En el parque por la mañana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MarceloX.
Eran alrededor de las 9:30 quizá cuando ingrese al parque, un parque que se veía triste y algo desolado ya que solo recobra energía y vida cuando la gente asiste en masa, pero al ser día laboral solo estaban escasas personas haciendo ejercicio, algunas otras desplazándose del punto A al punto B en un recorrido que incluía ese parque, realmente solo gente que no me interesaba se notaban en sus senderos gastados por la naturaleza de los vecinos arboles o por la falta de mantenimiento.
Cogí y me senté en una banca lo suficientemente lejana al sendero como para mantener un resguardo de mi tranquilidad.
Había comprado ya por costumbre el periódico en el viejo puesto de Don José en la contra esquina de la entrada del parque; justo al lado a diferencia del puesto del voceador, un nuevo establecimiento me otorgo el café que pensaba bebería instantes después, así que tenia lo necesario para llevar una mañana tranquila.
La mañana era calurosa sí, pero aun así me dispuse a beber un sorbo de café por la costumbre de llevarlo haciendo cada mañana desde hace ya muchos años.
Justo mis labios se posaban en la curiosa tapadera de plástico del vaso cuando mi vista se fijo con asombro en una figura increíblemente llamativa, una chica joven de muy buen ver caminaba por el sendero lejano, caminaba con cierta seguridad y también con cierto recelo.
He de decir que soy un hombre que vive en “unión libre”, parece nada pero las ataduras de no tener un “contrato” establecido me dan la libertad física y mental de poderme aun excitar y si se da la oportunidad, de poder llevar a cabo algo con alguna otra mujer que me parezca lo suficientemente atractiva en todo sentido.
Tampoco es que me la pase de juerga y que busque revolcones 24/7, pero se aprovechar las oportunidades que muy de repente se aparecen.
Retornando al asunto de la chica, era una jovencita de no más de 26 años calcule, rasgos faciales bastante finos y atractivos, cabello corto alborotado, lucia poca prominencia en sus pechos cubiertos por una blusa de tirantes blanca con flores de colores cual estrellas, y debajo…un short de mezclilla lo suficientemente corto como para mostrar la comisura que existía entre su redondito trasero y los muslos, estos últimos suculentos, delgados pero suculentos, bien torneados, pantorrillas más que mordisqueables, todo ello culminando en unos tenis del tipo “converse”.
En solo un vistazo rápido pude observar y grabarme en el recuerdo ese atuendo, esos pasos entre cortos y largos que daba la dulce señorita.
Yo estaba en una posición en donde podía pasar de cierta manera desapercibido, pero donde yo podía tener un amplio espectro visual del sendero cercano, así que mi vista la siguió conforme se alejaba de mí.
De manera abrupta me levante casi por reflejo y me dirigí en la misma dirección en que caminaba la chica.
De manera cautelosa y aun preguntándome interiormente porque hacia lo que hacía, llegue a escasos pasos de la chica, ahora mi visión se inundo de una piel blanca sumamente tersa y suave a la vista.
En mi se despertó el deseo brutal de querer tocarla, querer comprobar si esa piel tan hermosa era real o solo una ilusión óptica que provocaba la iluminación entrecortada por la vegetación en aquel parque.
Fue en esos momentos cuando me di cuenta de un par de factores que me sorprendieron bastante; en su diminuto y apretado short se denotaba un bultito peculiar en su entrepierna, igualmente una ligera prominencia en la garganta de la chica me hicieron ver que lo que estaba admirando con deseo no era una niña si no un niño.
Ya años atrás había tenido un cierto despertar por la admiración de algunas chicas trans y travestis, pero nunca había llegado a buscar nada con alguna de ellas.
Las mujeres por siempre fueron el foco de mis deseos y perversiones, por lo cual incluso yo habría esperado que mi reacción al notar que era un hombre al que seguía fuera la de retornar a mi banca para continuar con mis planes de una tranquila mañana.
Pero si hubiese ocurrido así, no estaría escribiendo esto.
Seguía caminando y yo detrás de “ella”, nos internábamos más en el descuidado parque y parecía no haber más testigos de los pasos de aquel ángel y de su seguidor.
He de aceptar que soy un pervertido sí, pero no tanto como para actuar de una manera loca e ilegal aunque el escenario se prestara.
Así que decidí mantener todavía una distancia considerable con el ser que tan extrañamente me provocaba una erección después de haberla visto y más raro aun, después de enterarme de su condición.
La chica que me seguía pareciendo demasiado provocativa, se detuvo en el barandal que da hacia el lago, ese barandal que algún día lucia esplendoroso y que hoy luce carcomido por los años, la lluvia y el descuido.
La niña parecía curiosa por saber que más había debajo de aquel paso peatonal del lago, así que acomodo su cuerpo para intentar ver más de lo que a simple vista relucía, en ese movimiento logro enaltecer ese hermoso culito que tenia y que venía moviendo metros y metros atrás y que yo tan perversamente seguí con la mirada.
Una banca a escasos 10 metros, quizá menos, sirvió de asiento de primera fila para observar tan majestuoso momento.
Me senté y no despegue la vista de ese tremendo trasero redondo y esas piernas tan hermosamente trazadas, sin descuidar que la chica de perfil lucia sumamente linda.
¿Cómo un hombre de nacimiento podía lucir tan femenino y atractivo más que muchas mujeres que por naturaleza deberían lucir así?
Esa pregunta me llego a la mente e inmediatamente se disipo cuando me di cuenta que la chica ahora se disponía a bajar por las escaleras que descienden al lago, fue ahí cuando se percato de mi existencia y pareció que eso le inhibió las ganas de bajar, porque en cuanto me vio regreso a su puesto anterior.
Para disimular que yo solo la había visto y no le había tomado importancia, saque mi periódico y comencé a leer.
Ahí también caí en la cuenta de que había olvidado mi café en el asiento de la lejana banca… pero que es un simple café comparado con el deleite visual que había tenido en esos minutos de la tranquila mañana.
La chica había entendido que “yo no estaba ahí por ella”, por lo cual después de unos instantes emprendió camino hacia abajo.
Yo espere solo un poco para darle ventaja y luego emprendí el camino hacia abajo también.
Llegue a la parte superior de las escaleras y no observe a nadie, comencé a bajar con cierto cuidado para no delatar mi descenso.
Llegue abajo y en el aun mas descuidado sendero que viaja a la par el pequeño lago no había nadie.
Parecía como si la chica se hubiera esfumado o quizá solo bajo y echo a correr.
Mi placer visual había terminado y ahora estaba por retomar mi camino hacia arriba cuando percibí que en los arbustos que vivían a lado de la escalera había un sendero de tierra que conducía hacia la vegetación ¿habría entrado la chica ahí? ¿Ese pasadizo era lo que tanto llamo su atención cuando estaba arriba? En un acto nuevamente poco razonable, me introduje por el senderito.
Unos 7 u 8 pasos fueron suficientes como para visualizar un claro de escasos 10 metros cuadrados rodeados de vegetación, ahí en medio estaba la chica de espaldas hacia mí dando ligeros brinquitos como de ansiedad y comenzó a voltear hacia todos lados, a lo cual yo retrocedí un poco para ocultar mi figura de aquel estrecho sendero.
Quizá era demasiado el riesgo, pero no lo suficiente como para calmar mi morbo por saber que hacia esa “niña” ahí en medio de ese claro.
Volví a acercarme sigilosamente para poder observar los movimientos de la sensual y joven travesti.
Cuando por fin mis ojos la contemplaron de nuevo, ahora no estaba inquieta dando saltitos, ahora la niña con los ojos cerrados y con una expresión de placer se estaba tocando los pechitos con su mano derecha por encima de la blusa mientras su otra mano acariciaba sus muslos de arriba abajo.
Me acelere como hace mucho no lo hacía, veía a la niña manosearse como si por fin hubiera encontrado lo que deseaba, un lugar ideal para estar a solas toqueteándose el divino cuerpo que poseía.
Vi como se bajo los tirantes de su blusita dejando a la vista unas tetitas pequeñas pero redondas y suculentas con los pezones obscuros y bien erectos, ahora con ambas manos se masajeaba los senos y yo no pude contenerme.
Me baje el cierre del pantalón para liberar al monstruo de su prisión, que guardando la presunción, es un monstruo medianamente largo pero bastante gordito y cabezón.
Parece que en movimientos coordinados mientras yo bajaba mi cierre, la chica bajo sus shorts hasta medio muslo dejándome ver un pene y pubis totalmente depilados de un color enrosadito tan atrapante que era imposible no excitarse todavía más con todo ello.
Su pene era más bien pequeño pero gordito, e insisto, la piel de todo su cuerpo parecía no conocer la palabra imperfección, lucia radiante y extremadamente suave y acariciable por donde se le viera.
Comencé a jalarme la verga cada vez más rápido, mientras tanto la chica aun con la cara ida de placer se masturbaba pene y culo con ambas manos.
Mis actos hasta ahora poco razonables me estaban orillando a querer hacer acto de presencia frente a la niña, postrarme ahí y dejar que la calentura de ambos se hiciera cargo de lo siguiente.
Estaba aproximándome aun con dudas por el sendero cuando vi que por el lado hasta ahora “ciego” estaba otro sendero igual y de ahí mismo salía un tipo que ya solo portaba una camiseta medio mugrosa de algún partido político, una gorra y completamente desnudo de la parte baja, luciendo una erección bastante prominente en un pene largo pero delgado.
Retrocedí un poco pero no lo suficiente como para perderme las acciones que posiblemente se darían.
Pude observar como el tipo se acerco a la chica que aun seguía en lo suyo y le comenzó a tocar una de sus tetas, la niña acto seguido se despertó asustada de su placentero sueño y se le quedo viendo al tipo.
El hombre solo le indico con la mirada el camino hacia su hinchada verga, la chica volteo y con cierto miedo acerco su mano para tomar su pene.
Solo unos jaloncitos bastaron para que la chica se pusiera en cuclillas de espaldas hacia mi ubicación, el tipo lucia un rostro serio mientras esto sucedía, pero su semblante cambio y ahí supe que la niña comenzaba su labor oral y mis masturbaciones se aceleraron.
De espaldas se mostraba apenas el inicio de la rajita del culo de la chica, lucia tremendamente hermoso como todo lo que había notado hasta ahora de ella.
Mi excitación era demasiada, mis masturbaciones se aceleraban y quería venirme en el instante…pero me detuve, me detuve y me despoje del pantalón, acto seguido decidí entrar al ruedo, camine sin pensármelo dos veces hasta ahí y me postré a unos pasos de ellos, el tipo solo abrió los ojos para darse cuenta de mi presencia y luego nuevamente retorno a su viaje de placer, en tanto la chica se distrajo de su labor oral para voltear y nuevamente poner un cara de asombro por la existencia de un nuevo amante para ella.
Sus ojos eran preciosos, su rostro, su piel, su pose, era para morirse.
La chica solo estiro su brazo izquierdo para alcanzar mi verga, la cual yo le facilite acercándome un poco más.
Ahora, la niña jugueteaba con ambas manos las dos vergas que de improviso le cayeron en aquel claro de aquel descuidado parque una tranquila mañana de martes.
Mamaba riquísimo la condenada, parecía que se le iba la vida en ello metiéndose lo más posible mi verga hasta dejármela ensalivada para posteriormente hacer lo propio con la verga del otro sujeto.
Mis manos traviesas no querían dejar pasar la oportunidad y acaricie sus brazos para corroborar que su piel si era perfecta, o por lo menos, la más perfecta que hayan visto mis ojos en todos mis años de vida, para después inclinarme un poco y dejar que mi mano izquierda se agasajara con el pezón oscuro y erecto de la joven travesti.
Así me mantuve algunos instantes, pero mis ansias me recorrían entero, me aparte de ella y le indique con un ligero toque en sus preciosos hombros que quería que se levantara de su posición.
Ella se levanto solo lo suficiente como para entender que quería que me diera la espalda de nuevo.
La tomé de las caderas mientras ella regresaba a mamarle la pija al desconocido aquel, yo quería descubrir en total plenitud aquel culo que me había volado la cabeza durante metros y metros de recorrido por un gastado sendero de parque.
En cuanto la tuve en buena posición le abrí el par de hermosas nalgas que tenía ese jovencito afeminado para observar que tenía un culito esplendoroso con el mismo tono rosadito que poseía en el frente, sin dilatarme mucho me agache para lamerle el precioso hoyito que se me ofrecía en bandeja de plata.
Lamí completamente su ano formando pequeños circulitos, trataba de meter mi lengua en su colita de diosa, incluso baje para chupar el delicioso caminito que enlazaba sus bolitas perfectamente depiladas con su agujerito.
Aun con las dificultades que una boca llena de verga provocaban, la jovencita lograba gemir deliciosamente demostrando que disfrutaba aquel momento y por supuesto eso me motivaba para seguirle dando placer.
Ya bien ensalivado su culito, le metí un dedo con sumo cuidado pues no quería lastimarle y que ya no me dejara seguir siendo “el dueño” de ese precioso agujero.
Eso al parecer le gusto mucho, pues se saco la verga del individuo para soltar un rico y agudo gritito.
Mientras le metía los dedos en la cola, aproveche para ver como el tipo se empezó a “ensañar” un poco mas con la niña, pues la tomo de la nuca con ambas manos y la empujaba hacia su miembro con violencia lo cual parecía disfrutar la chica, pues le acariciaba por todos lados dejándose llevar por el ritmo acelerado con el que empujaban a su cabeza.
Para poder abrir mejor sus piernas comencé a bajarle el short para quitárselo y aprovechando me fui acariciando sus bellas piernas, con ayuda suya logre deshacerme de su short el cual arroje a un lado para de nuevo abalanzarme a sus piernas que nuevamente acaricie, lamí y mordisquee dejándole algunas ligeras marcas en muslos y pantorrillas.
Ahora con más libertad le abrí las piernas para volver a meterle los dedos que con más facilidad entraron en su caliente culo.
Cuando creí estaba lista me dispuse a ponerme en posición, la tome de las nalgas y le restregué mi pene por toda su raja, me embarraba de mi propia saliva el pene y a su vez yo le embadurnaba el culo con mi néctar pre seminal.
En eso estaba cuando la niña se saco el pene del sujeto, volteo a verme y dijo con una voz increíblemente femenina y sensual –si mi amor, viólame el culo-
Me dejo por unos instantes perplejo de lo clara y femenina de su voz, en serio era toda una mujercita, pero lo que hizo también desato mis deseos así que una vez puesto mi pito en la entrada de su culo la ensarte con violencia.
Me aferre a sus preciosas nalgas para darle lo más duro que me era posible, mis huevos en cada embestida chocaban con ella haciendo un ruido tremendamente excitante.
Sentí un poco de pena por maltratar esa hermosa y perfecta piel de la chica pero era demasiado el frenesí sexual que ahí se estaba dando.
Mientras violaba el ano de la muchacha, nalgueaba y arañaba las suculentas nalgas que para mi estaban ofrecidas y lo cual era aprobado por los intensos gemidos y gritos de la perrita travesti que estaba siendo presa de dos vergas insaciables.
La “violencia” no solo se torno físicamente pues las palabrotas comenzaron a brotar de las bocas de ambos machos que poseíamos a la nena que inocentemente entro en aquel claro del parque y que quizá no esperaba estar siendo fornicada por dos tipejos desconocidos para ella.
Mientras yo vociferaba que era mi putita rica, el otro tipo le empujaba la cabeza con fuerza hacia su pene gritándole que era una perra sucia que mamaba como diosa.
Las palabrotas parecían encenderla más, ya que comenzaba a moverse para sentir mis penetraciones y aunado a eso masturbaba y mamaba el pene del individuo con ritmo acelerado.
En un nuevo acto dejado libre por el momento tan excitante, mi brazo rodeo a la chica para alcanzar su pequeño miembro el cual apenas toque cuando sentí la inundación de líquido caliente llenándome la mano.
La muy puta se había corrido a mares de tan tremenda follada que le dábamos ambos viejos lujuriosos y yo aproveche para por primera vez llevarme a la boca el liquido tan preciado para la vida.
No sé porque lo hice y justo cuando escribo esto me lo sigo preguntando, pero el momento apremiaba así que me lleve la mano llena de mecos de la niña para lamérmela y bueno, en su momento me pareció un manjar delicioso y espeso que lamí con mucho placer.
Era momento de dar paso a otra cosa, así que me salí del ano de la chica y vi como le temblaban las piernas al verse despojada de ambas vergas, pero era el turno de cambiar las posiciones.
El tipo camino hasta donde yo estaba antes y sin piedad le clavo su garrote en el culo haciendo que la niña nuevamente gritara y comenzara a pedir más.
Para acallar los gritos impertinentes de la travesti, le di una pequeña bofetada y luego la tome de la barbilla para que abriera su boquita y con mi otra mano tome mi aun hinchada verga y se la deje ir por la boca.
Cumplimos el papel uno del otro, ahora el tipo nalgueaba y penetraba con brutalidad el ano de la zorrita afeminada mientras yo me follaba la boca de la chica, metiéndole y sacándole la verga de la boca como si de su mismo culo se tratara.
Fueron quizá algunos pocos minutos los que bastaron para que mi excitación por fin llegara a su clímax, sin avisarle como tal a la nena de que me vendría comencé a gemir aceleradamente haciendo entender que la hora había llegado, pero muy al contrario de lo que se pensaría, la chica comenzó a apretarme la verga y a jalármela sin sacársela de la boca, quería mi leche y yo estaba dispuesto a dársela.
Me corrí como hacía años no lo había hecho, mi verga expulso demasiado esperma que la zorrita se ahogo un poco, pero para mi sorpresa fue capaz de tragárselo todo.
Después de la violenta venida, la chica continua lamiéndome la verga hasta que esta estuvo flácida, luego después se dedico a seguir gimiendo porque el otro individuo aún continuaba en la faena.
Otros pocos minutos bastaron para que el tipo comenzara a bufar en señal de su próximo ordenamiento, el cual suplico el afeminado individuo se lo regalara adentro de su culo ¡vaya puta que resulto!
Exhausta en el suelo después de haber sido “violada” por ambos seres desconocidos, la chica quedo tendida en el suelo del claro del parque, el tipejo aquel se limito a tomar su camiseta y su gorra y sin decir nada se aparto por el camino desde donde llego.
Yo por mi parte me acerque al diminuto short que aun seguía en el suelo, y me lo lleve al rostro para olerlo, oler ese delicioso aroma que aun me acompaña en mis recuerdos.
Se lo acerque y me agache para decirle –gracias nena, gracias por esta mañana tan deliciosa-
Pensando que todo aquel barullo habría llamado la atención de alguna persona, así que me decidí a vestirme rápidamente y camine con cierta prisa por el sendero y luego por las escaleras.
Ya estando ahí percate que había gente caminando pero la espesa vegetación que vivía en ese lugar seguramente disipo todo el ruido que la intensa sesión de sexo había generado.
En su momento creí correcto salir con esa prisa del lugar, pero ahora me arrepiento por no haber preguntado los datos de la chica tan sensual que me hizo olvidar todo durante esos momentos.
Aún sigo sin empleo y voy más seguido al parque en busca de un golpe de suerte nuevamente…lástima que ya no he visto transitar por ahí a ese sexy y perverso ángel.
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