Convertido en chica por mi mujer
Un hombre descubre que le encanta hacer de chica en la cama.
Desde chico siempre he sido algo pasivo, siempre hacía caso a todos sobre todo a las mujeres, siempre seguía ordener sin rechistar y en cierta parte me ponía cómodo con eso, de hecho eso llegó hasta un punto en el que empezaba a portarme como nena e incluso un díae animé a probarme unas ropas de mi mamá, tenía 17 años en ese momento y a pesar de que era algo flaco en ese momento la ropa me quedaba bien, incluso por la parte del pecho debido a que lo tenía algo flácido a pesar de ser flaco, no pasó nada más a parte de un modelaje frente al espejo y uno que otro piropo por parte mía, luego de esa sesión de ropa seguía como mi vida normal de chico adolescente pero aún siendo algo sumiso, esto continuó hasta mis 25 años cuando conocí a una chica, era alta (incluso más alta que yo) , mestiza rozando lo blanco, ojos marrones, unas tetas de infarto que parecían operadas y que decir de su culo que se movía como si fuera gelatina cada vez que caminaba, pero lo que me llamó la atención fue su a
actitud, ella era mas recta y firme en su manera de hablar cosa que me gusta e incluso me excitaba un poco.
Con el tiempo nos fuimos conociendo más hasta que nos hicimos pareja y posteriormente nos casaramos poco tiempo después, nuestra relación era muy buena, aunque era claro que ella era la que tenía los pantalones en nuestra casa, tomaba la mayoría de decisiones y mostraba su actitud firme y dominante mientras que yo era de un pasivo y sumiso.
Ella era muy activa, salía casi todos los días al gimnasio con sus amigas, razón de que tenga un cuerpazo que muchas envidian, mientras que yo no era muy activo y me quedaba en casa haciendo los caseres. Siempre al volver del gimnasio me fijaba en su ropa apretada, me encantaba verla así y sobre todo esa ropa, por alguna razón siempre me quedaba viendo la ropa que traía mi esposa al volver a casa, ya sea deportiva o ropa más común me encantaba lo que tenía puesto y de cierta forma la envidiaba.
Recuerdo una vez que vino ella con un vestido color negro que había comprado en el super y me enloqueció completamente, el cuerpo de ella también pero ese vestido me enganchó,
«¿Cómo se me vería puesto?» pregunté, así que el día siguiente aprovechando que tenía la casa sola y que nadie me interrumpiría fui al cloaset de mi esposa para ver ese vestido, de tan solo tenerlo en mis manos ya me estaba calentando, puse en marcha mi plan, primero elegí todo lo que iba ponerme, elegí una lencería color rosa junto con una peluca rubia y rizada, un juego de maquillaje y lo más importante el vestido.
Primero me puse la tanga, el sentir de nuevo el contacto con esa suave tela hizo que se me pusiera dura, luego me puse el sostén, después el vestido negro y por último la peluca, me puse frente al espejo y puse un tutorial de maquillaje, era inexperto en eso pero para ser mi primerza vez no me quedaba nada mal.
Al verme en el espejo no lo podía creer, había una chica rubia muy guapa con un culo que muchas envidiarian, y el sosten hacía que mi pecho tomara forma y pareciese una chica algo tetona, el maquillaje hacía que me viese como una auténtica nena putita. Modelé por un par de minutos en el espejo, me ganó la calentura y me comenzé a masturbar, empecé a gemir como un mariconzito mientras me daba nalgas y me masajeaba las tetas por encima del vestido, no dure mucho ya que me vine en minutos, ya faltaba poco para que mi esposa volviera así que acomodé todo en su lugar e hice como si nada hubiera pasado.
Durante los siguientes días repetí la misma rutina, esperaba a que mi esposa se fuese para vestirme como nena y darme las mejores sesiones de autoplacer que hubiera descubierto nunca. Todo esto siguió así hasta que un día mi esposa me llamó a su cuarto a hablar con ella, me dijo que me sentara a su lado que el tema era muy importante.
«Has estado usando mi ropa interior verdad?»
Yo no sabía que responder, estaba petrificado en ese momento y solo alcancé a decir «No».
«Pues estos vídeos dicen lo contrario»
Y me enseñó videos grabados de las camaras de seguridad del cuarto en donde se veía a mi vistiendome como nena y cuando me pajeaba encima de sus vestidos.
«No se que decir… perdóname»
«Tranquilo, de alguna forma siempre lo intuí, la forma en la que mirabas mi ropa te delataba jaja»
En ese momento las lagrimas botaron de mis ojos, ella me calmó diciendome que esta bien, que no tiene nada de malo que podía hacerlo siempre y cuabdo fuera mo propia ropa, yo me alegré mucho y le di un abrazo por comprenderme.
«Sabes… tras ver esos videos me quedé interesada en verte como nena»
Yo estaba sorprendido por la respuesta que dió, realmente no me la esperaba.
«No lo sé….» dije algo incómodo.
«Vamos, ambos sabemos que te gusta»
Y tenia razon ya que me gustaba mucho, despues de insistir un poco más dije que si.
Ella se puso muy contenta y me dió un beso en los labios y me preparó las cosas pqra vestirme como nena, preparó la lencería, el vestido, la peluca y el maquillaje, yo estaba nervioso sobre que pensaría de mi al verme como chica, pero ella me tranquilizó diciendo que me vería muy guapa como chica, guiñandome un ojo.
Primero me puso una tanga color verde manza, al igual que el sostén que tengo que admitir que era muy bonito, luego me puso un vestido color azul noche, después me puso la peluca y por último algo de maquillaje.
Al mirarme en el espejo estaba mas impresionado que antes, el vestido hacía ver que tenía una figura curvilínea con un culo respingón y mas que antojable, y que decir del pecho que quedaba como una chica tetona, mi esposa al verme así de emocionado me dijo:
«Te ves tan linda, quiero hacerte mi putita una y otra vez»
Al terminar de decir eso procedió a morder mi oreja mientras miraba nuestro reflejo en el espejo, se notaba que estaba disfrutando de todo eso, después comenzó a jugar con mi cuello dandole besos y mordidas, yo ya estaba suspirando por la excitación que me generaba todo eso.
«Veo que te encanta ser la que recibe no sumisita?»
Y sin que yo me lo esperara me empujó a la cama y ella se sentó encima de mis piernas quedandome sin escapatoria de ella. No se aguantó mas y comenzó a manosearme las tetas por encima del sostén, y aunque no fueran como las de una mujer de verdad me generaba placer lo que sentía, tras terminar de tocarme me puso boca abajo para jugar con mi culito, ella se acercó, subió el vestido y empezó a lamer mi anito para lubricarlo suficente para el jueguete especial, sentía un placer indescriptible que expresaba con gemidos agudos pidiendo más, después de varios minutos de ese beso negro ella cogió un strap-on y sin esperarse un segundo me lo metió poco a poco en mi culito, al principio sentía un ardor pero luego me fui acostumbrando al juego y mis caderas empezaron a manejarse solas pidiendo más de ese pene, tras estar mucho minutos así ella se cansó de penetrarme, se quitó el arnes y me empezó a montar, desde mi perspectiva se podían ver sus enormes tetas rebotando que me decían «Tocame», y sin dudarlo me abalance sobre ellas para empezar a masajearlas y apretarlas lo mas fuerte que podía en ese momento, de vez en cuando ella se agachaba un poco para darme un poco de teta y estar completamente amamantada.
Al final caímos rendidos, cansados y sobre todo muy satisfechos con el resultado, nunca me imaginé que pasaría eso, pero se que es algo que nunca olvidaré.
Delicioso !!