Con mi alumno, un chico trans
La historia de la primera vez que estuve tanto con uno de mis alumnos como con un chico transgénero.
Soy un profesor de bachillerato en México y la verdad he de admitir que yo era bastante homofóbico cuando conocí a este estudiante. Este alumno era un chico pero había nacido mujer, en mi ignorancia simplemente pensaba que si una persona nace mujer se queda mujer y si nace hombre se queda hombre, ahora me doy cuenta que eso no es necesariamente cierto en todos los casos.
Vi por primera vez a este alumno cuando me hablaron junto con varios colegas a la dirección y el tema de conversación era específicamente el, en la dirección estaba el director, subdirectora y todos los docentes que le darían clases, básicamente nos hablaron para comentarnos que debíamos referirnos al chico como «el» y que lo llamáramos por el nombre que había elegido el cual era «Daniel», a mi aquello me parecía una tontería pero no quería meterme en problemas así que simplemente asentía sin realmente prestar atención.
Entonces mi mirada empezó a divagar por aquel espacio hasta acabar en el chico que… Realmente no había visto bien hasta ahora, la cosa es que este chico es súper lindo, lo mas sorprendente es que no era lindo del tipo femenino, no tenia muchas curvas, ni pestañas largas, ni su voz era muy femenina, ni sus ojos eran muy grandes pero aun así no podías evita pensar «que bonito» cuando lo veías.
Su cabello era negro y corto, su piel era bastante morena, tenia ojos achatados, usaba lentes y en general tenia un aspecto bastante androgino pero dándole mas al lado masculino, honestamente en ese momento solo pude pensar que aquello era un desperdicio de tiempo, no veía porque tanto escándalo si de todos modos el chico lucia y se oía como un hombrecito, me parece que la cosa era mas por el hecho de que no podía cambiarse el nombre hasta ser mayor de edad.
Eso paso justo en el primer día de su primer año de clases, con el tiempo el se convirtió en uno de mis alumnos favoritos, yo doy las clases de biología, química y todo lo relacionado a laboratorio, esas eran las materias favoritas de Daniel por lo que siempre participaba en clases, se esforzaba en sus tareas y solía ser muy amable conmigo, siendo honesto el definitivamente era algo así como la «mascota del profesor».
En su tercer año a inicios de semestre se acerco a mi al final de una clase, se paró frente a mi escritorio y juraría que esa fue la primera vez que lo vi nervioso, era normalmente bastante serio y no era fácil saber en que estaba pensando pero en ese momento su rostro estaba ruborizado a mas no poder y veía el suelo como huyendo de mi mirada, en cuanto dijo aquellas palabras entendí completamente el porque: -U-usted me gusta profesor…-, dijo con un tono realmente nervioso a tal grado que parecía que lloraría en cualquier momento. Yo realmente no soporto ver tristes a mis alumnos por lo que de inmediato me acerque a el para abrazarlo.
Ahora les contare un poco de mi, soy un hombre alto también moreno pero no tanto como el, cabello negro, ojos cafés pero, lo mas importante, estaba recientemente divorciado por lo que he de admitir que oír que alguien se sentía atraído por mi fue bastante gratificante, aun así, en ese momento no lo acepte ni rechace, solo lo ayude a calmarse y le dije que se fuera a casa.
Toda esa noche me mantuve despierto pensando en lo que haría o le diría a ese niño, una parte de mi en verdad quería aceptarlo pero el resto solo seguía pensando en lo incorrecto que era, para mi suerte y la de Daniel, ganó la primera.
Al día siguiente cuando entró le pedí que se quedara al final de la clase y al llegar este momento lo note algo feliz, supongo que había adivinado mis intenciones, después de esperar unos segundos a que se alejaran el resto de alumnos le respondí: -Acepto salir contigo-, dije y si el día anterior había sido la primera vez que lo vi nervioso esta fue la primera vez que le vi así de contento, esta vez fue el quien me abrazó a mi.
Al inicio pensé que tal vez acabaría aburriéndose de mi y pidiéndome que termináramos, en ese entonces también creí que podría simplemente seguirle el juego hasta que eso pasara y con suerte no llegaríamos muy lejos, el era virgen así que no pensé que pudiera tener nada de iniciativa.
En general era una relación de mano sudada, hablábamos mucho, lo acompañaba a su casa después de la escuela, los fines de semana íbamos a lugares y poco mas, con el tiempo el comenzó a buscar mas cercanía, abrazos, besos en la mejilla pero la primera vez que me beso en los labios… Dios, fue fantástico, sus labios eran suaves y dulces, era inexperto pero con mucho entusiasmo, trato de hacer un beso mas profundo y yo simplemente lo seguí, su boca era cálida y el movía su lengua de manera algo brusca pero aun así fue muy agradable, mientras me besaba subió ligeramente sobre mi, sentándose en mis piernas.
Los dos estábamos en un parque solitario, eso pensábamos hasta que escuchamos unos pasos en la lejanía por lo que Daniel se alejó de mi mientras esta persona pasaba, era tan cuidadoso y eso me enternecía, mientras esta persona se alejaba yo solo podía seguir viendo al chico, quería mas, necesitaba mas.
-¿Profesor?-, me llamó, sacándome de mi trance.
-Vayamos a mi casa-, fue lo primero que pude decir, arrepintiéndome de inmediato.
-¿Eh?-, dijo sorprendido.
-Yo… Lo siento, quiero decir… ¿Te gustaría que fuéramos a mi casa? No tienes que hacer nada si no quieres pero quiero estar a solas, contigo-, expliqué con cierto nerviosismo, no quería presionarlo pero enserio lo necesitaba.
El chico permaneció en silencio por unos segundos y finalmente respondió: -Vamos-.
Así terminamos en el sofá de mi casa, el chico de nuevo en mis piernas, prácticamente sentado en mi entrepierna mientras volvíamos a unirnos en un beso, disfrutaba de sus labios mientras sentía como movía levemente sus caderas, era muy tentador y eventualmente mi cuerpo no pudo ocultarlo mas, pude sentir como el chico se estremecía con algo de sorpresa cuando lo sintió e incluso se separó para verlo, su cara de sorpresa me parecía algo divertida.
-¿Puedo tocarlo?-, preguntó a lo que yo simplemente asentí, justo después sentí su mano frotando mi erección por sobre mi pantalón, tocaba la zona como acariciando al inicio y después con algo mas de confianza envolvió aquel bulto con su mano, yo solo suspiraba un poco al verlo.
Eventualmente puse una mano sobre la suya y la guie e la orilla de mi pantalón, el regreso su mirada a mi rostro algo confundido sobre lo que tenia que hacer, preguntó:
– ¿Te lo quito?-, yo solo asentí y el continuo, desabrocho el botón, abrió el cierre y bajo este lentamente, pude escuchar ese pequeño «gulp», tragó saliva al ver mi erección, después prosiguió quitándome la ropa interior y al terminar regreso su mano a mi duro miembro.
Movía sus manos lentamente a lo largo de mi miembro, después acariciaba un poco la punta, no era muy bueno pero vaya que lo intentaba, creo que pudo notar que no lo estaba disfrutando tanto pues me hizo otra pregunta:
– ¿Lo hago bien?-, traté de responderle con algo de tacto.
-Umm… Si pero… ¿Te gustaría hacer algo mas?-, dije a lo que el solo asintió.
– ¿Podría… Usar mi boca?-, este chico sabía como hacer mi corazón ir a mil por hora.
-Claro, si tu quieres-.
-Okay, pues… Lo intentaré y… Perdón si no soy tan bueno…-.
-No te preocupes, solo hazlo lo mejor que puedas-, respondí acariciando su cabeza suavemente, no es como que esperara que un estudiante de bachilleres fuera un maestro de los orales.
Y sin mas retrasos, comenzó y demonios, subestime al chico.
Primero lamió mi miembro cual paleta, succionaba la punta un poco y finalmente lo metió a su boca, pudo tragársela toda fácilmente, era fantástico, tanto que hasta parecía algo sospechoso.
-Tu… ¿Habías hecho algo así antes?-.
El chico sacó la erección de boca para responder -No… ¿lo estoy haciendo mal?-, preguntó preocupado, ni siquiera se daba cuenta de que tan bien lo hacia,
-No, no te preocupes, lo haces muy bien-, me respondió con una inocente sonrisa que no combinaba en lo absoluto con el modo en el que siguió chupándomela.
Eventualmente tomé la suficiente confianza como para empujar su cabeza un poco, haciendo que fuera mas rápido, su boca era tan cálida, su lengua me lamía mientras bajaba y subía su cabeza, su rostro sonrojado y aire de inocencia mientras hacia algo tan pervertido, me hizo venirme tan rápido.
-O-oye, voy a correrme-, le avisé en caso de que deseara alejarse pero el continuo.
Al final acabé llenando su boca de semen, al hacerlo pude notar una pequeña expresión de sorpresa en su rostro, después se alejó de mi pene, de inmediato me acerqué a ayudarle de alguna forma pero en su lugar acabé escuchando otro «gulp», ¿acaso el…?
– ¿Acaso tu..?-, pregunté sorprendido.
-Pues si… Eso se hace ¿no?-, ¡Se lo había tragado todo!
-No, digo si, digo, no es obligatorio hacerlo Daniel…-, expliqué bastante apenado, incluso si su talento era natural era obvio que era muy inocente.
-Oh… Pero no me molesta profesor-, ese chico en verdad no notaba las gravedad de sus palabras y para colmo seguía llamándome profesor en esta situación.
Suspiré -Esta bien, hazlo si te gusta-.
-Profesor…-, subió sobre mi nuevamente, dándome un cálido abrazo, -… solo me gusta porque es usted-, explicó.
Sonreí nuevamente y lo rodee con mis brazos igualmente.
-Lo sé-, respondí.
Esa fue nuestra primer experiencia sexual, ese día no hicimos mucho mas, tomamos una siesta y fui a dejarlo a su casa pero vaya que en otras ocasiones hicimos mucho mas.
Me sentí por demás identificado porque yo también fui un alumno trans. y por suerte, tuve un maestro que me llevaba a su casa y me facilitaba todo para realizarme como trans. Por supuesto que tenía sexo conmigo pero siempre era de común acuerdo y consentido. Besitos.