Después de mi primera follada como nena, ahora la hembra se impone.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Translover.
Ven, sígueme -Le dije a Carlos mientras lo guiaba a la habitación de mis padres- acuéstate y espérame mientras te traigo tu sorpresa, me dirigí al baño para prepararme, tenía todo listo.
Habían pasado dos semanas desde nuestro primer placer, habíamos tenido un par de rápidos encuentros pero estábamos en semanas de exámenes y la verdad estábamos muy complicados, este sábado era el primero que teníamos libre para nosotros, mis padres como de costumbre se fueron el fin de semana para la playa, nos pidieron que fuéramos pero yo alegando cansancio me quede en casa, mis planes necesitaban soledad y tranquilidad y tener el fin de semana libre era lo mejor.
Ya me había depilado completamente, me hice una buena limpieza como leí en algunas páginas y comencé mi transformación, llevaba días pensando en eso. Las prendas de mi mama me quedaban súper bien, me coloque un cachetero de encaje, medias, liguero y corpiño negro, la peluca azul y una bata negra que me llegaba más arriba del medio muslo, me puse una base suave de labial y me observe en el espejo grande de mi madre, era una completa zorrita, me sentía caliente y lista para complacer a Carlos.
Abrí la puerta del baño y allí estaba, completamente desnudo, con las almohadas acomodadas en el centro y el recostado como un rey en la cama de mis padres, jugando con esa verga gorda y roja que tanto me gustaba. Te ves como una completa perra -me dijo mientras su mano jugaba deliciosamente con la cabeza roja y brillante de lubricación- soy una perra -le conteste- y cada vez que me vista como puta para ti me vas a llamar Lysa, cada vez que me veas con calzones puestos o cuando me arrodille frente a ti para meterme todo eso en la boca -le dije mientras le señalaba la verga – me vas a llamar Lysa – todo se lo dije mientras caminaba hasta la cama- el me miraba con ojos desorbitados, respiraba rápidamente mientras su mano subía y bajaba por ese pedazo de carne húmedo, su cara de placer y la tensión de su cuerpo me ponían muy caliente.
Ahora -le dije- vas a follarme duro, hoy soy tu perra y lo único que quiero es complacer a mi macho. Le abrí las piernas y me acomode en el centro agarrando suavemente su verga mientras él se dejaba hacer, le escupí la cabeza mientras empezaba a subir y bajar mi mano, sus gemidos de placer no se hicieron esperar dándome la señal de que lo estaba haciendo bien, con mi otra mano empecé un masajeo suave en sus huevos, sus gemidos se fueron haciendo más fuertes, el lubricante de esa verga chorreaba por mi mano cada vez que la pajeaba, me acerque a su miembro y disfrute embarrándomelo en la cara, me lo pasaba por los labios, por las mejillas, podía sentir como todo el lubricante y la saliva quedaban en mi cara dejándola húmeda y brillante, el me agarraba fuerte la cabeza mientras lo estimulaba con mi cara, lo podía sentir vibrar mientras el lubricante empapaba mi rostro, me sentí sucia y caliente y mi macho estaba listo para mi, abrí la boca y comencé a comerle la cabeza, la tenía dura y salada, el sabor del lubricante inundaba mi lengua y los gemidos retumbaban en mis oídos, a cada suspiro introducía más esa verga en mi boca hasta que la tuve completa adentro, la sentía presionar mi garganta mientras succionaba como si fuera una melcocha, sus manos me presionaban la cabeza hasta el fondo mientras mi saliva bajaba por sus huevos y manchaba las sabanas de la cama de mis padres, llevábamos unos 15 minutos de mamada cuando sus huevos empezaron a contraerse en mi mano y su miembro se endureció como nunca y unos chorros espesos y salados me llenaron hasta el fondo, los tragaba completos sin derramar ni una sola gota mientras su verga deliciosa palpitaba en mis labios.
Me dejaste muerto -me dijo mientras acariciaba mi cara húmeda y me veía con ojos de placer-. Nada de eso -le respondí – tenemos todo el fin de semana y no me aliste para que me dejes solo con una manada, hoy te quiero completo, quiero que me llenes como nunca.
Me acomode a su lado mientras acariciaba su pecho, una capa fina de sudor le cubría el cuerpo y su cara de placer era incomparable. Yo sabía que ibas a quedar cansado -le dije-, por eso te tengo algo que te va a ayudar, agarre el control del televisor y lo prendí, en la pantalla apareció la imagen de la cama con nosotros acostados, la cara de sorpresa de mi hombre fue mejor de lo que esperaba. ¿Te gusta mi sorpresa?, -le dije mientras bajaba mi mano a su miembro semiduro y pringoso- quería que me vieras completa, que disfrutaras de otra forma en como me entrego a ti, por eso la instale para que grabara todo lo que hacemos. No había terminado de decir eso cuando su miembro reaccionó con fuerza endureciéndose de nuevo, lo podía sentir en mi mano palpitando, seguí con las caricias y ensalivándolo cada tanto, los suspiros volvieron y vi que estaba de nuevo listo para mí. Me puse de pie para que me viera completa de nuevo, me quite la bata y comencé a modelarle de la forma más sucia que podía, él siguió jugando con esa vergota mientras yo me acomode de cuatro patitas como una perrita en celo viendo hacia la cámara y el televisor, ofreciéndole mis nalgas mientras me bajaba hasta los muslos el cachetero de encaje.
Dale papi, quiero ver cómo me clavas -le dije mientras pasaba mis dedos lubricando mi culito-, mi macho no se hizo de rogar y se acomodó detrás mío, una de sus manos fuertemente agarrada de mi cintura mientras con la otra agarraba la verga y me la frotaba contra mi entrada, podía sentir la humedad en mi culito mientras lo abría y cerraba cada vez que el intentaba introducirlo, la imagen era deliciosa, veía mi cara de placer en la pantalla, sentía su verga abriendo camino y podía verlo a él erguido detrás de mí con cara de lujuria, la mano de la cadera subió hasta mi nuca y su pene entro hasta la mitad y comenzó con un bombeo constante, podía sentir cada centímetro tallando mi culito, mi próstata reaccionaba a cada empujón de mi hombre y sus bramidos de macho me tenían a mil, me agarra las caderas, mi nuca, me nalgueaba fuerte mientras de su boca solo salían gemidos y palabras sucias -Dale perra, dale, te voy a llenar ese culo hasta el fondo, dale Lysa eres mi puta, mi zorrita caliente. Si papi -le contestaba- yo soy tu zorrita, soy tu putita, soy tu mujer.
Cada vez que le hablaba sus empujones se volvía más violentos, sentía mi culito apretado a cada movimiento y una electricidad que invadía mi interior, todo lo veía borroso del placer que sentía hasta que Carlos me la saco de golpe. Me encanta verte ese culo abierto -me dijo mientras me masajeaba las nalgas-, ven y me cabalgas, quiero ver como subes y bajas, yo no espere más y lo acomode cruzado en la cama, ahora la cámara nos grabaría de perfil mientras yo lo cabalgaba, me quite el cachetero y quede solo con los ligueros y el corpiño, me subí sobre él y de golpe me senté en esa tranca caliente, el soltó un gemido y empezó a bombearme, yo apoyado con las manos en su pecho aguantaba los embates con fuerza, ese era mi papel, ser la sucia del día. Móntame hasta sacarme la leche- me dijo mientras acariciaba mis piernas y se quedaba quieto esperando-.
Comencé con movimientos suaves a atrás y adelante, con toda la carne en mi interior, no subía ni bajaba solo restregaba mi culo con fuerza, su miembro lo sentía duro en mi interior, mi próstata latía a cada toque, hasta que no aguante y me derrame sobre su estómago, sus manos en mis piernas y sin tocarme mi largo pene había descargado chorros de leche sobre el, nuestros gemidos eran lo único que nos devolvían a la realidad, el temblor de mi cuerpo era incontenible, me deje caer sobre su pecho sin parar los movimientos de mi cadera, Carlos me abrazaba duro y me decía al oído cuando le gustaba, yo casi no podía respirar del fuerte orgasmo anal que había tenido, pero no me quería rendir, quería que mi macho me llenara hasta el fondo, aguante un poco más hasta que por fin Carlos me regalo su jugo de hombre, sentía mi culo inundado y el sonido de ese pene moviéndose entre leche era cautivador. Nos quedamos quietos agarrando aire, mi cuerpo no paraba de temblar y el sudor nos empapaba a ambos, tenía los ojos cerrados tratando de recuperarme, no se cuánto tiempo paso pero me saco de mi mundo el pene suave de Carlos mientras se deslizaba fuera de mi culito que dejo escapar una generosa carga de leche que cayó en sus huevos y en la cama, con cuidado me quite de encima de el y me arrastre hasta su entrepierna para limpiar el semen derramado, chupe su pene, sus huevos y las sabanas, quería aprovechar cada gota de leche.
Dormimos esa noche en la cama de mis padres, súper cansados por nuestra sesión de sexo. Cuando me desperté en la mañana Carlos ya estaba literalmente levantado viendo el principio del video, lo bese en los labios mientras acariciaba su pecho y bajaba mi mano a su verga dura. Todavía nos queda un día -le dije- y quiero aprovecharlo al máximo, lo vas a aprovechar mi putita -me respondió mientras empujaba mi cabeza hacia su pene- y los vas a aprovechar muy bien.
Espero os guste y si quieres calentarte mas no dejes de seguirme.
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