Katya, la naturaleza es mas fuerte. 2.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un amigo me pidió que le guardara unas películas en mi casa, era un pequeño bolso de mano. Ese era un fin de semana muy largo y los padres de Bernardita me habían pedido que cuidara su casa. Voy a llevar as pelis dije para entretenerme. La noche del jueves comencé viendo películas , la mayoría eran mierda, pero había unas pornos , compilados, la verdad es que me quede pegado en una de Shemales rusos, eran una maravilla. Me acosté a dormir. Muy cansado estaba. A las tres de la mañana, tenía un demonio dentro de mi, estaba loca, me tocaba todo el cuerpo, y necesitaba tener un pene dentro de mi. Me vestí de mujer, comencé masturbarme por la casa mirándome en los espejos probándome distintas prendas. Estaba loca, loca. Estuve el viernes vestido de chica dormí maquillada y el sábado comencé a masturbarme con un pepino por el culo, le rociaba mentol y el placer anal era fantastico. El sábado en la mañana me llama Bernardita y me dice que me quiere etc. Y que nos vemos el domingo en la noche. Ese sábado en la noche me vestí de reina, con portaligas, muy maquillada, con tacones. Me tome unos tragos, en eso eran las 12 de la noche y entra por la puerta Bernardita. Ella se volvió como loca, se abalanzó sobre mi mientras me arañaba, me golpeo con un jarrón en la cabeza. Yo me vestí rápidamente y me fui a mi casa. Era una pesadilla, no podía evitarlo por más que tratase. Pobre chica, no supe más de ella. Yo la quería pero no la amaba. La deseaba pero mi deseo de ser penetrada por un macho era mayor. Paso un tiempo, un día con mi prima nos fuimos a la playa, ella manejaba. Paso a buscar sus ropas y nos fuimos a la casa de sus padres en la costa. Yo usaba el pelo largo, hasta los hombros, en las duchas del colegio mis compañeros me miraban y decían que tenía cuerpo de mujer. Me trataban de marica, maricón, pero según yo no era amanerado. Sentía que me deseaban pero como no me podían tener se las tomaban contra mí. Julia que conocía mi historia con George y Bernardita, prometió que sería mi amiga y yo la amiga de ella. Ese día en el coche, abrí las ventanas y el viento jugueteo con mi cabello. Decidí que seguiría los mensajes de la naturaleza y que sería yo. Y Julia lo entendió y también para ella fue lo mismo. A Solas me trataba de Katy. Cuando cumplí 17 años fuimos con mi prima Julia al campo de mi abuela. Teníamos sexo como antes pero a mi ya no me atraía. Ella ya sabía que el único pensamiento que me inundaba día y noche era ser mujer. Estuvimos una semana sin visitar a nadie. Un día Julia llegó con unas bolsas de compra. Te traje algunas cositas me dijo. El primer día que llegamos me había hecho un corte muy fashion y me había teñido las puntas, si me tomaba el pelo pasaba por hombre, pero si me lo soltaba todos me confundían por una chica. Una mañana llevaba el pelo suelto y montaba a caballo llevaba una pantaletas de montar muy ajustadas. Iba con Julia y de pronto nos encontramos a boca de jarro con George y su novia. El saludó a mi prima y a mí no me conoció a primera vista, pero me confundió con una chica: La novia de George era muy despistada y arrogante. Luego George me reconoció y se puso muy nervioso, tanto que casi se cae del caballo. Se alejaron de nosotros y julia me preguntó que sentía. Estaba muy nervioso y tartamudeaba. –Todavía te gusta- No es cierto??. Y a él también le gustas. Pasaron unos días y conversamos mucho el tema, ya no quería hacer el amor con mi prima. Estaba embobado con George. El pueblo organizó una gran fiesta y a mi prima se le ocurrió una locura. Que yo le seguí el juego. Iría vestido de chica a la fiesta, solo para probar que sentía y de a poco decidir mi camino. Fuimos a la ciudad vecina, me depilaron entero, la barba que era suave rasurada. Me maquillaron delicadamente y comencé a practicar andar con tacos altos. Fui a unas sesiones de bronceado para tomar el color fascinante. Paseábamos juntos del brazo y algunos me notaban hombre otros no. A la semana ya caminaba como mujer y todos los días llegábamos a casa vestidas. La abuela un día me dijo que hiciera con mi vida lo que le pareciera y que era una linda chica. Que ella siempre me iba a querer como fuera. Llegó el día de la fiesta, me preparé, fui a la peluquería y me maquillaron, me puse aretes y me puse un piercing en el ombligo. Me fui con pantalones deportivos a comprar un vestido, nadie podía pensar que era hombre. Compramos un vestido corto maravilloso con un pequeño escote. No quería aparecer muy puta así que lo hicimos lo más simple posible.Estaba nervioso, se me caían las cosas de las manos, a cada rato al baño a hacer pipí. Toda mi ropa era femenina, llevaba una cartera que combinaban con los zapatos, para taparme la manzanita me compre una joya gruesa para el cuello que me quedaba muy sexy. Me puse senos postizos y el trasero nada ya que tenía bastante. Llegó la hora de partir, Julia estaba muy bella también, pero yo me arrepentí, no quería ir, solo pensaba en lo que me pudiera decir George. Había sido muy cruel conmigo la vez anterior. Mi prima me metió al auto con mi abuela. El corazón estaba a mil. Me miraba mis manos con las uñas postizas, me miraba al espejo de auto y veía una mujer. Julia, me dio de beber brandy de su petaca con eso me calmé y me solté. Llegamos a la fiesta tarde, para que nos vieran todos. Los hombres mi miraban con deseo, el mismo deseo de mis machitos compañeros de colegio, pero esta vez era multiplicado. Las mujeres con envidia y admiración. Nos sentamos en unas mesitas. Unos chicos muy musculosos se acercaron a nuestra mesa, les acompañamos chicas, lindas?? Yo no hablaba nada temía que mi voz me delatara. Uno de ellos me quedó mirando y me pidió bailar. Yo miré a Julia la cual me hizo un gesto aprobatorio. Bailamos algo suave y me hablaba pero no le escuchaba nada yo solo aprobaba con la cabeza. Comencé a hablar con mi voz de chica que había ensayado mil veces y me salió perfecta.El chico me tomo de la cintura, cuando volvimos a la mesa bebimos champagne y ahí ya me liberé como mujer, me sentía una diva, cuando salía a bailar, lo hacía muy sensual, todos los hombres de la fiesta estaban locos por mí. Murmuraban a mi compañero de baile que era afortunado de tener una novia tan bella.En un momento, recuerdo, fuimos al baño, me mire en un gran espejo y vi a una mujer, muy sexy, tenía de todo, gracia, belleza, atractivo, solo le faltaba que un hombre la gozara nuevamente. Prometí nunca más negarme a ser lo que era, ya sea que terminara solo o mal. Me maquillé las pestañas, me rocié con un perfume que llevaba en mi cartera, retoqué el contorno de mis labios. Salí nuevamente, mis aretes sonaban, aún me dolía algo el pircing, los tacones sonaban, mis piernas totalmente depiladas se deslizaban y rozaban suavemente entre ellas, mis pulseras sonaban cuando movía los brazos y bailaba, mi perfume se mezclaba con mi sudor, tenía olor a sexo, estaba muy excitada. El chico que no me había dejado en toda la noche, le hizo un gesto a su amigo y nos invitaron con Julia a ir a algún bar más privado. Julia estaba poseída y no dejaba de cuchichear con su nuevo amigo. Nos vamos, Katya…Katya…KATYA, gritó Julia. Avanzo pidiendo permiso para avanzar y una fuerte pero suave mano me toma mi brazo. Hola Katya me dicen. Veo a George mirándome fijamente a los ojos. Como me conociste??. Jamás olvidaría esos ojazos verdes mi amor. En ese momento se me doblaron las piernas, todo me daba vueltas. El chico que iba con Julia, nos llamó, yo perdí de vista a George. Me metí al auto del chico, el me preguntó si estaba bien. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, pero no derrame ninguno. Es un antiguo novio tuyo ese ??. Sí. Le contesté Mira… me dijo vamos al bar Black un rato y si quieres te vengo a dejar de vuelta. No por favor sácame de aquí. Le murmuré. Nos fuimos en autos separados, llegamos a un bar en la carretera. El chico se estaciona en un rincón oscuro del estacionamiento y me toma la cara, comenzó a besarme muy suavemente primero. Mientras me metía la mano entre los senos. Me abrió un poco el cierre del vestido y sacó una de mis pequeños senos. Yo estaba excitadísima pero pensaba en George. En ese momento inclino el asiento para atrás, como un instinto le meto la mano por el pecho buscando sus pezones los cuales comencé a morder. Baje por la panza hasta llegar al bulto, enorme sobre el pantalón, baje el cierre , como una experta , yo tenía una gran erección, que se apretaba hacia atrás en mi entrepierna. Pensé en George y me acerque su glande a mi rostro, nunca antes había pasado un pene por mi cara y esa noche haría todo lo que una hembra en celo haría. Lo masturbé frente a mi cara, mientras el gemía y empujaba mi nuca hacia su verga. Después de unos minutos de sentí su gran cabeza suave entrando en mi boca , el gusto salado y el olor a pubis me volvió loca, mamé como un ternero mojando sus pantalones con mi saliva que salía a chorros, a los 5 minutos gemía como un toro. Le lengüeteaba las bolitas, le baje los pantalones para tener más libertad, mientras le succionaba toda su gran verga le corría una gran paja, me dijo que había papel higiénico en la maletita del coche para que acabara ahí, yo me saque la gran verga de mi boca mientras babeaba a mares. Le dije gritando dale , dale, acaba en ese momento al tratar de llevarme la verga a la boca nuevamente, me lanza un chorro grueso y blanquecino que me dio en plena cara. Mientras chorreaba semen hacia abajo yo lo iba lengüeteando para que nada se perdiera, el mozo bufaba como loco mientras me metía la verga hasta mi garganta con gran fuerza, me estaba ahogando en su semen, se me llenaba la boca de leche, una de mis más calientes fantasías se estaban haciendo realidad. El chico se echó para tras y se relajó. Miré para el costado hacia el otro automóvil Julia estaba montada en su macho haciendo de las suyas. Ella me miró con cara de loca, tiró su cabeza hacia atrás y se río. Yo salí y escupí todo ese jugo a la orilla del auto. En ese momento me di cuenta que mi verga se había salido del calzoncito y tenía una gran erección y una gotas de líquido seminal estaban manchando mi vestido. Me dije , “que locura estás haciendo Katya”, pero una ola de excitación me abrazó y sentí el sabor del semen en mi boca, lo saboreaba mientras miraba a mi macho satisfecho y agotado en el auto. Quería más y más, si existía un diablo ese estaba en mi cuerpo en ese momento y no quería abandonarme. Me sentía muy puta, abusada y eso me gustaba mucho. Le dije al chico que estaba acurrucado en el coche , que me esperara, e iría iba al baño. Entré al bar Black, estaba muy nervioso. Casi entro al baño de hombres si el barman no me indica el de las mujeres. Entro al baño y mi rostro estaba muy extraño, horrible, parecía puta barata, me dije, mientras limpiaba un bello púbico de mi cara. La cartera estaba con semen asi que la limpié. Me maquillé un poco nuevamente. Y pensé que decirle al chico no recordaba si había alcanzado a agarrarme mi paquete. Voy a la barra y pedí un Martini, me lo tragué y al salir me encuentro con George, nos había seguido hasta el bar, había visto lo que había pasado en el auto, de lejos, dijo que estaba loco de celos y que me quería llevar con él.Voy a avisarle al chico, que me espera en el auto. Ya hable con él, se fue a la fiesta, noto que eras una chica “especial”. Y a ti te importa mucho eso??., le pregunté tomándole la mano. No todo lo contrario, me gusta mucho. Dijo George. Y tu novia ¿?, repliqué. Ya veremos qué pasa con ella. Vamos a una casa que mi papa construyó hace poco en la montaña. Me tomo de la mano y no paraba de mirarme, aún estaba medio abierto el vestido y se veían mis marcas del bronceado mi cabello semi rubio y sus visos se reflejaban en los vidrios del coche. Posó su mano en mi rodilla, mi corazón ya estallaba y con lo del otro chico, estaba muy excitada . Llegamos a la casa. Rodeada de un bosque y con una vista maravillosa al lago. La luna entraba por el tragaluz inundando nuestras figuras. Encendió la chimenea y bebimos un poco de vino, algo de música suave. Nos besamos largo rato, dijo que me había extrañado mucho. Me sacó el vestido y comenzó a besar mis senos, como nadie lo había hecho jamás. La luz de la chimenea alumbraba nuestros cuerpos, una gran erección se veía detrás de su pantalón blanco, le saque la camisa y comencé a lamer sus tetillas. Bajé hasta su miembro que le acaricie con mis mejillas y luego, mientras él estaba de pie, me lo comencé a tragar, muy lentamente, despacio, acariciando su gran redondez con mi lengua, sentía un a gran conmoción en mi pecho, introduje todo su miembro en mi boca hasta que toco mi garganta, comencé a babear nuevamente, era la segunda verga en una noche, y que mejor del hombre que amaba, el hombre que me había conocido “hombre” y me había hecho, primero su niña y ahora su mujer. Por un momento comparé su pene con el anterior dentro de mi boca, este era solo un poco más largo pero mucho más grueso, había crecido esta pica en todo este tiempo, el comenzó a decir la cantidad de veces que se había masturbado y le había hecho el amor a su novia pensando en mí, en Katya, que “era inolvidable”. Nos tendimos en la alfombra, un gran espejo coronaba la chimenea, yo me veía allí arrastrándome por el suelo mientras le mamaba por varios minutos su verga. Se sacó el pantalón, me puse de pie con mi pene erguido. Una llamada entró a su celular. El cortó la llamada de su novia y apagó el teléfono. En ese momento supe que era mío nuevamente. Comenzó a besarme la espalda mientras yo mordía mi collarcito, me miró el cuerpo acariciándolo, supe que te preparaste para mí, esta bellísima, y ese pircing me calienta mucho. Me lamia el culo mientras sentía su barba recién rasurada entre mis glúteos. Comencé a masturbarme mientras me metía su lengua en el culo, hicimos el 69, mientras me confesaba que era su primera mamada de pene. Nos sentamos en el sillón yo me levante y caminé delante de él bailando un poco suavemente, muy sexy. Me tomó de la mano y me sentó de frente en el sillón de cuero , me puse sobre él, mientras me tomaba de la cintura mordiéndome los pezones , lentamente fui avanzando a esa gran verga que me esperaba ansiosa, besé sus labios ardientemente, con mucho deseo. Tuve que levantarme un poco para encajarme su pene, me apoyé sobre el mientras lo besaba comencé a bajar lentamente mientras gemía suavemente como gata. Me miró a los ojos mientras iba bajando y su, ahora, grandísima verga, mientras se metía suavemente por mi culo ya dilatado, ya babeado. Un gran gemido sentí de sus labios mientras metía toda su gruesa verga en mi culo dilatado, pero jadeando hacia adelante y hacia atrás, mientras amasaba y apretaba con todas mis fuerzas su pico. Ahí estuvimos mientras miraba mi culo parado y ensartado en el espejo, ahora luego me dio vueltas y comenzó a darme con una locura que no había vivido antes, yo estaba loca y era su mujer, sentía que el calor de su verga me quemaba , lo volteé y le mame su verga, nos volvimos locos, gritaba y corcoveaba como un toro y yo me sentía completamente poseída, sentía como una mujer, en mi pecho desde mi estomago subiendo por la garganta sentía una excitación diferente, nos tendimos en la alfombra peluda, el debajo mío y yo hacia mi trabajo con locura, un poderoso temblor invadió mi cuerpo , el grito me vengo, acabemos, en ese instante mi pene duro y tieso como nunca, pedía que me pajeara para correrme, pero no lo toqué y sentí lo que siente una mujer un orgasmo que me salió del pecho de la barriga , estirándose en mi espalda y mi cuello, gritaba como una perra en celo montada en un gran falo, comencé a sentir el moco fresco de su verga que me llenaba al culo mientras George se sacudía y gritaba como nunca. Un chorro grueso de semen muy denso salió de mí y salto lejos llenándole el pecho y la cara a George. Acabe analmente sin tocarme ni por un segundo la verga. Me revolcaba arriba de este gran palo duro y caliente, estaba embrujada, mi orgasmo había sido diferente ya que sentía muchas ganas aún, George estaba agotado, le mordí las tetillas nuevamente y nos fuimos apaciguando de a poco. No deje de sentir placer cuando eyaculé, quería más y más, el movimiento continuo surgió su efecto. El me miró y me dijo que era la misma Katya de antes, si le dije, es la misma que tu forjaste con tus propias manos. Hicimos el amor nuevamente. Dormimos hasta el amanecer mientras escuchábamos la lluvia. Jamás te dejaré, no permitiré que te vayas nuevamente. Yo estaba feliz y comprendía que ser y sentirse mujer, poseer a mi amor, me hacía infinitamente realizada y feliz. Luego de esa noche de locura y travestismo ya no había vuelta atrás. Yo deseaba seguir adelante y no mirar atrás.
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