Fui a buscar culo transexual y…. parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hipersex33.
Desde niño me ha gustado la estimulación anal, de hecho cualquier estimulación sexual es buena para mi, pero nunca más me había penetrado el ano un hombre, bueno una transexual, y el primer hombre que me penetró fue realmente un muchachito unos años mayor que yo a los 9 o 10 años (ver relato Inexperiencia). Tampoco había tenido sexo con transexuales sino hasta hace unos pocos meses, y por eso me pasó lo que a continuación relato.
Me había rondado la fantasía de tener sexo con una transexual, me encanta experimentar absolutamente de todo, por lo menos lo que me apetezca; y ya tenía una forma de hacerlo, desde hace un tiempo observé al regresar del trabajo, en la noche ya que soy músico, de que por un lugar por el que pasaba en mi carro, en una calle oscurita se reunían varias prostitutas; y después de varias veces de pasar ya más despacio, vi también a dos hermosas trans, noté que eran tranys porque sobresalían en belleza de las otras mujeres, es irónico, pero las tranys se cuidan mucho más que la mayoría de las mujeres, y bueno estas dos eran preciosas
Una chaparrita morena, cara afiladita labios gruesos y ojos de cachonda, con un trasero de miedo y unas tetitas medianas pero de muy buena forma, Laura era su nombre, de hecho no pensé que fuera trany cuando la vi, pero en una de las veces que pasé despacio la muy cabrona se levantó la minifalda, metió su mano en su tanguita y me enseñó la verga, jeje, yo solo me sonreí y seguí mi camino; la otra era más notoria por su estatura, alta y muy delgada, culito pequeño pero de muy bonita forma y resaltado por una cinturita de ensueño, tetas grandes y notorias por lo mismo de su figura delgada, cara de niña; se veía de unos 19 años más por su tamaño que por otra cosa, definitivamente Sandra saltaba a la vista, sobresalía bastante entre las mujeres que en mi país rara vez miden 1.70mts, Sandra medía casi el uno ochenta.
Finalmente uno de esos días decidí pararme y claro que fue con Laurita, ya que me había enseñado lo que era realmente, me dio confianza y cuando la ví paré mi carro y ella inmediatamente se me acercó, -“te gustó lo que te enseñé la otra noche verdad?” me dijo mirándome con esos ojos de tragavergas que tiene, “se parece mucho a la mía” le dije riéndome, subió al carro y nos pusimos de acuerdo en el precio, me dirigió hacia una casa cerca de ahí, entramos y mientras subía las escaleras yo le ví el culo precioso a la altura de mi cara y se lo empecé a toquetear, esto la calentó bastante, en cuanto entramos a la recámara, se desnudó rápidamente, yo hice lo mismo con bastante torpeza ya que estaba ansioso, excitado y algo nervioso por lo que iba a pasar, después de todo nunca había pagado por sexo y sobre todo nunca con una trany, y bueno después de tropezar y casi caerme al atorarse mi trusa en mi pié izquierdo, quedé desnudo, en otra situación mi pene ya estuviera durísimo a esas alturas, pero los nervios me mantenían en estado de flacidez, ella en cambio ya la tenía completamente parada y se me acercó lentamente, yo temí por la integridad de mi culito, pero no, Laurita es más de recibir que de dar, por lo que empezó a restregar su erección como piedra en mi pene flácido, su verga era bastante parecida a la mía, en cuanto a tamaño y grosor, un poco mas pequeña pero de forma más recta, la mía es mas bién curveada hacia arriba, cuando sentí el roce de su pene en el mío y lo empezó a golpetear con su cabecita que brillaba de lo intenso de su erección, al ver esta escena se me esfumaron los nervios y literalmente vimos crecer mi pene en forma notoria
Seguimos jugando a las espaditas unos minutos mientras yo le besaba y manoseaba sus preciosos senos, hasta que mi verga ya prácticamente no se movía ni balanceaba, se puso tiesa como pocas veces he visto, ella me llevó hacia la cama, me hizo acostarme boca arriba con mis piernas colgando fuera de la misma y se subió encima de mí, como para cabalgarme, pero no se metió mi verga, sólo restregó su palo y sus testículos en mi panza y yo sentía en la punta de mi verga lo caliente de su culito cada que se daba piquetitos con ella, entonces paró, escupió en su mano y se untó el ano con la saliva, tal vez metió su dedito para ir dilatándolo, luego picoteó con la punta de mi verga una y otra vez hasta que entró la cabeza, hecho esto se agachó y apoyó sus tetas en mi barbilla y empezó el mete-saca, la sensación era increíblemente excitante y llena de morbo para mí, sentir lo caliente que estaba por dentro de su culito al mismo tiempo que sentía su pene ya menos duro, pero igual de largo restregándose en mi estómago derramando gotas de líquido transparente y vizcoso en él y sus tetitas golpeteándome la cara, mis manos acariciando su espalda y bajando de vez en vez hasta sus suaves y prominentes nalgas, abriéndolas y amasándolas, y ella gimiendo de placer y yo aguantando lo más que podía para no venirme en apenas los primeros 3 minutos de penetración, al fin cuando sentí que ya no podía, paró, se sacó mi pene y se recostó boca arriba al borde de la cama, puso unas almohadas bajo sus caderas y levantó sus piernas y yo por supuesto que supe que hacer, me paré frente a la cama de modo que mi verga quedó a la altura perfecta para ensartársela en el culo y se la dejé ir de golpe
Entró con facilidad ya que su culo estaba dilatado y empecé a bombear, mientras ella se masturbaba de forma frenética su flácida verga, la cual fue endureciéndose rápidamente, era un espectáculo que desbordaba sensualidad y morbo, sus piernas en mis hombros, mi verga desapareciendo por completo en su culito, su verga ya durísima y con la punta brillosa, sus tetas moviéndose al ritmo de mis embestidas y su cara de agonía cuando empezó a lanzar unos tres o cuatro chisguetes de semen y fueron a golpear entre sus tetas y en su cuello, otros dos o tres más fueron a caer en su ombligo y se acumularon haciendo un charquito, esta visión me hizo explotar, me empecé a venir dentro de ella y en cuanto ella sintió mi semen caliente en su recto, me rodeó con sus piernas y me dijo “échamelos dentro, quiero un hijo tuyo” riéndose de forma pícara
Yo me hubiera reído bastante si no fuera porque estaba ocupado inyectándole todo lo que tenía; cuando saqué mi pene ya estaba flácido, y al salir salieron también varias gotas de mecos de su culito.
Repetí esta experiencia varias veces en el transcurso de un mes con la cachonda Laurita hasta que un día que pasé por esa calle ya casi de día, a las 6 de la mañana y me encontré con Sandra, pero eso ya es la segunda parte de mi relato…
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