Fiesta de Leche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por danieslav.
Tenía que ir chupándoles la pija una a una durante todo el viaje. Nunca había tenido sexo con ellas y la idea me pareció sumamente excitante, por lo que acepte.
Débora, Barbi y Gimena pasaron a buscarme a la madrugada en el auto de Gimena. Débora es un hembrón con robustas piernas y grandes pechos, rubia de unos 30 años. Barbi es la más joven de todas, unos 20 o 22 años, flaquita, con pechos en formación y de pelo a veces rubio, a veces moreno. Gimena, la más grande y más guarra de las tres, andaba por cerca de los 40, piel blanca y algo gordita.
Gimena manejaba y Barbi iba en el asiento del acompañante, por lo que, con Débora, que iba en el asiento de atrás empecé mi función apenas subido al auto. Débora iba vestida con una infartante mini falda azul y un top que apenas le cubría los pechos. Se subió un poco la mini y se bajo la tanguita por las rodillas y sacón su descomunal pija. De verla nomas me entusiasme. Me agache hacia ella y comencé a chupar. Rápidamente se le paró. Y fui lamiéndole de la cabeza a los huevos.
-Vamos chupa pija, dale, chupa, métetela hasta el fondo:- Me decía.- Hoy vas a tragar más leche que en toda tu infancia!, Ja Ja! Las 3 se reían y se burlaban de mí. Barbi me acariciaba la cabeza, y a veces se estiraba y me metía una mano en el culo.
-Se te va a acalambrar la lengua, hoy, de tanto usarla, acotaba Gimena.
No sé cuánto tiempo estuve chupándosela, y me pararon porque estábamos por llegar a un peaje. Debora se tapo con una toalla y me dijo. -Humm lindo, estoy a punto. Preparate, porque pasamos el peaje y acabo,.- Que no se te vaya a derramar ni una gota, he.!!
Pasamos el peaje y retomé mi tarea, y al poco tiempo sentí sus convulsiones y comenzó a largar chorros de semen que iban a parar a mi boca. Trague lo que pude y me encantó su gusto. Algo de su carga se derramo por su tronco y ella me gritaba. _Ahh puto!! Trágatela, toda, siii!! No dejes nada, límpiamela bien!!. Y yo, obediente y sumiso cumplí con todo lo que me decía.
-Bien lindo, te gusto?, dije que si, -Bien esto es solo el comienzo, tenemos 5 horas para que nos exprimas y te alimentes.- Ahora me toca a mí, dijo Barbi.-
Gimena disminuyó la velocidad y se pasaron por encima del asiento cambiando de lugares, Barbi y Debora.
Rápidamente Barbi se bajo los jeans y un hermoso culote de encaje y dejo ver su pija, fina, pero larga ya bien parada. Sin perder tiempo empecé a chupársela.
A todo esto yo ya estaba recaliente y con la pija al palo, y quise tocármela a través de los pantalones, pero recibí un sopapo en la cabeza por parte de Deborá.
-No te toques, vas a acabar cuando nosotras te digamos!!. Nada de tocarte, tenes que chupar y nada más!, si lo volves a hacer te atamos las manos en la espalda.
Chupe y chupe un buen rato, mientras Barbi me sacó la remera y me pasaba sus filosas uñas por la espalda.
Barbi era la más callada, pero Gimena le preguntaba, – Que tal la chupa?
-Humm muy bien, me gusta.
_No te hagas la boluda y largale la leche pronto que yo estoy con unas ganas barbarás de que me sobe la polla! Ya la tengo dura!
-Te imaginabas putito que ibas a tener la posibilidad de hacerles una peteada a tres chicas travestis hasta secarlas de leche?
-Humm dije, pero Barbi me agarró la cabeza y la empujo hasta los huevos y en eso siento un chorro de semen caliente que casi me ahoga. Trague y seguí tragando a medida que los chorros iban saliendo. Seguí chupándosela hasta limpiarla toda y ya el auto se había detenido y Gimena se subió atrás mientras Debora manejaba.
-Huy guacho ahora vas a ver que mi leche es la más rica de las tres!!. Se levantó la pollera y se bajó la panty negra, apareció una pija, mediana pero muy gruesa. Tenía que abrir bien la boca para metérmela toda adentro.
Gimena no se contentaba con que se la chupe, me agarraba la cabeza y me la sostenía empujando la pija hasta la garganta. Tenía arcadas y mi saliva empapo su miembro.
-Vamos, Vamos. Te voy a coger por la boca.
Con sus manos sosteniéndome la cara, ella bombeó y bombeo levantando sus caderas y metiéndome la pija hasta la garganta.
Gimena fue la que más duró. Ya me dolía la boca, pero recién habíamos empezado el viaje. Siguió cogiéndome por la boca hasta que el chorro de semen me llegó directamente a la garganta. Me atragante y solte todo manchando sus pantimedias. Ella me pegó un sopapo, -Idiota! Limpia todo ese enchastre que hiciste.
Finalmente empezó la ronda de nuevo y Débora volvió a su lugar para ser mamada. La siguiente ronda de chupadas tardaron más en acabar, tuve que esmerarme para ello. Fueron en total tres rondas y media, hasta que llegamos a destino. Estaba agotado, nunca me había pasado una experiencia similar.
Lo que paso el fin de semana en esa casa, lo contare en otra oportunidad…
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