De oficio, tu puta
De cómo me volví chica.
Hola, me presento. Mi nombre es Camile y soy nueva aquí en la comunidad. Tengo 29 años y aproximadamente 3 vistiendome de mujer a escondidas de todos. Empecé viendo porno en la adolescencia, pero poco a poco me di cuenta que los videos de transexuales me exitaban en sobre manera. Pensé que era malo que quizá era gay. Pero poco a poco me di cuenta que en realidad lo que me exitaba era pensar que era yo aqueyuella mujer que era penetrada por un macho de verdad. Les platico como soy físicamente para su deleite. Siempre he sido muy atlética, tengo unas piernas grandes, abdomen plano, soy de tes morena clara, mido 1.65 y peso 70 kg. Mi mayor atributo por supuesto es mi trasero. Tengo un culo envidiable. Grande, bien formado y muy lindo. Hace unos tres años me puse mi primera tanga, la sensación que causaba el hilo metido entre mis nalgas fue indescriptible, era como coronarme con el papel de puta que me había negado a aceptar desde mi niñez. Soy totalmente closetera, nunca he salido vestida a la calle. Y para no aburrirlos mas quiero contarles una de mis primeras experiencias en mi papel de mujer. Como ustedes saben no es fácil tener experiencias cuando se aparenta que uno es hombre y eterosexual, pero dicen que cuando una nace para puta del cielo le caen las vergas y mi primera experiencia no pudo ser mejor.
Cuando comenzó la contingencia, yo vivía sola en un departamento para asistir a la universidad. Mis padres me ayudaban con los gastos y yo tenía toda la libertad que quería. Fue entonces cuando comense a comprarme mis primeras prendas para vestirme. Medias, tangas, tacones, faldas, ligueros, etc. Lo que hace que una se vuelva loca a escondidas. Cuando estaba muy caliente frecuentaba chats en internet donde hablaba con hombres maduros, mi debilidad y que me decían cosas bastante lindas y bastante suscias. Pero me costaba mantener conversaciones por pena y miedo. Nunca mandaba fotos ni encendia mi cámara pues siempre me dio miedo que algún dia algo se saliera de control, asi que me conformaba con masturbarbe seguido. Mi culito es sagrado asi que jamás introducia nada en el, solo lo sobaba por encima, cuando me masturbaba y me probocava un placer indescriptible.
Asi que me días normales eran ir a la universidad, llegar al departamento para darme un baño, depilarme completamente, ponerme talco, vestime de nena, y andar asi vestida todo el dia, como nadie me iba a visitar nunca tenia todo controlado. Me paseaba por todo el departamento y andaba en mi papel de mujer, meneando la cadera, cruzando las piernas, mirándome al espejo, probándome ropita de nena y siendo lo que nunca había podido ser.
Cuando iba a hacer ejercicio o a correr a algunos lados, no podía dejar de imaginar a los maduros que veía y el tamaño de sus miembros, la figura, el grosor, me encantaba pensar en eso, aunque lo hacia ya estando en casa. Nunca me atrevi a hablarles o hacer algo al respecto pues como ya les dije soy muy coibida y timida, además que se que no me animaría entonces a hacer algo mas allá.
Todo comenzó un día que me enferme y pensaba que era covid. Fui al doctor y entonces mi doctor al que siempre iba se enfermó, asi que no me quedó de otra que buscar un nuevo medico. Asisti a una farmacia genérica por la noche, casi a las 9. Recuerdo que estaban por cerrar y la señorita le preguntó al doctor si me podía atender. El dijo que si y me hizo pasar. Entonces, cuando pasé, conocí a uno de esos hombres que son mi debilidad. Tenía más de 50 años, con muchas canas, barba y bigoote largo, un poco panzon, camisa de cuadros debajo de la bata blanca, manos gruesas y muy velludo de los brazos. En ese momento no pensaba en eso, pues en realidad para mi era una visita medica normal, asi que me limite a decirle mis síntomas y el me empezó a revisar. Todo estuvo normal. Me dijo que no era covid pero tenia una ifeccion muy fuerte en la garganta. Me mando unas inyecciones y me dijo que regresara cuando ya las tuviera para su aplicación.
Sali y compre el medicamento antes de que la señorita serrara la farmacia, pues eran locales independientes, ella ya se iba y el doctor serraba cuando me terminara de atender. Regrese con el medicamento y el doctor me preguntó que si acostado o de pie, pensé que de pie dolia un poco mas asi que le dije que acostado. Ese dia traía un short deportivo y una sudadera normal. Pues había hecho ejercicio antes para respirar mejor por la enfermedad. ME pidió que me bajara el short y entonces a mi se me hizo normal bajarlo completamente, hasta la comisura donde empiezan mis nalgas. Me quedé un momento asi volteando contra la pared y el doctor tardaba un pcoo en preparar todo, cuando de repente voltee, me di cuenta que era en realidad que ya había preparado la inyección, pero no dejaba de mirarme las nalgas, como les digo, no es por presumir pero mi trasero es muy grande y muy antojable, entonces cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, hizo un movimiento rápido como que seguía preparando la inyección.
Yo no sabia que pensar, me sentía confundida. Por un momento pensé que quizá había algo malo, pero luego me di cuenta que lo único que pasaba es que le había gustado mi trasero. Que en esa posición se veía en todo su explendor. Una vez que me inyecto, me puso un algodón y comenzó a sobarme la nalga, lo cual para mi gusto duro mas de lo normal. Le di las gracias y me fui. Llegando a casa me di un baño y me masturbe como loca pensando en que el doctor se había puesto a ver mis nalgaas de esa forma. Estaba como loca, asi que por primera vez mi dedo entro un poco en mi ano muy apretado, al principio me dolio un poco, a pesar del lubricante, pero poco a poco se fue relajando y me di cuenta que mi ano estaba hecho para recibir amor.
Lo mejor de todo es que me había recetado 3 inyecciones cada dos días, asi que pase un dia pensando en el y al siguiente pensé en ir nuevamente en la noche. Cuando llegue había un paciente dentro y la señorita me dijo que ya era muy tarde que quizá no me podría atender, pero cuando le dije que era solo una inyección el doctor esscucho y le dijo desde adentro que terminando podía pasar. Ella cerro la farmacia y se fue. Salio una señora de consulta y yo pase y entre muy nerviosa. Todavia recuerdo el olor a alcohol y a consultorio medio y me pongo nerviosa.
Entre y me saludo con mucha amabilidad. Me pregunto como me sentía y me dijo que me iba a revisar, me pidió que me acostara, yo estaba temblando. Qué tienes me pregunto. Por qué tiemblas asi. Es el frio contesté, aunque la noche estaba algo calida. Me dijo que me veía mejor y que me preparara para la inyección, esta vez le dije que de pie, y pude ver que se decepciono un poco. Cuando llego el momento volvi a bajar mi short completamente, para dejar al aire mi parado culo. Entonces, el doctor con todos sus años de experiencia, tiro, estoy segura que a propósito la tapa de la jeringa. Y mientras la buscaba en el suelo, o hacia como que la buscaba, asomaba su mirada en mis nalgas como buscando mi ano. Estaba tan cerca que pude sentir su aliento y senti un escalofrio. Por un momento pensé que me iba a comer el culo ahí mismo, pero fue solo una fantasia, pues después de medio minuto levantó el tapon e hizo un chiste que no recuerdo. Lo demás fue de lo mas normal, me inyecto y me sobo otra vez por un buen rato, me dijo que si me había dolido y le dije que un poco, era la respuesta que el eesperaba para sobarme mas. Le di las gracias y me fui a mi casa a continuar con mi rutina de bañarme, masturbarme como loca pensando en el y esperar.
Pasaron dos días y era un viernes entonces cuando tenia que ir a verlo nuevamente. Estaba pensando en hacer algo atrevido ese dia, así que fui a mi casa después de la escuela, no aguante y me masturbe dos veces, metiendo mi dedo en mi ano cada vez mas placentero, como una verdadera mujer. Gemia y me retorcia pensando en el doctor y en sus manos tocando todo mi cuerpo.
Me bañe lo mejor que pude y me depile. Estaba lista a las 7 y me encontraba muy ansiosa.. Pense en tomar un poco para los nervis pero también pensé en que me podía afectar con el medicamento. Sali de la casa a las 8:30 y llegue casi a las 9 como de costumbre. La señorita estaba mas molesta que siempre y me dijo que noo sabia si me podría atender porque esta vez había mucha gente, le dije que solo era una inyección, asi que me dio ficha de todas formas.
Cuando salió el ultimo paciente, eran casi las 940, a lo que avergonzada toque la puerta de la entrada y le dije que si podía pasar, me dijo que si, pero que le permitiera cerrar la cortina de la entrada, porque ya no iba a atender a nadie mas. Perfecto pensé. Entonces mientras íbamos al consultorio en el pasillo tomo mi brazo y me encamino al consultorio de una manera amigable. Le dije que me sentía mucho mejor gracias a el y que no sabia como pagarle, entonces el solo sonrio y me dijo que no me iba a revisar, que me veía mejor, y que tenia algo de prisa porque lo esperaban en casa a cenar.
Fui ahí cuando me jugué el todo por el todo y le dije que me quería acostar para la inyección, me dijo que si y preparó todo. Cuandoo me acoste, tenia una sorpresa para el. Baje mi pantalón de mezclilla ajustado que llevaba y deje ver una tanga negra de encaje bien metida en la comisura de mis nalgas. El no había visto eso, pues estaba concentrado preparando el medicamento, cuando de pronto senti su mirada y como se tenso el ambiente.
Su única reacción fue un Ah caray! Y no dijo nada mas. Despues de un par de minutos incomodos le dije “todo bien”? Entonces el me dijo en modo serio. Si, es que nunca había visto que a un hombre le quedara tan bien una tanga de mujercita. Le gusta? No me contesto. Me puso la inyección, y mientras volteaba pude ver que tenia una ereccion debajo de su pantalón café de pana. Me incorpore y lo vi muy sonrojado y apenado.
Me subi el pantalón. Disculpe, no lo quería incomodar, le dije. No terminaba de decir eso cuando se acerco a mi y me dio el beso mas rico que me han dado en la boca. Me apretujo las nalgas, me tomo de la cadera y me pego a su ereccion, y luego de dos minutos en los que yo no reaccionaba y apenas movia la boca, me dijo. Muchas gracias por todo esto, nunca lo voy a olvidar, pero tengo un compromiso en casa, y no me puedo dar el lujo de fallar. Me lo dijo con tanta ternura que entendí que ese era el final de algo que nunca fue. No se preocupe, le dije, muchas gracias a usted por esto.
Por favor te pido que no regreses al menos que sea algo medico, siempre te voy a atender pero solo si es para cosas medicas. Le prometi que no volvería a molestarlo y con una sonrisa me dijo que no era molestia. Sali del consultorio después de un beso de despedida mas tierno que cachondo y me fui a mi casa y me puse a llorar todavía no se por que. Ni tiempo me dio de decirle que era la primera vez que me besaba un hombre y que era virgen de todos lados. No me masturbe ni nada. Solo llegue y lllore hasta dormir. Al otro dia continue con mi vida sabiendo que era una mujer capaz de provocar cosas en un hombre, quizá no estaba tan mal después de todo. Gracias por leerme.
Que rico relato, por momentos me imaginaba el Doctor jejeje
Yo te hubiera besado las nalgas primero. Luego un beso y caricias, con lujuria pero con delicadeza.tocarnos nuestros penes mutuamente