EXPERIENCIA CON UNA MUJER CON PENE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era una alumna de preparatoria común y ese había sido una aburridísimo día común en la escuela. La pasiva llegó a casa y, como siempre, no había nadie. La mayor parte del tiempo tenía amantes ocasionales y, si estos no llegaban, se tendía en la cama del segundo piso para masturbarse hasta empapar las sábanas. Esa tarde, la pasiva apenas acababa de cerrar la puerta cuando el timbre sonó. Al abrir, vio a la chica más popular de la escuela.
-Te estaba ya esperando- le dijo- pasa y subamos al segundo piso.
-Te haré gozar como nadie- le respondió la otra. Subieron al cuarto y ya allí, la recién llegada tumbó en la cama a la otra, que comenzó a desnudarse. La recién llegada sólo se quitó la blusa y el brassiere y se acomodó sobre la otra para comenzar a lamer su cuerpo. La pasia gemía al sentir esa lengua recorrerla con avidez, como si se tratara de una paleta de hielo. La lamía con ansias y lujuria, deseándola. Bajó poco a poco hasta llegar a sus senos y comenzó a lamer, para luego mamarlos con desesperación, saboreándolos.
-Ah, a, ah- gemía la pasiva, mientras sentía como la boca de la otra succionaba fuertemente sus pezones. Fue bajando de nuevo y ahora comenzó a lamer su vulva, prestándose a mover la punta de su lengua en pequeños círculos en su clítoris, que ya estaba erecto. Metió su lengua en la vagina y lamió las paredes, saboreándola, mientras la otra seguía con sus gemidos de placer:
-Aaaaaah… Aaaaaah… Más!!- después de un rato, la otra subió de nuevo y le dijo a la pasiva:
-Ahora te sorprenderás con esto- se quitó la falda y la ropa interior y un tremendo pene erecto se dejó ver. Sin avisar, lo metió a la boca de la otra, como si fuera la vagina, y comenzó a meterlo y sacarlo. La pasiva primero sintió que casi se ahogaba, pero luego comenzó a lamerlo y saborearlo, mientras succionaba. Sacó el pene y le ordenó ponerse en cuatro, para luego penetrarla por el ano.
-Aaaaaaah…. Aaah…- gemía la pasiva, mientras el enorme pene recorría velozmente su interior. La otra sacaba y metía rápido y lo más profundo que podía, mientras oía los gemidos de la pasiva, que sintió un líquido caliente y luego la salida del pene. La otra lamió el ano dilatado para retirar el semen caliente y luego la puso boca arriba, le abrió las piernas y metió su pene en la vagina húmeda. Su pene resbalaba con facilidad y la otra comenzó a decir:
-Más fuerte… Más duro… Duro… Así, así, así, así…- al ritmo de la penetración, mientras los cuatro senos se rozaban. El pene enorme entraba y salía y la cama rechinaba, como su también gimiera, mientras la pasiva seguía diciendo:
-Así, así, así…- para luego decir:
-Ah, ah, ah…- sentía su vagina más humeda y luego el semen dentro de ella, que hizo que sintiera como el pene se resbalaba más facil, rozando todas las paredes de su vagina, que luego apretó ese enorme pedazo y salió el liquido de la pasiva, confundido con el semen caliente.
El pene salió ya flácido y la visitante se dispuso a lamer la vagina para saborear esa deliciosa mezcla de fluídos sexuales, para luego acomodarse para que la pasiva lamiera y succionara el pene que la había hecho gozar como nunca.
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