Fui a buscar culo transexual y me agrandaron el mío parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hipersex33.
Y bueno eran ya pasadas de las 6 am y yo venía de un evento en el cual me tomé unas cuantas copitas, pasé por la calle del pecado donde frecuentaba de vez en cuando a Laurita la transexual come-vergas preciosa que me había estado exprimiendo mi lechita desde hacía más de un mes y también exprimiéndome mis pocas ganancias como músico, jaja.
En fin yo había sido cliente fiel de Laurita, pero esta vez sólo estaba la intimidante Sandra, hermosa, rubia y alta, e iba caminando, ya no buscando cliente, me vió y me hizo la seña de que me parara, yo lo hice, aunque no pensaba en tener sexo con ella por ser cliente de Laura, por tenerle un poco de miedo a Sandra y por falta de dinero sobre todo… -“que tal Javier, Laura ya se fue desde hace buen rato”- me dijo; “me llamo Sandra y Laurita me platica mucho de ti, yo ya me voy también, la noche estuvo bastante floja, qué rumbo llevas?”, le dije hacia donde me dirigía y resultó que fácilmente la podía llevar sin desviarme mucho, subió al carro y nos fuimos platicando, cuando llegamos a su casa, ya habíamos hecho contacto, -“quisiera cogerte papito, desde hace unas semanas que te he visto con Laurita y que me platica lo que hacen se me ha antojado mucho estar contigo”- me dice Sandra, yo le digo que aunque también la deseo bastante, no tengo dinero en esta ocasión, -“nadie te está cobrando, quiero contigo y eso basta”.
Ella vive con una tía solterona, ya bastante grande, por lo que entramos en silencio a la casa y subimos a su cuarto, ya ahí me desnuda completamente, Sandra es más dominante que Laura como me dí cuenta más tarde; empieza a chuparme el pene ya semi-erecto y al mismo tiempo me da piquetes en el culo con su dedo medio, introduciéndolo en ocasiones, esto me hizo sospechar que esta vez sí me iban a dar por el trasero, ella seguía totalmente vestida, cuando mi verga estaba a punto de estallar en chorros, dejó de mamar y se puso detrás de mío hincada todavía, empieza a manipular más mi ano, me introduce dos dedos y juguetea con las paredes rectales, me lleva hacia el baño y me dice, “vamos a tener que limpiar bien ese culito, porque te lo voy a taladrar tan profundo que te voy a sacar todo lo que haya dentro”; yo ya sabía lo que es un enema y de hecho ya me los he hecho muchas veces para cuando juego con mi culito y le introduzco cosas como zanahorias, plátanos, etc.
Abrió el compartimento del sanitario, donde está el tanque de agua que sirve para bajarle a la taza (flush), y sacó la manguerita que provee de agua el mismo, me hizo agacharme y me ensartó la puntita de la manguerita luego le bajó a la palanca y la manguerita empezó a expulsar agua, inundándome el intestino, cuando ya sentí que me llené por completo me la saqué y expulsé el líquido inmediatamente al sentarme en el sanitario, me paré y me sondeó otra vez con los dedos y me hizo repetir la operación un par de veces más, y me dice -“listo, ya estás limpiecito como me gusta, ahora viene la preparación, porque la vas a necesitar, papito”
Sacó de su cajón del peinador varios dildos de diferentes tamaños, uno me llamó la atención por lo grueso que estaba de un lado, redondeado en las puntas y el grosor de menos a más un lado era como de tres centímetros de diámetro y el otro lado como de más de 6 centímetros de grueso, del largo de mi verga pero con ese extremo gruesísimo y en forma de esfera, le untó lubricante a uno de los dildos más normales, del grueso y tamaño de mi verga y me lo fue ensartando lentamente, yo sentía cómo entraba el pedazo de hule y llenaba mi recto, y la sensación era muy placentera, “vaya, yo creo que no vamos a tener problemas” me dijo, a lo cual me sacó el dildo medio y tomó el atemorizante, me dijo “no te preocupes soy experta en abrir culos”, y me ensartó el enorme dildo pero por el extremo medianito, mi culito no resintió mucho, sólo cuando lo introducía casi hasta la otra punta que dilataba al extremo mi esfínter, me lo estuvo ensartando cada vez más rápido a lo que mi cuerpo respondía contrayendo las paredes de mi intestino y empujando hacia afuera el dildo, entonces lo sacó completo y me hizo sentir con mis dedos cómo estaba ya dilatado y abierto en boquete mi culo, ahora sí volteó el enorme pedazo de látex y apuntó la esfera gruesa en mi culo y empujó lentamente, yo sentí un poco de dolor, pero a la vez mucho placer y morbo, fue avanzando más y mas hasta que mi culo fue cediendo, cuando al fin sentí las paredes de mi culito a punto de rasgarse, entró lo más grande y me fue invadiendo poco a poco más las entrañas hasta sentir un tope, mi ano descansó un poco, pero no lo pude cerrar por completo ya que no entró todo el aparato, luego me lo sacó unos centímetros hasta donde empezó otra vez a doler un poco por la punta super-gruesa, y lo volvió a meter hasta el tope, lo sacó completamente haciendo otra vez que mi ano sufriera un poco el enorme abrir y lo metió esta vez más rápido y con mayor facilidad, cada que lo hacía me dolía un poco pero me gustaba más, en una de esas me lo introduce todo lo que puede, hasta donde topa por dentro de mis entrañas, me lo deja dentro sólo sobresale un centímetro el cual deja mi culito medio abierto, me hace enderezarme y se empieza a desnudar, dice con voz bajita – “ya estás listo para lo que te tengo de sorpresa chiquito” y cuando se quita el pantalón y baja sus braguitas, se desenreda de entre sus piernas una vergota que me deja con los ojos super abiertos, casi como mi culo… debía medir el doble o casi el doble que mi verga, no lo podía creer, larguísima y un poco más gruesa que la mía, coronada por una cabeza enorme que me hizo comprender el porqué me sometió al dildo de la punta gruesa, era la única forma de preparar mi culo para que entrara semejante trozo de carne.
Mi pene estaba apenas semi-erecto y se veía pequeño al lado de su garrote, frente a mí de pié me lo introdujo por debajo de mis testículos y me dijo “cierra las piernas papito”, lo hice y ella introdujo más hasta hacer que la punta de su pene golpeteara con el extremo del dildo que salía de mi culo; bombeó lentamente hasta que su pene se empezó a sentir más duro yo aflojé un poco las piernas para permitir que siguiera entrando y empezó a golpetear más fuerte el dildo con su punta, me estaba penetrando por delante y estimulándome las entrañas al mover el dildo con su enorme erección, mi verga ya dura como palo, golpeteaba contra su abdomen plano y lisito, su piel era la de una nena, blanca y suave, un verdadero contraste con su enorme falo, sus grandes tetas me dában en la cara, ella tenía que estar con las piernas abiertas y flexionadas para bajar a mi altura, yo sentía la estimulación en mi intestino lleno y mi próstata y mi verga ya no pudo más, al tiempo que abrí las piernas, expulsé el dildo y mi leche le golpeó directo en la cara cuando Sandra volteó hacia abajo a verme venir, un chorro en la nariz, otro en una de sus grandes tetas y el resto en su ombligo y se fue escurriendo hasta recorrer el tronco de su monstruoso pene
Tomó con sus manos lo que pudo y se lo embarró en la punta que ahora estaba aun más grande y atemorizante que antes, me tumbó en la cama boca abajo, me abrió las nalgas con sus manos todo lo que pudo y me ensartó de golpe la cabezota de su verga, casi no sentí dolor, sólo placer, y aunque sentía que mi culito se restiraba hasta el límite el dolor era mínimo, metió y sacó unas 8 veces la punta y luego fue dejándome ir cada vez más centímetros de carne, hasta que sentí como algo topaba dentro de mí, no la introdujo toda, porque no sentía sus huevos con los míos, no me tocaba nada más que el palo de carne; estuvo bombeando un par de minutos y me la sacó de golpe, se recostó sobre su espalda y me dijo hizo empalarme yo solito, sentándome en su miembro viéndola a la cara, su carita de niña, que hacía una mueca de placer en cada pedazo que me iba introduciendo, sentí un tope, la saqué un poco y volví a intentar, sentí como si hubiera pasado otro límite interno en mi intestino, y esta vez ya entró toda completa, la sensación era muy extraña, mis entrañas totalmente llenas, y sentía como su cabeza prominente recorría los rincones más profundos de mí, no duró mucho, obviamente el ver que me tragué por el culo todo su trozo de carne la puso como loca y me empezó a inundar por dentro de mecos
Yo apretaba mi culo para exprimirla más y sentía los chorros calientes en mi interior, mi pene ya estaba una vez mas super erecto, incluso lo ví más grande de lo normal, me saqué el miembro de Sandra ya suave y flácido aunque igual de largo y grueso, y ahora sí tomé el control, puse a Sandrita al borde de la cama con sus piernas en el suelo y su cara contra las cobijas y la ensarté de golpe, sin lubricación ni nada
Ella soltó un grito ahogado para no despertar a la tía, y yo empezé a meter y sacar mi trozo de carne engrandecido y palpitante en su culito que se sentía bastante apretado, los primeras tres o cuatro penetraciones ella se inclinaba un poco hacia a delante en señal de que le dolía, pero en cuanto se fue relajando empezó a gemir y a retorcerse para estimular aun más mi miembro, imposible durar mucho al ritmo que la estaba ensartando, unos pocos minutos más y me salgo de ella con la verga un poco manchada de excremento , ya que a ella no le hicimos el lavado… y le suelto toda mi leche en la espalda; ella voltea y nos besamos tiernamente, así desnudos nos bañamos juntos entre caricias y jugueteos, y dormimos juntos durante unas horas, yo me despierto 3 horas después, ya pasadas las 10 de la mañana y la veo junto a mí dormida totalmente desnuda con sus hermosa figura delgada sus senos preciosos al aire y su pene largo y grueso entre sus piernas, le doy un beso en los labios, de manera suave para no despertarla, me visto y me voy de ahí todavía con mi culito adolorido y mi verga exprimida.
Fin.
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