COMO ME INICIE (SEGUNDA PARTE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kartovich.
Llegue como a la 13:30 horas, venía de entrenar, ya que yo jugaba fútbol americano en el colegio en la liga juvenil, cuando llegue le dio mucho gusto que fuera a verlo, deje mis cosos y nos sentamos en la sala, me invitó una cerveza y a comer, lo que acepte con gusto.
Le mencione que si me podía bañar porque estaba muy sucio por el juego, pase a bañarme y mientras lo hacía él también se metió a bañar con migo y platicábamos y recordamos lo sucedido la semana anterior, le comente que me había dolido mucho y por el dolor no había sentido mucho placer, me dijo que sí, que era normal y por lo doloroso que era la primera vez no había mucho placer pero se despertaba el apetito; también me dijo que si me gustaría vestirme de niña otra vez, que me arreglaría muy bien y además me tomaría una sesión de fotografía lo que me iba a gustar mucho.
Me dio mucha risa y acepte la propuesta con mucho gusto, puesto que en parte era lo que yo quería, vestirme de niña otra vez, me había gustado ser niña y además, me había encantado el ser penetrada y follada, lo de la fotografía me sedujo muchísimo pues sería la estrella protagónica, salimos de la ducha y con la toalla enrollada en la cintura, me indicó “no te cambies quédate así y vente vamos a comer”, en la cama ya había diversas prendas de ropa femenina.
Cuando terminamos de comer nos fuimos a la recamara y me acomode frente al espejo y ahora si a ver cómo me arreglaba, empezó a maquillarme, yo veía con qué facilidad y rapidez lo hacía, me aplico unas cremas hidratantes, me puso rubor y polvos, arreglo los ojos, rayas en los parpados, sombras y efectos, me enchino las pestañas y me puso unas postizas, cejas, me pego uñas, me maquillo haciendo resaltes o efectos en el rostro, pinto los labios y brillo, en fin, fui viendo mi rápida transformación, había unas pelucas con diferentes colores de cabello y largo que me las puso y arreglo el peinado, me colocó implantes de silicón en los senos, ya tenía todo un guarda ropa femenino en la cama para que me probara todos los vestidos, faldas y blusas, la ropa interior, al igual que zapatillas, muy bonito y sexy todo lo que estaba.
Una vez que quede arreglada de la cara, realmente me veía transformada en niña muy hermosa y sensual, empecé primero a probarme un biquini de lunares rojos y una peluca pelirroja; realmente me veía muy bien, me puse unas zapatillas rojas y empecé a practicar y aprender a caminar con los tacones e iniciamos la sesión de fotografía.
Él estaba desnudo y me decía y dirigía como sentarme o como estar parada, como levantar las nalgas, como voltear o como recostarme en la cama o sofá, en fin, numerosas poses, las fotografías las tomaba con una cámara polaroid y se tenía no menos de 20 cartuchos y cada uno para 10 fotos, al tomar la fotografía se revelaban al instante y me deleitaba mucho verlas, porque realmente me veía que era una niña hermosa y sensual.
Después me empecé a ponerme toda la ropa interior de niña y ensayé con los vestidos que eran muy bonitos todos (un blanco, otro negro, uno amarillo, el durazno, rojo y otro verde esmeralda), (teníamos más o menos la misma complexión), también me puse las diferentes pelucas (rubia, morena, castaña, pelirroja) la sesión de fotografía seguía y yo estaba realmente encantada y muy entregada modelando, porque me sentía muy sexy y provocativa, después, empecé a posar desnuda en poses muy sensuales lo que me gustó mucho y me excitó y eso me tenía fascinada de ser la modelo.
Una vez que terminamos con la sesión fotográfica que duró poco más de tres horas, revisamos, comentamos y nos divertimos con el material reproducido que era poco más de 150 fotografía; y empezamos a besarnos y a acariciar las piernas, las nalgas, agarrarnos nuestros penes que ya estaban erectos y listos, yo estaba muy excitada, me empezó a chupar y a jugar con mis penosos, lo que me excitaba en demasía, se bajó y abordó mi pene para chuparlo, que ya estaba soltando un cálido líquido viscoso, besó y lamió mis testículos y a morderme muy rico las nalgas y levantándolas para quedar medio arrodillado y con la lengua exploraba mi ano, todo este preámbulo me puso como loca de excitación y deseosa de merecer.
Me dijo que me iba a penetrar, le conteste que “sí”, él me explicó “ya no te va a doler tanto y es para que te vayas adaptando, ahora si lo vas a disfrutar” y sí, yo realmente eso era lo que deseaba, que me penetrara y follara.
Me puso en la orilla de la cama arrodillada y sosteniéndome con las manos (de perrito), el parado atrás de mí, me puso crema en el culito y en su verga y con la cabeza del pene empezó a jugar en mí ano. Yo estaba ansiosa por recibir lo que anhelaba, además, ya sabía lo que tenía que hacer a la hora de que me penetrara, puje y eché el culo para su verga y él empujo y me penetro su pene hasta la mitad, me dolió pero no como la primera vez y nos quedamos inmóviles por un momento (para que pasara el dolor o me adaptara a él), yo me queje poco porque me dolía pero la aguante, pues ya la tenía adentro.
Después de esos momentos y ya más calmada y con media verga adentro, empezó muy lentamente a moverse y poco a poco fue resbalando su pene más profundo, ya lo tenía todo adentro, yo apretaba mi culo, sentía dolor pero también empezaba a sentía placer, fue aumentando su cadencia y ritmo de embestidas y yo también me movía, sentía rico, muy rico y gozaba como lo hacíamos, me dijo que si estaba bien, que si me gustaba y empecé a decirle “Si, está muy rico, sigue así, si me gusta, hay que rico…”.
Sus embestidas aumentaron con más vigor y cadencia sin lastimarme, lo estaba haciendo maravilloso y yo apretaba su verga con mi culo y gozaba eso, sentía un placer diferente muy delicioso, el dolor ya no era tan intenso, empezó a moverse con más intensidad y en cada embate el pene casi salía del ano y penetraba hasta lo más profundo, yo también me movía y gozaba, sentía ese troncho fascinante, así estuvimos unos minutos, yo disfrutaba los puyazo y me sentía en las nubes, la delicia era suprema y la follada me tenía encantada de placer.
Sus gemidos se confundían con los míos y gritaba, jadeaba y se detuvo, se convulsionaba y me apretaba con las manos las caderas y los hombros, estaba eyaculando dentro de mí y yo apretaba el culo y me movía para tenerla toda adentro y no se desperdiciara ni una gota de su leche ardiente dentro de mi, se estaba vaciando inundándome de semen y quedamos paralizados por un momento. Yo estaba muy excitada y gozaba la follada y el derramamiento de semen y espermas, que me había fascinado, pero estaba insatisfecha porque no pude eyacular, yo no había terminado.
Acostados me limpie el ano y él quedo exhausto, a mí me dolía y ardía el culo pero era muy soportable, ya lo tenía hormado, amoldado a su pene; estaba muy excitada puesto que no había terminado y quería follarlo para calmarme, necesitaba eyacular y fue cuando empezó a chuparme el miembro delicioso, tragándoselo por completo, estaba muy sensible y en breve inicie mi eyaculación, le dije que me estaba viniendo y mi semen salió disparado dentro de su boca y lo succionaba y se atragantaba con gran deleite, lo que me tenía retorciéndome de placer hasta que mi pene quedo flácido y totalmente exprimido dejo de chuparlo; yo ya estaba satisfecha y consumada como una perfecta putita.
Estuvimos un rato en la cama reposando y platicando, también nos acariciábamos y besábamos con gran pasión, jugueteando con las leguas y mordiendo los labios en señal de recompensa mutua y satisfacción por la entrega que habíamos protagonizado, yo me sentía muy integrada por todo lo que habíamos hecho durante la tarde y me descubrí que me gustaba estar de niña y haber gozado ese pene a plenitud.
Estuvimos poco más de media hora en la cama desnudas platicando y manoseándonos y empezó a chuparme el pene placentero por algunos minutos, yo estaba lista para follar, pero me volvió a acomodar boca abajo, me puso más crema y guío su verga a mi culo (me sorprendió porque no esperaba eso, yo quería follarlo), empujo con mucha fuerza y me penetro todo el pene, me dolió muchísimo el puyazo y grite, pero no me pude zafara, además estaba encima de mí por lo que estaba inmovilizada.
Empezó de inmediato a follarme con gran ritmo y vigor sin permitir que me recuperara del dolor, yo me quejaba a cada embate y estos se fueron aumentando en fuerza, empecé a retorcerme de dolor, los embates se hicieron con gran potencia y ya teníamos varios minutos así (cinco u ocho minutos), me empezó a darme de manotazos en las piernas diciéndome “eres una perra, puta, te gusta cabrón, toma, toma, ahí la tienes toda adentro, disfruta pinche perra” me agarro y jalo del cabello con mucha fuerza, me tenía sometido, los ataques de su verga eran con gran ímpetu y me lastimaba, se prolongaron por unos 12 o 15 minutos, el tiempo se me hizo eterno.
A mí me dolía muchísimo, no sentía place, era una tortura, me quejaba a cada embate, las lágrimas se me salieron y lloraba y por fin, fue cuando empezó a convulsionarse y a gritar, “YA, YAAAA, YA” jalándome el cabello, estaba eyaculando y fue cuando me pude soltar haciéndome para un lado y empujándolo, expulsó su semen fuera de mí, quedándose privado; me pare de inmediato y me fui al baño, tenía el culo destrozado y con algo de sangre por lo que me limpie y me di cuenta que no era hemorragia o algo parecido, me dolía y ardía hasta el alma, me puse a llorar por varios minutos, me sentía muy mal, me veía al espejo y toda la pintura corrida, me consideraba violado, ultrajado, después de varios minutos me calme y salí del baño.
Le dije que me sentía muy mal, que lo que había hecho no me había gustado, que me había lastimado brutalmente, que me limpiara la cara; se disculpó y empezó a limpiarme, le señale que no se iba a repetir otra situación así, porque no lo iba permitir en lo sucesivo y esas prácticas se las hiciera a otro pendejo, que yo no era una perra y no me gustaban los sometimientos y esas chingaderas; me vio muy enojado y se empezó a disculpar y a pedirme que lo perdonar, estaba muy enfadado y lo mande a la chingada, me metí al baño y me bañe.
Al salir de la ducha mientras me cambiaba le señale que si bien la primera vez lo habíamos hecho muy lindo porque se había portado muy bien y tierno con migo, guiándome y enseñándome con mucha delicadeza; la segunda vez, que había sido hacía un rato, me había enseñado a gozar y disfrutar la verga, pero la terceras vez fue la peor, se había comportado como un animal, como una bestia y yo no merecía ese trato y no me gustaba que me trataran así; se disculpó y me juraba que no lo haría otra vez, a lo que le conteste que “por supuesto que no habrá otra vez”, lloro pidiéndome perdón, me salí diciéndole que a ver si nos veíamos el siguiente sábado y que se fuera a la chingada.
Durante la semana me sentía muy confundido y adolorido del culo, casi no me podía sentar en dos o tres días, con una serie de pensamientos encontrados, ya que gozaba tener sexo como activo con los gay, me había gustado ser niña, me encanto que me metieran la verga, pero no soportaba que me violaran y ultrajaran y que me trataran como un animal y más molesto con migo mismo por haberlo permitido.
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