DOBLE PENETRACIÓN ANAL EN EL PARQUE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Una noche de sábado cualquiera, llevaba puesto un vestido con escote de media espalda, por delante seguía en 2 tiras que cubría mis tetas y ataba detrás de mi cuello, la falda del vestido era bien corta, unos 5 centímetros por debajo de la parte inferior de mis nalgas, el vestido era blanco. Tenía puesta unas sandalias blancas de tacón de 12 cm, uñas de pies y manos pintadas de rojo, labial rojo, rubor, ojos pintados de rojo y labial también rojo, aretes y una peluca hasta los hombros.
Caminaba a altas horas de la noche sola, muy excitada por las miradas morbosas de los hombres que me miran como a una puta. Dos hombre de unos 190 centímetros de altura y de mas de 95 kg, se acercan y uno de ellos me pregunta ¿Quieres tener sexo con 2 verdadero machos? y aunque estaba nerviosa respondo que sí.
Uno de ellos me ofrece su brazo mientras el otro camina por detrás, sentía su mirada morbosa mirándome las piernas y el trasero. Yo empecé a excitarme muchísimo, caminamos hasta llegar a un parque solitario, con poca luz. Me siento en una banca cruzando las piernas sensualmente, me sentía muy femenina, una verdadera mujer, una puta. Estaba muy excitada de ver a esos 2 hombre tratándome como a una mujer, como una puta, me excitaba mucho sentirme deseada por esos 2 machos. Uno de ellos se saca la gran verga y me dice “abre la boca perra” y abrí la boca, empecé a chupar verga. El otro hombre hace lo mismo, así que me follan la boca, una a una porque son tan gruesas que las 2 no me caben en la boca, hasta que uno a uno me inunda la boca de semen, el cual me obligan a tragar de una bofetada.
Después de un buen descanso, me piden que me ponga en 4, lo cual hice. Sabía que seguirían follándome, ahora uno por la boca y el otro por el ano. Al que me iba a ensartar por el ano le pedí que usara aceite que tenía en mi cartera y me penetrara lentamente para minimizar el dolor. Se echó aceite en la enorme verga y en mi culo, pone la gran cabeza de su enorme verga en la entrada de mi ano. Creí que me penetraría suavemente, pero no fue así, me ensartó hasta el fondo de un solo empujón, el dolor fue tan fuerte que sentí mareo y escalofrío, casi me desmayo. No podía gritar, solo gemir ya que la otra gran verga me follaba la boca tratándome de asfixiar.
El que me follaba por el culo me clavaba hasta el fondo y me la sacaba por completo, una y otra vez, como si fueran puñaladas, me daban puñaladas de verga por el culo, como si quisiera atravesarme toda, sacándomela por la boca. Después de unos minutos el dolor empieza a bajar y mientras aparecía el placer, el cual aumentaba mas y mas, hasta sentir un infinito placer, placer que seguía creciendo y entonces soy yo quien les pide a ambos que me follen más y más. Les pido que no se detengan y las embestidas eran rápidas y profundas y yo solo pedía más verga, pero cada vez que pedía más verga recibía una fuerte bofetada de quien me follaba la boca diciéndome “perra golosa, no dejes de chupar” “puta depravada sigue chupando”. Pero era tan grande mi lujuria que no me importaba el dolor, ser maltratada y golpeada más bien aumentaba mi morbo y lujuria, sentía un placer infinito, me sentía más mujer y más puta. Decían cosas como “que rico lo mamas perra” “que culito tan delicioso tiene esta puta” “debiéramos romperle el culo a ésta perra” y un montón de cosas, que en lugar de atemorizarme me excitaba más. Me follaron intensamente hasta que se me derramaron simultáneamente dentro de mí, me inundaron la boca y el culo de leche de macho, mientras que yo terminé en un orgasmo intenso. Jamás imaginé que mi ano podía darme tanto placer.
Nos acostamos varias horas sobre la grama en una zona del parque, yo de medio lado entre mis 2 machos. El que me follaba el culo se durmió con su enorme verga dentro de mí a pesar de estar flácida, ambos me abrazaban y me hacían sentir toda una mujer. Después de varias horas mis machos se despiertan. El que estaba detrás de mí y con su verga flácida dentro de mi culo, se gira 90 grados para quedar acostado boca arriba y yo encima de él, el otro me toma de los tobillos levantando mis piernas y doblando mis rodillas para que su amigo, que estaba debajo de mí, me abraza fuertemente, rodeando no solo mi cuerpo, también mis piernas y cruzando sus manos bajo mi nuca. El abrazo era muy fuerte, me inmovilizó exponiendo mi ano para que fuera atacado por su amigo, a quien le dijo, "rómpele el culo a ésta puta perra". Me sentí muy excitada nuevamente, no sólo de ver a mis 2 machos que se preparaban para follarme nuevamente, de sentirme deseada por ellos, sino porque además, me sentía indefensa, inmovilizada por uno de ellos, mientras que el otro se preparaba para atacar mi ano. Empezaba a sentir como la verga dentro de mi culo crecía nuevamente, era una delicia y veía a mi otro macho, acariciar mis nalgas, lubricar su enorme pene y mi ano. El que estaba debajo de mí me decía “ahora sabrás, puta perra, lo que es una doble penetración anal” y yo les dije “si, háganlo sin piedad, por nada se detengan”, el que estaba encima de mi continua “Te vamos a romper el culo perra” y yo le respondí “no lo creo, pero si así fuera, disfruta mi culo sin detenerte”. Yo siempre quise tener la experiencia de la doble penetración anal, sólo que no me imaginé que sería esa noche. Yo sabía que me iba a doler muchísimo, pero lo deseaba, quería vivir esa experiencia.
Siento el otro pene presionar en la entrada de mi ano, cada vez con más fuerza, mi ano se resiste a la penetración y el dolor es terrible, me mordía mis labios y gemía. Mi macho de encima tratando de penetrarme con su enorme verga se ayuda con los dedos, luego trata de abrir más mi culo con ellos, como si quisiera romperlo, desgarrarlo, me da escalofríos y mareo por el dolor. Yo sólo gimo por el dolor, me siento desmayar. Finalmente la enorme verga con ayuda de los dedos de la mano logra penetrar mi ano, sentía que me desgarraba, que me partía en dos. Fue una penetración salvaje, brutal y dolorosa. Una vez que mis dos machos tuvieron sus enormes vergas dentro de mí culo, continuaron con su mete y saca rítmicamente. El dolor bajó un poco, aunque sentía un ardor en el ano y humedad. Mi macho de arriba dice “Que culo tan delicioso tiene esta zorra depravada y parece que le rompimos el culo” el que estaba debajo de mi replica “mandemos a esta perra a casa con el culo roto y sangrando, dale duro” Yo que los escuchaba decir eso y muchas otras cosas que ya no recuerdo, ya gemía más de placer que por el dolor. Yo trataba de ver la gran verga de encima, que entraba y salía, para ver si de verdad me habían roto el culo, sentía ardor y el ano lubricado, pero por el ángulo no podía ver, pero a pesar de la preocupación y el ardor, lo disfrutaba cada vez mas, me sentía como una puta siendo violada por dos machos sádicos, me sentía realizada como mujer, y mi lujuria era tal que les dije a mis machos “quiero más, quiero más verga, quiero que me rompan el culo”. “Mamita, ya te lo rompimos”.
El que estaba debajo de mí, finalmente me suelta y mete sus brazos por debajo de los míos tomándome de los senos, estrujándolos fuertemente mientras me sigue follando el culo que al parecer lo tengo roto. Al mismo tiempo el que está encima me toma de los tobillos abre mis piernas y continua follándome. La follada con doble penetración anal era rítmica, mientras uno me penetraba profundamente como si quisiera sacarme la verga por la boca, el otro me la sacaba casi toda, solo dejando la cabeza de la verga dentro de mi culo. Mientras tanto yo disfrutaba a pesar de mi ano desgarrado y el ardor. Sentía mi culo bien lubricado por mi sangre anal, pero no la veía, solo sentía una lujuria infinita, quería que mis machos me siguieran follando hasta el amanecer y pedía más, que me dieran más duro, que me rompieran más el culo, tal era mi depravada lujuria insaciable. Finalmente alcanzo un gran orgasmo maravilloso mientras mis machos siguieron follándome unos segundos más y me inundaron nuevamente el culo con su semen, sentía sus espasmos. Mi macho de arriba se tira encima de mí, agotado y relajado, mientras yo lo abrazo con mis piernas. El que estaba abajo saca su cuerpo, para evitar el peso, pero no saca su verga de mi culo.
Descansamos como 30 minutos, pero nos levantamos porque estaba amaneciendo y de pronto alguien nos podía ver. Yo me levanté y sacudí mi vestido blanco, y ya con mejor luz vi que estaba manchado de rojo y fue cuando me di cuenta que había sangrado bastante, sentía ardor en el ano, me incomodaba muchísimo al caminar, pero me sentía muy feliz de haber sido la mujer de dos machos vergones, la puta y perra de dos machos que además de follarme la boca hasta la garganta, me follaron violentamente el culo hasta rompérmelo y hacerlo sangrar, muy feliz de haber sido la puta sumisa de dos hombre vergones, más grandes y fuertes que yo y que me hicieron sentir que era toda una hembra. Arreglé mi maquillaje y me despedí de mis 2 machos violadores.
Me fui alejando, caminando muy coqueta y feliz, casi no había tráfico ni gente, así que las pisadas con mis delicados tacones de 12 cm se escuchaban claramente. Había caminado varias cuadras y a pesar de estar satisfecha por la follada que me dieron toda la noche, sentía mucho morbo porque los poquitos hombres que pasaban a mi lado, me veían con morbo y algunos me decían cosas vulgares.
Era claro que por la hora, por la zona, con un vestido de minifalda tan corta y gran escote, tacones de 12 cm y maquillada como una puta, todos me veían como puta. Cuando un hombre pasaba a mi lado, yo por pena yo no miraba hacia atrás, hasta que el morbo pudo más y cuando pasó al lado mío uno que me dijo ¿mamita que te pasó, te violaron?” y siguió, yo caminé unos segundos y me detuve para mirar hacia atrás y vi a ese hombre que se había detenido para mirarme. Yo sonreí y él también, le quite la mirada y seguí caminando. Seguí caminando hasta que sentí unos pasos atrás y una voz que me decía “mamita no me mueva tanto la cuna que se me despierta el bebé”, me hizo sonreír, me pareció un piropo muy gracioso. Sigue caminando a mi lado y me pregunta ¿Qué te pasó, porque tu vestido ésta manchado de sangre y tus piernas, te asaltaron, te maltrataron, te violaron? Fueron muchas preguntas en una sola. Le dije lo primero que se me ocurrió, “acabo de ser violada y además soy travesti”. Y me pregunta ¿quieres que te acompañe?, le dije “si, me gustaría”.
Antes de continuar miré mis piernas y me di cuenta que la sangre había llegado y pasado mis tobillos por la parte interna de las piernas, llegó a mis pies, vi que la superficie blanca de mis sandalia ya no eran blancas, eran rojas hasta la punta. Me di cuenta que por eso mis pies resbalaban un poco en la superficie de mis sandalias.
Mi acompañante me pregunta si vivo lejos, a lo que respondí, no, estamos a 3 cuadras, unos 150 o 200 metros. Vamos, caminemos antes que haya más gente, que todo el que pasa se nos queda mirando. Entonces caminamos de prisa, pero eso hizo que mi culo volviera a sangrar y más intensamente. La verdad es que caminamos de prisa porque así lo quiso mi acompañante, porque si fuera por mí, quería caminar más para sentir la mirada de los hombres morbosos posadas sobre mi trasero y piernas y tratando de adivinar qué pasará por la mente de cada hombre que me mira viendo las manchas de sangre en mi corto vestido blanco y la sangre escurriendo por mis piernas. Fue una caminata deliciosa, cansada pero deliciosa, tanto que por las miradas lujuriosas de los hombres casi tengo otro orgasmo mientras caminaba.
Finalmente llegamos a al motel donde había alquilado una habitación para vestirme de mujer y nos detuvimos en la acera. Mi acompañante me pidió el número de mi celular, me dijo que le gustaría quedarse conmigo pero tenía que ir al trabajo. Le di mi número y con un beso nos despedimos. Cuando iba a entrar, el vigilante, que me conocía porque siempre iba a ese motel, me detiene y me pregunta ¿linda que te pasó? Yo le respondí “no te preocupes mi amor que estoy bien, fui violada por 2 tipos pero no estoy muy mal, sólo un poco lastimada. Pero te hicieron mucho daño, mira cómo está, mira tú vestido, tus piernas ¿Qué te hicieron? ¿Por qué tanta sangre? Yo le respondí, “sí, me hicieron daño, me desgarraron el ano, pero creo que sangré mucho porque estoy agitada por la caminata. “Cuando salí del parque donde me violaron”, le dije, “sólo tenía el vestido manchado y un poco de sangre en mis muslos, pero me limpié, así que seguramente el agite por la caminata hizo que sangrara mucho”. ¿Quieres que te ayude en algo? Le dije que sí, y continué “Necesito que consigas a alguien que sepa de primeros auxilios para que me revise el ano, tal vez necesite unas puntadas.
Me di una ducha, me asee bien, sentía ardor en mi ano roto, desgarrado por la doble penetración anal salvaje, me relajé y mi ano dejó de sangrar. Me vestí de forma similar pero con un vestido rojo y tacones rojos. Cuando terminé de maquillarme y arreglarme salí para preguntarle al celador por el de primeros auxilios, cuando justo acababa de llegar. Lo entré a mi habitación, era un hombre maduro, me puse de rodillas y agachada con mis hombros sobre la cama, para que me examinara el ano y regresa el morbo, sólo que trataba de disimularlo. Toma mis nalgas, examina mi ano y me dice “tendré que hacerte algunas puntadas, tienes una desgarro profundo” y me pregunta ¿quieres anestesia para el dolor? Le pregunte ¿La trajiste? Y me dijo “no, no pensé que la necesitaría” le dije “entonces hazlo sin anestesia” entonces me hizo unas dolorosas curaciones, introdujo una gasa en el ano y me cogió las puntadas. Me dijo, vas a tener que ir a un médico para que te formule, no podrás defecar normalmente y seguramente tendrás que tener una dieta especial.
Lo que pasó después, es otra historia…Espero que les haya gustado.
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