El primer relato de Ana Lilia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por rp43191.
Como casi todas las chicas como yo, empecé muy joven, desde niño a usar ropa de mi hermana y de mi madre, he de aclarar que siendo niño era muy delgado y que al ponerme la ropa interior de mi hermana, me excitaba tremendamente.
Pasó el tiempo y empecé a surtirme de ropa de familiares y amigas (las mujeres suelen dejar sus pantaletas en las llaves de la regadera y cuando iba de visita, pues una más a mi guardarropa.
Mi primera vez fue muy especial, no estaba vestida de niña, por el contrario.
Resulta que iba caminando por la calle y de repente me detiene un señor y me pregunta si me gustaría posar para unas fotos, me dijo que me pagaría (yo lo hubiera hecho gratis) para ese entonces yo tenía 18 años y ya había tenido relaciones con mujeres desde los 14, pero acudí a la cita y me tomó fotos y platicamos un buen rato.
Al acabarse el tiempo, me pagó y me invitó a que a la siguiente semana acudiera a una nueva sesión. Yo por supuesto me sentí cómoda y regresé, además que el dinero siempre ayuda para gastos personales. Ya casi al final de esa sesión me pide que me desnude y así retratarme, no le vi problema alguno y me despojé de mi ropa, mi pene creció y así me retrató, luego me preguntó que por que me había excitado y le dije que me imaginé que hacíamos el amor, el se acercó y gentilmente empezó a besarme y a acariciarme, me puso a mil, súper caliente, en esa ocasión no le mamé el pene (que por cierto estaba muy gordo y grande) pero le pedí que por favor me lo metiera, que deseaba ser penetrada, me hincó sobre su cama y empezó a untarme lubricante, lo cual facilitó la entrada de su pene, lo sentí lentamente entrar en mi culito, poco a poco empezó a moverse y comencé a disfrutar de lo lindo, de repente me preguntó si ya quería que se viniera y le respondí que sí, que me encantaría, entonces a chorros me llenó el ano con su semen caliente, fue una experiencia deliciosa, procedí a limpiarme el ano y él empezó a mamarme el pene, y a introducir dos dedos en mi culo, cuando me vine, el se tomó por completo mi semen caliente.
Cuando salí de su casa, me sentía deliciosa, me sentía diferente y realizada, por cuestiones de la escuela, no volví a saber de él, pero sigue en mi recuerdo por ser quien me abrió a este mundo rico de placer.
Por un rato mis fantasías se aplacaron y al cumplir 22 nuevamente empecé a vestirme de niña a escondidas, hasta que una noche en la que me encontraba sola, tomé la decisión de salir a la calle y sentirme deseada, llevaba una falda corta de mezclilla y una blusa blanca, en una de las calles una camioneta empezó a seguirme y de repente se detuvo a mi lado y me invitó a subirme, antes de abordar le avisé que era travestí para evitar disgustos, me dijo que estaba bien, que subiera, ya con ese consentimiento, me sentí feliz y claro que subí. Ya arriba del vehículo se bajó la bragueta y sacó su miembro, empecé a acariciárselo y luego puse mi boca suavemente en el, comencé a chupar esa delicia de carne dura y acariciándole los testículos conseguí que se viniera abundantemente, por supuesto, me bebí todo ese rico semen que fluyó, me acercó a mi casa (no me gusta que se sepa donde vivo, para evitar que me molesten en momentos inoportunos, me gusta tener el control de mi vida privada).
Por el momento es todo y espero que les guste este relato que es verídico, en otra ocasión les contaré mis experiencias en una sala de cine porno y mis fantasías que no he podido realizar.
Su amiga Ana Lilia
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