iniciación prolongada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Karina999.
Mis padres salen de casa desde temprano, se van de la ciudad todo el fin de semana, así que decido comenzar mi ritual de feminización cuando ellos no están.
Me doy un baño, comienzo a depilarme las piernas, las nalgas, el ano, todo.
Despues de bañarme salgo y me pongo mi bata semitransparente negra.
Fumo un cigarro y abro el chat con la esperanza de encontrar algún madurito con experiencia que viva en mi ciudad.
Tengo suerte y conozco a Ramiro.
Comenzamos a charlar y me dice que es taxista, que trabaja todo el día y le tocó descansar.
Yo me describo como realmente soy, no me gusta mentir: muy femenina cuando me arreglo, peluca, maquillaje, morena clara, chaparrita, con piernas y unas nalgas de infarto por el ejercicio.
Abdomen plano.
Ramiro me dice que es casado, que tiene 55 años, dos hijas y que su matrimonio ya no es lo mismo, y así como yo, nunca ha estado con un travesti.
Comenzamos a hacer una gran amistad, nos agregamos por whats y comenzó a mandarme fotos familiares donde se ve de cuerpo completo.
Era simpático, gordito, cabello canoso, barba de candado, brazos fuertes.
Yo comienzo a emocionarme pero no dejo que lo note.
Le dije que no estaba muy segura de salir con él.
Que realmente aún me daba miedo salir a la calle así vestida.
El se decepcionó un poco pero como caballero lo entendió.
Me prometió que iríamos con calma.
Toda la tarde estuvimos hablando.
Ese día salí a comprar lencería.
Me gustan los vestidos muy entallados de una sola pieza, ya que mi cuerpo me permite lucirlos.
Me gustan los tacones altos pues camino muy bien.
Me gusta vestir elegante, pero provocadora.
Al llegar a casa comencé a mandarle algunas fotos con la ropa que me acababa de comprar, nada de lencería por el momento.
El se desvivió en halagos hacía mi.
Todo con respeto.
Me di cuenta que realmente le gustaba bien y comencé a sentir un poco de lástima por él, por su trabajo y su matrimonio monótono.
Esa noche me masturbé como loca pensando en él.
El sábado me mandó un mensaje desde temprano para disculparse ya que trabajaría todo el día y no iba a poder hablar tanto tiempo conmigo.
Lo entendí pero comenzaba a extrañarlo por absurdo que parezca.
Era tan amable y cariñoso conmigo que no dude un momento cuando a medio día le dije: Me quieres ver hoy?
Tardó como dos horas en responder, dos horas que me parecieron eternas.
"Claro que si, me encantaría poder verte, pero salgo de trabajar hasta las 1 am, aunque por ti podría pasar a las 10"
Comencé a sentir muchos espasmos dentro de mi.
No sabía realmente lo que estaba haciendo.
No quería dejar plantado a Ramiro como ya había hecho con otros patanes en ocasiones, él era diferente.
No podía vencerme mi miedo por ser el primer hombre en mi vida.
"No me vayas a cancelar" me mandó a los cinco minutos.
No sé si el deseo pudo más que la razón, pero yo estaba ya arreglándome desde las seis de la tarde.
Tenía que verme muy bien, no quería decepcionarlo.
Así que me puse una tanga negra con encaje, unos ligueros con medias negras, y encima un calzón negro totalmente transparente.
Luego una minifalda que con agacharme sé que se levantaría de golpe, pero resaltaba mis grandes caderas, mis nalgas grandes y redondas.
Arriba utilicé una camisa igualmente negra y un saco que me hacía parecer que venía de la oficina.
Tacones negros.
A las ocho ya estaba lista, faltaban dos horas, así que decidí ver la tele para tranquilizarme.
Le mandé mi ubicación un poco retirada de la casa donde vivo, no podía confiar del todo en él.
Salí de mi casa cuando nadie pasaba por la calle para que no me vieran.
En la esquina pude ver el taxi estacionado, me paralicé totalmente.
Estuve a punto de regresarme pero vi que me miraba por el espejo del auto.
Su mirada causo en mi morbo y tristeza.
No podía cancelarle, no a él.
Abrí la puerta del taxi y me subí.
-Buenas noches- lo saludé con un beso en la mejilla.
-Buenas noches- me contestó con las voz temblorosa.
-Y.
A dónde vamos- me preguntó
-Me gustaría tomar algo.
Respondí
El trayecto fue los primeros minutos sumamente incómodo, luego el se armó de valor y comenzó a preguntarme cosas de rutina, cómo estaba, si había comido, que me gustaba tomar, etc.
Yo respondía muy poco ya que estaba a punto de bajarme del carro por el miedo.
Después de un rato me tranquilicé pues me llevó a un bar a las afueras de la ciudad donde estaba segura nadie me iba a reconocer.
Pedí una cerveza igual que él.
Parecía un jovencito, tan nervioso.
Pero se esforzó por tranquilizarme y hacerme reír.
Ya para la cuarta cerveza los dos estabamos agarrados de la mano.
Iban dar las 11,
Me preguntó si quería ir a otro lugar, le dije que sí.
Cerca de ahí había un pequeño motel de paso.
Se registró y yo pedí adelantarme a la habitación.
Era mi gran noche.
Me metí al baño a retocarme los labios y ver que todo estuviera en su lugar.
Me di cuenta que el cuarto tenía jacuzzi.
Cuando el subío yo estaba en la cama muerta de nervios, aunque el alcohol ayudaba.
El se sentó a mi lado, olía un poco a sudor por estar todo el día en el taxi, no se había arreglado, traía un poco descuidado el bigote y la barba canosa.
Usaba unos tennis y un pans color gris, Su playera era muy grande como su panza.
Después de un gran silencio volvió a tomar mi mano y me dijo: Haremos sólo lo que tu quieras
Muy decidida me lancé encima de el y comencé a besarlo.
Se notaba que no había besado en mucho tiempo pero se esforzaba por hacerlo bien.
no me tocaba, solo me besaba.
Comencé a sentir un movimiento en una de mis piernas.
comenzaba a pararse su amiguito.
Le besé el cuello, su pecho, su pansa y luego, comencé a bajarle el pans.
Usaba unos calzones grandes y blancos.
Su olor fue muy rico, olía ligeramente a sudor, pero sobre todo olía a hombre.
Nunca habia tenido una entre mis manos.
Era no muy grande, pero sí muy gruesa y venosa.
Era perfecta.
Él continuaba nervioso, lo podía sentir.
A mi las piernas me traicionaban por la calentura, sentía que en cualquier momento iba a desfallecer.
Comencé a besarlo despacio, con amor, primero la puntita, luego, poco a poco me bajé hasta los huevos, y me los meti uno por uno en la boca, a su edad las erecciones ya no son tan fuerte según yo, pero el parecía que estallaría en cualquier momento.
Seguí mamando durante casi 20 minutos, me sorprendió que aguantara tanto, en ese momento un espasmo comenzó a invadirlo, alcancé a quitarme antes de que estallara.
su semen cayó encima de su pansa, comencé a lamerlo, estaba tan excitada que no di importancia al sabor.
Enseguida me pidio disculpas por haber terminado así, estaba muy avergonzado.
Le dije que no se preocupara, que tendríamos mas ocasiones para hacerlo, pero el me dijo que no, que esa noche quería que lo hicieramos.
Le propuse que se metiera al jacuzzi y yo lo alcanzaría.
Despues de que calento el agua y entro yo me preparaba para darle un espectaculo, era mi macho, y muchas veces había imaginado ya esa escena.
Entre al baño y bajé la luz un poco, comence a bailarle, muy despacio.
Pense que su libido ya estaria demasiado bajo, pero su mirada fue de total sorpresa.
Jugaba a levantarme un poco la falda para que se viera la separacion entre esta y las medias, luego le enseñaba mi culo que lo tenía hipnotizado, todo sin quitarme aun nada.
Lo que sigue se los contaré en otro relato si me dan la oportunidad amigos.
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