impactante.
Me puse una tanga roja que eran tres hilos y un triángulo que me cubría el pene y los testículos muy a fuerzas y apretado, no me puse medias y si el líquido que hacia abrillantar muy sensual las esbeltas, torneadas y bronceadas piernas, al igual que la espalda y los brazos, los implantes de silicón me quedaron muy bien en los senos que daban la impresión de ser reales y sin bracear, el vestido era de tul, color rojo, recto, ajustado con encaje sencillo transparente al frente, del seno y más abajo del ombligo, abertura frontal del lado izquierdo, escote en V al frente y atrás la espalda descubierta arriba de la cadera, me hacían ver muy elegante y atractiva, me puse una zapatillas blancas abiertas con dos tiras al frente y ajustadas con otra tira y hebilla al tobillo, que hacían lucir muy bien los pies, tacones muy altos de alfiler y los accesorios de costumbre muy llamativos, con una cartera también blanca y una peluca rubias de cabello natural hasta media espalda, estaba muy sencilla, elegante, atractiva y provocadora.
Llegamos a la fiesta, una residencia muy grande con un hermoso jardín y alberca, muchísima gente, no menos de unas 300 personas y al llegar empezamos a saludar a muchas personas que me presentaba Diana y nos encontramos a Rosalba, yo la vi y me quede estática, ella saludo de beso a Diana, chuleándola que estaba muy bien arreglada al igual que a Gaby y Andrea y se quedó enfrente de mi observándome detalladamente de pies a cabeza y su expresión fue “Huao, estas preciosa, no lo puedo creer, estas soberbia, fabulosa”, me abrazo y nos besamos en la mejilla y me susurro al oído “como dices que te llamas” a lo que le conteste en voz baja “Melany” se sonrió, voltio y me presentó a Graciela, esa expresión de Rosalba me hiso sentir muy bien y me dio mucha confianza, porque realmente parecía una mujer.
Platicamos un poco en el grupo y Rosalba me preguntó de manera muy discreta “el maquillaje y todo, es obra de Dianita verdad” y me sonreí y con la cabeza afirme la pregunta, ella se rio y recalcó “si, esa es obra de Diana, para eso se pinta sola, es extraordinaria; te felicito te ves de fábula y estas mejor que muchas mujeres y te van a salir galanes aquí, eres una chica preciosa”; se separaron Rosalba y Graciela porque iban a saludar a otras personas, al igual que Diana y Andrea y me quede con Gaby que me dijo “vente vamos a sentarnos” y nos acomodamos en el jardín cerca de la alberca que la habían adaptado como pista de baile.
Por un momento me quede sola y me distraje observando a la gente, se acercó un hombre muy alto como de 1:85, corpulento pero no gordo, bien parecido, elegante, como de unos 45 o 48 años, con el pelo cano, interesante el tipo, me saludó y me preguntó mi nombre, le dije “Melany” y él se presentó como Antonio, (era un alto ejecutivo de una disquera) me pregunto que “con quien había ido, que si estaba con mis papas”, a lo que le conteste que “con unas amigas”, me dijo “es que estas muy jovencita, cuántos años tienes”, le dije que “18”, me chuleo mis ojos y se lo agradecí, me empezó a platicar, un tipo muy simpático, hombre de mundo, me tenía embobada, yo como estúpida, pues era una mocosa de 17 años, ingenua, de nula experiencia y conocimientos, pues si bien, era un buen estudiante y me gusta leer mucho, apenas cursaba la prepa.
Me invito a bailar y le dije “no gracias, es que no se bailar”, se rio y me dijo “anda, aquí nadie sabe bailar, bueno excepto los bailarines que hay muchos aquí y además, cada quien se mueve como quiere”, me dio risa, se levantó y tomo mi mano para bailar y acepte, empezamos a bailar y me dijo “ya vez que si sabes bailar” (efectivamente si sabía bailar porque Diana me enseñaba a bailar como mujer y como varón era como mi verdugo en las clases, muy exigente y me enseñaba de todo tipo de bailes y ritmos, era bailarín profesional, era maestro, coreografo).
Estuvimos bailando por un buen rato y Diana y Andrea que estaban con otras personas, más bien arreglando negocios, de giras y presentaciones de las compañías de danza me observaban; Antonio me tenía muy divertida y cambiaron de música más tranquila y me tomo de la cintura y se me pego, yo me veía chaparra y un alfeñique con la corpulencia del tipo, se agachaba para platicarme, me decía que bailaba excelente, le di las gracias, le señale que realmente no sabía bailar que solo me dejaba llevar, me seguía conversando cerca del oído y aprovechaba para estimular mis zonas erógenas, lo que le funciono, pues me inquieto bastante; de lo que si estaba completamente segura, es que el hombre ese me quería meter la verga y yo si la quería, pero mi problema era, que como le decía que no era lo que él creía.
Nos sentamos y seguimos platicando mientras comíamos, me miraba diciéndome que tenía unos ojos preciosos, se lo agradecí; Diana se acercó y yo le presente a Antonio, discretamente me dijo que fuéramos al tocador, me disculpe y Diana en el camino me señalo, “el tipo esta como lobo tras caperucita roja; ¡es un viejo zorro!, interesante el carbón, ¿te gusta?”, le conteste “si, es muy simpático, pero está muy grande”, me contestó “si, para gato viejo, ratón tierno y tú eres el ratón, los viejos maduros como éste les encantan las jovencitas, síguelo tratando y tú decides”, le conteste “si me gusta, pero como le digo que soy niño y no niña como el cree”, me respondió Diana “este carbón te va a coger y sí ese es el problema y no sabes cómo solucionarlo, desiste y mándalo a la chingada”
Regresamos a donde estaba Antonio y siguió platicándome, volvimos a bailar pero muy pegados y sentí su bulto en mi estómago, lo que me inquieto, agachado me hablaba en el oído y lo empezó a besar al igual que el cuello, yo me excite mucho; me dijo que si el perfume que traía era Chanel y le dije “si, Chanel No. 5, me gustaba por lo discreto” y me contestó “si, a mí también me gusta porque me exista”, ese me agitó de sobre manera.
Seguimos platicando y me invito a que fuéramos a otro lado, que estuviéramos más tranquilos, le contesté “que a qué lugar, yo vengo con mis amigas y tengo que llegar temprano a casa”, me objeto “yo te llevo a tu casa, a qué hora tienes que llegar”, respondí “temprano” y le di las gracias, le recalque “pero no sé a qué lugar quiere que vallamos, yo estoy bien aquí”, me dijo “estas muy jovencito para andar en esto y me gustas y por eso te invito a salir”, eso me perturbo por completo, me dijo jovencito, lo que quería decir que sabía que era niño y que sí quería tener sexo con migo, me puse muy nerviosa y me asuste, le respondí “como que, en que ando, a que te refieres”, me contesto, “bueno niño a ti gusta el sexo y a mí también y puedo enseñarte muchas cosas, por eso quiero que salgas con migo”, me le quede viendo y no sabía que decir y que hacer y dije “no sé, deja ir con mi amiga”.
Le hable a Diana y le conté lo que me dijo y ella me mencionó “qué bueno, ya está resuelto tu problema y ¿a ti te gusta el viejo?, ¿quieres irte con él?”, le dije “si, pero estoy muy nerviosa”, me contesto “mira, aquí están las llaves de la casa, si te vas con él fíjate bien a donde vas y no tomes nada, no prolongues las cosas, si vas a coger que sea rápido y que te lleve a la casa, las llaves las dejas debajo de la alfombra de la puerta, ten cuidado, ¿traes dinero?”, le conteste “estoy nerviosa y si traigo dinero, tengo como 200 pesos”, me dijo “si te gusta y quieres experimentar con un maduro, ve y ten cuidado, con lo que traes te alcanza para cualquier cosa” (200 pesos en la época que hablo, era buena plata, como comparación una copa en un buen bar costaba 10 pesos).
Regrese con Antonio y seguimos platicando y volvió a insistir que nos saliéramos, le dije “adonde me quieres llevar”, me dijo “vente vamos a un hotel” me agarro de mano y nos salimos, yo estaba muy nerviosa, me sentía sola, caminando llegamos a su auto, me abrió la puerta y subí, lo arranco y me empezó agarrarme las piernas y yo me deje agasajar, agarro mi mano y la llevo a su pierna a la ingle y su mano arriba de la mía, yo me estaba excitando, después puso mi mano sobre su bulto, pude sentir que se trataba de algo bien dotado, me dijo que era “un jovencito muy lindo, que estaba muy atractivo, que verdaderamente era una niña de lo perfectamente bien arreglado que estaba y eso lo excitaba”.
Yo no respondí nada, en un alto se desabrocho la bragueta del pantalón y saco su pene y me llevo la mano para que lo agarrara, vi su verga desdoblada y me impacto, me asusto, era enorme, unos 22 cm. y de grosor no lo alcanzaba con la mano, tenía circuncisión, la cabeza era monstruosa, me pregunto que “si me gustaba” y le dije “está muy grande”, contesto “si te va gustar comértelo, agárralo y juega con él”, y sí, yo agarraba ese tronco enorme, duro que parecía de burro, que estaba soltando su cálido líquido viscoso, el que aprovechaba para ayudarme con los dedos y estimular su cabezón, lo que lo hacía jadear de placer.
Nos metimos a un motel de Av. Insurgentes rumbo a la salida a Cuernavaca, yo estaba, nerviosa, asustada y con mucho miedo y en mi mente pasaba “que ese tronco me iba a matar”, entramos a una habitación con el auto, se acomodó su verga colosal, se bajó del auto y me dijo que me esperara, la empleada del motel cobro la habitación y él pidió dos whiskeys que se los llevaron y cerro la cortina, me abrió la puerta y me dio la mano para que yo bajara del auto, subimos unas escaleras y entramos a la habitación, cerró la puerta y me abrazo por detrás, besándome en el cuello y hombros, agarrándome las nalgas, me volteo y me beso en la boca con mucha pasión, me disculpe y le dije que pasaría al baño.
En el baño orine y me miraba en el espejo, me puse polvo y pinte los labios, estaba aterrada, el corazón se me salía y me temblaban las piernas, sudaba frio, empecé a respirar profundo para calmarme y después de un rato salí del baño, Antonio estaba desnudo esperándome en la cama exhibiendo en su máxima extensión ese enorme, grueso y cabezón pene, me senté a la orilla de la cama junto a él que estaba acostado, me quite las zapatillas y deje mi bolso.
Me abrazo y me empezó a besar y me señalaba que le agarrara esa enorme manguera y lo chupara, lo agarre y ante mis ojos atónitos veía esa cabeza de hongo que no me cabía en la boca, lo empecé a chupar y con las dos manos lo jalaba para estimularlo más y que se viniera, me levantaba el vestido y agarraba mis nalgas y me metía el dedo por el ano, se éxito como loco ante las chupada y jadeaba, estuvimos un rato y parecía que se venía y me separo de manera brusca y me decía que me sentara en el tronco, a lo que yo me negué.
Eso le provocó enojo y me insistía que me sentara, que me iba a penetrar, yo le dije “que no” y me separe levantándome, se alzó muy molesto y me agarro un brazo con brusquedad y yo me zafé y le dije “que no quería”, me expresó que “que íbamos a coger” yo le dije “que no, que yo no quería y que ya me iba”, se enojó diciéndome “que me iba a coger”, le conteste “que no” agarre la bolsa y los tacones y él se puso en la puerta impidiendo que yo saliera y me amenazo que “me iba a partir la madre”, era un tipo muy corpulento, yo estaba asustada y con mucho miedo, me fui hacia la ventana del cuarto y empecé a gritar “AUXILIO, AYÚDENME, ME QUIERE VIOLAR, ME ESTÁ GOLPEANDO, AYÚDENME, AUXILIO, AUXILIO, AYUDENME” y con un tacón le pegue a un vidrio de la ventana y este se rompió.
Ante el escándalo de mis gritos, Antonio se impactó y me dijo “cállate pendejo, no hagas eso”, se separó de la puerta dejándoseme venir con los brazos expendidos para atraparme y reducir mis espacios, lo vi venir, lento y erguido y yo con gran agilidad me agache y me impulse hacia él bien plantado golpeándolo en una de sus piernas, la que estaba firme pisando, la otra estaba en movimiento dando el paso, con la cabeza de lado, el hombro y ayudándome con el antebrazo, al hacer el contacto o golpe me levante ligeramente ayudándome con el antebrazo, hombro y espalda (lo bloquee como en el futbol americana), la humanidad corpulenta, lenta y bofa por falta de ejercicio, volaba cayendo estrepitosamente en el suelo, lo que me permitió una vez del contacto seguir mi carrera hasta la puerta y poderla abrir.
De tres zancadas baje las escaleras de la habitación corrí hacia la salida del motel, él se quedó desnudo tirado en el suelo en la habitación; con mis gritos y el cristalazo los empleados del motel se asomaron y salieron a ver qué pasaba y en donde era, yo con la mano derecha me levantaba el vestido, con la otra agarraba la bolsa, los tacones y me detenía la peluca y corría como gamo hacia la puerta, salí del motel, medio me oriente en la salida y seguí corriendo por la avenida en el sentido contrario a como venían los autos, corrí unos 200 metros o más, vi un taxi al que le hice la parada y me subí al auto, le dije al taxista “lléveme rápido a la Zona Rosa por favor”, me dijo “si” y me pregunto “¿le pasa algo señorita?”, le conteste “no señor, estoy bien, lléveme a Reforma y Génova a la iglesia que está en esa esquina por favor”.
En el trayecto iba muy nerviosa, asustada, temblaba y me di cuenta que las plantas de los pies las traía muy lastimadas y heridas, pues era el resultado de la fuga que hice descalza, pisando pedruscos e irregulares de la calla; me dejo el taxi en el lugar, le pague y camine unos metros a la casa de Diana, eran como las 9 y media de la noche o casi las 10, entre al departamento y me senté en la sala por un momento y me sentí más tranquila, me pare y hable por teléfono a mi casa y avisé que llegaría en una hora y media cuando mucho, me empecé a limpiar la cara, me puse un líquido para despegarme las uñas y con acetona me despinte las uñas de los pies, me bañe y medio me cure las plantas de los pies, me cambie, le deje un recado escrito a Diana “gracias, me salve del pinche viejo, porque Dios es muy grande, mañana te platico” salí y deje la llave en donde me había dicho.
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