El taxista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Vulpecula.
Una buena podadita a mis piernas. Y sin dudarlo un momento lo hice, con la seguridad de que nadie me molestaría. Paso lo susodicho pero aun me sentía vacio, y eso que estaba ahí, con una minifaldita roja, una camisa blanca y unas zapatillas negras (me veía muy bien a mi gusto) pero esa sensación desagradable no me dejaba. Es en ese momento cuando me veía al espejo, y me dije “vaya si saldrías así ahora, más de uno te cogería”. Y en mi se esbozo una sonrisa perversa, ¿estaría dispuesto a salir con mi look de putita?, lo dude por casi un cuarto de hora hasta que me dirigí de nuevo hacia mi…“hazlo carajo, solo se vive una vez”. Y si, me decidí por fin a salir de mi casa con aquella apariencia, pero al momento de tener ya la chapa de la puerta en mi mano dije ¡¡¡nooo, que haces!!! Y si algún vecino te ve y después te delata, o algún amigo/a de mis familiares que yo no conozca pero que si me ubique a mi me observa vestido así. Y como se imaginaran, retrocedí de nuevo hacia adentro. Y es que No quería pasar un mal rato solo por mi calentura, pero al verme de nuevo ahí, tan puta, mi cerebro volvió a pensar “caliente” y mi ano también me suplicaba a gritos una experiencia sexual con un hombre, así que de nuevo…
Tuve la convicción de salir, pero esta vez vestido como hombre normal. Pensé, “que vecino sospechara de mi saliendo así tan normal” y así lo hice, Salí como cualquier otra persona y tome rumbo al metro de la línea b (como ya sabrán, vivo en Ecatepec). Era obvio que no haría mis fechorías en mi zona de residencia, lo haría lejos donde no pudieran ubicarme. Pensé en meterme de nuevo al metro para probar suerte, pero para ese tiempo el metro ya había descargado a toda la población trabajadora que atiborra siempre el metro por las mañanas. Así que mis planes se tenían que transformar… y rápido me llego la idea que me había provocado sendas corridas en algunas noches atrás. Como también ya sabrán, me llaman la atención los tipos gordos y ya mayores. También quería que no fuera tan público lo mío, y por supuesto quería cierta tolerancia ante la situación. Así que me decante por la idea de abordar un taxi. Ustedes ya sabrán si han viajado en este tipo de transporte que los taxistas por lo regular son platicadores (algunos, no todos) y son muy abiertos a platicar casi de cualquier cosa, y además, es un transporte privado. Pues sí, me decidí a desvirgarme con un taxista…
Y es que podía elegir fácilmente al tipo predilecto para realizar mi fantasía, podría ver a través del cristal quien cumplía con los requisitos para poder desfogarme con él, y que se viera buena onda claro (que tal si era un loco que me asaltaría, o peor aún, un homofóbico que al proponerle esto me matara). Por suerte el tipo que elegí fue el perfecto individuo para mis calenturientos propósitos. Obviamente medite bien lo que iba a hacer, me dirigí hacia la zona de Chapultepec para tener la certeza de estar algo lejos de mi “hábitat”, y por tanto tuve tiempo de pensarlo muy bien. Así que me Salí del metro y camine algunas calles de la zona… como cazador quien busca a su presa, claro que iba preparado para la situación, llevaba mi ropita de mujer para vestirme y así provocar a los taxistas (y no solo a ellos). Pero de nuevo no estaba preparado para presentarme así en público y al aire libre, por lo que me aventure a subir a un taxi vestido como tal, como un chico (eso sí, con mis piernas y mi ano totalmente afeitados). Pero vi pasar a varios taxis, pero todos ellos ocupados, sus conductores no eran lo que yo esperaba, en fin, mi desilusión era cada vez mayor hasta que…
Vi un taxi estacionado en una esquina, su conductor era un tipo gordito, moreno, pelo oscuro y muy alegre pues estaba bromeando con la dependiente de un carrito de hot-dogs. Y aproveche que el hambre hacia un poco de mella en mi estomago (quizá los nervios) para acercarme, y rápidamente después de atenderme la susodicha dependienta, el taxista bromeo algo que me hizo reír a mi también, no recuerdo exactamente que fue, solo sé que la plática se torno muy amena en esa pequeña esquina del poniente de la ciudad. Después de eso le pregunte amablemente “cuanto me cobras por llevarme a Tlalpan” (necesitaba una distancia considerable para preparar mi proposición) y me contesto claramente “pues lo que marque el aparatito mi amigo” y sin más me dije a mí mismo “no pienso dejar ir esta oportunidad, que mas da”. Afortunadamente llevaba dinero suficiente como para abordar hasta un avión a Guadalajara (no, J exagero mucho). Así que le dije, sale pues vámonos, y me contesto con una risa muy agradable “sale mi amigo”. El sabía que era un gran negocio, pero lo que no sabía es que iba a obtener más que eso, iba a tener la gran oportunidad de…
Quitarle lo virgen a un culito de macho. Entonces subimos ambos al taxi (un tsuru muy bien cuidado por dentro y por fuera) y rápidamente comenzó a platicar el tipin, y yo solo disimulaba con movimientos de cabeza y ligeros comentarios de “ah sí”, “claro” pero en realidad no le estaba haciendo mucho caso, pues mi mente estaba puesta en cómo se vería su pene, si era muy grande (y lo mucho que le dolería a mi colita) o si era pequeño. Vaya que me estaba calentando mucho y eso se mostro en mi camisa, pues esta ya estaba mojada a los escasos 1 o 2 km. El detuvo de lleno su plática y me pregunto, “estas bien amigo”, y yo asenté con la cabeza y le dije “si…bueno en realidad no mi amigo” y rápidamente sin dudarlo le solté toda la sopa “la verdad es que…” y al decir esto me desabroche el pantalón y me los quite dejando al descubierto mis piernas totalmente afeitadas “es que necesito un rico pene, ya no quiero vivir con esta incertidumbre de no poder tener uno en mis labios”. El con una expresión de asombro total siguió conduciendo hasta llegar a un pequeño parquecito y se estaciono ahí. La calle parecía sola, y rápido me contesto…
“Así que eso es lo que te tiene tan nerviosita”, y yo no supe más que sonreír y asentar con la cabeza. Sabía por su expresión que me había topado con el tipo perfecto para desvirgarme y lo comprobé cuando el señor me comenzó a acariciar las piernas, ooohhh que experiencia tan deliciosa, sus manos calientes acariciando mi parte favorita, era sensacional. El rápido se pasó a la parte trasera del auto donde yo estaba, y me siguió acariciando. De repente se acerco a mi rostro con intención de besarme, pero me aleje y le dije “eso si no me gusta, solo quiero ver tu falo”. El se carcajeo y sin dejar de acariciar mis piernas, me dijo “pues qué esperas mamacita, despáchate”…y yo sin dudarlo y viéndolo coquetamente me agache para desabrochar su pantalón. Y ahí estaba, lo que estaba ansiando durante tanto tiempo, era ya una realidad. Desabroche el pantalón y pase a bajárselos, para dejarlo solo en calzoncillos y ahora si, por encima de sus calzones pude observar su pene ya erecto, era gordito, peludo y de unos 13 cm ¡¡¡perfecto para mí!!! Lo observe y solo le dije “que rico pito te cargas papi”, y el sonriendo solo me tomo por la nuca y me bajo…yo rápidamente abrí mi boquita para…
Mamárselo. Era mi sueño hecho realidad, ese pene tenía un sabor delicioso, era del tamaño perfecto y el tipo seguía acariciándome las piernas. Pronto me bajo los calzones, y descubrió mi pito ya erecto y mi ano afeitado, era el cielo en la tierra, de verdad era algo increíble. Yo seguía mamándole la verga como desesperado y el pronto comenzó a ensalivarme el ano, yo sabía muy bien que ese día mi culito dejaría de ser virgen oficialmente (digo oficialmente porque ya en mis múltiples masturbaciones me había introducido ricos objetos que simulaban ser mis penes). Al hacer esto, deje de chupar aquel sabroso pito y le dije con voz de putita inocente “me vas a coger”, el me vio y me dijo “eso te haría muy feliz verdad mi zorrita traviesa” y le conteste “si, papi, si, me encantaría que me retaques el culo” y lo dije con mi misma voz inocente. Rápidamente me volteo y se saco la camisa, y lo mismo yo para que así quedáramos totalmente encuerados ahí dentro. Yo observe por las ventanas si no había nadie que observara lo que ahí dentro sucedía, pero el lugar era predilecto pues nadie rondaba el lugar en un radio de por lo menos 25 metros. En eso el tipin me dijo, “que bebe, tienes miedo de que alguien nos vea”…
Y le dije, “pues claro, que tal si la policía nos ve y nos lleva al mp, o algún vecino que se molesta con esto”, pero él me dijo “tranquila chiquita, que aquí no pasa nada”. Eso quizá no era suficiente, pero a mí me tranquilizo pues yo ya quería sentir su pito en mi culo. El con un poco mas de saliva y con toda la gentileza me dijo “¿estás lista ya bebe?”, y le respondí con firmeza y con mi ya voz de putita “si papito, estoy lista desde hace meses, ya métemela”. Y sin más ni más la metió, al principio suavemente para no desgarrarme el ano, pero al acoplarse tan bien su pene dentro de mi ser, comenzó a moverse con mayor velocidad haciéndome sentir un placer incontenible. ¡¡¡¡ Ah, siii, ooohhh, cógeme rico papi, cógeme así, ooohhh, rómpeme…rómpeme el culo, siii!!! Y así lo hizo, sus movimientos se volvieron cada vez mas vertiginosos al punto de hacerme gemir cada vez más fuerte, sabía que si en 25 metros a la redonda no había nadie, aun así me escucharían fuera de ese rango. Era deliciosa la cogida que me estaba metiendo aquel taxista desconocido, mi cuerpo ya no respondía a mí, respondía fielmente a las embestidas que aquel riquísimo tipo me daba, y yo solo me dejaba llevar por el placer…
El seguía follándome con dureza por el culo y yo me aferraba a la puerta del taxi, el pronto junto mis piernas ya sudorosas y las estiro por completo y me dijo “ahora si puta, me vas a sacar toda la leche apretándome la verga con las nalgas”, y de nuevo volvió a introducir su pito en mi culo ya dilatado, apretó con sus manos mis piernas y así logro una penetración forzada, yo sentía que la vida misma se me iba en esa cogida, era sublime el placer que me hacía sentir aquel tipo, su panza se agitaba y podía sentirla rozar mis nalgas , su hermoso pito haciendo efectos sonoros hermosos al chocar con mi trasero y por supuesto sus manos agarrando firmemente mis piernas. Así pasaron casi 10 minutos cuando el gimió extasiado “me voy, me voy”, y yo le dije “¡¡¡ lo quiero todo dentro, córrete en mi culo, córrete en mi culoooo!!! Y apenas decía eso cuando yo solté mi leche en todo el asiento trasero, para que posteriormente el hiciera lo mismo dentro de mi cola. Era impresionante esa sensación, el calor intenso de aquel líquido seminal corriendo por mis entrañas era sensacional. Ahí nos quedamos tumbados casi media hora, el seguía acariciándome, yo ahí admirando al macho…
Desnudo que me había inaugurado la colita, y de qué manera. Solo me quedo decirle, gracias. El asentó con la cabeza y se dirigió a mi diciendo “ya vístete putita, te llevo a tu casa”, le dije, “no, solo llévame al metro, yo llegare hasta mi domicilio más tarde” y contesto con su ya típica sonrisa “lo que quiera mi puta, todo por ese culito tan rico”. Vaya que si me pusieron cachonda esas palabras, en ese momento quería follar con el de nuevo pero me contuve. Al llegar al metro, sin más me baje del taxi cual pasajero normal y me despedí con otro gracias, mientras el solo sonrió. Así llegue por la tarde a mi casa, sin que nadie sospechara nada de lo que había hecho a kilómetros de distancia. Tome un baño y espere a que mi familia llegara, con la mente puesta solo en aquel pito moreno que me había inaugurado el culito tan deliciosamente.
Espero haya sido de su agrado esta experiencia que me sucedió hace algún corto tiempo, si me preguntan el nombre del taxista la verdad ni me acuerdo, recuerdo haber visto su tarjetón de circulación pero no del nombre. Comenten en mi correo y gracias por su caliente atención, nos vemos la próxima…saludos. Escríbanme a: vulpecula_66@hotmail.com
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!