EMMANUELLA: Una Noche de copas, una noche loca. 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
¡Hola Chicas!, en forma aleatoria les contaré mi historia. Cómo me inicié en, no sé ya como llamarlo, ¿travestismo, transformación, transgenderismo, matrimonio cósmico?, en fin.
Hoy les relataré mi experiencia como prostituta, si, ¡como prostituta! y de veras que nunca lo he sido, soy muy puta, muy promiscua en cuanto a hombres se refiere, me gusta mucho la verga, que me cojan, disfrutar a hombres que me dejen su leche en ya saben donde, pero, ¿cobrar por ello?, pues nunca lo pensé, más sin embargo ¡así me sucedió y así perdí mi virginidad sin yo proponérmelo!. Vayamos a mi historia:
" Mi amiga Yolanda, una prostituta travesti, me peina, maquilla y viste como mujer en ciertas noches que acudo a ella. Busco el verme transformada y frente al espejo, me admiro y me enamoro de la mujer que acarreo en mi interior: deseando manifestarse me hace acudir con Yolanda, para que aunque al menos en una noche fugaz, transformarse en Brenda ( es mi primer nombre femenino, sugerido por mi amiga).
Largas noches y "pasarelas" frente al espejo del departamento de mi amiga, en minifaldas ajustadas, de "tablas", zapatillas, pantaletas, brassieres, rostro hermosamente maquillado, pantimedias y pelucas rubias unas, obscuras otras, me hacen sentirme mujer, enamorada de mi misma, deseada y avivando el fuego que crece en mi interior en la realización de algo que todavía no conozco: ser poseída y en una deliciosa cogida, ser perfumada por un Hombre.
Una minifalda muy ajustada de color blanco se unta a mi cuerpo ésa noche. Pantimedias color tabaco maquillan mis largas piernas y le dan un lindo contorno muy femenino. Pantaleta bikini blanca muy ajustada, resalta mis nalgas y ajusta mi pene contra mi cuerpo. Un Bra también blanco, por lo apretado, simula un abultamiento de senos copa A. Linda y rizada peluca rubia, larga, que hace resaltar el maquillaje de la ocasión, azules claros y profundos hacen juego, rouge, delineadores de párpados, cejas y labios; base ivori para mi rostro, me hacen ver toda una mujer "hecha y derecha". Zapatillas blancas cerradas, de tacón muy alto cierran el conjunto.
Yolanda se despide, va con un cliente muy querido al motel y posiblemente dure toda la noche.
Me da las indicaciones de cómo cerrar el departamento cuando me vaya y entre risas burlonas me instruye:"si vas a coger, usa la cama del departamento y mira los espejos, que lo disfrutes". Sabe muy bien que no me han cogido hasta ése día, no porque no pueda, sino porque no quiero, todo lo que me gusta es verme, contemplarme y enamorarme de mi misma frente al espejo.
Después de unas dos horas, todavía es temprano, las once de la noche, me sirvo el segundo vaso de whisky del que siempre acarreo conmigo para estas ocasiones, enciendo un cigarrillo y pongo en el stéreo música para bailar.
Cruzo mis piernas y me imagino como una cabaretera en el bar, exhalando gruesos chorros de humo, desafiando a los hombres con mi mirada. La música suena muy cachonda, ritmos muy movidos de esos que invitan a menear las nalgas y me imagino bailando, meneando mis nalgas, invitando , excitando a hombres, con vergas bien paradas y enormes testículos bamboleantes me rodean y pelean por ser el primer macho que me hunda su húmedo y peludo garrote.
Al cuarto vaso de licor, ya no puedo más y me digo a mí misma: "OK, salimos, caminamos hacia la esquina a ver que se siente y nos regresamos ¿de acuerdo?", nunca me imaginé lo que iba a suceder.
Pues bien, bajo los escalones, mi taconeo me excita, soy una mujer que baja a la calle, una callejera y ya se lo que eso significa a ésa hora y en ése lugar de la ciudad: Hombres, Dinero intercambiado, Vergas, Leche, Penetración en el Culo.
Brisa fresca me saluda, noche callada me excita, sonidos de motores de autos circulando por la calle, la llenan de vida y excitación. Inicio mi caminata, lenta, segura, me detengo un buen rato y enciendo un cigarrillo, exhalo el humo bien puta, un auto blanco pasa a mi lado y no pongo mucha atención cuando dobla la esquina, han pasado varios y algunos me han sonado el claxon.
Llego a la esquina y doy la vuelta para iniciar mi regreso, a medio camino veo las luces altas que me iluminan y un auto blanco se detiene a mi lado, un hombre obscurecido por la falta de iluminación me espeta: ¿cuánto cobras linda?. petrificada y sin saber que hacer, poseída por no sé que espíritu doy una respuesta increíble: tres mil pesos (lo primero que se me ocurrió, el equivalente a cincuenta dólares ). El tipo me mira descaradamente y arrranca el auto ¡para estacionarse cerca de la esquina!; baja un hombre gordo, cierra las puertas, verifica que estén bien aseguradas ¡¡¡y se encamina hacia Mí!!!.
Chicas, me tiemblan las piernas al verlo acercarse, no sé que hacer y me extiende el dinero, lo tomo como autómata y me dice:"Vamos".
Sumisa, doy la vuelta y él me sigue, siento su penetrante mirada en mis nalgas, mis piernas, soy una Puta camino a ser cogida por un Hombre al que le pertenezco por un rato, ¡¡así lo ordena el dinero depositado en mi mano, yo me puse precio, mi culo se ha convertido en una mercancía de placer y desahogo para un hombre!! .
Le tomo la mano, estoy rendida a mi suerte, y subimos las escaleras. Lo siento muy gentil lo cual agradezco, abro la puerta del departamento, enciendo las luces y lo llevo a la recámara.
Me tiendo boca abajo, vestida así como estoy al fin y al cabo me pongo "de a pechito" lista para él, yo hago mi parte, que haga él resto al cabo ya sabe.
Antes de tomar hormonas a edad muy avanzada, aquí estoy en mis veintitantos años, en la pubertad, desarrollé piernas muy llenas, torneadas y nalgas muy prominentes.
Me contemplo en uno de los espejos que rodean la cama y veo un cuerpo con el cabello rubio a media espalda, muy ajustado vestido del que resaltan unas nalgas muy abultadas y una piernas muy torneadas que finalizan en unas zapatillas, dando un contorno muy femenino y erótico a la visual que él tiene de mí.
Me empieza a acariciar los hombros, baja sus manos por mi espalda, se detiene en mis nalgas y comienza a manosearlas en lento y circular movimiento, me excita, exhalo aire por mi boca, emito sonidos de placer, levanta mi vestido dejando al descubierto mi pantaleta cubierta por el nylon de las pantimedias, emite un ¡¡UHH!! de admiración y placer visual. Se desabrocha el pantalón, se lo deja a los tobillos, baja una pequeña trusa y deja al descubierto un pene parado no muy grande y unas bolas también que le hacen juego. Será que el tipo está muy gordo, pero su verga palpita y se bambolea, me amenaza: "pronto estaré en tus entrañas princesa, verás lo que se siente".
Se acerca a mi rostro y pone cerca de mi boca su pene, huele ácido, ligeramente a orines, me excita verlo y olerlo, ¡tan cerca al fin, mis sueños!. Adelanto mi rostro y succiono con mis labios su cabeza, me meto hasta donde puedo su pene y lo mamo, despacio, lo acaricio con mi lengua, lo succiono hasta el fondo de mi garganta, el hombre se estremece y gime de placer, saco su verga de mi boca y le comienzo a chupar sus huevos , disfruto mucho su sabor salado, su olor, trato de no lastimarlo, todo lo hago con suavidad y dulzura, soy una mujer complaciendo a un hombre, haciendo lo que de ella esperan.
Me vuelve a ensartar su garrote en mi boca y lo mamo con ternura; lentamente y beso a beso llega a mis nalgas, las besa, las huele, me baja las pantaletas, chupa, lame mis nalgas, las abre, huele, mete su lengua en mi ano, gimo, brinco, me estremezco de placer ¡¡¡¡y todavía me pagan por esto!!!!. Extrae el pene de mi boca, no deja que separe mis piernas, me las toma y no permite que las abra, se monta sobre mis nalgas y empieza a tantear con su cabeza la entrada a la gloria, encuentra mi ano, hunde como puede la cabeza de su verga, un ¡¡ahhh!! de dolor se me escapa, me duele mucho pero decido aguantar y comienza a empujar, me sorprende mucho, pero con mucha gentileza, hunde el pene, la mitad y en un arrebato lujurioso y sin control me la deja ir todita, me la como toda de un tirón, de un solo grito expreso mi dolor muy profundo, mi culo lastimado se queja, ¡¡¡ME GUSTA!!!, sus huevos me golpean las nalgas y su pelo del pubis me roza la punta de mis nalgas.
Una vez terminada la penetración sucede algo inusual: en lugar de comenzar a embestirme, se queda quieto, muy quieto y lo dejo hacer, me gusta mucho estar ensartada, ya no me duele pero me siento llena, mi recto a punto de explotar pero me gusta mucho.
Pierdo la noción del tiempo, comienzo a disfrutar de una verga en mi culo, siento que me llena, me expande el recto ¡y no se mueve!, disfruto, no me muevo ni él tampoco, creo que transcurre más de media hora, lo veo en el espejo: una masa de nalgas me monta y mis piernas muy juntas en medio , mis nalgas perdidas entre sus caderas, pero me tiene conectada, "enchufada" con su verga y no me deja moverme. No me importa, que transcurra el tiempo que sea, siento muy rico, me gusta que me "enchufen" y éste hombre sabe lo que hace.
Después de no se cuanto tiempo, creo que casi una hora el hombre se reanima en gruñidos, empieza a embestirme lentamente y en pocos minutos frenéticamente, para exhalar un profundo grito y descargar su próstata en densos chorros de leche que siento como golpecitos en mi ano.
Nos quedamos quietos, el tiene la palabra. Después de unos ricos minutos, extrae su pene de mi culo, siento como chorrea su leche entre mis piernas, sale de mi ano, tibia, me siento muy mujer.
Se sube la trusa y pantalones, ¿en una semana?, sí respondo sumisa y abandona el lugar sin decirme adiós.
Le doy las gracias en mi mente.
Es todo.
Emmanuella.
Las amo chicas. Un beso.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!