Descubriendo a Magalí IV: la lujuria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por solotulosabes.
Aquella noche la terminamos follando en cama, después de correrse en mi mano, se levantó y me dijo que la esperase, que iba ponerse cómoda.
Al cabo de 10 me llamo.
– Luis, ven estoy en la habitación
Me levante, y avance por el pasillo, la disposición del piso era igual al mío así que me fue fácil llegar.
Al entrar la vi tumbada en cama vestida con un salto de cama blanco que dejaba ver su cuerpo femenino, realzándolo todavía más.
– ¿Quieres que te de un beso de buenas noches?
– No, lo que quiero es que me folles.
Quiero que me metas tu polla, demostrarte que puedo ser tu putita mejor que cualquier chica que conozcas por ahí.
Me senté a su lado, contemplado su belleza, sus pezones sonrosados se marcaban en el salto de cama, se notaba que seguía excitada, su mirada desprendía deseo, sus labios rojos estaban húmedos.
Recorrí sus piernas, ahora sin medias, con mi mano, estaban suaves ningún resto de bello.
– Me he depilado para ti, aunque no tengo mucho bello en las piernas.
– Siempre que estés conmigo tendrás que venir depilada.
– Claro, contigo soy Magali.
Quiero ser toda una nena para ti, depilada, maquillada y vestida.
Mientras me hablada yo seguí recorriendo sus piernas, al llegar al interior de sus muslos se le puso la piel de gallina y se mordió el labio inferior mientras cerraba los ojos.
Tras el salto de cama podía apreciar unas braguitas y bajo ellas un bulto que empezaban a crecer.
Le pedí que se pusiese a cuatro patas encima de la cama.
Me obedeció, yo me pude detrás de ella para contemplarla, y me quite los pantalones y el calzoncillo.
En la habitación únicamente se oía su respiración.
El salto de cama solo tapaba la mitad de su culito y entre sus piernas las braguitas de un rosa muy tenue sostenían una polla medio empalmada.
– Braguitas nueva
– Si, también son de mi madre.
Tiene muy buen gusto.
Separe ligeramente las braguitas para besar su culito.
Mi boca y lengua lo recorrieron lentamente acompañado de pequeños mordiscos, que hacían que se estremeciese y que su piel vibrase con cada uno de mis mordiscos.
Mi polla empezó a crecer y empezó a rozar su muslo, intento cogerla con su mano pero le dije que no se moviese, que quería que siguiese así a cuatro patas.
La contemple de nuevo, así a cuatro patas totalmente entregada, levantaba ligeramente su culito.
Sus piernas abiertas dejaban ver unas las braguitas rosas en las que su polla reaccionaba cada vez que su calentura aumentaba.
Era una gata en celo dispuesta a entregarse a los deseos de su amante.
Recorrí la raja de su culito con uno de mis dedos, seguí hasta llegar a la punta de su polla, con la palma de mi mano empecé a acariciar aquella polla , notaba como la tela entre mi mano y su capullo se empezaba a humedecer.
– Estas muy mojada
Si, dijo entre suspiros mientras yo seguía jugando con su polla.
Metí mis dedos entre las braguitas para humedecerlos.
Cuando los note suficientemente húmedos, humedecí su agujerito con ellos, gracias al polvo anterior su dilatación fue fácil.
Mi polla rozaba sus muslos, me fije que las primeras gotitas de mi polla se iban extendiendo por su pierna.
Mientras mi dedos seguían lubricando su culito, dos de mis dedos entraban y salían con facilidad en ese agujerito que parecía un coñito recién depilado.
No quería que se dilatase demasiado así que e separe y me puse al borde de la cama
– Ven, chúpamela
– Sí, claro
Se situó frente mi polla a cuatro patas y me la empezó a mamar, esta vez con lujuria, la saliva le salía por los labios, yo se la clave varias veces en la garganta.
Magalí no paraba de chupar, sabía que esta vez era para que se deleitas, se cometido era lubricarla para que se la metiese.
Mi polla ya estaba a reventar, así que le dije que se diese la vuelta.
Dejo mi polla y se puso de nuevo con su culito hacia mí.
Me quede contemplándola, le baje las braguitas has la mitad del muslo, su polla se liberó de las bragas que la oprimían y un hilillo salió hacia la cama.
Se la cogí y mientras la masturbaba me acerque a su oído.
– Ahora vas a sentir lo que siente una mujer cuando la follan, te dolerá al principio pero después sentirás el placer de sentirte follada.
Recogí los restos del líquido que recorría su capullo con mi mano y lo extendí por su agujerito, situé mi polla en la entrada y empecé a penetrarla.
Mi capullo entro fácilmente, ahí su culito mostro un poco de resistencia y un gemido de dolor se oyó en la habitación.
– Tranquila nena, pronto te retorcerás de placer
Hice un poco de fuerza, y mi polla entro entera, un grito ahogado por la almohada seguido de un suspiro me indico que el dolor inicial se había convertido en placer y empecé a bombearla.
Magali pegaba su culo a mí en cada envestida, sus gemidos me ponían a mil y aceleraba el ritmo de mis embestidas que hacían que mis huevos rebotasen en los suyos.
Mi polla entraba y salía sin dificultad en su culito estrecho y cálido, seguimos así un buen rato hasta que le pedí que se diese la vuelta y se tumbase.
Cogí una almohada y se la puse debajo.
– Te voy a follar abierta de piernas.
Su cara transmitía lujuria mientras colocaba sus piernas sobre mis hombros, la embestí por sorpresa con fuerza penetrándola de un solo movimiento.
– Ummmmmm, me estas rompiendo el culo cabrón y me gusta como lo haces
Su culo estrecho y húmedo absorbía mi polla en cada embestida, su cara mientras la follaba reflejaba el placer que sentía, y su posición completamente abierta, con las piernas sobre mis hombros, me permitía ver como mi polla penetraba su culito rosado.
Yo ya llevaba con los huevos un par de horas a reventar no iba a poder aguantar mucho más.
– Voy a correrme, ¿dónde quieres que me corra?
– Corete dentro, quiero sentirlo dentro
Aceleré el ritmo de mis embestidas, la visión de sus bragas en el suelo, su polla moviéndose al golpe de mis embestidas acrecentó mi morbo y una corrida bestial exploto dentro de ella, cuando acabe de correrme seguía con mi polla dentro de ella, note que tenía la respiración entrecortada se acababa de correr también, note mi estómago húmedo y me percate que era parte de su corrida, el resto de ella se estaba esparciendo por su barrig.
Así acabo aquella noche de sexo con mi “vecinita”,·pero no fue la última ni mucho menos….
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