Francisco
2.- El Granero .
El granero lo construyó el abuelo para guardar los caballos, herramientas y forraje.
Después agregó una especie de baño con una ducha y con el piso de cemento y el agua corría hasta el huerto.
El agua provenía de un estanque sobre una torre al lado del granero.
El cierre del granero y el baño eran tablas puestas una al lado de la otra con las debidas distancias entre ellas.
Mis padres se había ido la tarde anterior como todos los domingos.
Yo había estado toda la tarde el la laguna recogiendo piedras, bañándome y descansando acostado en el pasto.
Serian cerca de las 6 p.m. cuando me vestí y me dirigí a la casa.
Al pasar cerca del granero sentí correr agua, lo que me extrañó porque nadie podía estar regando o algo así.
Pensando que el estanque estaría perdiendo agua o la bomba que eleva el agua no se había detenido.
Caminé hasta la torre pero no había señales de perdida de agua.
Entonces me dirigí al baño, se sentía correr la ducha, pensé en algún problema con la llave.
Adentro estaba oscuro por lo que puse las manos como visera para ver dentro.
Una vez que mi vista se acostumbró, pude ver perfectamente a un muchacho desnudo, que tenía una erección la cual manipulaba a un metro de distancia.
Me asusté y salté hacia atrás y caminé rápidamente a la casa.
Me acosté en mi cama y me puse a pensar en lo que había visto.
El chico debería tener entre 13 y 14 años.
Había visto chicos desnudos en las duchas del colegio.
Pero eran chicos de mi edad, con penes de mi edad y chicos.
Nunca había visto algo parecido.
La abuela me llamó para tomar once, había llegado el abuelo y tomamos once los tres.
Después salí al corredor y me senté en una repostería.
A unos 100 metros estaba el granero, estaba a oscuras porque la tarde se iba transformando en noche.
Al día siguiente, antes de ir a la laguna me acerqué al granero, miré adentro pero no había nadie.
Al caer la tarde volvía a la casa me dió la curiosidad de ver si estaba el chico ahí.
Me acerqué lentamente pero no se escuchaba nada. Miré hacia adentro y no vi nada.
Suponiendo que el chico no estaba, entré al granero, me dirigí a la puerta del baño que no tiene puerta y entré.
Por el lado interior y desnudo manipulando su erección.
Me quedé helado, a centímetros de distancia estaba él.
Estaba como clavado al piso mirando su miembro.
Tomó mi mano y sin ninguna resistencia la puso en su pene y comenzó a masturbarse.
Con la otra me abrazó y comenzó a besarme las mejillas, el cuello, los hombros y bajando los tirantes de la polera, una de las poleras de mamá, comenzó a chuparme los pezones.
– Sigue – me dijo
Y yo lo seguí masturbando. Me tomó de las nalgas, me las apretaba y acariciaba con las dos manos.
Después me sacó la polera, me desabrochó los shorts y me dijo que me los sacara, después me dió y comenzó a tratar de meter su miembro, como no podía me echo saliva y metió un dedo, después me penetró.
No me dolió y si lo hizo no lo recuerdo.
Sentía sus besos, sus caricias y su ir y venir.
Me penetraba profundamente, su pelvis chocaba contra mis nalgas mientras me afirmaba en una banca.
Lo escuché gruñir y después llenar mi año a chorros.
Después me dijo que me lavara en la ducha.
Yo estaba completamente desnudo como el, nos lavamos, nos sacamos y nos vestimos.
Me abrazó y me besó en la boca.
– Hasta mañana mi niña – me susurró al oído y se fue.
Me quedé mirando como se iba, me fui a la casa y me acosté.
Me picaba mi año, metí la mano por detrás y me toqué.
Estaba sensible pero no me dolía, lo rocé con la yema de mis dedos.
Sentí que mi abuela me llamaba a tomar once.
Después me senté el el corredor a repasar todo lo ocurrido.
» Hasta mañana mi niña » me había dicho
No se dió cuenta de que soy hombre?
– No, mañana no voy a ir – me dije a mi mismo.
Seguramente por mi melena rubia, en realidad no soy rubio, tengo el cabello castaño claro, y cuando el viento lo levanta se me ve rubio.
Además andaba con una polera rosada de mi mamá, con tirantes y que me quedaba larga con lo cual cubría mis cortos shorts, dejando mis piernas descubiertas.
Seguramente por eso pensó que soy niña, su niña.
A mis 10 años, nunca había tenido alguna experiencia sexual.
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